Balance de 2011, Literatura

Balance de 2011 (III): lo mejor.

Llega el momento de la tercera y última parte del resumen de 2011.

Me alegra poder decir que este año ha sido muy bueno en cuanto a las lecturas que más me han gustado, y eso implica en que me ha sido difícil elegir cuáles debían de quedar fuera de esta lista.

Para facilitar la tarea, voy a dividir lo que más me ha gustado en dos: unos, los que son entretenidos, y me han gustado y los otros son los que más me han gustado de todos (en ambos casos, el orden no implica jerarquía).

Entretenimiento y algo más.

 

  • Tokio blues. Norwegian Wood. Haruki Murakami. Bastante comenté ya en aquélla entrada. Pues bien, si Murakami no me convenció en otras ocasiones, en esta historia de melancolía y amor sí que lo hizo. De momento el libro que más me ha gustado de lo poco que he leído de él.

  • Recuerdos de un callejón sin salida. Banana Yoshimoto. Una completa desconocida que llegó a mis manos por casualidad, y que con su melancolía y delicadeza me convenció completamente con estos relatos que nos ofrece en esta edición.

La maravillosa vida breve de Oscar Wao. Junot Díaz. Uno para desengrasar. Más frívolo que los que figuran aquí, más superficial, más nerd. Una novela que figuraba desde hace mucho entre mi lista de pendientes y que por fin leí en 2011.

Una temporada para silbar. Iván Doig. Una tierna historia que tiene como protagonista a una familia estadounidense al contratar a una nueva doncella.

Cuatro hermanas. Jetta Carleton. Otra preciosa novela de Libros del Asteroide, en este caso la visión de una familia cuyos componentes tienen mucho que contar. He dudado si ponerla en el otro apartado. Muy recomendable.

Vive como puedas. Joaquín Berges. Otro descubrimiento: en este caso se trata de una historia muy divertida pero que al mismo tiempo tiene mucho de real. La mezcla resulta interesante:

El infierno de los jemeres rojos. Denise Affonço. Muy duro. No sé si me dieron más miedo los brutales actos que se cometieron o que se aconteciera en la década de los setenta. Hace cuatro días.

Joyas o lo que mejor he leído en 2011

 

    • El ruletista. Mircea Cartarescu. Todo un descubrimiento, este autor que no conocía de nada. Y de repente llega y con un librito de apenas ochenta páginas me hace pasar un mal rato, me incomoda y me estresa.

 

    • Momentos estelares de la humanidad. Stefan Zweig. El primer libro que leo del austríaco y doy fe de que no será el último. Su pulcro estilo y su mezcla entre historia y novela son dos rasgos suficientes como para decidirse a leerle. Y por qué no, con este libro.

 

    • Plenilunio. Antonio Muñoz Molina. Ya era hora. Sí, ya era hora de que leyera un libro de Muñoz Molina. Salí encantada, por ese estilo, por el modo de encadenar las frases. Lo que otros lo hacen difícil, él lo hace fácil. Si tuviera que compararle con su contemporáneo Marías, diría que Marías sale perdiendo. Pero bien es cierto que me queda mucho por leer de ambos. ¿Alguna sugerencia?

 

    • El arte de volar. Antonio Altarriba y Kim. Si tuviera que escoger la novela gráfica que más me ha gustado, sería ésta. Por lo brutal de la historia y porque además es cierta y nos pilla muy cerca. Con permiso de Asterios Polyp es la novela gráfica que más me ha gustado.

 

    • La ofensa. Ricardo Menéndez Salmón. Lo trágico, la guerra, la incertidumbre… estos temas se tratan en la novela utilizando un estilo que roza lo poético, con una elección muy cuidada de las palabras. Para releerla, sin duda alguna.

 

    • El inicio de la primavera. Penelope Fitzgerald. A Fitzgerald ya la conocía por La librería, pero esta novela me aportó mucho más. Por la forma: el impecable estilo de la autora. Por el fondo: una compleja novela que encara diversos aspectos del Moscú de principios del siglo XX. Redonda.

 

    • El siglo de las luces. Alejo Carpentier. La Revolución Francesa desde el otro lado del Atlántico. Una novela superlativa.

 

    • Los enamoramientos. Javier Marías. Cuando leí que Marías hablaba de asesinatos en su última novela, me extrañó. Por supuesto, se equivocaban. La muerte la utiliza como punto de partida para hablar del amor y de la ausencia. El autor tiene su propio estilo: si te gusta, es una apuesta segura. Si no, mejor pasa a otra cosa.

 

  • Las partículas elementales. Michel Houellebecq. Un autor del que mucho se ha dicho y al que leí, por primera vez en 2011. Un acercamiento acertado. Una novela que tiene de todo. Es muy inteligente este francés.

 

Y vosotros, ¿cuáles son los libros que más os gustaron de 2011? ¿Tenéis alguno para recomendarme?

 

Esto es todo por el momento. En breve, más reseñas de libros que leí en 2011 pero que no me dió tiempo a reseñar.

¡Feliz 2012 a todos! (y si es el fin del mundo, que nos pille leyendo) 🙂

Namaste.

Autor, Literatura, Zweig

Momentos estelares de la humanidad, Zweig

Mi primer libro de Zweig. Por fin, tras incluirlo en mi lista de 50 libros, le he hecho un hueco. Sí, ya era hora. 🙂

 

Momentos no estelares de la humanidad, por Forges
Momentos no estelares de la humanidad, por Forges

Este libro se compone de 14 momentos que Zweig considera claves en la historia de la Humanidad. Realmente no sé si se puede calificar como una novela, porque los hechos históricos son reales, así como los personajes y los detalles. Eso sí, lo que el autor incluye son los pensamientos, las sensaciones de los protagonistas, conjeturando lo que pensarían los protagonistas.

 

 

Desde Cicerón, hasta Goethe, pasando por Lenin, Núñez de Balboa o Napoleón. Diferentes épocas, distintos sucesos que nada tienen que ver entre sí, pero que componen un salto hacia adelante en su época, un líder que marca la diferencia, que supondrá un antes o un después. Algunas muy claras, como la toma de Bizancio, otras más sutiles, como la creación de la Marsellesa, pero todos hitos.

 

Os dejo un fragmento del episodio de la toma de Bizancio:

 

Según toda nuestra experiencia, los barcos sólo pueden ir por el agua, jamás una flota puede avanzar por encima de una montaña. Pero precisamente eso, en cualquier época, es la verdadera señal de una voluntad demoníaca, capaz de convertir en realidad lo imposible. En eso se reconoce siempre a un genio militar, en que durante la guerra se burla de las reglas militares y que, llegado el caso, aplica la improvisación creadora en lugar de los métodos comprobados.

 

 

De entre todas, destaco dos: la de Cicerón, que me ha trasladado a la Roma convulsa causada por el asesinato de Julio César, y la siempre emotiva historia de Scott, Oates, Evans, Wilson y Bowers en el Polo Sur.

 

Inevitablemente cuando pienso en la triste historia de estos ingleses en busca de la gloria, me acuerdo de la canción de Mecano:

 


 

Pero no creáis que las demás no están al nivel, porque no es así: Zweig tiene el poder de relatar la chispa creadora, y no sólo en el ámbito literario, sino también en el musical, como ejemplo el episodio de Händel.

 

Su prosa es vigorosa, fuerte, pero al mismo tiempo exacta y certera. El lector tiene la sensación de que Zweig usa esa palabra porque es la más cercana a lo que nos quiere trasmitir: esa y ninguna otra es más precisa, y eso es algo que he pensado durante toda la obra.

 

Pero es que además, el autor es un conocedor de hasta el más mínimo detalle de la historia y de la historia no oficial. Y lo que es más importante, tiene la facilidad de ponerse en el lugar del otro, en la piel de un Dostoievski a punto de ser fusilado, de un John Suter frustrado ante una situación que le sobrepasa. Y eso es lo más mágico, esa combinación entre cosas que parecen opuestas pero que obviamente no lo son. Porque siempre hemos visto la historia como algo objetivo y claro, pero no nos podemos en la piel del protagonista, al tomar una decisión u otra, quizá no tenemos en cuenta los factores propios: la cobardía o el arrojo, el miedo y el tesón. Estas cosas son las que distinguen a un héroe de un cobarde (y si no, que se lo digan a Grouchy en la batalla de Waterloo).

 

En resumen: un libro fantástico, una prosa memorable, un encanto de libro.

Leer a Zweig es todo un placer.

 

FICHA:

 

Te gustará si te gustó
  • Vita brevis, Jostein Gaarder.
  • La historia y la buena literatura.
Pros
  • El estilo del autor: fuerte, certero, y al tiempo mágico, fantástico.
  • La combinación entre relato histórico y la psicología de cada protagonista.
Contras
  • La edición que tengo, que es de Círculo de Lectores.

 

Namaste.