Autor, Literatura, Muñoz Molina

El invierno en Lisboa, Antonio Muñoz Molina

Touché. ¿No voy y digo que la música no es un tema fácil de abondar en una novela y llega Muñoz Molina y demuestra lo contrario? ¡Si es que no se pueden decir esas cosas, que nunca se sabe qué nos espera la siguiente lectura!

El invierno en Lisboa es una historia de amor envuelta a ritmo de jazz. El pianista Biralbo y la sutil Lucrecia compartirán un amor a vueltas del tiempo y el lugar, de los problemas y las situaciones.

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El narrador es un amigo de Biralbo que debido a su confianza va conociendo los entresijos y los detalles de su relación, un narrador parcial que a lo largo del tiempo nos ofrece más o menos información y que va rellenando sus lagunas a medida que lo vamos haciendo nosotros.

La historia tiene un punto a novela negra, con su parte de misterio y peligro, y al mismo tiempo, al ambiente de tugurio, alcohol y tabaco de la época, una especie de nebulosa en la que la música juega papel primordial, donde las notas enmarcan a los personajes y enredan la trama.

– Pero un músico sabe que el pasado no existe – dijo de pronto (…)- esos que pintan o escriben no hacen más que acumular pasado sobre sus hombros, palabras o cuadros. Un músico está siempre vacío. Su música deja de existir justo en el instante que ha terminado de tocarla. Es el puro presente.

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El pasado no existe para un músico, pero las notas parecen perseguir con sus ecos el destino de Biralbo. El infortunio y la persecución nos llevan a la capital lusa, como meta de la trama que se hilvana a través de los años.

No sé si soy yo o es la edad pero cada vez me gustan más las novelas que abarcan varias décadas, porque si el autor lo sabe hacer bien tiene en su mano la capacidad de mostrar los cambios de los protagonistas a lo largo del tiempo, y eso me parece muy interesante. Conocer cómo han acabado sus sueños, dónde están sus pretensiones y cuáles son sus miedos, y comparar con lo que nos narraban de su juventud.

Muñoz Molina tiene la capacidad de jugar con las palabras y exprimirlas, sacando lo mejor de cada una y omitiéndolas cuando lo considera necesario. No marea, no juega a la demostración absoluta de su buen hacer. Simplemente llega y lo demuestra. Y si con Plenilunio se sacaba de la manga una historia con cadáver incluido, ahora le da por recrear la vida bohemia de un pianista y de hacerlo bien.

Un libro cortito, pero que no se queda en simple ni liviano, donde capítulo pesa y donde los fragmentos destacados se acumulan.

Mirando a Biralbo, inescrutable y solo cínico, feliz tras las gafas oscuras, observando desde la barra del Metropolitano la elegancia inmutable y apátrida de sus gestos, yo me preguntaba si aquéllas canciones seguirían aludiendo a Lucrecia.

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Una novela perfecta si queréis adentraros en la obra de Muñoz Molina, por su brevedad e intensidad.

Al tocar levantaban resplandecientes arquitecturas translúcidas que caían derribadas luego como polvo de vidrio o establecían largos espacios de serenidad que lindaban con el puro silencio y se encrespaban inadvertidamente hasta herir el oído y envolverlo en un calculado laberinto de crueldad y disonancia. Sonriendo, con los ojos entornados, como si fingieran inocencia, regresaban luego a una quietud como de palabras murmuradas. Siempre había un instante de estupor y silencio antes de que comenzaran los aplausos.

Página 129.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • El estilo del autor mezclado con el ambiente y la temática que recrea.
  • Poderosos personajes.
Contras
  • Para mí, Seix Barral tiene un tipo edición incómoda.

Namaste.

¿Y ellos qué opinan?, Literatura

Y ellos, ¿qué opinan? (I): Antonio Muñoz Molina

Pues sí, amigos, como leen. Tras la entrada en la que comentaba el inicio de la nueva sección, os traigo la primera opinión que no es otra que la de Antonio Muñoz Molina.

Antonio Muñoz MolinaAntonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956): escritor y académico de la Real Academia Española. Desde su primera novela, Beatus ille (1986) ha encadenado una lista de obras con éxito tanto en la crítica como en el público. Entre otras, destacan Invierno en Lisboa, El jinete polaco, Plenilunio o La noche de los tiempos. Muñoz Molina forma parte es uno de los autores  contemporáneos más aclamados, no sólo por sus novelas sino también por sus ensayos y artículos.

Conoceremos un poco más sobre sus gustos literarios leyendo esta mini-entrevista.

1.- ¿Cuál es el último libro que has leído?

-Hiroshima, de John Hersey: el testimonio ya clásico sobre la caída de la bomba atómica vista a través de los ojos de algunos supervivientes.

Es este y para el que lo quiera comprar, está en formado Debolsillo.

Una reseña aquí.

2.- Un libro que nos recomiendas.

-La Montaña mágica, de Thomas Mann, por ejemplo.

Clásico entre los clásicos. Poco más que decir. Los que no lo hemos leído lo tenemos en la lista de pendientes.

3.- Un autor por el que sientas fijación.

– No soy muy amigo de la terminología psicoanalítica, pero un autor al que siempre vuelvo, casi a diario, es Montaigne.

Y vosotros, ¿coincidís con Muñoz Molina? ¿Recomendaríais La montaña mágica? ¿Habéis leído algo de Montaigne? Y ahora que ya sabemos qué opina Muñoz Molina, ¿A quién le preguntaríais por su opinión?

Namaste.

Balance de 2011, Literatura

Balance de 2011 (III): lo mejor.

Llega el momento de la tercera y última parte del resumen de 2011.

Me alegra poder decir que este año ha sido muy bueno en cuanto a las lecturas que más me han gustado, y eso implica en que me ha sido difícil elegir cuáles debían de quedar fuera de esta lista.

Para facilitar la tarea, voy a dividir lo que más me ha gustado en dos: unos, los que son entretenidos, y me han gustado y los otros son los que más me han gustado de todos (en ambos casos, el orden no implica jerarquía).

Entretenimiento y algo más.

 

  • Tokio blues. Norwegian Wood. Haruki Murakami. Bastante comenté ya en aquélla entrada. Pues bien, si Murakami no me convenció en otras ocasiones, en esta historia de melancolía y amor sí que lo hizo. De momento el libro que más me ha gustado de lo poco que he leído de él.

  • Recuerdos de un callejón sin salida. Banana Yoshimoto. Una completa desconocida que llegó a mis manos por casualidad, y que con su melancolía y delicadeza me convenció completamente con estos relatos que nos ofrece en esta edición.

La maravillosa vida breve de Oscar Wao. Junot Díaz. Uno para desengrasar. Más frívolo que los que figuran aquí, más superficial, más nerd. Una novela que figuraba desde hace mucho entre mi lista de pendientes y que por fin leí en 2011.

Una temporada para silbar. Iván Doig. Una tierna historia que tiene como protagonista a una familia estadounidense al contratar a una nueva doncella.

Cuatro hermanas. Jetta Carleton. Otra preciosa novela de Libros del Asteroide, en este caso la visión de una familia cuyos componentes tienen mucho que contar. He dudado si ponerla en el otro apartado. Muy recomendable.

Vive como puedas. Joaquín Berges. Otro descubrimiento: en este caso se trata de una historia muy divertida pero que al mismo tiempo tiene mucho de real. La mezcla resulta interesante:

El infierno de los jemeres rojos. Denise Affonço. Muy duro. No sé si me dieron más miedo los brutales actos que se cometieron o que se aconteciera en la década de los setenta. Hace cuatro días.

Joyas o lo que mejor he leído en 2011

 

    • El ruletista. Mircea Cartarescu. Todo un descubrimiento, este autor que no conocía de nada. Y de repente llega y con un librito de apenas ochenta páginas me hace pasar un mal rato, me incomoda y me estresa.

 

    • Momentos estelares de la humanidad. Stefan Zweig. El primer libro que leo del austríaco y doy fe de que no será el último. Su pulcro estilo y su mezcla entre historia y novela son dos rasgos suficientes como para decidirse a leerle. Y por qué no, con este libro.

 

    • Plenilunio. Antonio Muñoz Molina. Ya era hora. Sí, ya era hora de que leyera un libro de Muñoz Molina. Salí encantada, por ese estilo, por el modo de encadenar las frases. Lo que otros lo hacen difícil, él lo hace fácil. Si tuviera que compararle con su contemporáneo Marías, diría que Marías sale perdiendo. Pero bien es cierto que me queda mucho por leer de ambos. ¿Alguna sugerencia?

 

    • El arte de volar. Antonio Altarriba y Kim. Si tuviera que escoger la novela gráfica que más me ha gustado, sería ésta. Por lo brutal de la historia y porque además es cierta y nos pilla muy cerca. Con permiso de Asterios Polyp es la novela gráfica que más me ha gustado.

 

    • La ofensa. Ricardo Menéndez Salmón. Lo trágico, la guerra, la incertidumbre… estos temas se tratan en la novela utilizando un estilo que roza lo poético, con una elección muy cuidada de las palabras. Para releerla, sin duda alguna.

 

    • El inicio de la primavera. Penelope Fitzgerald. A Fitzgerald ya la conocía por La librería, pero esta novela me aportó mucho más. Por la forma: el impecable estilo de la autora. Por el fondo: una compleja novela que encara diversos aspectos del Moscú de principios del siglo XX. Redonda.

 

    • El siglo de las luces. Alejo Carpentier. La Revolución Francesa desde el otro lado del Atlántico. Una novela superlativa.

 

    • Los enamoramientos. Javier Marías. Cuando leí que Marías hablaba de asesinatos en su última novela, me extrañó. Por supuesto, se equivocaban. La muerte la utiliza como punto de partida para hablar del amor y de la ausencia. El autor tiene su propio estilo: si te gusta, es una apuesta segura. Si no, mejor pasa a otra cosa.

 

  • Las partículas elementales. Michel Houellebecq. Un autor del que mucho se ha dicho y al que leí, por primera vez en 2011. Un acercamiento acertado. Una novela que tiene de todo. Es muy inteligente este francés.

 

Y vosotros, ¿cuáles son los libros que más os gustaron de 2011? ¿Tenéis alguno para recomendarme?

 

Esto es todo por el momento. En breve, más reseñas de libros que leí en 2011 pero que no me dió tiempo a reseñar.

¡Feliz 2012 a todos! (y si es el fin del mundo, que nos pille leyendo) 🙂

Namaste.

Autor, Literatura, Muñoz Molina

Plenilunio, Antonio Muñoz Molina

Este fue el libro que seleccioné de todos los que me recomendasteis.

Portada de "Plenilunio", de Muñoz Molina.
Portada de "Plenilunio", de Muñoz Molina.

Es el primer libro que leo de Muñoz Molina, y la verdad es que ya era hora. (Ya sabéis cómo es el Plan Infinito). (Y ya era hora de que publicara la reseña, que el libro lo leí hace un mes… ¬¬)

 

Lo primero que me extrañó fue que partiera de un asesinato. Por no sé cuáles motivos tenía catalogado a Muñoz Molina como intelectual del tipo de Javier Marías, con sus reflexiones y demás, y que situaría la acción en otro tipo de circunstancias.

 

Con apenas tres personajes, el autor articula una novela muy cuidada que consigue envolver al lector en una atmósfera nebulosa donde crea unos personajes llenos de aristas.

 

Aunque el inicio puede ser algo lento, pronto nos adaptamos al estilo del autor que va fluyendo a lo largo de la novela. No pretende que queramos leer hasta descubrir quién es el asesino, porque realmente esto es secundario. Lo que busca es que sintamos y nos pongamos en el lugar de los personajes, personas con inseguridades y dudas, con soledades y silencios.

 

El método que emplea es el alternar a los personajes protagonistas para que nos vayan contando su visión de la historia. Es este rasgo el que le da dinamismo a la novela e invita a leer con voracidad al lector. Porque sí, antes de la mitad del libro uno ya está obnubilado ante el despliegue de medios de los que el autor hace alarde.

 

Y esto es lo que más me ha gustado de Muñoz Molina. Que al contrario que otros muchos, que construyen frases con esfuerzo, que en su conjunto todo queda bien pero es demasiado artificial, el autor escribe como si fuera fácil, como si cualquiera pudiera hacer lo que él hace.

 

Pero es que además el retrato que hace de los tres personajes es tan vívido, tan real, que esas personas podrían existir en la realidad. Y aquí está el quid de la cuestión. Si otras novelas u otros autores presentan personajes apenas esbozados, una especie de caricatura de lo que podría ser en realidad, Muñoz Molina nos da una fotografía. Así que cualquiera es capaz de ir por la calle a buscar la cara que refleja la foto.

 

Entonces, ¿cómo no voy a estar de acuerdo con Ismael cuando lo cataloga de “muy bueno”? ¿O con Isi, que invita a no posponer su lectura?

 

Con esta novela me ha pasado una cosa curiosa. Siempre me planteo a quién se lo recomendaría, sobre todo para hacer la ficha que cierra la entrada. Sin embargo, este es uno de esos libros que lo recomendaría a cualquiera.

 

FICHA:

 

Te gustará si…
  • Te gusta la buena literatura.
  • Quieres disfrutar de un libro.
Pros
  • El estilo del autor.
  • Los personajes que crea.
Contras
  • El inicio, que se me hizo un poco cuesta arriba.

 

 

Namaste.

Propuestas

Cinco autores, cinco

Tras los últimos traspiés literarios me he replanteado la situación y he decidido plantar cara al Plan Infinito. Para ello, he seleccionado 5 autores que siempre he querido leer pero que por un motivo u otro han ido perdiendo posiciones a la hora de ponerme con ellos.

Son los siguientes:

 

  • Antonio Muñoz Molina. He oído buenas críticas pero no he leído nada de él. ¿Cuál me recomendáis?

 

  • Charles Dickens. Hace mucho leí Historia de dos ciudades. Me encantó y quiero seguir leyendo algo de él. El problema es que tiene mucho y a priori muy bueno, así que no me decido por leer David Copperfield, Oliver Twist o Grandes esperanzas.

 

  • Mario Vargas Llosa. Tras los últimos comentarios y vuestra inestimable ayuda, he reunido varias recomendaciones: La fiesta del chivo, Travesuras de una niña mala, La guerra del fin del mundo, Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor y La ciudad y los perros.

Gracias Carol, R., Chantal, Bookworm, Goizeder y Oesido.

 

  • Javier Marías. Sólo he leído Mañana en la batalla piensa en mí. Lo recuerdo como un buen libro, sobre todo en cuanto al estilo, porque la verdad es que la trama la tengo un poco olvidada. ¿Con qué continuar? ¿Corazón tan blanco? ¿Tu rostro mañana? ¿Todas las almas?

 

  • Alexander Solzhenitsyn. Me parece un autor interesante. Además tengo por casa Por el bien de la causa y El primer círculo, aunque no sé si debería empezar por Archipiélago Gulag o si el orden es indiferente.

 

Mi teoría es que dentro del Plan Infinito hay categorías diversas. Algunos llegan y en poco tiempo los leemos. Pero otros… se pueden tirar meses y años sin que nos pongamos a ello. No sé si funcionará pero de momento esta medida me parece una buena idea.

 

Namaste.