Bazar

Divagando que es gerundio

Durante todo este tiempo de ausencia, me han pasado (literariamente hablando) varias cosas.

 

La más sonada fue una de la que la mayoría de vosotros tuvo, seguramente, noticia por alguno de los compañeros reteros que publicaron su entrada correspondiente. Y es que sí, aunque no me dio tiempo a contároslo, iniciamos con mucha ilusión la lectura del segundo libro del reto 10×10. Sin embargo, los resultados dejaron mucho que desear. Se trataba de una novela demasiado densa como para leer a un ritmo de 80 páginas diarias, así que muy a nuestro pesar, convenimos con dejarlo, seguirlo o posponerlo para más adelante, lo que cada uno decidiera.

 

Yo fui de las que dudé mucho. Por un lado, sabía que a ese ritmo iba a ser imposible acabarla. Por otro, pesaban las ganas de acabar un libro que nos envió muy amablemente la editorial Ajec y por mi propia cabezonería: abandonar un libro debe de ser la última de las opciones.

Estuve varios días dándole vueltas, viendo el libro en mi mesilla, pero ese debe que comenté antes se hizo humo cuando comprendí que en este momento no sería capaz de continuar con él. Lo cual implica que no descarto leer en el futuro (de hecho he llegado a pensar en proponer una lectura conjunta a un ritmo más pausado con quien se quiera animar).

 

El tema de abandonar libros es uno de esos recurrentes en los blogs literarios. Hay personas categóricas en ambos extremos: los que nunca abandonan un libro y los que si les cansan lo dejan.

 

Yo era de las que no lo abandonaban, hasta que me di cuenta de que eso no le hace mucho bien ni al libro ni al lector. Hay libros que pueden resultar complejos en una época y geniales en otra: en muchas ocasiones es el momento en el que se lean, igual que la cantidad de tiempo que se tenga. Un libro largo puede resultar mortal si sólo disponemos de media hora al día para leer, pero perfecto para épocas en las que se tiene más tiempo.

 

Pero luego están los gustos, y ahí depende de cada uno. Pero eso ya lo sabéis, que para eso existen los blogs.

 

Yo por de pronto, me marcho a leer, para traeros más opiniones variopintas de algún que otro libro.

 

Namaste.

Autor, Literatura, Wilson

El hombre del traje gris, Sloan Wilson

Antes que nada, quería disculpar mi ausencia. Durante este tiempo, aunque he leído, no he tenido tiempo de sentarme al ordenador y escribir una reseña.

 

Pero en fin, aquí estoy de nuevo, deseando encontrar un rato para poder leer vuestros blogs y daros mi opinión que he terminado recientemente.

 

El libro que os traigo hoy es El hombre del traje gris, de Sloan Wilson, que ya os comenté en un IMM anterior.

 

El autor nos sitúa en los Estados Unidos de los cincuenta. Tras la Segunda Guerra Mundial comienza un período de crecimiento económico basado en el American way of life. Allí reside Tom Rath, un hombre común con lo mismo que sus vecinos: una casa, una familia, un trabajo y un traje gris.

 

Pero más allá de la historia visual, típica, que se cuenta a los familiares y amigos, hay una intrahistoria que pocos conocen. Es aquí donde empieza la verdadera trama.

 

"El hombre del traje gris", de Wilson Sloan
"El hombre del traje gris", de Wilson Sloan

 

Más allá de las distintas situaciones que nos cuentan los autores en sus novelas, y de lo interesante que pueda resultar una historia, hay una cosa que, desde mi punto de vista, le da muchos puntos a la novela. Y ésta es que le transmita algo al lector, que sienta en su propia carne los hechos que le van ocurriendo al protagonista. Para mí, una novela entretenida que me engancha durante un tiempo cuenta menos que otra que no enganchara tanto pero me transmitiera algún sentimiento, del tipo que sea.

 

Pues bien, si tengo que describir con una sola palabra lo que me ha sugerido este libro es angustia. No en el sentido kafkiano de opresión, soledad y ostracismo, sino en el matiz actual relacionado con el éxito, esto es, que todos necesitamos dinero, bienes, trabajo y familia para alcanzar el punto óptimo de felicidad que se valora hoy en día. Que cualquier tropezón que nos impida llegar a ello, de uno u otro modo siempre es un fracaso.

 

El éxito de esta novela quizá sea el personaje de Rath, con el que todos nos podemos identificar en un momento u otro. Todos buscamos la felicidad, todos tratamos de hacer las cosas lo mejor posible aunque no siempre salgan como esperamos.

 

He pasado las páginas agarrada al libro a la espera del devenir de los acontecimientos, con una empatía enorme hacia Rath, que dejaba, de vez en cuando, perlas como ésta:

 

Sólo los masoquistas pueden vivir sin retocar sus recuerdos.

FICHA:

 

Te gustará si te gustó
  • La hoguera de las vanidades, Tom Wolfe.
Pros
  • La trama: sencilla en apariencia pero real y compleja en el fondo.
  • El personaje de Tom Rath.
Contras
  • La propia angustia y tristeza que se le pega al lector.

Namaste.

Autor, Carpentier, Literatura

El siglo de las luces, Alejo Carpentier

La historia de Victor Hugues, un francés que emprende el viaje a la colonia con el objetivo de informar de las novedades relacionadas con la Revolución Francesa, es la historia de un Siglo que se considera la puerta hacia la luz tras mucho tiempo de oscuridad.

 

"El siglo de las luces", Carpentier
"El siglo de las luces", Carpentier

 

El cambio, la consecución de derechos y en definitiva, la libertad, son la base de los sueños de prosperidad de los personajes, que ven el momento como la oportunidad de resolver todos sus problemas. Sin embargo, además de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, la Revolución de 1789 también trae la guillotina, la lucha por el poder, la crueldad o el asesinato brutalmente discriminado.

 

Todo esto y mucho más nos podemos encontrar en la principal obra de Alejo Carpentier, una visión desde el otro lado del Atlántico de los cambios que se efectuaron en Francia y que se expandieron hacia el Oeste.

 

Sin duda, si tuviera que definir esta novela con una sola palabra escogería la palabra superlativa. Porque es así el modo del magnífico despliegue que utiliza el cubano en toda la obra: no sólo en las descripciones, sino en general en la forma de contarnos lo que va pasando. Una forma quizá algo barroca, que prácticamente suprime los diálogos (y cuando existen éstos son siempre indirectos), que va y viene, muchas veces sin ser lineal, otras olvidándose de personajes para que aparezcan después, casi como un mar enfurecido donde vemos las mareas ir y venir, pero sin tener una línea aparente.

 

Y que esta novela sea superlativa implica, además, que en determinados momentos hay que tomársela con un poco de calma, que es necesario saborearla y que al terminarla, el lector tiene la conciencia de que antes o después, tendrá que releerla. Porque señoras y señores, ésta es una de esas novelas que hay que leer antes o después, una de las insustituibles. Indispensable.

 
FICHA:

Te gustará si te gustó
  • Rojo y negro, Stendhal.
Pros
  • Lo superlativo de la calidad de la novela. Todo es a lo grande.
Contras
  • En ocasiones se hace pesado.
  • Evitad leedla en verano. Apuntadla para octubre.
Reto 50 libros
  • Número 35. Año de publicación: 1962.
  • Progreso: 3/50.

 
Namaste.

 

P.D. Tengo decenas de páginas marcadas en mi libro, y cualquiera de ellas podrían haber sido citadas aquí. Sin embargo, he preferido que os sorprendáis al toparos con alguno de esos fragmentos. Son fantásticos.

IMM

IMM (10)

Vuelvo con un IMM cargadito, por aquéllo de ir dejando las cosas pendientes… así que aquí están, todos de golpe:

Adquisiciones de Impedimenta
Adquisiciones de Impedimenta

 

    • Las batallas perdidas, Eudora Welty. Una autora a la que llevaba tiempo siguiéndole la pista, y a la que por fin podré leer. En mi mente estaba La hija del optimista, la obra por la que ganó el Pulitzer, pero después pensé que quizá sería mejor dejar la guinda para el final. Estoy deseando empezarlo.

 

 

    • El inicio de la primavera, Penelope Fitzgerald. La autora de La librería nos lleva a Moscú para contarnos una historia de cambios. No sé más, que quiero llevarme la sorpresa según vaya leyendo.

 

    • Las señoritas de escasos medios, Muriel Spark. He leído buenas críticas de esta novela (desgraciadamente no sé dónde) y tenía ganas por probar. Y aquí está.

 

¡Libros, libros!
¡Libros, libros!

 

    • Punto omega, de Don Delillo. EL libro. Con mayúsculas. Porque después de que @gancedo hablara tan bien de él, me decidí a leerlo en un breve período. Así que lo busqué y lo encontré. No sé por qué esperaba un libro mucho más grueso.

 

    • La ofensa, Ricardo Menéndez Salmón. Un autor del que mucha gente ha hablado en un corto período de tiempo y que tengo curiosidad por conocer. No sé si es la mejor opción para empezar a leerle, porque he visto reseñado alguna vez su otra novela La luz es más antigua que el amor. Por algún motivo desconocido, no quería leer ese. (Y ahora me doy cuenta de que Bartleby lo leyó y no le gustó demasiado)

 

    • El hombre del traje gris, Sloan Wilson. Es la novela que estoy leyendo actualmente. Y sí, seguro que a vosotros os ha venido a la cabeza la canción de Sabina. Poco hay que añadir sobre la trama si escucháis la canción.

 

 

    • Una habitación en Holanda, Pierre Bergouniox. Algo similar al anterior me pasó con éste. Holanda y Descartes en una misma frase. Me apetecía un libro diferente a las novelas al uso que suelo leer.

 

Y vosotros, ¿habéis leído alguno de ellos? ¿Qué os parecieron?

 

Esto es todo por el momento. Prometo volver con una reseña, que tengo varias pendientes.

 

Pasad un estupendo fin de semana.

Namaste.