Autor, Hamsun, Literatura

Hambre, Knut Hamsun

Hambre.

Hambre de Knut Hamsun.

¿Fácil, verdad? Eso creía.

Si lleváis tiempo leyéndome sabréis que tengo una libreta de pendientes. Una de esas analógicas que funcionan con bolígrafo. Ni nube ni nada. Mi libreta.

Como en tantas otras ocasiones en las que un libro lleva a otro libro, Eduardo Halfon en Un hijo cualquiera menciona este autor y en concreto esta obra.

Como tantas otras veces anoté el título en mi libreta. Y ya. Que la lista tiene un orden cronológico y el último anotado no significa que ha de ser el primero en leerse.

Lo raro vino después, cuando revisé lo que tenía anotado previa visita a la librería, y me encontré este título no una ni dos sino tres veces. Me pareció extraño, suelo recordar lo que anoto, reviso a la libreta a menudo, y sin embargo en tres ocasiones distintas he considerado interesante este autor con esta obra y tres veces lo había olvidado por completo.

Ese hecho fue el que catapultó a Hambre a la primera posición de siguiente libro por leer. Lo encontré en esta Ediciones de la Torre (2016), una edición sencilla sin demasiada alharaca para ser un Nobel.

Pero claro, es que Hamsun tiene el Nobel, pero lo que no ha sobrevivido ha sido su paso a la cumbre de los recordados de la literatura, y esto es por su apoyo ferviente al régimen nazi, incluso pasado 1945.

Hambre es la historia de un señor, de quien ni siquiera sabemos el nombre, alguien gris que planea publicar un libro, pero que mientras tanto busca dinero para comer o para pasar la noche.

Estamos en la ciudad de Christinía. Sean ustedes bienvenidos.

Es tiempo de otoño, plenitud del carnaval de lo perecedero; las rosas tienen infectado su rubor, un maravillo y febril resplandor recubre su color rojo sangre.

Página 51

Bienvenidos a un ejercicio de literatura suprema, en el que la reflexión es constante, donde desde el primer momento Hamsun demuestra su maestría en analizar y describir el sufrimiento:

La ciudad se había apoderado de mi pensamiento y no me dejaba ni un momento de sosiego. ¿Y si yo mismo me hubiera disuelto en la oscuridad, fundiéndome con ella?

Página 88

Lo que sucede en Hambre mezcla la desesperación más grande de un humano con el sentimiento de culpa, también el de vergüenza por haber llegado a esa situación. La suma de ambas lleva a una situación límite extraña, una desesperación que de vez en cuando se llena de momentos humorísticos o sarcásticos, algo que descoloca por el tono serio y duro del resto de la prosa:

Me levanto y me coloco en medio de la habitación. Pensándolo bien, la notificación de desalojo de la señora Gundersen llegaba oportunamente. En realidad, esa habitación no era digna de mí.

Página 55

Hambre tiene mucho de novela actual, de novela cumbre, durante toda la lectura da la sensación de que esto podría haber sido escrito por un autor hace 30 años en el momento final de su obra literaria. Nada de eso. Hambre es de 1890 y fue la primera novela de Hamsun. Así de grande es esto. Inabarcable.

Me reí febrilmente de mis propias gracias, las encontraba muy divertidas. En realidad no me pasaba nada, estaba en mis cabales.

Página 186

Al informarme del autor leí que muchos de los grandes escritores ponían como referente al noruego: Henry Miller, Stefan Zweig o Herman Hesse entre otros. Pensé que es la típica frase que se dice, porque a alguien hay que mencionar, pero desde la primera página todo, absolutamente todo, me recordó a Thomas Mann, también a James Joyce. ¿Un tipo que vagabundea por una ciudad y va describiendo sus pasos además de ir reflexionando sobre su vida? Esto me suena.

Fue en aquella época cuando yo vagaba pasando hambre por Christiania, esa extraña ciudad que nadie abandona hasta quedar marcado por ella…

Página 27

Si nos fijamos en el estilo y estructura de Hambre encontramos un estilo depurado, sencillo y directo, que no se pierde en detalles superfluos, con ausencia total de signos de diálogo. La estructura es lineal y cronológica, hay pocos personajes, dado que el principal motivo de Hamsun es indagar en la reflexión interior del personaje protagonista: un tipo solitario, incomprendido, sin lazos sociales, que trata de sobrevivir un día más. Es este un personaje peripatético, dramático e incomprensible, que va dando bandazos en su comportamiento y actitud, alguien que no sabe cómo avanzar en la etapa límite a la que se enfrenta.

Hambre es uno de esos libros con los que te paras de vez en cuando, coges aire y lo sueltas mientras te dices: esto es literatura. Algo en el manejo de las palabras, en el desarrollo del discurso, en el modo que tiene de llevarnos más de allá de lo que esperamos, de mostrarnos una capa más interna del análisis, de generarnos emociones en nuestros sentidos. Esto es literatura de esa que trasciende, que está llamada a la universalidad, a la conexión perpetua con la naturaleza humana. Da igual cuánto tiempo pase o de dónde proceda quien lo lea.

Hamsun llegó a decir, según se incluye en el prólogo, Dentro de cien años todo se habrá olvidado. Se equivocaba. Un señor noruego nacido en 1859 es capaz de hablarnos en 2023 a alguien del sur de su continente en un tono actual, conectando con un tipo de vida que nada tiene que ver con la del finales del siglo XIX. Eso sólo lo hacen los grandes, los titanes de la literatura, y Hamsun, independientemente de su horrenda tendencia política, es uno de ellos.

FICHA:

Te gustará si te gustó La muerte en Venecia, Thomas Mann.
Pros – El estilo del autor y como trasciende más allá de las páginas del libro.
– Las reflexiones del protagonista.
Contras – La segunda mitad se hace un poco reiterativa.

Namaste.

Autor, Literatura, Weschler

El Gabinete de las Maravillas de Mr. Wilson, Lawrence Weschler

Ese es el típico libro que no conoces y no piensas leer, pero que acabas comprando porque algo ha hecho que se active tu curiosidad.

En mi caso, fue parte de la sinopsis (que ahora leo, aunque nunca entera), la faja, que proclamaba que este título había sido finalista del Pulitzer y la opinión positiva de Fernando en Instagram (@tylerdurden78zg).

El Gabinete de las Maravillas de Mr. Wilson es exactamente aquello que promete el título: un recorrido por un museo de Los Ángeles que ostenta un curioso señor llamado Wilson. Este es el punto de partida para que Weschler investigue y conozca los objetos que se pueden ver en el museo y que indague sobre la procedencia de esas cosas tan raras (un murciélago que emite una onda capaz de atravesar el plomo, un cuerno de una mujer, entre otras).

Además Weschler conoce a Wilson y consigue hablar con él con objeto de conocer la motivación de iniciar con un espacio al margen de la cultura, con objetos difíciles de catalogar y orientado a curiosos, muchos de los cuales acaban allí casi por casualidad. Un lugar que sólo le da quebraderos de cabeza económicos, pero que a pesar de ello, sigue abierto desde 1988 y quiere seguir manteniendo.

Este título de no ficción conecta con dos cosas: los antiguos gabinetes de maravillas del siglo XVI que guardaban novedosos e interesantes objetos y el concepto de ser curioso, de investigar y mantener la ilusión en los proyectos más allá de la búsqueda de rendimiento económico.

Sinceramente no sé qué más deciros de este título, porque no entiendo nada. No he entendido que pudiera quedar finalista de un premio como el Pulitzer, porque no se ofrece nada novedoso ni ningún enfoque diferente. Este es Weschler describiendo lo que ve y añadiendo fotografías de un museo. Quizá sea yo que no he sabido conectar con la historia, lo reconozco, porque desde el primer momento no me sentía interesada por lo que me estaban contando y seguía sin entender nada. No entendía qué interés puede tener leer un folleto largo de un museo de cosas raras, o por qué alguien puede pensar que el mejor formato es este y no un podcast o un artículo periodístico. De verdad que no sé.

Este libro ha sido para mí, el primer patinazo de 2023. No me ha gustado y no le he encontrado sentido ni la gracia con la propuesta del autor. Me he aburrido en toda la lectura y todo aquello que comenta, a excepción de los detalles propios de este peculiar Museo, son cosas que ya sabemos y que no necesito que me expliquen de nuevo.

Y vosotros, ¿habéis leído este año algún libro que no os ha gustado?

Namaste.

Autor, Literatura, Tsvietáieva

Mi madre y la música, Marina Tsvietáieva

Mi madre y la música (Acantilado, 2012) es una breve historia con la que me he querido acercar a la autora rusa.

Tsvietáieva era eminentemente poetisa, pero nos dejó, además de sus Diarios varios breves títulos autobiográficos en los que se acerca a la figura de sus padres. En este caso, a la de su madre y la relación con la música. La madre es quien quiere que Marina aprenda a tocar el piano. Esa voluntad empujará a la autora al complicado mundo de la práctica musical, reiterativo y frustrante en el aprendizaje, pero conectará con lo más íntimo de la conexión del interior de su madre con las notas y los compases, con aquello difícil de describir con palabras que nos trasmite la música.

Sólo lo lamento por la música y el sol.

Página 62

Mi madre y la música es una bella evocación a la infancia, como mencionan en la sinopsis, también la conexión más allá de las palabras que se comparte con el sentimiento musical.

Tsvietáieva nos deja preciosos párrafos en los que conecta sus recuerdos con las teclas del piano y con la posterior ausencia maternal.

Yo, silenciosa y obstinada, reduje mi música a la nada. Como el mar, que cuando se retira deja huecos, primero profundos, después menos, después apenas húmedos. Estos huecos musicales – huellas de los mares maternos – en mí se quedaron para siempre.

Página 63

Lo sencillo que parece juntar palabras cuando se tiene talento. Lo íntimo que resulta la literatura cuando se hace bien.

Namaste.

Autor, Cohen, Literatura

Los Netanyahus, Joshua Cohen

Hoy os traigo un intento de reseña de Los Netanyahus de Joshua Cohen (De Conatus, 2021), un libro de difícil clasificación que fue galardonado con el premio Pulitzer en 2022.

Empecemos por el principio. En la sinopsis lo primero que nos dice es que se trata de una novela de campus. En su día fruncí el ceño, porque no me suelen gustar demasiado ese tipo de novelas. Más abajo mencionan cosas tan variopintas como la expulsión de los judíos de la península ibérica junto con la valoración de es una comedia salvaje.

¿Cómo pueden incluirse ambas cosas en el mismo párrafo? Eso me preguntaba yo e imagino que eso os preguntaréis vosotros.

Veamos. Sí, Los Netanyahus es una novela de campus. Se sitúa en la universidad de Corbin en 1959, en un momento cuando Ruben Blum, nuestro narrador protagonista, ha de valorar el ingreso a la institución de un profesor especializado en la Inquisición española.

Blum se presenta así en la primera página:

Me llamo Ruben Blum y soy historiador. Muy pronto, sin embargo, supongo que seré Historia. Con lo cual quiero decir que moriré y pasaré a formar parte de la Historia, un tipo poco común de transformación reservada tradicionalmente a los académicos más puros. Los abogados mueren y no se convierten en la ley, los médicos se mueren y no se convierten en medicina, aunque los profesores de biología y química sí pasan a mejor vida y se descomponen en forma de biología y química o bien se mineralizan en forma de geología, se dispersan en su ciencia, tan cierto como que los matemáticos se vuelven estadísticas.

Página 13

El cometido de Blum le pilla por sorpresa, ya que él no está especializado en historia medieval. Quizá la dirección de la universidad pensó en otra cosa: que un judío valore a otro judío.

Y aquí aparece uno de los elementos importantes de la novela: el humor satírico y absurdo en ocasiones, que plaga las descripciones, las reflexiones y los diálogos. El mismo que plaga las películas de Woody Allen o, si nos vamos a la referencia televisiva, el de La maravillosa señora Maisel. Un tipo de humor propio de la comunidad judía, lleno de crítica mordaz nada velada hacia ellos mismos, sus arquetipos de carácter y hacia la sociedad que les rodea.

– Me pregunto si sabrán leer.
– ¿Mis vecinos o los animales?

Página 85

Finalmente llega el profesor a valorar. Pero no llega solo, sino con su familia: Los Netanyahus al completo, incluidos tres niños. A partir de ese momento las situaciones absurdas y surrealistas se suceden, llegando a diálogos hilarantes y momentos ridículos, vergonzosos y a la vez, desesperantes.

– La canguro ha cancelado por un incendio.
-Se le ha inundado la casa por las tuberías congeladas.
– Pensaba que era por un incendio.
– Ha sido una inundación por la tuberías congeladas y un incendio.
– ¿Cómo puede haber al mismo tiempo una inundación y un incendio? ¿El incendio no secaría la inundación o descongelaría lo que estuviera congelado?
– ¿Y tú qué sabes? Soy yo quien ha hablado con ella.

Página 169

Todo lo anterior se fusiona con diversas reflexiones sobre historia, no sólo de la medieval sino de la situación de la comunidad judía, de Israel y de política. Hay espacio para el revisionismo, como lo hay para describir la vida universitaria y los roles en la sociedad de la época. Blum es el único judío, una especie exótica de compañero que parece tener que demostrar su identidad en cada frase que diga.

Los Netanyahus es un espectáculo estilístico difícil de describir. Sólo las primeras 50 páginas ya justifican todo el libro, aunque los que le dan título a la historia no aparezcan hasta la segunda mitad, Cohen puede saltar de un tema a otro sin perder el hilo ni aburrir, sino justo al contrario: generando al lector la sensación de que quiere seguir leyendo a este tipo eternamente, como si por un párrafo firmáramos lealtad a un autor a quien acabamos de descubrir.

Y es que el tema en sí es lo de menos, un elemento más que en este caso le da título a la novela. El resto es un artefacto literario de esos que me fascinan: el modo que tiene el autor de continuar con un discurso que no tiene por qué llevar a ningún sitio pero que va dejando reflexiones de distintos temas en cada página, la sensación de querer subrayar todo, de comprobar que llevas un rato leyendo sonriente, levantar la vista del texto y saber que vas a recomendar este libro a diestro y siniestro.

Cohen escribió esta novela tras varias conversaciones con Harold Bloom, en las que además de hablar de literatura le contó anécdotas de su vida, una de las cuales fue esta, la que acabó con un niño que terminaría siendo Primer Ministro destrozando una casa de jengibre en las Navidades de 1959.

FICHA:

Te gustará si te gustó – Umberto Eco + Eduardo Halfon + Joseph Heller.
Pros – Espectáculo literario de primer nivel. Para releer.
– La edición del libro: cómoda, papel de calidad.
Contras – Os lo digo cuando se me ocurra algo.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (89)

Os he recomendado alejaros de Wallapop porque, de verdad, puede llegar a resultar un peligro.

¿Empezamos?

  • Los días contados, Las almas juzgadas, El reino dividido, Miklos Bánffy (Libros del Asteroide, 2009 y 2010). La llamada Trilogía Transilvana es una de esas historia que, como la Trilogía de Deptford, de vez en cuando veo que recomiendan y que tengo siempre en mi radar. Así que cuando vi que vendían estas 3 novelas nuevas y a un buen precio, no lo dudé. Los lectores hablan maravillas.
  • 13,99 euros, Fréderic Beigbeder (Anagrama, 2000): no sé muy bien quién ni cuándo me ha recomendado esta historia, quizá algún podcast quizá algún artículo que he visto por Internet. El tema es que este mismo comprador de Wallapop también tenía este y me acabé animando… lo de ya que estaba puede llegar a ser preocupante además de peligroso.
  • La espuma de los días, Boris Vian (Alianza, 1993 reimpresión 2017). De mi adorado Vian siempre tengo la sensación de que he leído menos de lo que debiera. Esta es probablemente su novela más conocida, pero yo aún la tengo pendiente.

  • Las muertas, Jorge Ibargüengoitia (Cátedra, 2023). Uno de los muchos títulos que anoté cuando leí el Atlas de literatura hispanoamericana de Clara Obligado era este. Sorprendentemente esta famosa novela no estaba publicada hasta hace bien poco o bien se encontraba descatalogada.
  • Momentos estelares de la humanidad, Stefan Zweig (Acantilado 2002). Para mí la editorial de Zweig es esta. Y este el primero que Zweig, pero lo leí en una edición de Círculo de Lectores y quería tener un ejemplar de este título para su futura relectura.
  • La vida instrucciones de uso, Perec (Anagrama, 2019): en este caso fue un podcast el que me hizo comprar este libro y poner en mi radar, esta vez de verdad, al escritor francés. La edición es la conmemorativa de Anagrama.
  • Las caras, Tove Ditlvesen (Seix Barral, 2023). De la autora leí Trilogía de Copenhague, que me encantó. Cuando vi que la editorial publicaría un nuevo libro suyo sabía que no me lo podía perder. Es cortito, caerá pronto.
  • Jóvenes héroes de la Unión Soviética, Alex Halberstadt (Impedimenta, 2023). Tengo la sensación de que últimamente he cambiado las historias de nazis por las historias de la URSS. No sé, pero no parece casualidad que acabe leyendo más autores soviéticos o ambientados en Rusia, la de antes o después de la Revolución.

Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros este mes?

Namaste.

Autor, Literatura, Obligado

Atlas de literatura latinoamericana, Clara Obligado

Libros sobre libros. Denme más.

Atlas de literatura latinoamericana es un libros sobre libros, en concreto sobre literatura del sur de América. Ordenada por países, se trata de un recorrido geográfico por dos tipos de autores: antiguos y contemporáneos.

Se ordena dicha información por países, que van recomendando unos autores a otros. Esto es, autores actuales recomiendan autores antiguos. Se descarta aquí a los integrantes del boom, por entender que todos conocemos su obra y legado.

En este Atlas de literatura se nos ofrece una cartografía de los libros y autores de la mano de autores actuales. Ilustrada con preciosas ilustraciones en rojo que nos acercan a las imágenes de los autores a los que mencionan.

Como en cualquier recopilación, esta es además personalísima, con autores que nos convencen más que otros a la hora de explicar por qué de la fascinación hacia una obra u autor. De ellos saco muchos, muchos nuevos títulos y autores que quiero conocer.

Sara Gallardo y Jorge Ibargüengoitia son dos de los nombres que he anotado en mi lista de pendientes, además de tantos otros que quiero conocer lo antes posible.


La única crítica que podría ponerle es que al evitar mencionar a los grandes nombres del boom (nada hay aquí de Gabo, de Vargas Llosa o Carlos Fuentes), lo cual puede dejar a este Atlas algo cojo. ¿Si hablamos de volcanes descartamos mencionar el Teide por ser el más conocido? No debería.

¿Libros sobre libros, sí o no?

Namaste.

Autor, Literatura, Sala

Persecución, Toni Sala

Persecución (Trotalibros, 2023) me llamó la atención porque era el segundo libro que salía en castellano del autor tras Los chicos, una novela que me gustó mucho y que de hecho apareció entre mis favoritos de 2022. Si tenía alguna duda sobre su lectura, me la quitó de golpe la frase con la que se inicia la historia:

Salí con un hombre durante un año, hasta que me enteré de que había matado a su mujer.

Página 9

Inicio potente. La curiosidad de saber qué pasó, quién es el asesino y qué ocurrirá con esa narradora que acaba echándolo de su casa.

El asesino es Albert Jordi, un hombre aparentemente normal que sin embargo acabó matando a su mujer hace diez años. Por este hecho pasa por la cárcel, encuentra y un trabajo y comienza a salir con Èlia, la narradora del párrafo anterior. En cuanto se marcha, lo que comenzará después es una búsqueda de respuestas. Ella quiere saber qué sucedió, aplacar un poco sus dudas. Saber. Conocer. ¿Excusarle?

Albert Jordi decide marcharse y a partir de ahí conocemos al resto de los narradores, personajes que se topan con él y nos cuentan sus actos y pensamientos posteriores. Todo ello, como ya vimos en Los chicos, con descripciones de la situación sociopolítica de la Cataluña actual, en este caso, el nacionalismo, la inmigración, la pobreza del extrarradio. Aunque, como siempre, hay para todo.

Por la misma carretera circulaban camiones cargados de animales y autocares cargados de turistas. unos iban al matadero y otros al cielo o a su casa.

Página 69

Persecución es una coral no cronológica, en la que también podemos conocer el paso por la cárcel del protagonista y el asesinato. Sala es un tipo reflexivo, al que le gusta analizar no sólo la situación del personaje sino el entorno que le rodea. Así Èlia no es sólo una mujer joven, sino también la dueña de una inmobiliaria, lo que permite al autor reflexionar sobre el funcionamiento del sector y la crisis inmobiliaria.

Su foco es siempre con personajes que se ubican en un entorno que quiere narrar: el extrarradio y los lugares de paso, el ambiente de drogas o la inmigración ilegal.

El principal problema de Persecución lo tiene con la longitud. Abundan las descripciones (de paisajes, situaciones, reflexiones), que ralentizan la acción y que podrían reducirse, ya que acaban provocando algo de falta de unidad entre las historias, como si de repente en un capítulo el tema ya no fuera el de la trama sino la reflexión sobre el modelo de turismo, las formaciones vulcánicas o los problemas políticos.

Además, la narración del compañero de cárcel de Albert Jordi si bien en primera instancia aporta una visión diferente de la del resto de los personajes, lo cual nos acerca a conocer más al asesino. Sin embargo, cuando vuelve a tomar la palabra la sensación es que está reiterando los mismos detalles que cuando aparece por primera vez. Otro viaje narrado con todo detalle.

Persecución nos muestra al Sala más bestia, el que es capaz de dejarnos fragmentos como el siguiente:

La lava al rojo vivo volaba con las explosiones, llegaba al suelo ya sólida, mezclada con trozos de roca partida. Aún se encontraban pedruscos redondos y negros, extraños, los geólogos los llamaban bombas. Así salió la sangre del cuello e Sara una noche de agosto de hacía diez años.

Página 108

Leer a Toni Sala es recibir un puñetazo en la boca del estómago. Aunque luego se desquite y nos engañe con fragmentos sutiles como este:

Para que la gente entendiera qué era para mí volar, lo comparaba con cuando te duermes, cuando no eres ni de aquí ni de allá. El único momento de refugio, de paz imprescindible, porque sin paz no te duermes y pasas al otro lado, pero una vez que la consigues dejas de tenerla y te dundas en el sueño. La paz no es un recuerdo del sueño, sino, al contrario, un avance del sueño.

Página 169

Y vosotros, ¿cómo lleváis los libros que os revuelven las tripas?

FICHA:

Te gustará si te gustó Los chicos, Toni Sala.
Pros – El estilo y la crueldad de mezclar situaciones normales con elementos violentos.
– El ambiente decadente que genera rechazo que describe Salas.
Contras – La historia pierde fuerza por el exceso de páginas. Sobran páginas.

Namaste.

Autor, Literatura

Las tierras arrasadas, Emiliano Monge

Esta novela de Emiliano Monge vino recomendado por Marta Marne, de quien siempre me fío. Anoté el título y lo dejé estar hasta que lo pude comprar.

Las tierras arrasadas (Random House, 2016) sitúa su acción en un lugar fronterizo de la frontera mexicana, donde los inmigrantes tratan de acceder a Estados Unidos. Ellos, el grupo, desconocidos que buscan una vida mejor. Los que sí tienen nombres propios no son nada halagüeños: Estela, Epitafio, Osamenta, Sepelio.

¡Abre los ojos… tienes que ver lo que ellos hacen… qué dirán de Mausoleo si no se atreve… qué te importa a ti que lloren… si aunque fuera hubiera alguno que aguantara… que no estuviera ahí gritando… igual tendría ése tu suerte… pero no hay ni uno… ni siquiera tienen huevos de aguantarse!

Primero nos pegaron puñetazos y patadas… luego nos dieron con sus tablas… nos tumbaron con las piernas abiertas y se pusieron a pegarnos… todos los días sueño que me matan… que sus tablas me rompen el corazón… ya ni nos daba pena llorar, éramos perros aullando, animales.

Página 65

Ellos, los que tienen los nombres propios, son los que trasladan a los grupos hasta el nuevo país. Ellos son los carceleros de la selva, los matones que violentan a los pobres desgraciados que tratan de cruzar. Los que hacen negocio y disfrutan con la violencia.

La estructura alterna la narración de la historia con párrafos en cursiva donde se incluyen testimonios reales de personas que lo sufrieron en sus propias carnes, pero también donde aparecen citas de la Divina Comedia, sobre todo del Infierno y del Purgatorio. Así entre una acción y otra, dentro del mismo capítulo, encontramos esa diferenciación, que puede llevar a confusión al principio.

Esa combinación funciona bien al contrastar ambas situaciones: lo que les ocurre a Estela y Epitafio, su historia de amor, con quienes tendríamos la tentación de empatizar, pero sin perder de vista las condiciones de los desheredados, de aquellos a quienes se trata tan solo como sujeto pasivo.

Estela es Estela pero también Oigosóloloquequiero y LaqueadoraaEpitafio.

Y como todos los mutismos erizados por el recuero de lo dicho, la sordina al interior de la Ford Lobo es asediada por las cosas que serán pronto exclamadas: necesitados de escucharse, Estela y el soldado abren la boca, arrean sus lenguas y hablan encimando sus palabras: ¡no me puedo yo ausentaremos, comeremos y llamaré de allí a Epitade mi retén toda la tarde y además la normiré luego yo allí aunque sea un ratno deben saber que me he marchremos cuando sea luego otra vez ya por la nochllos me descubren me podrían llevar a juiando ya no sea tan peligroso andar afuera!

Página 73

El estilo, como habréis podido apreciar en el párrafo anterior, es complejo, barroco, plagado de descripciones y de juegos de frases. No es una lectura para estar desconcentrado ni para leer por disfrute, es una lectura que duele, que hiere y molesta.

Teniendo todo lo anterior en cuenta según avanzaba me iba dando cuenta de que no estaba conectando demasiado con la historia. Que los testimonios me interesaban pero no tanto la historia de Estela y Epitafio, y a pesar de reconocer el esfuerzo de una historia cruda, trabajada, compleja, como es Las tierras arrasadas, pero que a pesar de reconocer que se trata un buen libro, simplemente este no es para mí.

FICHA:

Te gustará si te gustó Ni siquiera los muertos, Juan Gómez Bárcena (la parte final).
Pros – La mezcla entre la novela, los testimonios y los fragmentos de la Divina Comedia.
Contras – No he conectado con la historia.

Namaste.

Autor, Literatura, Vigan de

Las gratitudes, Delphine de Vigan

Cuando leí Nada se opone a la noche (Anagrama, 2012) sabía que más pronto que tarde iba a leer un nuevo libro de esta autora francesa. Me quedé con el título de Las lealtades, pero por confusión o por casualidad, acabé comprando este que os traigo hoy.

Las gratitudes (Anagrama, 2021) es la historia de Michka, una anciana que afronta sus últimos años. También la de Marie, una mujer que está conectada con la anciana por un pasado común.

¿Os habéis preguntando alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestra gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda.
¿A quién?

¿Al profesor que os abrió la puerta al mundo de los libros? ¿Al joven que intervino cuando os agredieron en al calle? ¿Al médico que os salvó la vida?

¿A la vida misma? (…)

¿Es así como se mide la gratitud? En realidad, ¿fui suficientemente agradecida? ¿Le mostré mi agradecimiento como se merecía? ¿Estuve a su lado cuando me necesitó, le hice compañía, fui constante?

Página 12

A ellas dos se añade Jérôme, un trabajador de la residencia donde vive Michka, y que ejercita a la anciana para tratar de que no se le escapen las palabras, consecuencia de la afasia que padece.

  • No me gustan las noches.
  • ¿No duermes bien?
  • Es por culpa de las palabras, ya te lo he dicho. De noche se… se agazapan… se pierden…

Página 81

Mientras que Nada se opone a la noche era una historia dura, cruel, de situaciones complejas y extraordinarias, Las gratitudes se centra en, exactamente lo contrario: el paso del tiempo, la gratitud que hemos sentido y demostrado por las personas de nuestro entorno, la reflexión de la vida y cómo se enfrenta a la muerte.

Envejecer es aprender a perder.

Página 129

Con apenas 160 páginas y no más de esos 3 personajes que he mencionado, de Vigan articula capítulos cortos en una historia cronológica sencilla, donde toman importancia los diálogos. Directa y clara, certera y muy, muy tierna, Las gratitudes funciona como oposición al grito despiadado de Nada se opone la noche, y parece un susurro de un amigo, un consejo para valorar, aceptar y agradecer a las personas que, no teniendo por qué ayudarnos, estuvieron ahí cuando más lo necesitamos.

Lo corta de su longitud puede animar también a los lectores que busquen acercarse a la obra de la francesa comenzando por una novela más corta, perfecta para leer de una sentada.

FICHA:

Te gustará si te gustó Nada se opone a la noche, Delphine de Vigan.
Pros – Tierno, sencillo, bonito.
Contras – El tono difiere de Nada se opone a la noche, si esperas lo mismo puedes verte decepcionado.

Namaste.

Autor, Kolker, Literatura

Los chicos de Hidden Valley Road, Robert Kolker

Desde la publicación de Los chicos de Hidden Valley Road de Robert Kolker (Sexto Piso, 2022) mi feed de Instagram se llenó de lectores que recomendaban esta historia que protagoniza una familia numerosa estadounidense.

No es de extrañar que resulte llamativa la premisa: la historia real de una familia con 12 hijos que tiene que enfrentarse a la esquizofrenia de seis de ellos; en un momento en el que la enfermedad era bastante desconocida y motivo de vergüenza y exclusión social.

De puertas para afuera, los Galvin son la perfecta familia americana: el padre, Don, es un militar de reconocido éxito, Mimi, la madre, una ama de casa amantísima que cuida a su prole. Los hijos son también el ideal americano: guapos, listos, destacan en deportes y en diversas artes y que en conjunto, ejemplifican una vida americana al 100%.

El problema se hace patente cuando en la adolescencia el primero de los hijos, Donald, empieza a comportarse erráticamente. Lo mismo le ocurrirá al segundo, pero claro, durante un tiempo rige la regla de aquí no pasa nada y esto son cosas de chavales.

La situación se va complicando con el paso del tiempo, los malos diagnósticos y el uso de drogas. A Donald y Jim se irán uniendo sus hermanos pequeños, y así Kolker nos acerca a la evolución de cada uno, que va variando según los años: problemas en los trabajos, divorcios, entradas y salidas a centros psiquiátricos, el intento de diversas medicaciones y la variación de diagnósticos. Y así los años van pasando.

Matt estuvo controlando los semáforos de Colorado Springs durante una buena temporada. A continuación, anunció que él era Paul McCartney.

Página 250

El modo que tiene Kolker de estructurar esta historia es intercalar la vida de la familia Galvin con la investigación de la esquizofrenia a lo largo del tiempo. Mientras que los capítulos de la familia comienzan con un listado de los miembros de esta y, resaltado en negrita, a quién dedica el capítulo, los capítulos dedicados a la investigación comienzan con el nombre del investigador y el año en el que se sitúa. De esta forma podemos acompañar la evolución de la enfermedad, las teorías y avances de los científicos que tratan de conocer si se trata de algo genético o ambiental y cuál ha de ser el mejor fármaco para tratarla.

Para conocer a la familia, Kolker se apoya en los expedientes médicos de los enfermos pero también en las entrevistas que tuvo con dos de las hermanas pequeñas, Margaret y Mary, las únicas mujeres y ambas sanas, que nos aportan una visión más cercana de cómo debió ser crecer dentro de una familia de estas características.

La vida no es más que las raíces con las que tu familia te envuelve y te ata.

Página 276

Lo que ellas muestran es la cotidianidad de su vida, y el intento de convivir, como niñas, con un montón de hermanos mayores enfermos que o bien vivían en la casa o bien pasaban temporadas, según estuvieran ingresados en los centros de tratamiento correspondientes.

Su testimonio es muy interesante y aterriza toda la información anterior, haciéndolo más cercano. Cuestionan el comportamiento de sus padres, que describen como abnegados para con los enfermos, pero ¿en qué posición deja eso a los sanos? ¿Cómo puede convivir de forma normal una niña de 7 años mientras dos adultos de 30 años se pelean en la sala de estar?

Todo lo anterior convierte Los chicos de Hidden Valley Road en un libro interesante, de lectura rápida pero que a la vez invita a la reflexión y a la duda, que va sorprendido a medida que lees, con detalles escalofriantes e increíbles, y que no puedes parar de leer.

El único problema que le he encontrado este libro es el estilo periodístico a lo yankee, esto es, la repetición excesiva de detalles o situaciones que ya han sido mencionados previamente, como lo hacen en los documentales televisivos, y que creo innecesaria y reiterativa.

Por lo demás, todo un acierto. Si queréis salir de un bloqueo lector, es una opción magnífica. Si sólo os puede la curiosidad, genial, con este no hay fallo.

FICHA:

Te gustará si te gustó Nada más real que un cuerpo, Alexandria Marzano-Lesnevich.
Pros – Cómo alterna la vida de la familia con las investigaciones de la enfermedad
Contras – Exceso de reiteraciones a lo largo del texto.

Namaste.