Cuando lees un libro del que has visto ya la película, a veces te puede suceder que te decepcione lo que encuentras, que pienses que la versión cinematográfica es mejor que el texto o bien que el visionado acabe afectado a la lectura.
El club de la lucha, la película, fue un fenómeno en su día. Aunque no recuerdes a la perfección la trama de la historia, todos sabemos lo que es el club, quién la protagonizaban y por dónde iban los tiros.
Llegué al libro de El club de la lucha (Debolsillo, 2011) porque necesitaba una historia corta y ligera que llevar conmigo. La verdad es que no tenía pensado acercarme a la obra de Chuck Palahniuk, del que he leído muchos elogios pero al que nunca había leído.
Ahora debería llorar. Es lo más apropiado en esta oscuridad asfixiante, oculto por el cuerpo de otra persona y consciente de que todo cuanto sea capaz de conseguir se convertirá en basura.
Cualquier cosa de la que puedas estar orgulloso acabará en el cubo de la basura.
Página 25
La historia de Tyler Durden tiene como punto de partida la creación de una peculiar comunidad violenta con la el que protagonista busca huir de su vida y sentirse como en casa.
Esto era la libertad. La libertad consistía en perder toda esperanza.
Página 31
Luego viene lo demás. Porque el club y su organización es la excusa perfecta para criticar una sociedad carente de principios y de fe, una sociedad hiperconsumista que empuja a los individuos a la soledad y a incomprensión, a sentirse ajenos de un mundo en el que forman parte pero del que a la vez, buscan huir.
Si puedes despertar en un lugar distinto.
Si te puedes despertar en un uso horario diferente.
¿Por qué no te puedes despertar siendo otra persona?
Página 169
La novela de Chuck Palahniuk es una historia directa y grosera que no se anda con subterfugios: los capítulos son cortos, las descripciones, las justas, abundan los diálogos y no se incluye nada que no tenga directamente que ver con lo que quiere contar (lo cual es de agradecer tras tantos libros con exceso de páginas). Aquí Palahniuk hace un trabajo de estructura y edición para evitar todo de lo que suelen pecar los best-sellers: el regodeo para impresionar al lector, el exceso de páginas, la reiteración del que quiere añadir más.
No se le puede poner ninguna pega. Y mira que no soy yo amiga de underground, ni me gustó Trainspotting, de Irvine Welsh. Pero aquí demuestra que con pocas páginas se puede hacer una historia que ha traspasado el texto para llegar a la cultura pop.
FICHA:
Te gustará si te gustó | –Trampa 22, Joseph Heller. |
Pros | – Las reflexiones que va hilando en la historia. – Directo, crudo ácido. |
Contras | – La edición que no es la mejor. |
Namaste.