Autor, Dick, Literatura

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Philip K. Dick

De entre las muchas carencias lectoras que tengo, trato anotar alguno de los títulos pendientes entre las lecturas mensuales, con objeto de ir subsanando faltas.

Este es uno de los títulos, y en el mes de agosto lo colé entre lecturas mientras trataba de pasar unos días un poco más frescos. Reconozco que ha sido lectura de piscina, y la verdad que le pega mucho a esta historia de ciencia-ficción.

Vaya por delante mi desconocimiento sobre que esta historia, que en la literatura conocemos por ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? pero que en el cine tiene un título mucho más reconocible: Blade Runner. Desconocía que la famosísima película de Ridley Scott se basara en esta historia.

La novela de Philip K. Dick está protagonizada por un cazarrecompensas. Uno que busca un desarrollado tipo de androides en medio de una Tierra semi abandonada donde solo han quedado los que no se pudieron marchar. Él sí está preocupado por su oveja eléctrica, no sólo porque no es una oveja de verdad, como él se merecería, sino, porque además, decide dejar de funcionar de un día para otro.

¿Sueñan los androides?, se preguntó Rick. Evidentemente. Ésa es la razón de que a veces asesinen a sus empleadores y huyan aquí.

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La complicación de saber quién es humano y quién no se añade a la tarea del protagonista: acabar con unos androides que se han infiltrado en el planeta. Su cometido conlleva plantearse qué nos hace humanos y qué nos distingue de las máquinas. Desde ahí, como imaginaréis, las preguntas que se dejan en el aire son unas cuentas.

Aunque el trasfondo metafísico acompaña cada paso del camino de Rick, lo cierto es que ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es una historia divertida, sardónica, que incluye situaciones absurdas para ejemplificar los verdaderos temas que traslucen: el uso de la tecnología, la soledad de los humanos… todo tan actual que da miedo.

No es redonda, hay algo en la trama que falla, que no acaba de cuadrar bien en el ritmo del resto de la novela. Pero me encanta seguir comprobando que, simplemente con un puñado de personajes y una buena idea se puede dar forma a una novela corta tan interesante como ésta.

Y vosotros, ¿la habéis leído?

FICHA:

Te gustará si te gustó Sinsonte, Walter Tevis.
Pros – Entretenido, divertido y metafísico a la vez.
– Los diálogos y el trasfondo de la historia.
Contras – Hacia la mitad hay algo que rompe el ritmo que no acaba de encajar.

Namaste.

IMM

IMM (71)

Os dejo las últimas adquisiciones de estas semanas. Como podéis comprobar he caído bastante:

  • La guardia, Niko Kavadias (Trotalibros Editorial, 2021). El primer libro de la editorial de Jan, que nos plantea una historia de marinos que tiene mucha relación con la Odisea de Homero.
  • Canción, Eduardo Halfon (Libros del Asteroide). El guatemalteco me ganó con  El boxeador polaco y de él después he leído Monasterio  José …. organizó una presentación virtual con el autor a la que tuve el privilegio de asistir y me acabó ganando. Hay mentes de las que uno querría saber y leer eternamente y esta es una de ellas.
  • La llamada de Cthulhu, H. P. Lovecraft (Alma, 2017). No he leído a Lovecraft. Así que cuando lo dije alguien me regaló este ejemplar para que enmendara mi falta. Se admiten consejos de cómo se pronuncia Cthulhu.
  • Los pazos de Ulloa, Emilia Pablo Bazán (Alianza Editorial, 2020). Fue Jan quien lo puso por las nubes y consiguió que adelantara a Pardo Bazán en la lista de los libros pendientes. Qué mejor que hacerlo este año, conmemorativo de su centenario.
  • Hierba mora, Teresa Moure (Hoja de Lata, 2021). Preciosa portada, ensalzada por la crítica (Premio de la Crítica de las letras gallegas, entre otros), una historia de mujeres de épocas distintas con pinta de delicada y sutil.

  • Hamnet, Maggie O´Farrell (Libros del Asteroide, 2021). Hay varios autores a los que sigo cada vez que se publica algo de ellos y Maggie O´Farrell es una de las indiscutibles. Por aquí ya han pasado Tiene que ser aquí, La primera mano que sostuvo la mía y Sigo aquí. Estaba claro que iba a hacerme con este título en cuanto lo publicaran, estoy deseando leerlo.
  • Las cuatro novelas, Félix Romeo (Plot Ediciones, 2020). Hacía mucho, mucho tiempo que buscaba alguna de las novelas de Félix Romeo. En su día fue publicada por Anagrama, pero imposible de encontrar. Por suerte Plot Ediciones ha decidido reeditarlo. Incluye las cuatro novelas del zaragozano: Dibujos animados (1994), Discotheque (2001), Amarillo (2008) y Noche de enamorados (2012).
  • El palacio de hielo, Tarjei Vesaas (Trotalibros Editorial, 2021). Una de mis lecturas actuales de la que os hablaré muy pronto. La historia de dos niñas en un pequeño pueblo noruego.
  • Leviatán, Paul Auster (Anagrama, 2021). Leí este libro hace mucho tiempo, prestado de la biblioteca. Me gustó mucho en su día y tenía pensado releerlo, así que cuando vi esta edición quise hacerme con ella. Si os gusta Auster no os perdáis varias de las nuevas ediciones de sus títulos más representativos.

Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros en el inicio de este año? ¿Algún título que estéis esperando que se publique?

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (53)

Os traigo las nuevas incorporaciones a mis estanterías que corresponden al final del año pasado, muchas de las cuales se encontraban a los pies del árbol:

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Las mujeres en el castillo, Jessica Shattuck: una historia que apareció de repente en mi buzón gracias a los amigos de Libros del Lince. ¡A ver qué tal está!

El fin de la soledad, Benedict Wells: una novela llena de premios que quise leer en cuanto la la vi por redes sociales. La acabo de empezar. Las ediciones con cantos de colores son de Malpaso.

Al caer la luz, Jay McInerney. Otra sorpresa en mi buzón, de un autor del que no he leído nada con anterioridad. Ya lo he terminado así que en breve dejaré por aquí la reseña. Edita Libros del Asteroide.

Taxi, Carlos Zanón (Salamandra): regalazo de Atram de Leer sin prisa. Os dejo su reseña por aquí. Tiene muy buena pinta, a ver si pudiera colar su lectura entre mis lista de pendientes.

Jane Eyre, Charlotte Brontë: uno de los libros que quiero leer en este 2018 en una edición minimalista que me gusta mucho. Un clásico que (lo admito) aún no he leído. Austral Singular haciendo que queramos comprarlos todos

Subsuelo, Marcelo Luján. Del autor leí Moravia, y tras comentar con él la historia tras la publicación de mi reseña, me lo ha enviado. ¡Gracias Marcelo! Tengo muchas ganas de leerlo después de ver tantas opiniones positivas. La edición es de Salto de Página.

La mirada de los peces, Sergio del Molino. Tenía pensado comprarlo, pero no me dio tiempo porque me lo regalaron por Navidad. El autor de La España vacía nos trae un nuevo libro, esta vez publicado por Random House.

Clásicos para la vida, Nuccio Ordine. No conocía este ensayo, pero del mismo autor ya leí La inutilidad de lo inútil y me pareció muy interesante. Libro cortito que me vendrá genial porque no paro de leer tocho tras tocho. Edita Acantilado.

Damas oscuras, varias autoras (Impedimenta). Sin duda alguna si ha habido un libro estrella estas navidades, ha sido este. Objeto de culto, portada preciosa, edición para enmarcar y un contenido que promete mucho. ¡Regalazo!

Muchísimas gracias a las editoriales que me han enviado ejemplares. Y no me olvido de las personas que me regalan libros, aún sabiendo que no es tarea fácil. Sois los mejores.

Nos espera un año lleno de apasionantes lecturas. ¡Al lío, que hay mucho por leer!

Namaste.

Autor, Buero Vallejo, Literatura

Historia de una escalera, Antonio Buero Vallejo

Si lleváis tiempo por aquí ya me habréis leído alguna vez decir que me gusta intercalar clásicos entre mis lecturas, con el objeto de conocer algo más los cimientos de la literatura actual. Son muchas las lagunas que tengo en distintos ámbitos, pero para eso está la lista de pendientes y los propósitos lectores, para acercarse a leer a los eternos pendientes.

Historia-de-una-escaleraÉste que os traigo hoy es uno ellos, un clásico de teatro de la época de los cincuenta que comentó una compañera de clase en una conversación, como de pasada.

(INCISO: en mi día a día anoto los libros que me comentan. Hace unos años no hacía filtro y cualquier libro que no hubiera leído de cualquier persona con la que tuviera contacto quedaba anotado automáticamente en mi libreta de libros pendientes. Cuando me di cuenta del error fatal que cometía comencé a ser selectiva, pero aún ahí quedan apuntados libros extraños que no sé si acabaré leyendo algún día).

Historia de una escalera es un drama en tres actos que tiene como protagonistas a los habitantes de una finca de una ciudad cualquiera en un tiempo gris, la década de los cincuenta en España.

La cita bíblica que figura en el inicio ya nos anticipa algo de lo que leeremos a continuación:

Porque el hijo deshonra al padre,

la hija se levanta contra la madre,

la nuera contra su suegra; y

los enemigos del hombre son los de su casa

Miqueas, cap. VII, vers. 6

La historia comienza con los problemas del pago de la factura de la electricidad de una vecina. A partir de aquí iremos conociendo a los habitantes, sus vidas y sus costumbres. En este ambiente conocemos a Elvira, una de las jóvenes que está enamorada de su vecino Fernando.

Una historia de amor que no es imposible (no son los Capuleto ni los Montesco) pero que sí es improbable. El choque entre una generación y otra, la sabiduría ejemplificada por los personajes femeninos que están a vuelta de todo, que ven los errores repitiéndose una y otra vez…

¿Qué puede haber de común entre ellos y nosotros? ¡Nada! Ellos son viejos y torpes. No comprenden… Yo lucharé para vencer.

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Historia de una escalera es también la lucha por salir de lo conocido, de la mediocridad, la ilusión por saberse con fuerzas y querer luchar por un futuro distinto al que se tiene predestinado. Sin embargo, la ilusión va por un lado y la realidad por otro. Y los sueños que atormentan a los adolescentes acaban resultando en muchos casos los recuerdos alucinados de una época pasada, los sueños de un Ícaro que vuela demasiado alto.

Así, tenemos una trama con muchas dosis de realidad en la que está muy bien engarzado lo cotidiano. Quizá estamos tan acostumbrados a tramas enrevesadas, a historias de ficción exagerada que cuando echamos la vista atrás y vemos una historia sencilla (que no simple), con personajes muy reales, donde lo importante es saber qué se va a comer hoy o con qué dinero se va a poder pagar una factura, las cosas chocan. Es interesante pensar cómo lo grande (los misterios, las muertes, las desapariciones, ese tipo de tramas alejadas de lo rutinario) toma el mando en la televisión, en la literatura, en todo cuanto nos rodea, y a veces perdemos distancia de los dramas cotidianos que nos rodean: el paso de la niñez a la edad adulta, las ilusiones truncadas, la infelicidad y la frustración…. esas pequeñas historias diarias tan ligadas al ser humano como el tiempo.

Historia de una escalera es una obra de esas que lees en un suspiro pero que vas mascando cuando ya la has terminado, porque está llena de simbolismo y también porque es fácil verse reflejado en uno u otro personaje. El paso del tiempo, la relación con los familiares y un espectador ajeno que sentado en su sillón analiza cada uno de ellos y saca sus propias conclusiones.

Eso es la vida. Y, seguramente, porque estamos un poco cansados de verla a diario, nos refugiamos en historias de monstruos, zombies y vampiros que brillan.

FICHA:

Te gustará si te gustan
  • Historias cotidianas sobre el paso del tiempo.
Pros
  • Cómo desarrolla la trama y cierra la historia.
  • El ambiente castellano y gris que crea. Es como estar en los cincuenta.
Contras
  • El inmenso prólogo de la edición de Austral. Que no me acostumbro, oye.
  • Al ser un ejemplar de la biblioteca me he perdido aspectos de sorpresa al ver que algún estudiante ya había subrayado un fragmento.

Namaste.

Autor, Literatura

El cuaderno gris, Josep Pla

Esta reseña es una deuda que tengo pendiente. No sólo con vosotros, también conmigo misma. Y es una deuda compleja de saldar, de ahí que la lleve tiempo postergando sentarme a escribir esta reseña. No va a ser fácil.

Empecé El cuaderno gris hace muchos, muchos meses. Pensaba que era un tipo de libro muy diferente de lo que me encontré en realidad. Era una título que llevaba mucho tiempo en mi Plan Infinito. Como siempre, en el momento que un título se incluye en la lista, prefiero no saber nada de él. Ya está anotado por un motivo así que ni necesito ni quiero más información. Lo siguiente es leerlo.

En ocasiones esta manía mía genera trabas. Cuando empecé a leer El cuaderno gris lo leí como otro tantos libros, esto es, del tirón. Al desconocer que se trataba de un dietario no me había planteado la posibilidad de que se tratara de uno de esos libros que hay que leer de a poco. Eso lo descubrí más tarde.

El cuaderno gris se puede dividir en dos partes: una en la que se centra en el Ampurdán, provincia de Gerona, donde vive en la casa familiar, a la espera de regresar a Barcelona para continuar sus estudios universitarios. La mirada que extiende sobre la realidad se centra en sus vecinos y amigos, las vidas y la cotidianidad de sus paisanos, la reflexión sobre la tierra y el carácter.

Tras leer doscientas páginas seguidas me di cuenta de que El cuaderno gris hay que saborearlo. Como si se tratara de un buen vino, hay que tomarlo a sorbos, oliendo lo que nos ofrece, apreciando sus matices. Desde ese momento encaré la lectura de otro modo, leyendo algunas páginas cada día, justo antes de acostarme, dejando este dulce bombón para los momentos finales del día.

Comprender esto fue muy importante para mi visión de la lectura, porque me permitió apreciar más el estilo del autor, además de valorar de otro modo la grandeza de la obra. Ocurrió que en ocasiones estaba leyendo una novela corriente y que el mejor momento del día era cuando la dejaba y empezaba con El cuaderno gris.

En la segunda parte del libro Pla habla de Barcelona, de su vida universitaria y de todo lo que le rodea: de lo que lee, de lo que hace y de lo que piensa. Reflexiona sobre su futuro y su presente, sobre la vida de sus amigos y conocidos, sobre la idiosincrasia de Barcelona, sobre lo divino y lo humano.

Esta parte me ha gustado mucho más, quizá porque tengo más cerca la vida universitaria, o quizá porque me suele gustar esta temática, me gusta comprobar cómo los diferentes autores recuerdan su paso por la Universidad. Sin embargo, he observado que generalmente los autores enmascaran sus recuerdos o sus relatos con una pátina de nostalgia y de positivismo, probablemente a consecuencia de aquél refrán cualquier tiempo pasado fue mejor. La visión de Pla es diametralmente opuesta. No por ser negativa, sino por ser realista: se aburre con las clases, duda de la utilidad de muchas de sus asignaturas, está lleno de incertidumbre… etc. En definitiva, disecciona la vida universitaria sin ensalzar los puntos positivos, como un catalizador de la realidad. Además, su vida social se amplía, comenta sobre su círculo de amistades, sobre las discusiones en que se enzarzan, sobre lo peculiar de sus amigos. Nos enseña la Barcelona de las primeras décadas del siglo pasado, su ambiente de bares, su filosofía, su día a día.

Lo complejo de este libro y a la vez, lo maravilloso al saber que Pla lo escribió cuando apenas tenía veinte años. Y aún así sus palabras destilan una importante sencillez, de un lado, y por otro una visión exageradamente lúcida de su realidad. ¿Cuántos autores pueden demostrar esas capacidades por medio de un dietario? ¿Y cuántos lo hacen cuando son jóvenes?

Pero por encima de todo está el estilo, la suave elegancia de Pla, que combina con sus descripciones certeras, su análisis del conjunto sin perder importancia a los detalles, esa lúcida inteligencia que le hace ser capaz de comprender la realidad, no sólo la intelectual sino la humana.

Es un placer leer a Pla, ya lo dije en otra ocasión. Porque es complicado encontrar a un autor que abarque tantos temas, que tenga esa capacidad de aportar luz a cada uno de los embrollos, independientemente de qué se trate. Y al mismo tiempo, es un placer leer a un genio hablando de libros, de los libros con los que se topa, los libros que le quitan el sueño; esos autores que lee y relee, que marca como favoritos. Esa sensación compartida por todos los que leemos de amor a la lectura.

En muchas ocasiones terminaba la página con un suspiro. Otras, con risas, por su sátira y su sutil maldad recubierta de ironía. Incluso con melancolía, por verme reflejada en alguna de sus reflexiones.

Terminé El cuaderno gris hace un tiempo. Mi ejemplar de Austral ha quedado lleno de notas multicolores, que quieren marcar una ínfima parte de los fragmentos que más me han gustado. Sin dudarlo es el libro con más post-it de colores de todos los que he leído.

Qué pena que esta triste reseña no sea más que una gota en el océano de Pla. Pero espero que tengáis mis palabras en consideración y que os animéis a leerlo. Leerlo en catalán, si podéis, o en castellano, o en alemán. Da lo mismo. Las obras maestras hay que leerlas. Y esta es una de ellas.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • La forma de diseccionar la vida.
  • Las múltiples referencias literarias.
Contras
  • No me acaba de convencer la edición de Austral. Tiene un papel demasiado basto. Recomiendo que la edición no sea de bolsillo.

Namaste.

Autor, Literatura, Pla

Leyendo a Pla

¿Por qué leo a Pla? ¿Por qué continúo con la lectura de un libro que comencé hace ya un año?

Pues porque cuando tengo poco tiempo, cojo El cuaderno gris y me encuentro con esto:

21 de marzo.- Inicio de la primavera. Biblioteca. Mientras traduzco a Renard pienso que es más importante dominar un oficio cualquiera que poseer una curiosidad dilatada, vastasísima. La curiosidad se puede improvisar; un oficio no. La curiosidad es superficialmente agradable pero deja un cierto vacío amargo por dentro. Un oficio es monótono y pesado pero tiene momentos de una voluptuosidad fascinadora que compensa de la monotonía.

Un hombre equilibrado debe ser aquel que, mirado por un lado, presenta unas cualidades y, mirado por el lado opuesto, unos defectos.

De todos los anuncios que he visto en Barcelona -y los hay muy bonitos- el que por su vaguedad me ha impresionado más es éste: Primeras Comuniones, de 6 a 8. Otro anuncio magnífico: El Considerado. ¡Qué perfume tiene de barcelonismo!

En el Journal d´un poète de Alfred de Vigny, hay una frase en cursiva. Ésta: L´esperance est la plus grande de nos folies. Es una frase de una apariencia terrible y que, a pesar de todo, quizás es plausible y muy puesta en el nivel de la vida. Si se puede llegar a vivir al margen de lo que Vigny llama la mayor locura, cualquier cosa agradable que os ocurra, por muy pequeña que sea, os deslumbrará de felicidad. A los que, por el contrario, viven en las alucinaciones de la esperanza, todo lo que les ocurra, por más fascinante que sea, les parecerá poca cosa, una miserable pequeñez ridícula. Vivir en la esperanza es vivir en el desencanto continuado y sin remedio.

Después, coloco el marcapáginas en el libro y miro al vacío.

Más o menos dos minutos después me doy cuenta de que tengo la boca abierta.

Pla es un genio.

Namaste.