Autor, Levrero, Literatura

El lugar, Mario Levrero

El lugar, de Mario Levrero, forma parte de la Trilogía Involuntaria, que comienza con La ciudad, continúa con París y se cierra con esta que os traigo hoy. Al ser involuntaria el orden es lo de menos, y fue Bartleby el que me recomendó que continuara con esta. No voy a llevarle la contraria a un experto del tema, así que dejé París para otra ocasión.

 

Levrero, como ya nos tiene acostumbrados, tiene un deje kafkiano muy marcado. Un elemento que se aprecia desde la primera línea de la novela: es capaz de iniciar la historia con un personaje protagonista que aparece en un laberíntico lugar, lleno de habitaciones y de puertas en el que sólo cabe la huida hacia adelante.

Un solitario muchacho que duda y desconoce por qué ha acabado allí, donde trata de encontrar una salida a priori inexistente. Inevitable es, pues, recordar El proceso, por ese ambiente desconocido en el que uno se encuentra sin saber por qué, y en el que en ocasiones ni se plantea el motivo: el objetivo es avanzar, salir, volver a la realidad.

Si bien la primera parte me ha parecido opresiva y llena de incertidumbre, la segunda cambia de registro, dando un giro de 180 grados al conseguir que nuestro protagonista salga del laberinto en el que se encuentra. Así, llega a un espacio abierto en el que por fin obtendrá alguna información sobre lo que le ha ocurrido gracias a otros personajes secundarios.. Aunque se agradece pasar a tener más de un personaje, el lector se mantiene en vilo al saber que, de nuevo, el camino se bifurca y que en la trama puede ocurrir cualquier cosa, real o irreal, previsible o no. En esta parte se manifiesta el contenido más social de la novela: un protagonista aislado del grupo, disconforme con muchas de las opiniones de estos, que busca algo diferente. Samsa. O una cucaracha, en definitiva es lo mismo, Kafka desde otro punto de vista.

Lo que llega después es, para mí, inclasificable: una tercera parte escatológica y sin sentido, absurda y extraña, que me ha parecido impostada, de pega, algo tan fuera de lugar que no sólo no me ha gustado sino que me ha aburrido, que me cansó y me pareció una tomadura de pelo, una idea feliz que en cualquier proceso creativo se habría descartado. Incredulidad por verla ahí plasmada, por pensar que a Levrero le pareció bien acabar la novela así.

Total, me he quedado con un gusto agridulce: no me ha acabado de convencer, quizá también porque lo comparo con La ciudad y esta me parece más lógica, más organizada. Sin embargo, sé que el estilo del uruguayo sí me gusta: es certero y sencillo, no necesita alardear con grandes frases para meternos de lleno en su extraño mundo, es inteligente y matemático, pero también muy psicológico.

Ahora la duda es cómo será París.

FICHA:

Te gustará si te gustó

Pros

  • El inicio. Muy potente y muy kafkiano. Buena combinación.

Contras

  • Cómo se resuelve la trama. El final.

Pasad un buen fin de semana lleno de lecturas.

Namaste.

¿Y ellos qué opinan?

Y ellos, ¿qué opinan? (X): Lorenzo Silva

Lorenzo Silva (Madrid, 1966): uno de los escritores españoles más famosos, conocido por sus novelas de temática policíaca entre las que destacan La flaqueza del bolchevique, El lejano país de los estanques o La marca del meridiano. A lo largo de los años ha obtenido importantes premios, como el Premio Nadal o el Planeta el pasado 2012.

1.- ¿Cuál es el último libro que has leído?

Los soldados, Pablo Aranda.

Una novela de intriga en la que el punto de partida es el asesinato y en la que planea el terrorismo. Os recomiendo que leáis esta entrevista en la que el autor dice cosas tan interesantes como “me siguen interesando los mismos temas, los temas de gente de aquí y ahora que buscan su lugar en el mundo”. Cómo no, si para una buena novela no se necesitan grandes aspavientos, basta con aderezarlo con alguno de los miedos de los humanos y ya está. Novelón servido.

2.- Un libro que nos recomiendas.

Polvo en el neón, Carlos Castán.

 

Me ha venido a la mente La biblia de neón, de Toole, que por supuesto no tiene nada que ver.
Castán, del que Lorenzo Silva ha comentado que es el mejor escritor español vivo. ¿Exageración? No lo sé, porque no le he leído. Una novela corta (de apenas 100 páginas), que trata sobre el amor, la soledad y la huida. Opiniones más extensas y muy interesantes aquí y aquí.

3.- Un autor por el que sientas fijación.

Kafka.

Kafka. Qué decir de este autor, de este grande de la literatura que no haya dicho ya. Pues que a pesar de que La metamorfosis sea su novela más famosa, siempre recomendaré El proceso, verdadera trama de opresión y soledad. Quién sabe por qué la primera es más famosa que la segunda… sin embargo, soy de las que piensan que El proceso, al ser más larga y elaborada, nos mete de lleno en ese mundo propio del autor checo. Leí El castillo, me queda América. Antes de leer otro libro al que tengo muchas ganas: la novela gráfica en la que Robert Crumb cuenta la biografía del autor.

Y vosotros, ¿habéis leído alguno de los libros que nos recomienda Lorenzo Silva? ¿Habéis leído alguno de sus libros? ¿Por cuál me recomendaríais empezar?

Espero que os haya resultado tan interesante como a mí.

Felices lecturas.

Namaste.

Foschini

El abrigo de Proust, Lorenza Foschini

 El abrigo de Proust es todo un canto a la literatura, a la pasión de coleccionar objetos relacionados con los grandes autores, al esfuerzo de que no caigan en el olvido.

 Foschini nos enmarca en la historia de Jacques Guérin, un empresario de perfumes que tiene como afición la colección de libros y manuscritos. Casualidades de la vida, Guérin sufre una enfermedad y es tratado por Robert Proust, el hermano del insigne escritor. Movido por su imperiosa curiosidad trata de conocer a Robert para acceder a las primeras ediciones de Marcel. De este modo Guérin es infectado por una nueva enfermedad: la del coleccionista, la obsesión de acumular los objetos del novelista francés. Guérin es constante, y tras la muerte de Robert recibe la información de que la familia Proust están procediendo a quemar todas las posesiones de Marcel. A partir de ahí comienza una búsqueda incesante ante cualquiera de los objetos, manuscritos, dibujos o grabados que pudieran pertenecerle, hasta que obtiene una gran colección que hoy en día podemos ver en el Museo Carnavalet.

¿Qué habría sido de la historia sin la constancia de Guérin? Está claro: que todo se habría perdido, que la viuda de Robert habría quemado cada uno de los papelujos, que todos los objetos que hoy en día están expuestos habrían sido abandonados en cualquier sitio: la cama en la que pasó gran parte de su vida, sus útiles y su universal abrigo, que da título al libro.

El abrigo de Proust es una oda al fanático literario, al incansable lector que sabe que todos esos papeles viejos son mucho más que garabatos. Y algo más: es un homenaje a Guérin, al incansable pesado que no hacía más que preguntar, buscar y volver a preguntar sobre el paradero de todas las cosas que pertenecieron a Marcel Proust.

Si algo se le puede criticar a Guérin es su posterior subasta de los manuscritos y primeras ediciones. Como un clásico coleccionista, su misión era obtener el objeto y guardarlo en un cajón. Quisiera pensar que en esos momentos anteriores de su muerte los verdaderos impulsores de la venta fueran su herederos.

En cualquier caso, está claro que Guérin sabía reconocer a los genios, y de ese modo llegó a coleccionar objetos de muchos autores y pintores.

¿No es acaso una paradoja que el nombre de Guérin ni siquiera figure en la página del museo? ¿No tiene la vida la dulce sátira de que el salvador de los objetos no sea reconocido ni mencionado?

Una historia tan ficticia, tan exagerada, tan casual que no podría si no ser cierta. Cómo son las cosas. Una historia que encantará a cualquiera al que le guste la literatura.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • Historia interesantísima, que parece irreal.
  • Es muy corto y muy ameno. Perfecto para los fetichistas que tenemos curiosidad lectora.
Contras
  •  La realidad de la situación en sí. 

Namaste.

Autor, Literatura, Vargas Llosa

Conversación en La Catedral, Mario Vargas Llosa

Por fin empiezo a saldar cuentas con alguno de los autores pendientes que tengo en mi lista. En concreto, me refiero al Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, al que incluí en mi propósito lector de 2013 tras leer La ciudad y los perros y Los jefes. Los cachorros.

Acercarse a la obra más aclamada de un autor no es fácil, y menos cuando el propio escritor nos deja su opinión en la contraportada:

Si tuviera que salvar del fuego una sola de las novelas que he escrito, salvaría ésta.

Conversación en La Catedral es una novela compleja. Una historia que sitúa la trama en el Perú de la década de los cincuenta, una turbulenta época de represión y corrupción. Desde el primer momento se nos presentan los personajes, sin existir preludio ni introducción, y así conocemos a Santiago, el protagonista de la novela, al que encontramos mirando a su alrededor preguntándose qué pudo haber sido y qué es, no solamente en relación a su vida sino a la trayectoria de Perú. Así, se hace la siguiente pregunta en las primeras líneas de la novela:

¿En qué momento se había jodido el Perú?

Vargas Llosa aporta, además, sus marcas de la casa: los habituales saltos temporales o los personajes que vienen y van sin que, al menos al principio, tengamos claro quién es quién en este rompecabezas. Si bien es cierto que los capítulos son cortos, lo cual nos deja respirar y coger aire.

Según vamos avanzando, sabemos que hay o hubo o habrá una revolución, que afectará de lleno a la amalgama de personajes, entre los que podemos encontrar desde empresarios hasta militares, pasando por jóvenes adolescentes.

Cuando le hemos cogido el ritmo de lectura, el varía su rumbo. En la segunda parte se da un salto temporal y los capítulos se recortan hasta lo básico, creando paradas cada media hoja. Si bien a priori uno podría pensar que se complica la lectura, ocurre precisamente lo contrario. Estos secundarios que antes aparecían mencionados ahora resultan ser los verdaderos protagonistas que nos muestran cómo han sido muchas partes de su vida. Así, las frecuentes paradas no hacen sino invitar a continuar leyendo.

En la tercera parte se desvelan, y se intuyen muchos de las dudas y secretos que se plantean en la primera mitad de la obra, pero no es hasta el final hasta que no conocemos el devenir de cada personaje.

Vargas Llosa destaca por su estilo, que combina a la perfección diálogos y descripciones, reflexiones personales y algunas ausencias de información claramente estudiadas a fin de que ir desentrañando la historia. Y es que, nada es lo que parece, hay que andarse con pies de plomo porque corremos el riesgo de perder información. Para muestra, os dejo una de las conversaciones que podemos encontrar en las primeras páginas de la novela. Ojo al dato.

  • No quiere entrar en la Católica sino a San Marcos -dijo la señora Zoila. Eso lo tiene hecho una noche a Fermín.

  • Yo lo haré entrar en razón, Zoila, tú no te metas- dijo don Fermín-. Está en la edad del pato, hay que saber llevarlo. Riñéndolo, se entercará más.

  • Si en vez de consejos le dieras unos cocachos te haría caso-dijo la señora Zoila-. El que no sabe educarlo eres tú.

  • Se casó con ese muchacho que iba a la casa -dice Santiago- Popeye Arévalo. El pecoso Arévalo.

  • El flaco no se lleva bien con su viejo porque no tiene las mismas ideas -dijo Popeye.

  • ¿Y qué ideas tiene ese mocoso recién salido del cascarón? -se rió el senador-.

  • Estudia, recíbete de abogado y podrás meter tu cuchara en política-dijo don Fermín- ¿De acuerdo, flaco?

Al empezar puede resultar complejo no sólo entender quién está hablando con quién y de qué, sino el momento temporal en el que se encuadra cada uno de ellos. Ahí radica gran parte de la gracia del libro. Aunque pueda parecer caótico, no es para nada complejo, ya que no hay demasiados personajes.

A fin de cuentas esta es una historia de personajes jodidos. Personas que pudieron ser felices, que tuvieron el mundo a sus pies, pero que de un modo u otro, ya sea por ambición, por amor o por orgullo, se tropezaron con él, convirtiéndose en uno más, o mejor, en uno peor: uno que tuvo las verdadera oportunidad de ser alguien, de hacer algo por sí mismo, de tener resuelta la vida. Alguien que, quizá, si hubiera sido menos ambicioso o más egoísta o más humilde, habría sido una persona feliz. Pero no pudo ser, y en lugar de eso nos encontramos con personajes dolidos, lamentados de su pasado, llenos de hipóteis: ¿qué habría pasado si yo…? ¿Cómo habría sido mi vida de no ser por…? ¿Dónde estaría ahora si entonces…? De nada sirve. De nada vale. Lo que cuenta no es aquél caramelo que todo el mundo anhelaba y sólo unos pocos alcanzaron, sino la triste cebolla, cruel recuerdo en comparación, de aquél pasado que prometía mucho más de lo que acabó ofreciendo.

Revisando mi reseña me doy cuenta de que no he dicho nada. No he contado la trama principal, no he resumido nada de la historia. Pero precisamente esa es la gracia, porque las novelas de Vargas Llosa se pueden resumir en tres líneas. Eso no es lo principal. Lo verdaderamente importante es cómo el autor utiliza sus métodos para meternos en una historia llena de melancolía y tristeza, de oro que reluce y de esperanzas vanas. Vargas Llosa no sólo sabe elegir cada palabra, sabe escoger cómo contar lo que desea en el momento exacto.

Y es que a resumidas cuentas, todo está conectado, y cuando llegamos al final, tras acompañar a Santiago durante 700 páginas, uno se da cuenta que no sólo está jodido el Perú. Pobre Zavalita.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • Los diálogos.
  • Una historia muy compleja, pero hilada a la perfección.
Contras
  • El principio puede desconcertar un poco.
Reto 50 libros
  • Progresando… 13/50.

Namaste.

IMM

IMM (24)

Abril es el mes de mi cumpleaños, así que os traigo un botín literario compuesto por los libros regalados, y por qué no, los autoregalados.

Son los siguientes:

Woolf, Persépolis, Zweig y Proust
Woolf, Persépolis, Zweig y Proust
  • Virginia Woolf, Grazier. El primer cómic que publica la editorial Impedimenta se basa en la vida de la insigne escritora, de la que sabía poco hasta que lo leí y además, de la que nunca he leído nada. Tengo que enmendarlo.

  • Persépolis, Satrapi. Una novela gráfica recomendada por todos, una película famosa y conocida, y además su versión de bolsillo. No pude evitar llevármelo a casa.
  • Novelas, Stefan Zweig. Tenía en mi punto de mira esta edición desde hace mucho tiempo: un conjunto de muchos de sus relatos, entre los que se encuentran Novela de ajedrez o Veinticuatro horas en la vida de una mujer. Sin embargo, me echaba para atrás el precio. ¿Solución? Que me lo regalaran. ¡Gracias @Castillodnaipes!
  • El abrigo de Proust, Lorenza Foschini. Cortesía de Impedimenta. Quedé prendada de la historia desde que escuché de qué trataba, así que era inevitable que lo acabara leyendo. ¡Además tengo en mente empezar En busca del tiempo perdido!

En inglés…

Goldman y Collins
Goldman y Collins
  • The princess bride, William Goldman. ¡La famosa princesa prometida! ¡La novela en la que se basaron para la famosa película! En fin, creo que no necesita presentación. Personalmente es una historia que habré visto en televisión, como todos, pero de la que apenas recuerdo nada (probablemente la haya visto hace mucho tiempo o bien sólo a parches). Han sido varias las personas que me han recomendado este libro, y desde que Isi la comentó en su blog, aprovechando además el 40 aniversario de su publicación, decidí comprarlo. ¡La edición es muy bonita!

  • Catching fire, Suzanne Collins. La segunda parte de Los juegos del hambre, un libro que me gustó y que invita a leer más. Era cuestión de tiempo que continuara con la trilogía. A ver qué tal.

Por último, un regalo muy especial:

Relojlogo

Un mueble de una conocida marca nórdica, del que me enamoré desde la primera vez que lo vi. Tenía pensado su hueco, qué libros iba a poner y demás. Así que cuando me lo regaló mi hermana no pude menos que sonreír.

Una paradoja hecha mueble: parece como si recordara los minutos que nos quedan, con todo lo que tenemos pendiente por leer. En fin, si achináis los ojos encontraréis mis próximas lecturas. En concreto, en una de las baldas he incluido todos los libros que están en mi propósito de 2013. Mirándome, preguntándome que cuándo les toca el turno… ¡Pronto, pronto!

Y vosotros, ¿habéis leído alguno de los libros que traigo? ¿Qué os parece mi mueble-reloj?

Regresaré en breve. Ahora queda por contar los libros que han caído/caerán en la Feria del Libro.

Namaste.