Autor, Davies, Literatura

El quinto en discordia, Robertson Davies

El libro que siempre recordaré como mi primer asteroide. Y es que en aquél momento en el que recién se había formado la editorial, cuando Pedro me mencionó este título a mí no me sonaba de nada, y menos la editorial en sí. Fue una casualidad la que me llevó a comprarlo, cuando en una librería de viejo lo encontré entre los libros de Ken Follet y Dan Brown me llamó la atención ese pequeño libro verde que resaltaba entre tantos best-sellers. Efectivamente, era un asteroide, el primero de mi colección. Como nuevo y por sólo 4 euros.

El quinto en discordia3El quinto en discordia es, tal y como se define antes de comenzar la novela, aquél personaje de teatro que, sin ser el héroe o la heroína, el confidente o el villano, ejerce una importante influencia para el desarrollo de la trama. Dicho término comenzó a utilizarse en las compañías de teatro.

El título de la novela de Davies es el punto de partido, el inicio y el final, el leitmotiv de la historia. Precisamente porque el narrador, Dunstan Ramsay, un versado profesor y escritor de hagiografías, ejerce esa influencia que aparece en la definición en cada uno de los personajes que se va encontrando. Quizá sean meros detalles, como una simple bola de nieve, pero en todos los casos marcan un antes y un después en el comportamiento del resto de los personajes.

Es curioso pensar que Ramsay no es el verdadero protagonista de la historia, más bien parece un secundario, un accidental narrador de una historia que es la de su amigo Boy Staunton, el verdadero protagonista, el que sí que parece que controla su vida. Esto es, da la sensación de que Ramsay no sabe muy bien por dónde va, como si se dejara llevar. Sin embargo, es Staunton el que toma las riendas de su vida, el que decide y se hace rico, el que busca su camino en la política, el que tiene un carácter fuerte que le hace perseguir una meta.

Y aunque aparentemente esto es así, Ramsay consigue, quizá de un modo incidental, inmiscuirse en la realidad del resto de los personajes de una forma muy clara.

El quinto en discordia es una novela extraña. O quizá lo sea su autor, Robertson Davies, que lo mismo es capaz de hablarnos de la magia y la prestidigitación que de la vida de los santos de la Edad Media. Lo hace de una manera compacta, no parece traído por los pelos, no es casual. Eso es fundamental en su estilo, fluye y lo narra como es la verdadera vida, las cosas ocurren, sin más, por mucho que intentemos encontrar un sentido, una causa y un efecto en ocasiones los acontecimientos se nos presentan de golpe. Parece manido pero es cierto: en un momento la vida puede cambiar. En un segundo. Pero también es cierto que en otras ocasiones pueden pasar décadas sin que apenas cambie nada. Así es el tiempo.

Digo que es extraña porque la verdadera trama se podría comentar en dos líneas. Y ni eso. Pero lo que verdaderamente importa no es lo que pasa, sino cómo pasa, cómo el autor va manejando los hilos para mostrarnos una novela cíclica, interesante y bien ambientada y al mismo tiempo amena. Pero no es entretenida. No es simplista. Es variada, pasan cosas y en otras ocasiones no pasa nada. Quizá tenga que ver con que es la primera parte de la trilogía.

Davies se presenta como un escritor del todo, de lo global. Un escritor que es capaz de abarcar una vida entera y muchos temas distintos para conseguir un efecto compacto. Pero además, es un narrador culto, capaz de incluir citas y menciones históricas, anécdotas y chascarrillos.

En resumen, me ha gustado. Pero esperaba otra cosa. Esperaba un Pentateuco de Isaac, y este libro no es de ese corte. Esto es: no es un libro que aplaque. No es un libro que nos deje anonadados. Es un libro de inteligencia y raciocinio, de cómo escribir y hacerlo a la perfección. De manual. Medido y organizado. Frío como Canadá.

O simplemente también influya en que tengo que seguir leyendo la trilogía de Deptford. Pues sigamos.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • El efecto quinto en discordia. Un personaje redondo que afecta a todos pero que podemos apreciar al final del libro.
Contras
  • Es redondo. Pero el estilo depende del tiempo: en ocasiones ocurren muchas cosas pero en otros momentos pasan pocas cosas.
Reto 50 libros
  • 17/50.

Namaste.

Autor, Literatura, Martin

Canción de Hielo y Fuego (V): Danza de dragones

De nuevo, el quinto libro de la mundialmente conocida saga Canción de Hielo y Fuego. El quinto y último libro que se ha publicado hasta la fecha. Por este motivo lo he leído cuanto antes, para no enterarme por casualidad de algún temido detalle que pudiera fastidiarme la lectura.

Danza de Dragones marca¿Y qué nos encontramos? Pues más de lo mismo: la historia de Poniente en el que diversos contendientes luchan por el Trono de Hierro, esto es, el deseado poder que les otorgaría el derecho a gobernar sobre los maltrechos siete reinos.

Más de lo mismo significa también otra cosa: paja, mucha paja (quizá sea el que más relleno tiene, como si la calidad del ejemplar se incrementara según el número de páginas), poca acción aunque eso si, nuevas tramas (si bien desconocemos si llegarán a desarrollarse convenientemente. Yo sinceramente lo dudo). Antiguos personajes con nuevos problemas: Jon con su problemón en cuanto a los salvajes, Daenerys luchando por liberar a los esclavos, Tyrion con su nueva situación… etc.

El problema de fondo es, de un lado, que no se mide la tensión. Quizá es que nos conozcamos los trucos de Martin o que nos vemos venir determinadas cosas. Por este motivo resulta lineal, y de repente, abrupto. Al mismo tiempo, el autor se distrae, se expande en tramas a las que apenas había mencionado con anterioridad (como por ejemplo: Dorne y las ciudades esclavistas) con lo que consigue crear una historia que más bien parece de transición, de la mitad de la saga, en lugar de ser, como bien se sabe, la antepenúltima de todas.

¿Es esto un despelleje? Probablemente no. Danza de dragones, como las de toda la saga, es una historia entretenida, en la que se manejan muchos temas, desde el amor y el odio hasta el ansia de poder, la avaricia y la soledad, el miedo y la desesperación. Sus personajes, buenos y malos, del norte y del sur, consiguen atraparnos en una espiral de preguntas ¿Y tú de quién eres? Que consigue que nos den lástima, que despierten nuestra simpatía, en definitiva, que caminemos a su lado en arduoso camino que les espera.

Porque sabemos, si es que no les ha quedado claro a todos ya, que Martin es un escritor despiadado al que no le temblará la mano si decide, un día de estos, que va siendo hora de aniquilar a uno de esos pobres diablos que tratan de salvar el pellejo.

Yo sigo leyendo. Sigo aunque no me convence, no compro su caótica forma de organizar los libros, su insufrible forma de hacer esperar a los lectores hasta la próxima publicación del siguiente libro (que, como ya sabemos, se retrasará demasiado). Sigo leyendo porque antes que espectadora soy lectora. Porque la serie de televisión no me basta.

Ahora, entiendo que muchos no sigan leyendo. Pero yo no lo haré. Cuanto más mayor me hago más sufro con los cercenados episodios que cuentan una mínima parte de lo que acontecede en esta historia. En esta y en todas. Sinceramente, prefiero saber con anterioridad lo que ocurre. Prefiero gritarle al televisor cuando veo lo mal que lo están haciendo. Lo que decía: la serie de televisión no basta. Soy lectora.

FICHA:

 

Te gustará si te gustó
Pros
  • Las nuevas historias de los lugares, como Dorne.
  • Saber que aquél episodio del primer libro está íntimamente relacionado con uno de estos, que nada es por casualidad, anima a la lectura.
Contras
  • Sobran centenares de páginas.
  • Ritmo lento.

Namaste.

Autor, Literatura

The bluest eye («Ojos azules»), Toni Morrison

The bluest eye es la primera novela de Toni Morrison, ganadora del Premio Pulitzer en 1988, por Beloved y posteriormente del Premio Nobel en 1993. The bluest eye fue una novela que pasó desapercibida hasta que a su autora le llovieron los galardones. Y de repente, se publicó casi veinte años después, se reimprimió y se le otorgó el interés que se merecía.

efecto polaroid con marca

The bluest eye  apareció en mi vida un poco de repente, y me vino fenomenal para practicar el inglés, de un lado, y de otro, anotarme un tanto en el reto de Isi.

Pero os voy a ser sincera. Escribir una reseña de este libro me acojona. Me abruma. Llevo días y días dándole vueltas a cómo contar lo que quiero contar, a cómo escribir algo sobre este novelón. Sobre esta novela de apenas 200 páginas que pesa como una de mil quinientas.

Lo primero que comentaré, por qué no, es el título. The bluest eye. Vale, en castellano de toda la vida, El ojo más azul. MOC. Van nuestros traductores y le plantan un Ojos azules. Bien. Primer fallo. Esta novela es ímproba. Es enorme, es simbolista al máximo, y pasar por obviar una diferencia tan grande como el título llevará a engaños a más de uno.

El inicio de esta novela es uno de esos que no se nos irán de la retina en su vida. Porque sí, porque te deja anonadado sólo con leer la siguiente línea:

Quiet as it´s kept, there were no marigolgs in the fall of 1941. We thought, at the time, that it was because Pecola was having her father´s baby that the marigolds did not grown.

 TRADUCCIÓN PROPIA:

 Silencioso como si estuviera oculto, no había caléndulas en el otoño de 1941. En aquél momento pensamos que era porque Pecola iba a tener el hijo de su padre, por lo que las caléndulas no crecían.

¿Qué mierda es esta? Pensamos. ¿En qué berenjenal me he metido? ¿Lo he leído bien? Y lo relees, dos o tres veces. Y como piensas que no es posible, te vas al diccionario y buscas la palabra father, deseando que no sea lo que sabes que es.

Pero, un momento, ¿quién es esta Toni Morrison y por qué narices comienza una novela con una frase tan cruel? ¿Cómo puede alguien plantearse comenzar una novela así? Después, te entra la congoja, que se pega en tu estómago y parte de tu esófago. Y piensas que no, que no sé quién es Pecola ni quién es su padre pero ya los odias a todos. Y a esta escritora que hace daño desde la primera línea también.

Así que si la primera línea es así de dura, imaginaos las que llegan después.

The bluest eye es la historia de Pecola, una niña fea, poco querida, solitaria y negra, muy negra. Una niña que quiere ser como Shirley Temple y tener unos ojos azules (y aquí entramos en relación con el título: no quiere unos ojos azules, quiere los más azules). Una niña, que pasadas unas pocas páginas de la novela, se pregunta lo siguiente:

 How do you do that? I mean, how do you get somebody to love you?

 TRADUCCIÓN PROPIA:

 ¿Cómo lo haces? Quiero decir, ¿cómo consigues que alguien te quiera?

  

Pero también es la historia de Cholly, un hombre apartado de su padre, arrastrado por el alcohol. Es la historia de Claudia, la amiga de Pecola que se dedica a romper las muñecas rubias que le regalan. Es la historia de Pauline, la madre abnegada que pasa demasiadas horas cuidando hijos que no son los suyos.

Es una historia brutal. De esas que duelen. De las que aplacan. Una historia que uno comienza pensando en que, por ser tan corto, apenas tardará una semana en leerlo, pero en la que, y uno se da cuenta desde el principio, las palabras pesan. Los párrafos agotan. Y aunque te sientas intentando leer más de un capítulo, no puedes, no puedes asimilar tanto dolor, tanta tristeza y tanta soledad de las manos de unos niños inocentes que se ven sepultados entre lo más bajo de Estados Unidos: el racismo, la pobreza y el abuso.

The bluest eye no es un libro para todo el mundo. Es un libro muy duro. Un libro para releer. Un libro lleno de adjetivos en el que uno tiene que coger aire de vez en cuando, no sólo para asimilar lo que está leyendo, sino para admirar el estilo de una Morrison soberbia, que calcula cada frase como si de una fórmula matemática cualquiera. Donde nada es por casualidad, ni la aparición de personajes extraños que parecen venidos de la nada (y en los que el lector no puede evitar un ¿y esté qué pinta aquí ahora?) Porque todo está hilado. Un hilo tirante, en el que cada palabra encierra un significado que va más allá de lo característico.

Y a pesar de la primera frase, de esa losa que pesa sobre nuestro corazón desde el primer momento, vemos que las valoraciones se pueden hacer muy a la ligera, y que los humanos tenemos mil caras, la cara del dolor y la tristeza, la soledad y el abandono, cada una de las frustraciones y los abusos que van acumulando unos personajes tan bien construidos que aparecen reales al otro lado de la ventana. Personajes a los que el lector, aplacado por una lectura de este calibre no justifica, pero sí en cierto modo comprende, inevitablemente se pone en su situación y les agarra de la mano, fuerte, muy fuerte, como si el contacto pudiera hacer que cambiaran su fatal destino.

Una novela que con el paso de los años se ha convertido en referente, una lectura obligatoria en el instituto, con objeto de que los jóvenes conozcan un pasado no tan lejano en el que las personas se valoraban según el color de su piel. Una historia que hoy en día unos cuantos padres escandalizados están intentando tumbar, por considerar que tiene demasiado contenido sexual. Mucho mejor una novela que resulte menos incómoda. Claro. Mejor El guardián entre el centeno.

There is really nothing more to say-except why. But since why is difficult to handle, one must take refuge in how.

 TRADUCCIÓN PROPIA:

Realmente no hay nada más que decir, excepto por qué. Pero desde que puesto que “por qué” es difícil de manejar, uno debe refugiarse en cómo.

Poco tengo más que decir. Sólo una recomendación: coged aire y leedlo.

 FICHA:

Te gustará si te gustó

Pros

  • El desarrollo de la trama, el uso de los personajes.

  • Los simbolismos.

Contras

  • Historia muy dura.

  • Hay que leerlo a sorbos. Aplaca.

Namaste.