Autor, Literatura, O´Farrell

El retrato de casada, Maggie O´Farrell


Maggie O´Farrell es una habitual por aquí. De ella he leído Tiene que ser aquí (Libros del Asteroide, 2017), La primera mano que sostuvo la mía (Libros del Asteroide, 2018), Sigo aquí (Libros del Asteroide, 2019), Hamnet (Libros del Asteroide, 2021) y La extraña desaparición de Esme Lennox (Salamandra, 2009) así que podéis imaginar las ganas que tenía de leer esta última novela.

Hasta que lo leí.

Porque lo que voy a escribir a continuación son todos los motivos por los que no me ha gustado esta novela y por los que no entiendo el revuelo que está causando y la efusividad en la recomendación de la mayoría de los lectores.

Empecemos por el principio: la ambientación. Florencia y Ferrara, siglo XVI. En pleno Renacimiento, una de las hijas de Cosme de Médici es comprometida con el futuro duque de Ferrara, Alfonso d´Este, con objeto de unir ambas ciudades en alianza y de asegurar un heredero para la familia de Alfonso, y qué mejor que escoger a la hija de la Fecundíssima para garantizar que Alfonso tendrá un hijo.

Desde el primer momento sabemos lo anterior, que hay una boda y que a Lucrezia la asesina Alfonso. Lo incluyen en una referencia histórica antes de empezar la novela y además lo deja claro la autora cuando de forma estructural divide la acción en dos tiempos: el de antes de la boda y el de un año tras el casamiento, cuando la protagonista cree que van a asesinarla.

Me sorprendió que escogiera este sistema, ya que, en proporción, los capítulos que tratan sobre el momento tras la boda son muy cortos y apenas aportan información: es sólo Lucrezia esperando en la fortezza, charlando con su sirvienta o mirando por la ventana. ¿Para qué añadir páginas de un momento temporal que sólo cobra interés al final de la historia?

Y es que el primer problema de El retrato de casada es de base, ya que la trama gira en torno a apenas dos líneas de la wikipedia, porque eso exige a la autora a rellenar el resto, a completar páginas y capítulos de un personaje histórico sin demasiado recorrido: una joven que muere a los 16 años sin haber hecho mucho más que dejar la casa de su padre para vivir en la de su marido.

Justifica este hecho la autora con que se enamoró del retrato de Lucrezia y de su mirada. Sin embargo, esto no es suficiente para convertir a la protagonista en un personaje de primer nivel, lo cual acaba obligando a la norirlandesa a narrar otra serie de cosas accesorias con las que rellenar páginas: comentar cómo funciona el uso del pigmento, añadir detalles descriptivos de los palacios y los ambientes, además del paisaje cuando caminan de camino de un palazzo a otro.

Despliega la autora su particular estilo, sensible y directa, sutil y elegante pero que en esta ocasión me ha sonado a reiterativo, como en este ejemplo:

Podría contarle todo eso a Alfonso, pero entonces le daría claves, puertas y pasadizos para llegar a su interior. Por eso no se lo contó. No quería darle permiso para que llegara a su interior.

Página 65

El retrato de casada adolece también de falta de consistencia: durante el primer tercio de la historia, se nos destaca que el propósito de la protagonista es dar un heredero a su marido. Ese es de hecho el motivo de la boda, ese es el papel de la mujer en un matrimonio del siglo XVI. Para darle la importancia que tiene, se repite, se insiste y se comenta sobre esta circunstancia.

Lo que es sorprendente e injustificable es que más adelante el tema desaparece. Ni una mención. Los meses van pasando pero parece que la protagonista ya no piensa en ello, no merece la pena que se mencione si quiera, quizá a O´Farrell le apetezca más mostrarnos lo mucho que sabe de otros temas.

Después, tan de repente como se fue, parece que alguien recuerda que sigue sin quedarse embarazada, y el tema vuelve a cobrar importancia en el final del libro.

¿Cómo se puede justificar lo anterior? ¿Se ha olvidado la autora del tema principal del libro? ¿Será que no importa tanto como parece en un primer momento? ¿O es que el problema es que ese tema no funciona? ¿Que literariamente es un tema aburrido que no aporta mucho al que lee?

Si atendemos a los personajes, el modo arquetípico es tan burdo que asusta. Ella, es curiosa, lista, vivaracha, inteligente, amante de su familia y de los animales. Es guapa pero no mucho, para que no le cojamos tirria. Vamos, que es moderna. Demasiado moderna.

Él es malo. Se ve, se palpa. No sabemos por qué, más que por un sospechoso carácter voluble, pero es malo de solemnidad. Además sabemos que no va a tratar demasiado bien a Lucrezia, así que tampoco necesitamos ahondar en los motivos de su maldad. Por resumir: ¿os acordáis del príncipe de Frozen? Pues ese.

El resto, todo lugares comunes, diálogos reiterativos y un par de situaciones de acción que se sitúan al final del libro.

Si de algo se podía sentir orgullosa O´Farrell era el modo de trasmitir los sentimientos al lector, la forma de generar sensaciones entre los personajes que traspasaban las páginas del libro. Así lo ha hecho con sus historias anteriores, pero por desgracia, esto aquí está reducido al mínimo. Sobre todo porque la pena que podemos sentir para con Lucrezia es simplemente eso, pena. No se puede sacar más.

Me ha dado rabia, pena, tristeza, al comprobar cómo se puede malograr una historia teniendo talento. Cómo podría haber aprovechado la autora al escoger simplemente un personaje histórico con más recorrido y más vida y conflictos, a quien habría podido exprimir mucho mejor aunque sean más conocidos o se hayan explotado más. Eso o haber tirado por el camino del medio: la posible historia de Emilia, la doncella de Lucrezia.

En definitiva, O´Farrell ha tratado de replicar el éxito de Hamnet, escogiendo la misma fórmula con otro personaje histórico sin éxito.

Maggie sí, pero no con esta novela.

FICHA:

Quizá te gustará si te gustó Hamnet, Maggie O´Farrell.
Pros – Algunos destellos en el modo de narrar de la autora.
Contras – No ocurre nada y no se justifica la longitud de la novela.
– Aburrido, reiterativo y sin interés.

Namaste.

9 comentarios en “El retrato de casada, Maggie O´Farrell”

  1. Que alegría ver qué alguien siente lo mismo que yo leyendo esta novela. No me atrapa en absoluto, me aburre y estoy esforzándome para terminar, pero no tengo claro si será posible. No había leído nada de ella… quiero pensar que con tanto hype tiene cosas mejores…

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  2. Estoy terminando la novela ahora mismo y opino igual que tú: me aburre; es reiterativa y plana. Es el libro elegido para la próxima reunión de mi club de lectura y no sé cómo voy a poder expresar mi decepción sin que me trille la presidenta.

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    1. Es curioso además porque a los que les gusta les ha encantado y les resulta complicado entender por qué a muchos no nos ha gustado nada. Para mí que mucho tiene que ver con el efecto halo que arrastra desde Hamnet, pero bueno…

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      1. Sin embargo, yo, mientras lo leía (acabo de terminarlo), no podía dejar de pensar en otro «retrato». Me refiero a «Retrato de una dama» de Henry James que también toca el tema de la desigualdad femenina, aunque en una época posterior. Henry James aborda el tema desde una mirada masculina (y quiero subrayar esto) y en una época en la reclamación de la igualdad no estaba tan a la orden del día. Sin embargo, consigue una hondura en su «retrato» insuperable, a mi juicio, con hasta cuartos y quintos niveles de significado. Algo de lo que adolece el libro de O’Farrell, que no consigue más que el significado literal de lo que escribe por más hermosas que sean sus florituras, descripciones y demás. En ese sentido, me ha resultado decepcionante. Con todo, le concedo su amplio conocimiento de la época, como, por ejemplo, cuando habla de las técnicas de pintura. Es el primer libro que leo de esta autora y presiento que va a condicionar que no vuelva a interesarme por ella en el futuro. Por otro lado, estoy sobre saturada de tantas novelas que en la actualidad tratan el tema de la igualdad con mayor o menor calidad literaria. Resulta ya un poco «empachante». Y me ha parecido un poco oportunista que la escritora haya querido apuntarse al carro y tirar de ese filón. Siento haberme extendido. Te he contestado, simplemente porque has sido una de las pocas voces valientes que se ha atrevido a poner por escrito algo que parece evidente. Saludos cordiales.

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        1. Ah, buena comparación. Esa novela no la he leído pero por aquí está Gabrielle de Bergerac, también de James, que más o menos parte de la misma premisa.

          He leído más de O´Farrell y no todas sus historias son iguales. Hamnet por un lado, también es histórica pero tira por otros derroteros, y las demás que menciono en este post son contemporáneas y se centra en las relaciones interpersonales. No es una mala escritora, pero en esta ocasión se ha subido al carro de lo que se lleva hoy en día. Llamémoslo márketing.

          Quizá con lo anterior también está relacionado con el márketing, porque seré una de las pocas que no ha recibido el ejemplar por parte de la editorial, y me da la sensación de que muchos se han sentido obligados a hablar bien del libro cuando seguramente no les haya gustado tanto. (para ponerte en contexto, en Instagram incluso me he encontrado con una persona que mencionaba el final de forma errónea, con lo que no lo había leído). En definitiva, que quizá muchas de las opiniones que has leído están infladas.

          Gracias a ti por pasarte y comentar. Siempre es enriquecedor conocer el punto de vista de otros lectores y, sinceramente cuando publiqué esta entrada pensé que yo era la única que veía las cosas de otro modo. Genial es saber que no estoy sola.

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