Autor, Literatura, Sainz Borgo

La hija de la española, Karina Sainz Borgo

Tenía en mente leer este libro desde que lo vi por las redes sociales y por distintas librerías, pero había algo que me echaba para atrás. Quizá fue la definición de la historia como el boom literario, o verlo entre la lista de los más vendidos. Durante un tiempo tuve la sensación de que este libro no era para mí. Admito que soy de las que leen bestsellers sin problema, pero en ocasiones el continuo reclamo me acaba consiguiendo el efecto contrario: la sobresaturación de un libro me suele repeler.

La-hija-de-la-espanolaSin embargo, mi amigo Martín por twitter, acabó por decantar la balanza, así que finalmente lo compré en el Día del Libro.

La hija de la española narra una historia situada en la Venezuela actual, donde el desabastecimiento es la norma y la desesperación y el mercado negro forma parte del día a día. Resulta extraño para un europeo medio pensar que uno puede acudir a un supermercado y encontrarse todas las baldas vacías, que no hay forma de comprar un medicamento o que ante la falta de papel higiénico hay que pagar tres veces su valor por adquirirlo en el mercado negro.

Lo más pasmoso e increíble es que todo esto es cierto y es el día a día de los venezolanos: las restricciones y la búsqueda de alimentos, el intento de encontrar tratamientos médicos por cualquier vía así como la huida de un país que ha entrado en la espiral más abyecta, la de la progresiva aniquilación de su población, mientras los gobernantes se enriquecen y culpan a los enemigos del pueblo de la debacle y la comunidad internacional mira hacia otro lado.

Así las cosas, Adelaida Falcón, se enfrenta la enfermedad de su madre poniendo todos sus recursos a disposición de un tratamiento que acaba diezmando sus ahorros.

Finalmente su madre muere y Adelaida se enfrenta a un futuro incierto en el que la clave la tiene el personaje que da título al libro. No voy a ahondar en qué ocurre pero a medida que iba leyendo me daba cuenta que era bastante previsible lo que iba a ocurrir a continuación, aunque también es cierto que al no tratarse de un thriller o una novela de misterio tampoco importa demasiado.

Pasa rápido la muerte cuando el mundo se empeña en girar.

Página 182

Sainz Borgo radiografía Venezuela y la muestra de forma desnuda, clara y meridiana, algo que aunque conozcamos a través de las noticias y los reportajes que aparecen periódicamente en la prensa no deja de sorprender al ver la magnitud de un desastre tal que incide en el día a día de los ciudadanos. Es impensable pensar en no poder acceder a comprar carne, bien por un precio excesivo o bien por desabastecimiento. El pillaje, la inseguridad y la violencia constante se palpa en cada página, y eso es lo verdaderamente interesante de esta historia, que pasamos de ver el problema a vivirlo, a compartir las miserias de una Adelaida que al terminar de enterrar a su madre sabe que alguien llegará a exhumarla para arrebatarle las gafas o cualquier otra propiedad con la que fuera enterrada, que asume que no va a poder conseguir azúcar y que, al encontrar una lata de atún o una botella de vino en el fondo de una alacena se sonríe y se sabe afortunada.

Concentrar las fuerzas del día a día no para afrontarse a las rutinas: el trabajo, los atascos, hacer la comida, sino al paso previo: andar con miedo por la calle, ver que te han robado el ordenador, volver a comer lo mismo que ayer y anteayer. Para una en este caso sí, española, todo lo anterior pertenece a un pasado remoto, que por suerte, no me ha tocado vivir, pero que está presente en el imaginario de mi familia y se asocia a las consecuencias de la guerra civil. Pero no, obviamente no concibo que exista Internet y que a la vez no pueda conseguir carne, que pueda meterme en Youtube pero haya continuos cortes de luz que me impidan hacer nada (¡cortes de luz en el siglo XXI!). Todo esto ha conseguido que me acerque a la magnitud de la historia, del problema, del sufrimiento de aquéllos que hacen lo posible para sobrevivir aunque tengan enfrente al mismísimo gobierno de la nación.

Si lo analizamos desde el punto de vista literario es una historia ligera, directa y sin adornos. Se detiene lo justo en las descripciones y no incluye demasiados personajes, quizá porque no los necesita, porque el ambiente juega el papel protagonista de la historia. Por contra, determinados pasajes están llenos de lugares comunes:

El mar redime y corrige, engulle cuerpos y los expulsa.

Página 37

He leído varios comentarios en los que catalogan este libro como oportunista, en el sentido de que se aprovecha de la situación, incluso que su publicación y posterior boom defiende un ideario político. La verdad no entiendo demasiado este argumento; históricamente la literatura ha servido para dar voz a distintas realidades y el autor no deja de vivir en una época y un lugar determinados. ¿Calificaríamos a Zola de oportunista por narrar sobre las condiciones de los mineros?  ¿Ha sido un boom por lo que cuenta o por ser una de las primeras historias que lo cuenta?

Prometieron. Que nunca nadie más robaría, que todo sería para el pueblo, que cada quien tendría la casa de sus sueños, que nada malo volvería a ocurrir. Prometieron hasta hartarse. Las plegarias no atendidas se descompusieron al calor del resentimiento que las alimentaba. Nada de cuanto ocurría era responsabilidad de los Hijos de la Revolución. Si las panaderías estaban vacías, el culpable era el pandero. Si la farmacia estaba desprovista, aunque fuera de la más elemental caja de anticonceptivos, el farmacéutico sería el responsable.

Página 64

Obviamente no es la novela del siglo y para mí tampoco es lo mejor que he leído este año, pero me ha parecido una historia entretenida e interesante que ha mantenido mi atención durante todo el texto, lo que no puedo decir de otros…

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • La descripción de la realidad venezolana.
Contras
  • Las expectativas pueden jugar una mala pasada.
  • La trama es previsible.
  • Hay fragmentos en los que se leen lugares comunes que ya hemos visto en otros libros.

Namaste.

¿Y ellos qué opinan?, Literatura

Y ellos, ¿qué opinan? (XXXIII): Nell Leyshon

NellNell Leyshon (Glastonbury): dramaturga y novelista. Ha recibido diversos galardones por sus obras teatrales y además ha sido la primera mujer que ha escrito una obra para el Shakespeare´s Globe Theatre. Autora de Del color de la leche,  por la que consiguió el premio del Libro del Año 2014 que otorga el Gremio de Libreros de Madrid. En Sexto Piso han editado también  El show de Gary  (2016)  y El bosque (2019).

1.- ¿Cuál es el último libro que has leído?

Un libro de Emiliano Monge, del que soy muy fan y también Los muchachos de zinc: Voces soviéticas de la guerra de Afganistán, Svetlana Aleksiévich

Emiliano Monge es un autor mexicano del que no tengo referencias. Entre sus obras, Arrastrar esa sombra (Sexto Piso, 2008) y No contar todo (Random House, 2018)
De Aleksiévich sólo he leído Voces de Chernóbil, muy recomendable (los que hayáis visto la serie de HBO reconoceréis muchas de las experiencias). El libro sobre Afganistán lo publica Debate

2.- Un libro que nos recomiendas.

 The birthday boys, Beryl Bainbridge

Publicada en 1991, narra la historia del Capitán Scott en su viaje a la Antártida en 1910, aportando la perspectiva de cinco de los tripulantes. No lo conocía y ahora NECESITO leerlo. No he sido capaz de encontrar la edición en español, si alguien la conoce que me avise.

3.- Un autor por el que sientas fijación.

Carson McCullers.

Vaya, y ahora como quien no sabe la cosa viene a mi memoria que dejé a medias La balada del café triste y debería ponerme con ella…

Y vosotros, ¿habéis leído algún libro de Carson McCullers? ¿Alguien por aquí que haya leído The birthday boys? ¿Conocíais a Emiliano Monge?

Namaste.

Autor, Leyshon, Literatura

El bosque, Nell Leyshon

Acudí a El bosque con los deberes hechos tras haber leído tanto El color de la leche, magnífica obra de la autora, como El show de Gary.

El envío de Sexto Piso coincidió en el tiempo con el encuentro que tuvo lugar en la librería Jarcha, momento en el que pudimos conocer parte del proceso de escritura, comprender un poco más a la autora y su forma de ver la vida y la literatura, además de poner en común lo que nos había parecido la lectura de esta novela.

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Leyshon escribe en esta ocasión una historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial, aunque en ningún momento mencione el año, el país o quién es quién en la historia. Inferimos que es Polonia y que los batallones que campan a sus anchas por la ciudad forman parte del ejército nazi. En lugar de centrarse en lo grande, la británica presta atención a las pequeñas escenografías de la historia: el ambiente doméstico, las casas, con especial importancia en la luz de las ventanas, así como los elementos comunes, por ejemplo: cucharas, telas o ropajes. La visión del todo a través de lo pequeño.

Esto mismo lo vemos ver en el índice que aparece antes de empezar a leer la historia: un palíndromo que nos deja claro las tres partes bien diferenciadas de El bosque, una peculiar estructura que juega con los opuestos y con los pequeños utensilios a los que me refería más arriba. Me sorprendió encontrarme esta guía en la primera página, un peculiar modo de dejar claro que en esta historia está todo pensado, y que enmarca además temporalmente la novela.

Así, en la primera parte conoceremos los personajes principales, y podremos ver quién es quién en esta historia: la abuela, generosa médico que ayuda a todo aquél que se cruce en su camino, el padre, miembro de la resistencia polaca y la madre, figura clave para entender la historia. No me olvido a Pawel: la voz infantil que parece uno de los rasgos característicos en la prosa de Leyshon, fundamental para ver la historia con sus inocentes ojos como contraposición de los adultos.

La segunda parte es la que justifica el título del libro, divide la historia en dos y fundamenta lo que nos vamos a encontrar más tarde. Un cambio de tono y temática aparente o más bien la historia más cruda y esquelética: los temas que busca la autora sin adornos.

Al igual que en sus otras dos novelas anteriores la voz infantil es esencial para comprender la historia: en este caso Pawel es uno de los protagonistas principales a lo largo de toda la novela. En el inicio como niño, más tarde como adulto, Pawel pone el contrapunto a Zofia, la paciente madre que tiene que abandonar su carrera musical para afrontar la cruda realidad.

Mi relación con esta historia ha sido desigual: comencé pensando que la novela no era nueva para mí, que había leído lo mismo muchas veces, tantas como ocasiones en las que me he acercado a historias ambientadas en este periodo histórico, como en Tú no eres como otras madres de Angelika Schrobsdorff. En la segunda parte empecé a ver destellos puntuales de algo que sí me convencía, fragmentos interesantes que me hacían tener esperanza, aunque también me aburrí igual que lo hacían los protagonistas.

Sin embargo en la última parte de la historia pude conectar más con los personajes, o al menos me pareció que todo lo anterior (ahora sí) tenía un sentido: la relación materno-filial, la nostalgia y la tristeza, la importancia de la naturaleza, la visión de la maternidad y el sentimiento de familia.

Siguen los dos aquí. Sus corazones todavía laten y sus pulmones todavía bombean. Qué frágil es la vida. Qué curiosa es la vida. Ellos dos, surgidos de las cenizas de todo eso, todo eso. Han atravesado el gran siglo XX, escondidos en el bosque para sobrevivirlo, y aquí están ahora, en el siglo XXI.

Página 325

Leyshon utiliza el estilo que ya conocemos, el de evocar sensaciones y sentimientos, el de añadir silencios para que sea el lector quien rellene la información, el de las descripciones más allá de la abundancia de diálogos.

La sensación de leer algo que ya uno conoce y que de repente veamos que todos esos detalles que parecían nimios tienen un sentido, que los detalles tienen importancia y que esos ojos de niño que miran a su alrededor nos va a devolver la vista unos cuantos años después. La delicadeza con la que Leyshon compone la historia y cómo raciona la información para darle la vuelta a una historia es un recurso no sólo inteligente, sino totalmente premeditado y medido.

En definitiva: El bosque va de menos a más.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • La estructura de la historia.
  • Los temas que va incluyendo la autora.
Contras
  • El inicio puede parecer que ya hemos leído esto mismo antes.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (61)

Otro año, otro mes. Os traigo las últimas incorporaciones a mis estantes tras la visita a dos lugares apetitosos.

En primer lugar, los que compré en la librería Jarcha (junto con una excepción):

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  • El año del pensamiento mágico, Joan Didion (Mondadori). Llevaba un tiempo con este libro entre los eternos pendientes, pero no había manera de encontrarlo por ningún lado. Al final me ha salvado la reedición, ilustrada por Paula Bonet, que se ha publicado en mayo.
  • Del color de la leche, Nell Leyshon (Sexto Piso). Los que lleváis tiempo por aquí quizá recordéis la reseña que le dediqué a esta historia, así que probablemente os sorprenderéis de encontrarlo aquí. Lo cierto es que el libro en cuestión me lo prestó Pedro y decidí, en un encuentro con la autora que necesitaba eterno en mi biblioteca.
  • Noches blancas, Dostoievski. Del ruso he leído sus libros largos: Crimen y castigo, Los hermanos Karamazov, El idiota y El jugador, pero esta en concreto me la habían recomendado y la edición de Nórdica me pareció una buena opción para venirse conmigo a casa.
  • El ángel del olvido, Maja Haderlop (Periférica). No tenía referencias de este libro, pero cuando uno va a una (buena) librería hay que dejarse recomendar, y eso es lo que hice yo. Después lo he visto entre las listas de lo mejor publicado esta primavera así que tengo muchas ganas de leerlo.
  • El bosque, Nell Leyshon. Envío de Sexto Piso. El último libro de la británica que ya he leído y que pudimos comentar con la autora. A ver si me pongo las pilas y os dejo la reseña.
  • Cárdeno adorno, Katharina Winkler (Periférica). Exactamente igual que con el libro de Haderlop. Sin referencias, pero me fío de la recomendación.

En la Feria del Libro de Madrid he comprado los siguientes (de momento, que nunca se sabe si voy a volver otro día…):

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  • Ilíada y Odisea, Homero. En su día comencé a leer la Ilíada en una edición que no recuerdo, un libro que misteriosamente ha desaparecido de mis estantes. Cualquiera de las dos son lecturas obligatorias y yo voy muy atrás así que vamos a ver si voy resolviendo cuentas pendientes. La edición también de Austral.
  • En la colonia penitenciaria, Kafka. (Acantilado) Kafka. ¡Kafka! ¿En serio tengo que añadir algo más?
  • Nada se opone a la noche, Delphine de Vigan. (Compactos Anagrama). Llevaba buscándolo bastante tiempo pero no lo encontraba en ningún lado, así que esperé a que empezara la feria para acercarme a comprarlo. Tengo muchas ganas de leerlo.
  • El manuscrito perdido de Zaragoza, Jan Potocki. No pensaba comprarlo peeero cuando me acerqué a la casa de Acantilado y lo vi me vino a la memoria que lo había anotado en mi libreta tras leer El arte de la fuga de Sergio Pitol. Pinta muy bien.
  • Guerra y paz, Tolstoi. Tenía ganas de hacerme con una edición interesante con la que animarme a leer este tochazo. Regresar a Tolstoi tras leer en la era preblog Anna Karénina me parece obligatorio y la edición de Austral una buena idea.
  • La poeta y el asesino, Simon Worrall. Una de las novedades de Impedimenta, me atrajo por lo poco que leí en la sinopsis, y de ahí pasó a mi lista de pendientes.

Y vosotros, ¿habéis leído alguno de los libros que os traigo? ¿Por cuál creéis que debería empezar?

Felices lecturas.

Namaste.