Autor, Fitzgerald, Literatura

El inicio de la primavera, Penelope Fitzgerald

Tras haber leído La librería de la misma autora, los prejuicios me empujaron a creer que iba a encontrar algo ligeramente distinto. Pensaba encontrarme con un mundo sajón, quizá londinense. Y lo que uno se encuentra es Moscú en invierno, un ambiente tan radicalmente opuesto a mi idea original que me sorprendió.

Portada de "El inicio de la primavera", de Fitzgerald
Portada de «El inicio de la primavera», de Fitzgerald

La trama de El inicio de la primavera se centra en una familia inglesa y de posibles que regenta una imprenta en la Rusia de principios del siglo XX. La novela comienza en el momento en el que la madre abandona a la familia.

Partiendo de este inicio, Fitzgerald crea un universo en el que es capaz de contar desde los grandes acontecimientos, como los devenires políticos y cambios sociales, hasta los pequeños detalles: el modo de trabajar en una imprenta, las miradas de unos personajes a otros…. etc.

Todo ello aderezado con unas descripciones que, aunque no abundan demasiado, son totalmente exactas, llamativas y preciosas.

¿Cómo puede contar tanto y no caer en la pesadez? ¿Cómo condensar tantos temas sin ser aburrida? ¿Cuál es su secreto? La sutileza. No nos cuenta cada detalle, cada palabra y cada gesto, sino que nos da un esbozo, un guiño y una frase. Lo relevante es que su estilo va calando poco a poco: no hay muchas descripciones, pero las que incluye son elocuentes; no hay demasiados personajes, pero los que existen son un modo de ejemplificar a todo un grupo de individuos, es decir, como un modo de actuar, como una silueta de una escena más grande.

La mezcla de todo lo anterior da lugar a una novela elegante, donde tiene cabida tanto el relato social de la época, como la crítica a determinados sectores de la población y donde al mismo tiempo juega un papel importante la intriga y las incógnitas que nos va planteando.

Lo que Fitzgerald propone es una novela compleja, que se puede mirar desde tantos ámbitos como ella propone. Es una novela de silencios y espacios, donde le toca al lector imaginarse determinados aspectos, donde no todo está dicho, lo cual, a mi entender, le aporta si cabe más valor.

Se trata, pues, de una novela muy interesante, compleja y tupida, con más fondo del que se ve a simple vista. Me ha gustado aún más que La librería, por lo simple que parece y la de vericuetos que tiene. Sin duda, la prosa de Fitzgerald se puede calificar como impecable.

FICHA:

Te gustará si te gustó
  • La librería, Penelope Fitzgerald. (en cuanto al estilo)
  • Germinal, Émile Zola (por la visión general de una vida)
Pros
  • Es muy completa, ya que encara diversas perspectivas de la vida.
  • El estilo de la autora es elegante y a la vez, crítico.
Contras
  • El inicio de la novela puede dar lugar a confusión. Hay que continuar leyendo para saber qué es realmente esta novela.

 

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (12)

Os traigo ahora las últimas adquisiciones y préstamos, que se han ido acumulando según iban pasando las semanas. Son los siguientes:

Adquisiciones recientes
Adquisiciones recientes
  • Berlin, de Jason Lutes. Una novela gráfica que se divide en dos partes. Dicen que es bueno. Dicen que es muy bueno. Yo de momento no digo nada, pero teniendo en cuenta que se encuadra en la época de la Segunda Guerra Mundial, muy malo tiene que ser para que lo ponga a parir…

     

  • La lluvia antes de caer, de Jonathan Coe. Una novela de la que había oído hablar en el Blog de Isi, y que Pedro me prestó así por casualidad. Ya os contaré. 🙂
  • Goethe y Schiller. Historia de una amistad, de Rudiger Safranski, cortesía de Tusquets. Me llamaba mucho el libro, y tengo muchas ganas de empezarlo… lo que no sé es cuándo le podré sacar tiempo. Poco a poco.

(Ojo con Europa, que se ha colado en la foto de refilón)

 Además, estos tres se han sumado a la lista de pendientes:

Novelas de Gopegui, Vargas Llosa y Bolaño
Novelas de Gopegui, Vargas Llosa y Bolaño
  • Acceso no autorizado, de Belén Gopegui. Una novela de la que me había hablado bastante Pedro. Su trama: las conversaciones entre un hacker y una Vicepresidenta de Gobierno. Veremos qué tal.

  • La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa. Aprovechando que se podía adquirir por muy poco dinero junto con un periódico (seguro que alguno de vosotros también lo habéis comprado), me decidí a sumar a mi biblioteca una de las novelas más aclamadas del peruano. Tendrá que esperar, porque de este autor tengo otra que va antes…
  • Estrella distante, de Roberto Bolaño. Hace bastante que no leo nada de él y gracias a Gancedo, que anima a su lectura vía twitter, decidí que debía comprarlo. La portada no dice mucho, pero el color de los Compactos de Anagrama siempre son de agradecer.

Y vosotros, ¿habéis leído alguno de ellos? ¿Cuál me recomendaríais que leyera antes?

En breve, más reseñas.

Namaste.

Autor, Literatura, Yoshimoto

Recuerdos de un callejón sin salida, Banana Yoshimoto

Hay ocasiones en las que no conoces un título pero después enseguida todo te habla de él. Fue lo que me pasó con Recuerdos de un callejón sin salida. Apareció un día en mi buzón, cortesía de la editorial Tusquets. Lo ojeé y lo coloqué en la lista de los libros pendientes.

 

Portada de "Recuerdos de un callejón sin salida", de Banana Yoshimoto.
Portada de "Recuerdos de un callejón sin salida", de Banana Yoshimoto.

Después, casualidades de la vida, Karo le dedicó una sugerente reseña. Fue a partir de entonces cuando me entraron unas ganas de leerlo. De entre varias propuestas, fuisteis vosotros los que decidisteis, con una encuesta, que el libro de Yoshimoto no debía esperar más.

 

Como ya se comenta en la contraportada, el libro de Yoshimoto es un compedio de cinco de sus relatos. En todos ellos nos encontramos con personajes que se encuentran en momentos complicados de su existencia.

 

Lo peculiar de Yoshimoto es la delicadeza con la que encara la melancolía que está presente en cada uno de los relatos. Es complejo escribir de la pérdida de un ser querido sin caer en tópicos, en victimismos o en sentimentalismos. Pues bien, Yoshimoto lo consigue y lo hace de un modo muy natural. No necesita grandes párrafos ni palabras farragosas para hablar de algo que todos tenemos dentro de nosotros, que es tan normal como la vida misma. Ahí radica su éxito: huye de las grandes pretensiones y se queda con lo pequeño, con los sentimientos que radican en lo más profundo de nuestro ser, en los pensamientos que en ocasiones no nos confesamos ni a nosotros mismos.

 

La prosa de la nipona es delicada, pero no por ello cae en la lágrima fácil. La combinación resulta perfecta, ni falta ni sobra nada: sus fuertes son las emociones, describir qué se siente el personaje por encima de qué hace. Hablarnos de sus miedos, de sus pretensiones y frustraciones, de cómo ve el futuro.

 

Me ha parecido una novela perfecta para épocas en las que no tengamos suficiente tiempo para dedicarle a la lectura: los relatos se leen rápidamente por lo que evitamos perder el hilo como acaba ocurriendo con las novelas largas. Es una prosa fresca, sugerente, como si, permitidme el símil, se tratara de una bocanada de aire fresco con tintes de alguna planta exótica.

 

Además me ha parecido que es un modo genial de acercarse a los autores japoneses más allá de Haruki Murakami. Algunos de los que me leéis me comentáis que no os gusta Murakami. Quizá por su estilo en sí, o quizá por su faceta surreal. Pues bien, Yoshimoto es la solución.

 

 

Bienvenida Banana.

 

FICHA:

Te gustará si te gustó

Pros

  • La sutileza y delicadeza al encarar temas complejos.

  • El hecho de que sean relatos le da dinamismo. Se leen en un corto período de tiempo.

Contras

  • La melancolía, que traspasa las páginas del libro.

 

Namaste.

 

P.D. Próxima parada, ¿Kitchen? 🙂

Literatura

El arte de volar, Antonio Altarriba y Kim

Esta fue una de las novelas gráficas que me prestó Pedro hace un tiempo. De nuevo, gracias por descubrirme los cómics. Y por supuesto, gracias por prestármelo (estoy mandando a todo el mundo que se lo lea, sí, habéis leído bien, ¡un mandato!)

 

Portada de "El arte de volar", de Antonio Altarriba y Kim
Portada de "El arte de volar", de Antonio Altarriba y Kim

 

El arte de volar es, básicamente, una cruda novela en la que la tristeza que acompaña al protagonista es un aspecto esencial para comprender la magnitud de la compleja biografía de un ser humano al que le tocó vivir una época muy dura.

 

Si algo nos enseña esta historia, al igual que muchas otras que se centran en la Guerra Civil, es que no existen malos ni buenos, sino que simplemente hay personas egoístas, avariciosas, vengativas y rencorosas. De este modo, el cómic no se queda en el tradicional binomio buenos-malos, sino que ahonda en la realidad de que, a fin de cuentas, las guerras las cometen personas que hacen barbaridades.

 

Que al fin de todo, una guerra no son un compedio de héroes salvando a la patria, ni una lucha contra el mal, sino que se trata de un acto trágico que desgarra conciencias y corrompe almas.

 

Este tema, unido con los trazos tan elocuentes y expresivos de Kim, hacen de esta novela gráfica una joya. Tan es así que dan ganas de volver a pasar sus páginas para no perdernos los gestos que el ilustrador ha plasmado en cada viñeta.

Es desgarradora, cruel y realista. Es muy triste, tan triste que uno llega a pensar que todo lo que se cuenta es un mero producto de la imaginación. Desgraciadamente no es así.

 

FICHA:

Te gustará si te gustó
  • Maus, Art Spiegelman.
Pros
  • Las ilustraciones.
Contras
  • Lo cruda y real que es la historia.

 

Namaste.

Autor, Literatura, Orejudo

Ventajas de viajar en tren, Antonio Orejudo

El primer adjetivo que se me ocurre a la hora de definir este libro es “extraño”, por el tipo de despliegue narrativo, viéndolo en conjunto.


Portada de "Ventajas de viajar en tren", de Antonio Orejudo


Efectivamente, esta novela comienza cuando dos personas se encuentran en un tren, y una de ellas le cuenta parte de su vida a la otra persona.


El resto es una trama de intriga, plagada de extraños personajes, con vidas marcadas por la esquizofrenia y la enfermedad, lleno de un vocabulario rico y una prosa envolvente que Orejudo despliega como si tal cosa.


Es esto lo que me ha ganado, el pasar las páginas y encontrarme con fragmentos como el que sigue:


¿Para qué llevar una vida de trabajo y de honestidad intelectual? ¿Para qué consagrarse a la lectura y al estudio? ¿Para que luego una mala conexión neuronal pusiera en tela de juicio las cuatro cosas, verdaderas o falsas, en las que uno se había ido apoyando para avanzar a trompicones por esta selva que es la vida? Amar los libros, para que luego fueran los libros, precisamente los libros, quienes se convertían en los fieros enemigos, en los fantasmas malignos que lo iban a perseguir en sus noches de vigilia e insomnio.


Sin embargo, esta novela no era lo que me esperaba. Quizá porque albergaba grandes esperanzas al habérmela recomendado Bartleby (con quien suelo coincidir casi siempre). Realmente me ha parecido que esta novela es “otra cosa” dentro del apartado de “otras cosas”.


Mis sensaciones se pueden resumir en dos:


  • Que me he perdido muchas cosas. Quizá por falta de atención, por no leer el libro muy de seguido o quién sabe por qué.

  • Que lo reeleré, algo que incentiva el hecho de que la novela sea mía y apenas tenga 150 páginas.


En definitiva, esta novela es una de esas en las que, si os dais cuenta, apenas he dicho nada: si digo de más os estropearía la historia, así que lo mejor es, simple y llanamente, que os quedéis con el título, lo leáis y juzguéis por vosotros mismos.


Luego venid a contarme que tengo que releerlo.


FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • El despliegue de vocabulario y el estilo del autor.
Contras
  • Resulta, en su conjunto, una novela diferente y extraña.


Namaste.


P.S. Os aviso que la editorial que acaba de sacar esta novela en una nueva edición es Tusquets. Para ver la magnífica portada que se han sacado de la manga, pinchad aquí.