Autor, Berges

La línea invisible del horizonte, Joaquín Berges

Tras Vive como puedas y Un estado del malestar, el autor maño regresa con La línea invisible del horizonte.

La-línea-invisible-del-horizonteEn esta ocasión, Berges nos presenta a Javier, un neurólogo madrileño que atropella un animal en una carretera cercana al Pirineo. Desde ese momento entablará relación con los habitantes del pueblo cercano que le acogen, le cuidan y le obligan a seguir día a día con una nueva rutina.

Los ingredientes son, por tanto, los mismos que en sus otras novelas: personajes centrales perdidos y desorientados que cambian su zona de confort por una nueva realidad a la que no saben muy bien cómo aceptar. Hombres que dudan, del amor y de la vida, de la seguridad con la que vivían y que desaparece de repente, ya sea por una decisión radical (como Un estado de malestar, en el que el protagonista rompe con su pasado) o bien por un accidente, como punto de inflexión de una rutina que se ha roto.

Una nueva vida que se representa a través de un nuevo entorno, un nuevo amor, nuevas amistades, y lo que es más importante: nuevos valores. Ver la realidad con otros principios, dando importancia a aquéllas cosas que no la tenían.

Sin embargo, hay algo que ha desaparecido o bien que yo no he sabido ver, y es ese cinismo que se respiraba en sus otras novelas, la sátira y el humor, el modo de hilar lo duro de la situación con algunos diálogos absurdos que desequilibraban la historia y mantenían al lector unido a la trama no sólo por la tristeza y la soledad sino también por la risa contenida, por el reflejo propio.

Disfruté mucho con Vive como puedas, y aún más con Un estado del malestar. Pero con La línea invisible del horizonte no me ha pasado lo mismo. Quizá porque las situaciones me han parecido más forzadas, quizá porque los personajes me recordaban a los de sus otras novelas pero más edulcorados, como si les faltara empaque o fuerza, como si fueran un reflejo de aquéllos pero no acabaran de ser más que eso: una imagen y no un personaje nuevo.

Reconozco también que aunque el planteamiento me gustaba el hecho de que se desarrollara en un entorno rural le ha quitado puntos. Puede ser que me haya parecido más irreal o simplemente me haya aburrido más cuando describía el nuevo pueblo (dado que el antiguo quedó anegado por un embalse). No lo sé. Pero mi atención decrecía conforme iba pasando las páginas, quería que me gustara pero no me ha llegado.

Y es una pena, porque me gusta Berges. Me gustan sus novelas, su visión que tiene para contar historias de perdedores, de aparentes triunfadores anegados por su propio éxito, el estilo socarrón e inteligente que despliega para contar lo cotidiano pero siempre bañado de un punto de vista filosófico.

Además, qué queréis que os diga, Berges me cae bien. Así que esperaré a su siguiente libro para comprobar que tiene mucho que ofrecernos, aunque esperaba más con esta novela.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • El ingenio y el estilo del autor.
Contras
  • La historia no atrae tanto como en sus otras novelas.
  • Esperaba más.

Namaste.

Autor, Berges, Literatura

Un estado del malestar, Joaquín Berges

Un estado de malestar es la última novela de Joaquín Berges, autor de Vive como puedas, la primera que leí del autor.

El planteamiento es, a fin de cuentas, similar al de la novela anterior, esto es, un personaje principal que aunque posee todas las cualidades para ser feliz no lo es tal y trata de huir de su mundo con objeto de encontrar un motivo por el que continuar.

Ricardo Marco es un padre de familia, trabajador en una gran empresa textil, con dos hijos y una mujer, un trabajo estable y bien pagado. Su aparente estabilidad se rompe cuando en la empresa marcadora de tendencias absurdas (como los jeggins) deciden comunicarle su prejubilación. Ricardo ve así el abismo: horas y horas de ocio por rellenar. Para más inri, su moderna mujer trata de presionarle para que adquieran una nueva casa en uno de esos lugares de lujo alejados del centro de la ciudad donde viven.
Es entonces cuando Ricardo se rebela de la normalidad establecida, a partir de un cambio de actividad algo… surrealista (su amistad con varios personajes del mercadillo cercano a su oficina) pero que después fluye a través de un sinfín de diálogos entretenidos y muy rápidos, que podrían parecer simples pero que consiguen una cruel profundidad sin pedanterías.

Me ha gustado más que Vive como puedas porque la veo más compacta, con menos altibajos, mejor hecha, como si se hubieran suprimido capítulos redundantes o como si se hubieran tratado de equilibrar cada uno de los argumentos para que todo resultara igual de potente. Porque a fin de cuentas, tenemos varios hilos: su relación con su mujer y sus hijos, los nuevos amigos y algún que otro nuevo enemigo, el choque entre el pasado y el presente, entre lo que se debe y lo que se quiere hacer.

Así, inevitablemente el lector se pone fácilmente en el lugar del protagonista, al cuestionarse cosas que vemos normales pero que, si las analizamos fríamente resultan absurdas de todo punto, propias de una sociedad que consideramos más avanzada pero que siguen siendo estúpidas, la rigidez de un sistema en el que sólo servimos para producir y consumir, la pérdida de todos esos aspectos que nos acercan a nuestra naturaleza de animales, de seres que necesitan algo más que horarios y sistemas, que procedimientos y reglas.

Pero es que además, Berges vuelve a demostrar que es un autor inteligente, que entretiene con una chispa propia, con su natural ingenio, como nos demuestra aquí:

Inspiro y espiro profundamente, me relajo sobre la cama, cuento ovejas, muchas ovejas, pero al llegar a la tres mil mi mente está más despierta que antes, seguramente porque si tienes tantas ovejas eres ya un ganadero de cierto peso y tienes que empezar a preocuparte por el precio del pienso y el importe de las ayudas comunitarias. Cometo un grave error: miro el reloj. Cualquiera que padezca insomnio sabe que nunca hay que mirar la hora que es. Vuelvo a tumbarme y trato de asirme a algo candencioso, un sonido que guarde una pauta y acune mi sueño. Eso me relajará. No tardo en encontrarlo. Es un rugido vibrante y velar, seguido de un soplo de aire de timbre agudo. Es como el sonido de las olas del mar. Son los ronquidos de Juanmi.

Este estilo me gusta, me entretiene y me hace reír mientras dice verdades como puños y frases sarcásticas a cada rato. Quizá sus novelas mantengan esta línea, con una trama similar, pero tengo claro que es algo que me gusta. Ese algo familiar al que uno quiere volver, esa risa preparada ante una novela ligera que sienta muy bien en un calor infernal o ante momentos sin pausa. Y esa familiaridad es la típica que poseen los autores a los que volvemos de vez en cuando, no sé si sabéis a qué me refiero: la familiaridad de saber que cada otoño leemos a Auster, que en primavera llega un nuevo libro de Murakami o esperar a la publicación del próximo libro de Grandes. En esa lista no hay sitio para todos, pero desde mi desencuentro con Auster creo que hay de sobra para Berges.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • El ingenio y el estilo del autor.
  • Entretiene y divierte.
Contras
  • El inicio, que puede parecer forzado.
  • La portada, que no me gusta.

De nuevo, gracias a la Editorial Tusquets por enviármelo a casa.

Namaste.

¿Y ellos qué opinan?, Literatura

Y ellos, ¿qué opinan? IX: Joaquín Berges

Joaquín Berges (Zaragoza, 1965). Licenciado en Filología Hispánica y escritor de novelas como El Club de los Estrellados o Vive como puedas, aclamado escritor de historias reales y personajes con los que es fácil sentirse identificado. Acaba de publicar recientemente Un estado del malestar.

Berges es un tipo simpático, que no duda en contestar rápidamente a mi cuestionario, y aún más: a añadir una cuarta pregunta que adjunto más abajo. Muchas gracias por tu amabilidad, Joaquín. Ojalá todos los autores me contestaran con la misma rapidez y simpatía que tú.

1.- ¿Cuál es el último libro que has leído?

Absolución de Luis Landero. Una novela deliciosa sobre las ilusiones, los compromisos y los miedos a enfrentarnos con nuestro futuro. Cuenta con un personaje central muy landeriano. Es un tipo de mediana edad que está a punto de casarse, pero es candoroso como un niño. Me ha resultado una lectura muy nutritiva. El castellano de Landero es absolutamente envidiable. Como han dicho los críticos: el escritor más cervantino del panorama literario español.

 Landero, uno de esos eternos pendientes que tiene novelas tan conocidas como Juegos en la edad tardía (anotada en mi libreta hace ya demasiado tiempo). Opiniones de la novela a la que se refiere Berges, aquí.

2.- Un libro que nos recomiendas.

El que estoy leyendo ahora. En mares salvajes de Javier Reverte. Es un libro de viajes, en concreto de su travesía del Ártico a través del llamado Paso del Noroeste. Javier combina perfectamente el gusto por la literatura, contando sus aventuras y desventuras, y el gusto por la didáctica, poniéndonos al corriente de los datos históricos y geográficos más señalados de los lugares que recorre. Dan ganas de saltar del sofá y embarcarse en el primer carguero que salga para allá.

Reverte, conocido viajero es un autor conocido para mí, aunque de oídas, frecuente en las bibliotecas y en las librerías, nunca me he acercado a su literatura, aunque por lo que he oído escribe bastante bien. Es este.

3.- Un autor por el que sientas fijación.

David Lodge. mi maestro británico al que tuve la ocasión de conocer en Bilbao durante la celebración del Festival Literario La risa de Bilbao 2011. Sus novelas destilan un humor muy divertido pero no exento de una oscuridad de fondo que lo hace más humano. Su última novela traducida al castellano es La Visa en sordina, aunque su última novela de verdad es A man of parts, que trata distintos aspectos de la biografía de HG Wells.

Lodge, un tipo peculiar del que podéis encontrar más información aquí. Por de pronto, me anoto la recomendación y si alguien ha leído algo de él, que comparta su experiencia.

4.- Qué libro estás esperando con ilusión.

La tercera entrega de la doble trilogía titulada Episodios de una Guerra Interminable de Almudena Grandes. Estuve con ella en Madrid y me adelantó algo de su interesantísima trama. Me muero de ganas de que salga para poder leerla.

No eres el único, Joaquín. Yo también lo espero ese mismo libro, lo que desconozco es cuándo se publicará, pero creo que ya toca. Grandes es una escritora a la que da gusto leer, que trata la complejidad del ser humano de un modo muy inteligente y sin caer en simplismos.

Y vosotros, ¿coincidís con Joaquín Berges? ¿Habéis leído alguno de los títulos que nos comenta?

Namaste.

Balance de 2011, Literatura

Balance de 2011 (III): lo mejor.

Llega el momento de la tercera y última parte del resumen de 2011.

Me alegra poder decir que este año ha sido muy bueno en cuanto a las lecturas que más me han gustado, y eso implica en que me ha sido difícil elegir cuáles debían de quedar fuera de esta lista.

Para facilitar la tarea, voy a dividir lo que más me ha gustado en dos: unos, los que son entretenidos, y me han gustado y los otros son los que más me han gustado de todos (en ambos casos, el orden no implica jerarquía).

Entretenimiento y algo más.

 

  • Tokio blues. Norwegian Wood. Haruki Murakami. Bastante comenté ya en aquélla entrada. Pues bien, si Murakami no me convenció en otras ocasiones, en esta historia de melancolía y amor sí que lo hizo. De momento el libro que más me ha gustado de lo poco que he leído de él.

  • Recuerdos de un callejón sin salida. Banana Yoshimoto. Una completa desconocida que llegó a mis manos por casualidad, y que con su melancolía y delicadeza me convenció completamente con estos relatos que nos ofrece en esta edición.

La maravillosa vida breve de Oscar Wao. Junot Díaz. Uno para desengrasar. Más frívolo que los que figuran aquí, más superficial, más nerd. Una novela que figuraba desde hace mucho entre mi lista de pendientes y que por fin leí en 2011.

Una temporada para silbar. Iván Doig. Una tierna historia que tiene como protagonista a una familia estadounidense al contratar a una nueva doncella.

Cuatro hermanas. Jetta Carleton. Otra preciosa novela de Libros del Asteroide, en este caso la visión de una familia cuyos componentes tienen mucho que contar. He dudado si ponerla en el otro apartado. Muy recomendable.

Vive como puedas. Joaquín Berges. Otro descubrimiento: en este caso se trata de una historia muy divertida pero que al mismo tiempo tiene mucho de real. La mezcla resulta interesante:

El infierno de los jemeres rojos. Denise Affonço. Muy duro. No sé si me dieron más miedo los brutales actos que se cometieron o que se aconteciera en la década de los setenta. Hace cuatro días.

Joyas o lo que mejor he leído en 2011

 

    • El ruletista. Mircea Cartarescu. Todo un descubrimiento, este autor que no conocía de nada. Y de repente llega y con un librito de apenas ochenta páginas me hace pasar un mal rato, me incomoda y me estresa.

 

    • Momentos estelares de la humanidad. Stefan Zweig. El primer libro que leo del austríaco y doy fe de que no será el último. Su pulcro estilo y su mezcla entre historia y novela son dos rasgos suficientes como para decidirse a leerle. Y por qué no, con este libro.

 

    • Plenilunio. Antonio Muñoz Molina. Ya era hora. Sí, ya era hora de que leyera un libro de Muñoz Molina. Salí encantada, por ese estilo, por el modo de encadenar las frases. Lo que otros lo hacen difícil, él lo hace fácil. Si tuviera que compararle con su contemporáneo Marías, diría que Marías sale perdiendo. Pero bien es cierto que me queda mucho por leer de ambos. ¿Alguna sugerencia?

 

    • El arte de volar. Antonio Altarriba y Kim. Si tuviera que escoger la novela gráfica que más me ha gustado, sería ésta. Por lo brutal de la historia y porque además es cierta y nos pilla muy cerca. Con permiso de Asterios Polyp es la novela gráfica que más me ha gustado.

 

    • La ofensa. Ricardo Menéndez Salmón. Lo trágico, la guerra, la incertidumbre… estos temas se tratan en la novela utilizando un estilo que roza lo poético, con una elección muy cuidada de las palabras. Para releerla, sin duda alguna.

 

    • El inicio de la primavera. Penelope Fitzgerald. A Fitzgerald ya la conocía por La librería, pero esta novela me aportó mucho más. Por la forma: el impecable estilo de la autora. Por el fondo: una compleja novela que encara diversos aspectos del Moscú de principios del siglo XX. Redonda.

 

    • El siglo de las luces. Alejo Carpentier. La Revolución Francesa desde el otro lado del Atlántico. Una novela superlativa.

 

    • Los enamoramientos. Javier Marías. Cuando leí que Marías hablaba de asesinatos en su última novela, me extrañó. Por supuesto, se equivocaban. La muerte la utiliza como punto de partida para hablar del amor y de la ausencia. El autor tiene su propio estilo: si te gusta, es una apuesta segura. Si no, mejor pasa a otra cosa.

 

  • Las partículas elementales. Michel Houellebecq. Un autor del que mucho se ha dicho y al que leí, por primera vez en 2011. Un acercamiento acertado. Una novela que tiene de todo. Es muy inteligente este francés.

 

Y vosotros, ¿cuáles son los libros que más os gustaron de 2011? ¿Tenéis alguno para recomendarme?

 

Esto es todo por el momento. En breve, más reseñas de libros que leí en 2011 pero que no me dió tiempo a reseñar.

¡Feliz 2012 a todos! (y si es el fin del mundo, que nos pille leyendo) 🙂

Namaste.

Autor, Berges, Literatura

Vive como puedas, Joaquín Berges

Inevitablemente me voy retrasando a la hora de reseñar los libros. Éste que os traigo hoy lo terminé hace más de un mes.

 

Tal y como comenté en el IMM en el que os lo mostré, quiero dar las gracias a la Editorial Tusquets por enviármelo.

 

Vive como puedas comienza así:

Una vez leí que el cerebro humano sólo es capaz de memorizar el diez por ciento de lo que lee, aunque no estoy muy seguro de lo que digo porque sólo recuerdo el diez por ciento de esa lectura. Tal vez por eso necesito escribir un diario. Porque si el cerebro humano sólo recuerda el diez por ciento de lo que lee, no quiero pensar cuál es el porcentaje que recuerda de lo que vive.

 

La trama comienza cuando Luis, nuestro protagonista, decide escribir un diario en el que plasmar su día a día. Su madre, su primera mujer, sus hijos y su actual mujer son algunos de los personajes secundarios que planean sobre la vida del protagonista.

 

La novela comienza como una hilarante comedia de situación, en la que el autor juega con las palabras y crea un sinfín de peculiares personajes para enmarcarnos en la historia.

 

Hacia la mitad del libro la historia pierde empaque, pero lo hace con el objetivo de planear una segunda fase en la que vemos situaciones más crudas junto con todo tipo de enredos y que tiene una visión más real de los sentimientos de nuestro protagonista.

 

Portada de "Vive como puedas", de Joaquín Berges
Portada de "Vive como puedas", de Joaquín Berges

A fin de cuentas la novela tiene un poco de ésto y un poco de aquéllo: de humor soterrado con algo más profundo, de lo superficial (lo extraño de los acontecimientos) junto con la complejidad de una vida que, como la de Luis, se encuentra en un inestable equilibrio, rodeado de injusticias y preocupaciones, problemas y sandeces que inevitablemente nos hace ponernos en su lugar.

 

Berges lo hace bien. Su novela no aboga por ninguna moralina (lo cual es de agradecer) y además resulta algo diferente de lo que inicialmente nos muestra. Una novela distendida, de fácil lectura, que invita a seguir leyendo hasta que no quedan más páginas.

 

Me ha gustado. Entretiene. Al mismo tiempo he reído y he sentido lástima, me he divertido y me he enganchado, me he sorprendido y he visto venir alguna cosa. Ahora que lo pienso es complicado hacer que un lector sienta emociones tan dispares como esas, ya que generalmente un libro no varía entre tantos factores como para conseguir un resultado así. Sin embargo, el autor lo consigue, con una mezcla de realidad, surrealismo y buen humor. Un poco de todo para conseguir una novela con muchos ingredientes.

 

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • Los originales personajes que crea. Para muestra, Valle.
Contras
  • En algunos aspectos peca de previsible.

 

Namaste.