Autor, Cartarescu, Literatura

Lulu, Mircea Cartarescu.

La novela de Cartarescu tiene como protagonista a Victor, un  escritor adolescente que sueña con convertirse en un autor bohemio que, gracias a su soledad, o bien por ella, escribirá La Obra que pase a la posteridad.

Portada de "Lulu", de Mircea Cartarescu.
Portada de "Lulu", de Mircea Cartarescu.

La narración se sitúa 17 años después de que tengan lugar los acontecimientos. El Victor adulto rememora la época en la que, junto con otros muchachos, se marcha de campamento a un lugar alejado de su vida cotidiana. Se ve obligado a soportar a los demás, más preocupados por pasarlo bien y conocer gente que en leer a Kafka.

Cartarescu despliega un estilo plagado de descripciones y con escasos diálogos para narrarnos la historia del viaje interior del personaje, su modo de ver la vida, su percepción de la realidad, y, por encima de todo ello, el enfrentamiento entre la razón y los sentidos.

Cuando un autor pone todo su ser en una historia, se nota. Este es el caso de Lulu. Cartarescu pone todo su interior, se deja parte de su alma en describir la soledad que sufre el protagonista, además de los sentimientos encontrados de la adolescencia: la búsqueda de la identidad, la necesidad de integrarse en un grupo o el miedo al rechazo.

Y en el centro de la amalgama de todo lo anterior, está Lulu, un personaje misterioso que aparece y desaparece en toda la obra pero que se mantiene como figura central, como si pasara lo que pasase, Lulu estuviera enmedio, vigilando, presente.

Quizá esta novela rasgue el interior del lector porque todos hemos sido adolescentes y hemos pasado la época que describe. O quizá sea por el estilo barroco del autor, la descripción exacta de los acontecimientos, la nublina onírica que envuelve todo el relato.

Lo cierto es que Lulu es una experiencia, no sólo por leer el libro, sino que el lector encuentra que es diferente comparado con el que era antes de empezar la novela. Es una sensación extraña, de desazón, de que se ha metido en nuestra intimidad y nos la ha mostrado sin compasión.

Es una sensación muy extraña. Hasta la mitad del libro pensaba que no me convencía, que no me estaba gustando, que no acababa de ver lo que quería transmitir el autor. Pero cuando lo terminé, me entraron ganas de reír y llorar a la vez: de reír, al comprobar que la historia era mucho más de lo que parecía en un principio. De llorar al ver éso que estaba contando podría ser un reflejo de mí misma. Atracción y repulsión al mismo tiempo.

Lo mejor es que, si ya me gustó El ruletista, esta novela me parece cien veces mejor.

Así que desde aquí no puedo hacer otra cosa sino aclamar: ¡que le den de una vez el Pulitzer, el Nobel o algo, leñe!

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • El estilo del autor: sus descripciones, el mundo que crea… todo él.
  • Otra magnífica edición de Impedimenta. Otro fantástico descubrimiento. ¿Qué leches hacíamos cuando no existía?
Contras
  • El inicio es complejo: cuesta cogerle el hilo.
  • Evitad leer la contraportada. A día de hoy dudo si la decisión de cambiar el título de la obra es acertada o no. Inicialmente pensé que no, ahora mi opinión varía. Aviso: el título original da más información.

Namaste.

Autor, Literatura, Vargas Llosa

La ciudad y los perros. Mario Vargas Llosa.

 Si tuviera que describir con una sola palabra la prosa del peruano, sería sin duda, fuerza. Y esto lo digo porque Vargas Llosa aporta fuerza y vigor a cada una de las palabras que plasma sobre el papel. Una seguridad latente de que ha escrito la palabra que debía ir escrita, sin aleatoriedades de ningún tipo. En ocasiones esa fuerza atraviesa la línea de lo escrito y se transforma en una sensación cruel, asfixiante, opresiva.

Portada de "La ciudad y los perros", edición especial de 2010.
Portada de "La ciudad y los perros", edición especial de 2010.

Todo este estilo el autor lo enmascara (o lo justifica) mediante una trama que narra la vida de un colegio militar. Los chavales serán los protagonistas de gran parte de la acción: Cava, el Jaguar, Boa, el poeta… son algunos de los nombres que utilizar para contarnos, siempre en primera persona, la acción.

Si nos ajustamos a los personajes que crea, Vargas Llosa los hace firmes, distintos unos de otros pero claramente reconocibles. Reales.

Y así, para encuadrarnos en cada situación, el uso del flashback es utilizado en numerosas ocasiones con el fin de explicarnos la motivación de los personajes en las situaciones actuales.

De este modo, podemos dividir la novela en dos partes diferenciadas: la primera mitad del libro, claramente introductoria, donde se nos presenta a los personajes y nos muestra el camino que seguirá después la acción; y la segunda, donde se sigue un ritmo vertiginoso para cerrar la historia.

Hasta aquí todo rosas. El problema es que para llegar a esa estimada y redonda segunda parte, tenemos que atravesar un camino de espinas en forma de saltos temporales, cambios de narrador, vocabulario militar, jerga peruana y, sobre todo, aprenderse quién es quién, con sus apodos, sobrenombres, nombres reales y demás.

Es una novela para leer poco a poco, no sólo porque tiene elementos que nos ralentizan la lectura, sino porque es necesario poner todos nuestros sentidos a la hora de empezar a leer. Además, recomiendo tener un diccionario a mano para resolver las dudas que puedan ir surgiendo.

Ahora que ya conozco a Vargas Llosa como autor de novelas largas (la única obra que leí las novelas cortas Los jefes. Los cachorros) me ha convencido. No sólo por su modo de utilizar la trama, sino también por sus combinaciones entre descripciones, o incluso la arriesgada mezcla entre situaciones actuales y pasadas por el método de intercalar párrafos de un y otro momento temporal.

No descubro nada, que para eso ganó el Nobel de Literatura en 2010, pero parece que acercarse a un reconocido autor da respeto. Puede que no nos guste, por mucho que sea alabado por medio mundo, puede que incluso nos llegue a aburrir.

Sin embargo, es una lectura de esas en las que reconoces bien lo que hace el autor. De esas en las que convierte fácil lo que muchos hacen muy complicado. Lo mejor es que aún me queda mucho por descubrir.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • La realista creación de los personajes.
  • Impecable la edición de Alfaguara.
Contras
  • El inicio se hace lento.

Namaste.

Autor, Literatura, Lutes, Novela gráfica

Berlín, ciudad de piedras. Jason Lutes.

Esta novela gráfica corresponde a la primera parte de una trilogía que se ambienta en la época de transición entre las dos Guerras Mundiales.

De corte intimista, Berlín no pretende contarnos grandes historias heroicas o tramas apasionantes a las que estamos acostumbrados en narraciones que se centran en las guerras, sino que se fija en lo pequeño.

Su personajes son corrientes muestras de la población alemana de la época: un burgués, un judío, un pobre… y como tal se ve reflejado en su singularidad, reflejando los miedos y expectativas.

Lo que consigue Lutes es contar cómo se vivía en esta época obviando lo que se cuenta en los libros de historia. Es decir, cuenta sobre el comunismo desde el punto de vista del ciudadano, la desconfianza de los acontecimientos que se van dando lugar desde la visión de la persona de a pie, sin analizar tendencias, teorías ni ideas.

Utilizando únicamente el blanco y negro y con el simple trazo de su lápiz, nos muestra una historia de sensaciones, de gestos, de emociones.

Juntando todo lo anterior, consigue que el lector tenga la sensación de cercanía para con los personajes. Si en otras novelas se da la imagen de que los que vivieron en esa compleja época eran héroes o villanos, aquí estamos ante la visión opuesta.

En definitiva, es una novela que me ha gustado. Deja un sabor de boca de tristeza por cómo encara los acontecimientos, pero es inevitable teniendo en cuenta los temas que trata. Otro ejemplo de la gran calidad de las novelas gráficas, y de lo bien que sirven para alternar con otros libros o bien en épocas en las que disponemos de poco tiempo.

FICHA:

Te gustará si te gustó
  • Dios en persona, Mathieu.
  • Esta vez me ha sido difícil elegir algo similar. Aunque la época es cercana a Maus no me ha gustado tanto como para compararlas.
Pros
  • La sencillez y emotividad de los trazos del dibujante.
  • Los personajes que crea.
Contras
  • La tristeza que destila.

Namaste.

Autor, Literatura, Pla

Leyendo a Pla

¿Por qué leo a Pla? ¿Por qué continúo con la lectura de un libro que comencé hace ya un año?

Pues porque cuando tengo poco tiempo, cojo El cuaderno gris y me encuentro con esto:

21 de marzo.- Inicio de la primavera. Biblioteca. Mientras traduzco a Renard pienso que es más importante dominar un oficio cualquiera que poseer una curiosidad dilatada, vastasísima. La curiosidad se puede improvisar; un oficio no. La curiosidad es superficialmente agradable pero deja un cierto vacío amargo por dentro. Un oficio es monótono y pesado pero tiene momentos de una voluptuosidad fascinadora que compensa de la monotonía.

Un hombre equilibrado debe ser aquel que, mirado por un lado, presenta unas cualidades y, mirado por el lado opuesto, unos defectos.

De todos los anuncios que he visto en Barcelona -y los hay muy bonitos- el que por su vaguedad me ha impresionado más es éste: Primeras Comuniones, de 6 a 8. Otro anuncio magnífico: El Considerado. ¡Qué perfume tiene de barcelonismo!

En el Journal d´un poète de Alfred de Vigny, hay una frase en cursiva. Ésta: L´esperance est la plus grande de nos folies. Es una frase de una apariencia terrible y que, a pesar de todo, quizás es plausible y muy puesta en el nivel de la vida. Si se puede llegar a vivir al margen de lo que Vigny llama la mayor locura, cualquier cosa agradable que os ocurra, por muy pequeña que sea, os deslumbrará de felicidad. A los que, por el contrario, viven en las alucinaciones de la esperanza, todo lo que les ocurra, por más fascinante que sea, les parecerá poca cosa, una miserable pequeñez ridícula. Vivir en la esperanza es vivir en el desencanto continuado y sin remedio.

Después, coloco el marcapáginas en el libro y miro al vacío.

Más o menos dos minutos después me doy cuenta de que tengo la boca abierta.

Pla es un genio.

Namaste.

Autor, Literatura, Nothomb

Ordeno y mando, Amélie Nothomb.

Año nuevo, vida nueva, dicen. No voy a llegar a tanto, pero, en ocasiones, cuando termino un libro me pasa por la cabeza que lo mismo podría despellejarlo que no. En muchas ocasiones no lo hago: despellejo cuando está en el lado oscuro. Pero sin embargo, hay muchas que no me convencen. Que podría hablar bien o mal, según lo que quisiera reflejar en lo escrito.

 

Portada de "Ordeno y mando", de Amélie Nothomb.
Portada de "Ordeno y mando", de Amélie Nothomb.

¿No os ha ocurrido nunca? ¿No habéis leído novelas que no eran nada del otro mundo? ¿Que se quedaban en lo grisáceo, con la seguridad de que dentro de un tiempo no sabríais decir de qué trataban?

 

Pues bien, he decidido probar a hacer eso mismo: hablar bien y mal al mismo tiempo. No miento ni en una ni en otra opinión, son más bien la separación de mis dos mitades. Una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

 

 

Dr. Jekyll

Si un invitado muere repentinamente en su casa, sobre todo, no avise a la policía. Esta es la recomendación que le hace un conocido a Baptiste Bordave.

 

Quién sabe si por el destino, la casualidad o la fatalidad, al día siguiente de tener esta conversación, una persona fallece en su casa. ¿Y qué hace nuestro protagonista? ¿Seguir a rajatabla el consejo? Sí, pero es que además va más allá: decide intercambiarse por el muerto. De buenas a primeras, Bordave pasa a ser de un solitario pobre a un ricachón que posee una villa y una mujer.

 

Nothomb consigue enganchar al lector desde la primera página, al sorprender con la trama inicial, al inocularnos el gen de las ganas de saber más, qué pasará, cuándo y por qué.

 

¿Con quién se ha cambiado Bordave? ¿Qué secretos tiene? Desde el momento en el que el protagonista sale de su casa con ganas de ser otra persona se crea una trama a medio camino entre una novela policía y las novelas a las que nos tiene acostumbrados la belga.

 

Porque es claro que, antes o después sucederá algo que haga desenmascarar al protagonista, abandonar su sueño del cambio de vida; pero al mismo tiempo Nothomb consigue que sintamos lástima por él, que nos pongamos en su lugar, que nos planteemos cómo sería un cambio de vida. Esto lo intercala con sus frases críticas (que más bien parecen autocríticas) que van floreciendo a lo largo de toda la historia.

 

Así, la autora consigue, como siempre, una novela muy dinámica, plagada de diálogos, en la que uno se pone a leer un rato y acaba leyéndoselo casi entero. Porque otra de las cosas que caracterizan las novelas de Nothomb es que sus novelas, sean autobiográficas o no, siempre son muy cortas, novelas con las que evadirse de las preocupaciones y que se pueden leer de una sentada.

 

 

Mr. Hyde:

 
Nothomb consigue un buen punto de partida: un muerto y un intercambio de vidas.

 

Lo confieso: es un inicio prometedor. ¿Qué pasará? ¿Cómo se darán cuenta de que se ha cambiado de vida? Teniendo en cuenta que el librillo tiene poco más de 150 páginas no se puede andar por las ramas… ¿verdad?

 

Sí y no. Se pasa rápido pero no porque interese en demasía lo que nos cuenta, sino porque según vamos pasando las páginas (esas páginas con un tamaño de letra gigante) esperamos que suceda algo, que nos muestre alguna cosa, que haya más trama aparte de la inicial.

 

Y de repente, llegas al final. Y te quedas mirando la página en blanco que llega justo cuando se termina el libro. La miras. Sigue en blanco. Luego lees la siguiente: “Impreso en Sant Boi de Llobregat”. Y te preguntas ti mismo si ese es el pueblo en el que nació Pau Gasol. Pero después te das cuenta de que no deberías estar preguntándote eso, así que te dices a ti mismo: ¿pero cómo, ya se ha terminado? ¿Así de repente? Y te das cuenta que has leído una historia que probablemente ni recuerdes cuando te dé por escribir la reseña.

 

Al final, vuelves a mirar la portada. Y entonces, por fin, en voz alta, preguntas: Amélie, ¿eres una buena novelista o cuentas muy bien tu historia? Me temo que es lo segundo, así que tienes un problema. Sí, lo tienes. Porque una vez que cuentes todas las cosas extravagantes que te han sucedido en la vida, estás vendida. Tus lectores seguirán esperando tus libros y poco a poco, se darán cuenta de que lo de inventar se te da mal.

 

Después te verás obligada a comentar cosas que te contaron que le pasó a otra persona, pero para que la coja enganche al lector dirán que te pasaron a ti; y a partir de ahí la cosa no mejorará, porque tus lectores se darán cuenta de la farsa. Se darán cuenta de que inventando pierdes la chispa, te quedas a medio camino, no consigues embaucar al lector con las frases extrañas que se te pasan por la cabeza. No los haces reír. Simplemente consigues que te lean porque tus novelas son cortas, se leen rápido y no eres tonta. Sabes que no aguantarían libros con tres tomos, como los de otro escritor japonés, o que la profusión de descripciones te pone en evidencia.

 

Eres una autora de diálogos, de personajes raros, pero sobre todo, de historias cotidianas. No puedes ser como los demás, no puedes inventarte una búsqueda de un carnero por el medio de un bosque o que un personaje se vaya a un mundo ficticio lleno de podredumbre.

 

Tú eres una escritora de lo cotidiano: de las relaciones humanas, del amor, del trabajo, de todas esas cosas que nos pasan a los que no escribimos. Cogemos tus libros para dejar de pensar en lo que tenemos por la cabeza, para ver qué ideas se te pasan por la mente. No para leer tramas que mezclan la novela negra edulcorada con tus diálogos de siempre, porque no cuela.

 

Así que no, querida Amélie. No me convences en esta faceta. Eso sí, leeré tus libros autobiográficos, que a estar como una chota no te gana nadie.

 

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • Se lee rápido.
Contras
  • Se queda en lo grisáceo. Ni entretiene ni divierte demasiado.

 

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (14)

¿Un IMM publicado hoy? ¿Antes de que vengan los Reyes Magos? Qué raro, ¿no?

Pues quizá sí, pero el motivo de la aparición de estos nuevos libros es, simplemente, porque llevo mucho tiempo pensando en enseñároslos, y como apenas tengo tiempo para sentarme a escribir, lo he ido atrasando.

Sin más dilación (¿a que parece una entradilla para entregar un Óscar?), los libros que os voy a enseñar hoy son:

Libros del IMM pre-reyes
Libros del IMM pre-reyes
¿Qué tendrán los Asteroides que nos gustan tanto?
  • Las torres de Trebisonda, de Rose Macaulay. Me llamó la atención por la sinopsis: un estrambótico grupo por Oriente Medio… no sé por qué, pero me recordó a Willy Fogg.
  • Castilla y otras islas, de Jesús del Campo. Un recorrido por fortalezas, castillos y campos de esta tierra tan desconocida para algunos y tan presente para otros. Me recordó a Una habitación en Holanda por la mezcla de historia y geografía y me apeteció leerlo.

Esto es todo por hoy. Prometo volver en breve con alguna reseña, que son ya varias las que se me acumulan. Mientras tanto seguiré leyendo uno de los libros que conforman los 50 libros para leer antes de los 30… ¿adivináis cuál?

Sé que habéis sido buenos, así que espero que los Reyes Magos os llenen de regalos. 🙂

Namaste.

Balance de 2011, Literatura

Balance de 2011 (III): lo mejor.

Llega el momento de la tercera y última parte del resumen de 2011.

Me alegra poder decir que este año ha sido muy bueno en cuanto a las lecturas que más me han gustado, y eso implica en que me ha sido difícil elegir cuáles debían de quedar fuera de esta lista.

Para facilitar la tarea, voy a dividir lo que más me ha gustado en dos: unos, los que son entretenidos, y me han gustado y los otros son los que más me han gustado de todos (en ambos casos, el orden no implica jerarquía).

Entretenimiento y algo más.

 

  • Tokio blues. Norwegian Wood. Haruki Murakami. Bastante comenté ya en aquélla entrada. Pues bien, si Murakami no me convenció en otras ocasiones, en esta historia de melancolía y amor sí que lo hizo. De momento el libro que más me ha gustado de lo poco que he leído de él.

  • Recuerdos de un callejón sin salida. Banana Yoshimoto. Una completa desconocida que llegó a mis manos por casualidad, y que con su melancolía y delicadeza me convenció completamente con estos relatos que nos ofrece en esta edición.

La maravillosa vida breve de Oscar Wao. Junot Díaz. Uno para desengrasar. Más frívolo que los que figuran aquí, más superficial, más nerd. Una novela que figuraba desde hace mucho entre mi lista de pendientes y que por fin leí en 2011.

Una temporada para silbar. Iván Doig. Una tierna historia que tiene como protagonista a una familia estadounidense al contratar a una nueva doncella.

Cuatro hermanas. Jetta Carleton. Otra preciosa novela de Libros del Asteroide, en este caso la visión de una familia cuyos componentes tienen mucho que contar. He dudado si ponerla en el otro apartado. Muy recomendable.

Vive como puedas. Joaquín Berges. Otro descubrimiento: en este caso se trata de una historia muy divertida pero que al mismo tiempo tiene mucho de real. La mezcla resulta interesante:

El infierno de los jemeres rojos. Denise Affonço. Muy duro. No sé si me dieron más miedo los brutales actos que se cometieron o que se aconteciera en la década de los setenta. Hace cuatro días.

Joyas o lo que mejor he leído en 2011

 

    • El ruletista. Mircea Cartarescu. Todo un descubrimiento, este autor que no conocía de nada. Y de repente llega y con un librito de apenas ochenta páginas me hace pasar un mal rato, me incomoda y me estresa.

 

    • Momentos estelares de la humanidad. Stefan Zweig. El primer libro que leo del austríaco y doy fe de que no será el último. Su pulcro estilo y su mezcla entre historia y novela son dos rasgos suficientes como para decidirse a leerle. Y por qué no, con este libro.

 

    • Plenilunio. Antonio Muñoz Molina. Ya era hora. Sí, ya era hora de que leyera un libro de Muñoz Molina. Salí encantada, por ese estilo, por el modo de encadenar las frases. Lo que otros lo hacen difícil, él lo hace fácil. Si tuviera que compararle con su contemporáneo Marías, diría que Marías sale perdiendo. Pero bien es cierto que me queda mucho por leer de ambos. ¿Alguna sugerencia?

 

    • El arte de volar. Antonio Altarriba y Kim. Si tuviera que escoger la novela gráfica que más me ha gustado, sería ésta. Por lo brutal de la historia y porque además es cierta y nos pilla muy cerca. Con permiso de Asterios Polyp es la novela gráfica que más me ha gustado.

 

    • La ofensa. Ricardo Menéndez Salmón. Lo trágico, la guerra, la incertidumbre… estos temas se tratan en la novela utilizando un estilo que roza lo poético, con una elección muy cuidada de las palabras. Para releerla, sin duda alguna.

 

    • El inicio de la primavera. Penelope Fitzgerald. A Fitzgerald ya la conocía por La librería, pero esta novela me aportó mucho más. Por la forma: el impecable estilo de la autora. Por el fondo: una compleja novela que encara diversos aspectos del Moscú de principios del siglo XX. Redonda.

 

    • El siglo de las luces. Alejo Carpentier. La Revolución Francesa desde el otro lado del Atlántico. Una novela superlativa.

 

    • Los enamoramientos. Javier Marías. Cuando leí que Marías hablaba de asesinatos en su última novela, me extrañó. Por supuesto, se equivocaban. La muerte la utiliza como punto de partida para hablar del amor y de la ausencia. El autor tiene su propio estilo: si te gusta, es una apuesta segura. Si no, mejor pasa a otra cosa.

 

  • Las partículas elementales. Michel Houellebecq. Un autor del que mucho se ha dicho y al que leí, por primera vez en 2011. Un acercamiento acertado. Una novela que tiene de todo. Es muy inteligente este francés.

 

Y vosotros, ¿cuáles son los libros que más os gustaron de 2011? ¿Tenéis alguno para recomendarme?

 

Esto es todo por el momento. En breve, más reseñas de libros que leí en 2011 pero que no me dió tiempo a reseñar.

¡Feliz 2012 a todos! (y si es el fin del mundo, que nos pille leyendo) 🙂

Namaste.