Autor, Literatura

Distancia de rescate, Samanta Schweblin

Al fin llego a esta argentina que me recomendaron hace más de una década. Fallo mío, ya sabemos que la lista de pendientes no se acaba nunca y se agolpan los títulos y lecturas que queremos acometer.

Aunque el título anotado en mi libreta era El núcleo del disturbio, al no encontrarlo y ver que Seix Barral está reeditando alguna de su obra, escogí este, Distancia de rescate, escrito en 2014, en esta edición de 2025.

Distancia de rescate nos cuenta la historia de una madre con su hija. Y de un hijo con su madre.

Uno dice «perder la casa sería lo peor» y después hay cosas peores y uno daría la casa y la vida por volver a ese momento.

Página 20

El inicio de la historia comienza con una conversación, la de Amanda con alguien, identificadas las partes de este por estar escritas en cursiva. Pareciera como si este personaje estuviera indagando algo en la historia de Amanda, algo que aún no sabemos de qué se trata.

Amanda nos cuenta cuándo ha conocido a Carla, la vecina de la casa a la que acaba de llegar con su familia. Desde ahí ambas acciones se mezclan, desgranando quién es ese misterioso interlocutor y qué está buscando.

El resultado es una historia que se lee conteniendo la respiración para conocer qué hay detrás, cuál es el misterio, qué sucede realmente, y cuál será el desenlace.

En conjunto, Distancia de rescate huele a sur de Estados Unidos, a esa literatura sureña llena de pasajes oníricos y situaciones al límite: al de la violencia, al de la muerte. Un mundo en parte mágico y en parte poderosamente sucio y real. La unión de éxito de los contrastes.

Porque abrazar (al bebé) me recuerda mis primeros miedos.

Página 93

No quiero dar datos de qué sucede, en parte porque es la gracia de la historia y además por este libro se lee en una tarde y merece mucho la pena, sólo decir que Schweblin consigue meternos de lleno a un mundo de fronteras, de alientos fríos y miedos que se palpan, de niños sometidos a peligros y de padres que no acaban de ver lo que está por venir.

Me ha sorprendido, me ha encantado y ando golpeándome por las paredes por no haber leído a esta autora antes, porque sí, ya estoy anotando el resto de su obra y espero que Seix Barral edite, de una vez, el libro que sí tengo anotado en mi libreta.

Así que os la recomiendo y de nuevo, os conmino a buscar ese título que lleva anotado años en vuestra lista y darle prioridad.

FICHA:

Te gustará si te gustó La canción de los vivos y los muertos, Jesmyn Ward.
Pros– El tono, la mezcla entre las historias y el ritmo.
Contras– No haberlo leído antes.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (110)

Tras las compras en Feria del Libro de Madrid suelo pasar un tiempo con pocas adquisiciones, para tratar de absorber todas esas nuevas lecturas, y también por las bajas novedades de la época estival. Sin embargo, alguno ha caído estas semanas, son los siguientes:

  • El conde de Montecristo, Alejandro Dumas (Navona, 2017) En los albores del blog ya mencioné esta obra magna de las letras francesas, que leí un verano en una edición espantosa con la letra minúscula de esas en las que se traducía hasta el nombre de los personajes. No tengo otra edición y lo quiero releer, de ahí que llevara ya un tiempo pensando en hacerme con una buena edición. Dicen que esta tiene la mejor traducción, aunque os admito que no he tenido demasiada buena experiencia con otros libros de esta editorial.
  • George Steiner, el huésped incómodo (Acantilado 2023). A pesar de tener alguno por leer y de no haber leído todavía nada de Steiner, no he podido resistirme a completar mi colección con la obra de Ordine con este título al que creo, le tocará esperar.
  • Prosas apátridas, Julio Ramón Ribeyro (Seix Barral, 2019). Tras leer su colección de relatos La palabra del mudo me quedé con las ganas de ahondar en su vida. No pienso leerlo en breve, pero ya sabéis, este es el tipo de libro que o lo compras en el momento en que lo ves o desaparece de todos los sitios y ya es imposible de hacerse con él.
  • El jardinero y la muerte, Gospódinov (Impedimenta, 2025). Llevo tratando de ignorar este libro un tiempo, pero aparecía en todas las partes desde la Feria del Libro de Madrid hasta las opiniones de lectores de los que me fío. Mi intento de ignorarlo es porque tengo otros libros de este mismo autor esperando en el estante, pero finalmente y porque me fío del autor de una obra tan magnífica como Las tempestálidas me lo he acabado autorregalando.
  • El tambor de hojalata, Günter Grass, (Debolsillo, 2024). A Grass lo confundo desde siempre con Greene (¿será por la doble G de sus nombres y apellidos?), y de hecho siempre pienso que El americano impaciente es una de sus obras, hasta que una y otra vez me vuelvo a recordar de mi error… y de nuevo me tiro de las orejas por no haber leído al alemán. He comprado este título para enmendar mi culpa al respecto.
  • Barrio lejano, Jiro Taniguchi (Ponent Mon, 2016). Cuando penséis que tenéis demasiados libros pensad en mi primo Pedro que los compra duplicados o triplicados porque no se acuerda si los tiene o no y después acaba regalándome alguno. Este es el caso de este cómic del que, la verdad, no tengo ninguna referencia. ¡Muchas gracias!

Estoy muy contenta con las compras de este año, veo que han bajado significativamente en comparación con los dos años previos, lo cual es genial para leer lo que tengo en casa.

Y vosotros, contadme: ¿habéis comprado mucho últimamente?

Namaste.

Autor, Literatura, Ribeyro

La palabra del mudo, Julio Ramón Ribeyro

De vez en cuando recibo comentarios en los que se me comenta lo rápido que leo. Os traigo un libro para desmentir esa afirmación.

La palabra del mudo (Seix Barral, 2019) es una recopilación de relatos del flaco Ribeyro, publicadas desde los 70 hasta los 90.

No recuerdo gracias a quién o cómo llegó la idea feliz de leer este libro de más de mil páginas, pero fue en 2023 cuando comencé, de a pocos, y siempre por las noches, la lectura de un relato o dos, para después espaciar la lectura hasta terminarla en la primavera de 2025. Quiero pensar que no es debido a mi falta de constancia sino a tratar de no quemarme con un formato, que para ser sincera, ni soy asidua ni domino.

Voy a dejar algunas pinceladas de lo que nos podemos encontrar en este librazo, por si os sentís atraídos y queréis, en algún momento de vuestra vida lectora, acometer la lectura. Quizá no encontréis esta edición, pero me consta que Alfaguara ha sacado una nueva que contiene los mismos relatos bajo el título Cuentos reunidos (2024).

En La palabra del mudo (Seix Barral, 2019) encontramos una basta recopilación de los relatos que fue publicando Ribeyro a lo largo de las épocas.

Comienza la introducción no sólo con un prólogo de Sara Mesa, sino con Cuentos olvidados (1995), relatos el periodo 1949-1956, para después adentrarse en la recopilación Los gallinazos sin plumas (1955), cuyo tema central es el realismo crítico. En general, el peruano fue un experto en relatar la situación de los pobres a través de la crítica social, como hace en Las botellas y los hombres (1964) o en Los cautivos (1972).

Finalmente, como dentro del programa estaba previsto un concierto en el jardín, fue necesario construir un jardín.

Página 144 – El banquete – Cuento de circunstancias (1958)

Su obra central y por lo que dicen los expertos, más destacada, es Silvio en el Rosedal (1977), donde la temática se central en conflictos vecinales y donde podemos apreciar más contenido metafísico. Como podéis comprobar por los fragmentos que os dejo por aquí, su estilo es sencillo, directo y sin subterfugios, con un hilo de sutil humor en ocasiones y con un poso de tristeza analítica en otros.

Las decepciones, en general, nadie las aguanta, se echan al saco del olvido, se tergiversan sus causas, se convierten en motivo de irrisión y hasta en tema de composición literaria.

Página 618 – Alineación – Silvio en el Rosedal (1977)

Termina la recopilación con Solo para fumadores (1987), más accesorio desde mi punto de vista, y Relatos santacrucinos (1992), de contenido más autobiográfico.

Despidió a la cocinera porque tenía un ojo más grande que el otro y con el grande lo enfocaba como un faro marino cada vez que pasaba por la cocina

Página 649 – El marqués y los gavilanes – Silvio en el Rosedal (1977)

Ribeyro demuestra desde el primero de los relatos el poder de su lenguaje que aúna el realismo más duro con un estilo elegante, sutil y preciso para acercarse a situaciones límite, tanto de acción como de emoción. Es un hilo aparentemente sencillo, un lenguaje que fluye y parece que no cuesta, pero que precisamente sólo los genios son capaces de conseguir de forma natural y liviana.

Como resumen, este libro es una delicia para todos aquellos que adoran los relatos, por el alto nivel de lo que cuenta y la variedad de temáticas y situaciones que plantea, pero también es un libro perfecto para acercarse a los cuentos para quienes no estén tan bregados en el tema, porque su calidad y su ingenio lo hace un indispensable en el género. Os recomiendo disfrutarlo y paladearlo y comentarme vuestra opinión. Ya os digo que no os vais a arrepentir.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (108)

Marzo llegó con lluvias y con muchos libros.

Abril se animó sobre todo por mi cumpleaños y el Día del Libro.

Aquí mis nuevas adquisiciones:

  • El fiel Ruslán (Libros del Asteroide, 2013). A estas alturas a nadie se le ha escapado mi marcada tendencia a la lectura de libros sobre la URSS o sobre países de su órbita. La explicación no la tengo clara, pero que me atraen este tipo de libros cada vez más es evidente. De nuevo el Gulag. Lo novedoso es que parece que en este libro el protagonista es un perro.
  • El lugar sin límites, José Donoso (Alfaguara, 2024). Del autor de El obsceno pájaro de la noche, quería leer otras de sus obras pero para mi sorpresa no eran tan comunes en la librería como yo suponía. Por suerte lo encontré de casualidad en la Librería Celama de Madrid, un espacio que me pasé a conocer con muy buena selección libresca.
  • Terra nostra, Carlos Fuentes (Alfaguara, 2025). Cuando se menciona el consagrado Boom lationamericano usualmente se mencionan a García Márquez y Vargas Llosa, dejando de lado otros autores destacados como el mexicano Fuentes, de quien hace mucho leí la fantástica La muerte de Artemio Cruz. Sin embargo, como Donoso, parece que sus libros no son tan conocidos o vendidos, de ahí que me haya lanzado directa a por un título antes de que desaparezca en las librerías.
  • Distancia de rescate, Samanta Schweblin (Seix Barral, 2025). Hace ya muchos años una amiga argentina me recomendó este libro de su compatriota, pero no lo compré ni lo leí en su momento, así que he tomado esta reedición como un aviso para hacerme con él. Será mi primer libro de la autora.
  • La picadura de abeja, Paul Murray (Anagrama, 2025). Como tantos otros me llamó la atención por su portada (parece que la editorial al fin le está dando un cambio radical a las ilustraciones de sus portadas) pero traté de ignorarlo, por eso de los eternos pendientes y porque lo de haber sido finalista del Booker tampoco garantiza nada, ya sabemos. Sin embargo, la opinión de Mara, con quien coincido frecuentemente, que lo pone como una obra maestra, acabó por decantar la balanza.
  • Oso, Julia Phillips (Sexto Piso, 2025). De la estadounidense leí en su momento la espectacular La desaparición, una historia que me sorprendió mucho, así que era lógico que me animara a leer esta historia. No puedo dejar de destacar su preciosa portada. Gracias a la editorial por el envío.
  • Un héroe de nuestro tiempo, Mijaíl Lérmontov (Planeta,1990). Con motivo de mi cumpleaños hice una visita a la famosa Urueña, destino turístico recomendable y Villa del Libro, donde hay bastantes más librerías que lugareños. En su mayoría son librerías de viejo, así que opté por este título que recordaba tener anotado hacía tiempo, a pesar de que dudo la calidad de la traducción por ser una edición bastante antigua.
  • La broma infinita, David Foster Wallace (Debolsillo, 2014) . Al igual que el anterior, lo encontré en otra de las librerías de Urueña. Siempre he dudado si alguna vez acometeré la que supongo será una ardua tarea para leer al autor, pero claro, sin ver el libro en el estante jamás me lo plantearía.
  • Seis personajes en busca de autor y Enrico IV, Luigi Pirandello (Debolsillo, 2024). Hace ya muchísimos años que anoté la primera de estas dos obras de teatro en mi lista, pero quién sabe por qué el título se quedó sepultado frente a otros. En mi visita por el Día del Libro lo vi y decidí comprarlo.

¿Habéis leído alguno de ellos? ¿Os gustó?

Enseguida más reseñas, que se me acumulan…

Namaste.

Autor, Le Tellier, Le Tellier, Literatura

La anomalía, Hervé Le Tellier

He tenido este libro en las manos varias veces en la librería, dudando de si leerlo o no.

Porque aunque la opinión mayoritaria de La anomalía (Seix Barral, 2021) es que se trata de un buen libro, con un impactante final, algo en el márketing o en lo que se decía de él me echaba para atrás y en la mente sólo me venía que a mí no me iba a gustar. Llamadlo intuición lectora o el sexto sentido lector o simplemente la experiencia de saber que algunos de estos libros que arrasan por moda durante un tiempo no suelen ser para mí.

Aún así la curiosidad de qué me parecía a mí no terminaba de marcharse, así que opté por acercarme a la biblioteca a tomarlo prestado, pensando quizá que sería menos malo perder sólo el tiempo de su lectura en lugar del tiempo y mi dinero.

Menos mal.

En la propia sinopsis ya nos adelantan lo siguiente:

El 10 de marzo de 2021 los doscientos cuarenta y tres pasajeros de un avión procedente de París aterrizan en Nueva York después de atravesar una tormenta. Ya en tierra, cada uno sigue con su vida. Tres meses más tarde, y contra toda lógica, un avión idéntico, con los mismos pasajeros y la misma tripulación, aparece en el cielo de Nueva York. Nadie se explica este increíble fenómeno que va a desatar una crisis política, mediática y cientí­fica sin precedentes en la que cada uno de los pasajeros podría encontrarse cara a cara con una versión distinta de sí mismo.

Y diría que esto, lo que sabemos antes de empezar el libro, es lo mejor y a la vez lo peor de esta novela. Porque a la vez es el motivo por el que queremos conocer qué ha sucedido con ese vuelo, pero también vamos con información de más que podrían haber obviado, máxime cuando la historia no comienza con lo anterior, sino que hasta la página 140 no empezamos a conocer algo nuevo. El autor opta por narrar cada personaje que viaja en el avión, así que podrían haber dejado a los lectores el trabajo de darnos cuenta de que es el mismo. Pero no, porque lo que importa es el márketing y dejarle las cosas mascadas al lector.

Para más inri el único personaje que interesa es Blake, un asesino a sueldo del que por un lado interesa mucho su historia, pero que realmente sabemos que no es importante para la trama de la novela, que irá por la historia del avión.

Todo lo anterior me ha parecido una decepción, porque internamente estaba aburrida esperando a que la historia avanzara más allá de la situación personal de cada personaje, que parece accesoria. Como decía, eso no ocurre hasta la página 140, cuando las autoridades toman el control de una situación que desde el momento que sucede ya se les escapa de las manos. A partir de aquí la cosa mejora en parte, porque al fin, al fin, conocemos qué están pensando en hacer y qué teorías hay de lo que ha podido suceder. Sin embargo, el autor vuelve a caer en reiteraciones, obligado quizá por una supuesta simetría de los personajes, algo que obliga a la acción a caer a mínimos históricos al lector a sufrir de nuevo durante el último tercio de la historia.

Mencionan muchos lectores el apasionante final. Y es cierto que es original, abierto a interpretaciones y bien pensado.

Pero claro, teniendo en cuenta todo lo anterior a mí no compensa el camino facilón y aburrido del resto de sus páginas.

FICHA:

Te gustará si te gustan– Los best-sellers. Este te mantiene pegado a sus páginas.
Pros– El planteamiento es muy interesante.
Contras– El orden de lo que cuenta y cómo lo cuenta.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (105)

Encaramos el final del año con las últimas compras, algunas novedades pero también varias adquisiciones con las que quería hacerme hace tiempo. ¡Vamos al lío!

  • Las pequeñas virtudes, Natalia Ginzburg, (Acantilado). De la autora Leí Léxico familiar hace tiempo y también este mismo libro, pero no lo tenía en casa, por eso quería hacerme con él para su relectura.
  • Beloved, Toni Morrison (Vintage, 2016). Se vino conmigo en mi viaje a Burdeos, llevo tiempo queriendo volver a leer a la Nobel pero no tenía ninguna opción de leer en casa. Este es el título que andaba buscando.
  • Mapa de soledades, Juan Gómez Bárcena (Seix Barral, 2024). Tengo muy presente al autor de Kanada, Los que duermen, Ni siquiera los muertos y Lo demás es aire. En esta ocasión nos vamos a la no ficción con un ensayo sobre la soledad. Tiene muy buena pinta.
  • Memorias, Teffi (Libros del Asteroide, 2024). Memorias, Rusia zarista. No necesito más, cada vez me gustan más ambas cosas.
  • Más de un siglo se alarga el día, Chinguiz Aitmátov (Automática, 2024). No sé si fue la portada o la sinopsis la que me atrajo a esta historia en la librería. Un autor de Kirguistán, una procedencia de la que no tenía ningún libro.
  • Un mundo que ganar, Upton Sinclair (Hoja de Lata, 2024). De la saga del playboy Lanny Budd habéis visto por aquí Entre dos mundos, Los dientes del dragón y Ancha es la puerta. Voy con retraso respecto a su lectura y se me ha pasado 2024 sin haber leído otro de la saga. Mal por mí, ahora tengo acumulados varios… de 2025 no pasa que lea uno.
  • ¿Éste es Kafka?, Reiner Stach (Acantilado). De este mismo autor leí en su día la mayúscula biografía de Kafka en 2 tomos, con un resultado desigual que podéis revisar aquí.
  • Fortunata y Jacinta, Benito Pérez-Galdós, (Espasa). Mi malestar con Galdós viene de lejos. En el instituto me hicieron leer Misericordia, que odié, y desde entonces le puse una barrera que pretendo franquear pronto.
  • Pan, Knut Hamsun (Nórdica, 2024). Un noruego que ya habéis visto por aquí con Hambre pero no con Victoria, cuya reseña se me ha quedado pendiente. Nórdica está haciendo un trabajo genial reeditándole y ahí estoy yo para hacerme con toda su obra. Con Hambre no sé qué haré porque tengo otra edición, veremos.
  • Amundsen – Scott: duelo en la Antártida, Javier Cacho (Fórcola, 2024). Hay temas fascinantes, de esos que no puedes apartar la vista para conocer los detalles de lo que ocurrió. De la historia de Amundsen y Scott y su intento por llegar primero al Polo había leído en el pasado un librito sobre el tema, pero es algo tan alucinante, tan increíble, que cuando me topé con este título lo tuve que comprar.

Y con esto hasta el próximo IMM que será el primero de 2025.

Y vosotros, ¿qué habéis comprado?

Namaste.

Autor, Literatura, Martín-Santos

Tiempo de silencio, Luis Martín-Santos

Este es uno de los libros de mi vida. De esos que leí en un momento, allá en 2002 o quizá antes, en el que los libros que te marcaban lo hacían mucho más. Menos experiencia o más capacidad de sorprenderme o el momento perfecto para el libro perfecto. O todo lo anterior a la vez.

Lo leí en una de esas ediciones espantosas que conseguías abonando una pequeña cantidad adicional con el periódico de turno. Espantosas pero baratas y accesibles. Seguro que tenéis varias en casa.

Teniendo en cuenta lo anterior, llevaba un tiempo pensando que debía llegar a la relectura. Pero para ello necesitaba una nueva edición ya que lo de leerla con la que tenía en casa quedaba descartado. Así que cuando vi que Seix Barral sacaba en enero de 2024 una nueva edición, pensé que era ya el momento.

La cosa no salió como esperaba, porque hacia la mitad del libro mi ejemplar tenía un fallo y aunque los números de las páginas estaban bien, realmente el orden de los párrafos de las páginas no se correspondían con el orden correcto, lo cual me obligó a regresar a mi libro viejo (¡y yo hablando mal de él al inicio de esta entrada!) para continuar la lectura antes de conseguir sustituir mi ejemplar.

Tiempo de silencio narra la historia de Pedro, un investigador de cáncer que hace pruebas con ratones para tratar de llegar a una cura. La trama comienza cuando necesitan más ratones para seguir con el estudio. Al ser remitidos desde Estados Unidos, Pedro recurre a su ayudante, Amador, para llegar al barrio chavolista donde se encuentra un tercer trabajador que consiguió afanar algunos de los ratones los cuales mantiene en su casa.

Pedro y Amador, como si de Dante y Virgilio se trataran, abandonan su laboratorio para acceder a las partes más bajas de un Madrid de posguerra donde la pobreza y la miseria forman parte del día a día.

Pero incluso el peor momento nunca es más que eso: un momento. ¡Hasta tal punto es limitada la naturaleza humana!

Página 103

Martín-Santos utiliza en gran parte de la novela el monólogo interior, si bien es cierto que también utiliza al narrador omnisciente según pretenda describir la acción o quedarse en la reflexión del personaje.

Mientras les acompañamos durante esa bajada a los infiernos, el autor aprovecha para darle voz a personas que se encuentran al margen de la sociedad, desde la madame de un burdel hasta ladrones de poca monta. Pero además es capaz de hilar el texto intercalando descripciones con reflexiones de carácter artístico, desde Goya a Cervantes, pasando por exhaustivas descripciones de procedimientos médicos.

Por todo lo anterior, Tiempo de silencio se quedaría corto si limitáramos su contenido a la parte de la acción, que supone un porcentaje limitado con el resto de las temáticas que nos presenta el autor.

Lo hace con un estilo directo y frío, sin detenerse demasiado, pero que consigue conectar con un lector que no es sino Pedro, alguien de buenas intenciones que se ve enredado en una historia que no es la suya pero que no puede evitar sentirse más y más atrapado, por la historia y por la ciudad en sí, por un Madrid triste y gris.

Releer supone siempre poner a prueba el juicio propio y pasado de la primera lectura, y siempre viene de la mano de dudas: ¿me gustará tanto como la primera vez? ¿Perjudicaré el recuerdo de la historia al leerla una segunda vez? ¿O me reafirmaré sobre lo que pensé hace tanto tiempo y seguirá siendo un libro clave para mi vida lectora?

Todas esas preguntas planeaban por mi mente antes de empezarlo y aún mientras lo empecé. Hasta que, poco a poco, según iba leyendo, desaparecían las dudas de una historia que te va calando de a poco, a la que llegas y te hunde, como si de un fango espeso del que no puede escapar se tratase. He vuelto a ser la lectora que se sorprendía, la lectora con poca experiencia que tiene que coger aire ante la brutal propuesta de Martín-Santos, esa que a veces se pierde por falta de concentración, la que busca un punto que no existe. He vuelto a compartir la angustia de Pedro.

Pero ahora no, estamos en el tiempo de la anestesia, estamos en el tiempo en que las cosas hacen poco ruido. (…) Es un tiempo de silencio. La mejor máquina eficaz es la que no hace ruido (…) Por aquí abajo nos arrastramos y nos vamos yendo hacia el sitio donde tenemos que ponernos silenciosamente a esperar que los años vayan pasando y que silenciosamente nos vayamos hacia donde se van todas las florecillas del mundo.

Página 295

Muchos describen esta novela como un Ulises de poca monta, una especie de copia a la española de la más famosa obra de Joyce que además se hace abigarrada y dura de leer. Y evidentemente Tiempo de silencio comparte partes de la narración y estructura con la novela de Joyce, pero tanto en el tono como en el desarrollo poco tienen que ver ambas.

No voy a hacer un alegato sobre el argumento de ser difícil, porque sí, lo es: no tiene diálogos, apenas hay puntos y aparte y el autor no pierde el tiempo explicando quién es el narrador ni dónde se sitúa la acción, lo cual implica que cuando sí hay un punto y aparte no tengamos ayuda en saber a quién da voz el autor. Todo eso corre de parte del lector, que ha de estar atento para no perderse y conocer quién es quién.

¿Que es fácil de leer? No. ¿Se la recomendaría a todo el mundo? Tampoco. ¿Que sigue siendo uno de los libros de mi vida? Rotundamente sí.

FICHA:

Te gustará si te gustó – Las novelas con monólogo interiores que no sólo se limitan a los pensamientos del protagonista.
Pros – El viaje de Pedro y Amador por el Madrid de la posguerra.
– Los temas que va enlazando y analizando.
Contras– Requiere toda la concentración y tiempo para llegar al punto puesto que el texto no tiene puntos y aparte.

Namaste.

Autor, Ditlevsen, Literatura

Las caras, Tove Ditlevsen

Ditlevsen acabó el año pasado entre mi lista de lo que más me había gustado. No es de extrañar que, cuando Seix Barral anunció que publicaría un nuevo libro de la danesa, lo anotara en mi calendario para hacerme con él cuanto antes.

¿Me gustaría tanto como la Trilogía de Copenhague (Seix Barral, 2022)? Las expectativas eran altas.

Las caras (Seix Barral, 2023) va de rostros, de caras, de esas que lleva la gente:

Ojos, nariz, boca, un triángulo tan sencillo, ¿cómo podía dar pie a infinitas variaciones?

Página 8

Las caras de los demás, las que nos inquieren, nos preguntan y nos juzgan.

¿Aguantaría hasta el final esa cara con huellas de tantas cosas que el resto del mundo debía ignorar? ¿No se volvía hacia ella con hostilidad cuando no la vigilaba?

Página 19

Copenhague. 1968. Nuestra protagonista es una escritora de éxito de libros infantiles. Casada y con tres hijos, comienza a desconfiar de su marido, de las intenciones de su hija, de cómo la juzga Gitte, la mujer a la que tiene contratada en casa. Sus caras no son lo que eran y cree que su marido y Gitte están confabulados para volverla loca. Dentro de sí sabe que su intención es matarla. O peor, provocar su suicidio.

Unas llamas rojas le ardían detrás de los párpados y sus lágrimas no bastaban para apagarlas.

Página 84

Las caras ofrece un relato directo y duro sobre la enfermedad mental, sobre la contraposición entre lo que creemos ver o pensar y el mundo que nos rodea. Lise está sola, todos los demás tienen intención de perjudicarla, no puede fiarse de nada ni de nadie. Su soledad desemboca en una desesperación que no puede ignorar, que quiere aplacar pero que no sabe cómo.

El relato es cronológico sin saltos temporales, donde abundan las comparaciones y las metáforas, casi hasta la utilización exagerada de este recurso, que en las primeras páginas destaca para crear imágenes potentes pero que se desinfla con el paso de los capítulos.

Era mi cumpleaños y esperaban que mostrase una alegría radiante y redonda como una pelota que sostener con las manos para que todos la viesen.

Página 155

Ditlevsen ahonda en esta ocasión en la temática de la enfermedad y del suicidio, al contrario que en la Trilogía de Copenhague donde se incluían aspectos sociológicos y políticos y de búsqueda de la identidad. En Las caras el tema es uno y claro: el avance de una enfermedad mental contado por quien la sufre. La desesperación de quien no entiende qué sucede alrededor, el miedo a lo que vendrá.

El grupo de pacientes que deambulaban en silencio se había dispersado como una formación de pájaros cortada en dos por un avión. Se les empezaban a caer las caras y, con manos temblorosas, se las palpaban en un intento de evitar que ese elemento desconocido que había bajo su piel se hiciese patente, como una enfermedad secreta oculta detrás de la otra que todo el mundo veía. Escribió: «No hay camino hacia el amor. El amor se atraviesa en el camino y cuando desaparece deja el camino destruido».

Página 159

Si añadimos lo evidente: que Ditlevsen se acabó suicidando, lo anterior puede ser catalogado como un relato de corte autobiográfico de una autora que sabía de lo que escribía.

Me temía que Las caras no iban a estar al nivel de la Trilogía de Copenhague. Me equivocaba. Ofrece otra visión del universo de la danesa, una cara del poliedro que forman los intereses, los temas y las obsesiones de un escritor.

Deseando leerla de nuevo.

FICHA:

Te gustará si te gustó Trilogía de Copenhague, Tove Ditlevsen.
Los ojos vendados, Siri Hustvedt.
Pequeñas desgracias sin importancia, Miram Toews.
Pros – Certero y muy potente. Trasmite todas las sensaciones de la protagonista.
– Para anotar citas desde la primera página.
Contras – Uso exagerado de las comparaciones y metáforas.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (89)

Os he recomendado alejaros de Wallapop porque, de verdad, puede llegar a resultar un peligro.

¿Empezamos?

  • Los días contados, Las almas juzgadas, El reino dividido, Miklos Bánffy (Libros del Asteroide, 2009 y 2010). La llamada Trilogía Transilvana es una de esas historia que, como la Trilogía de Deptford, de vez en cuando veo que recomiendan y que tengo siempre en mi radar. Así que cuando vi que vendían estas 3 novelas nuevas y a un buen precio, no lo dudé. Los lectores hablan maravillas.
  • 13,99 euros, Fréderic Beigbeder (Anagrama, 2000): no sé muy bien quién ni cuándo me ha recomendado esta historia, quizá algún podcast quizá algún artículo que he visto por Internet. El tema es que este mismo comprador de Wallapop también tenía este y me acabé animando… lo de ya que estaba puede llegar a ser preocupante además de peligroso.
  • La espuma de los días, Boris Vian (Alianza, 1993 reimpresión 2017). De mi adorado Vian siempre tengo la sensación de que he leído menos de lo que debiera. Esta es probablemente su novela más conocida, pero yo aún la tengo pendiente. Reseña.

  • Las muertas, Jorge Ibargüengoitia (Cátedra, 2023). Uno de los muchos títulos que anoté cuando leí el Atlas de literatura hispanoamericana de Clara Obligado era este. Sorprendentemente esta famosa novela no estaba publicada hasta hace bien poco o bien se encontraba descatalogada. Reseña aquí.
  • Momentos estelares de la humanidad, Stefan Zweig (Acantilado 2002). Para mí la editorial de Zweig es esta. Y este el primero que Zweig, pero lo leí en una edición de Círculo de Lectores y quería tener un ejemplar de este título para su futura relectura.
  • La vida instrucciones de uso, Perec (Anagrama, 2019): en este caso fue un podcast el que me hizo comprar este libro y poner en mi radar, esta vez de verdad, al escritor francés. La edición es la conmemorativa de Anagrama. Reseña.
  • Las caras, Tove Ditlvesen (Seix Barral, 2023). De la autora leí Trilogía de Copenhague, que me encantó. Cuando vi que la editorial publicaría un nuevo libro suyo sabía que no me lo podía perder. Reseña.
  • Jóvenes héroes de la Unión Soviética, Alex Halberstadt (Impedimenta, 2023). Tengo la sensación de que últimamente he cambiado las historias de nazis por las historias de la URSS. No sé, pero no parece casualidad que acabe leyendo más autores soviéticos o ambientados en Rusia, la de antes o después de la Revolución.

Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros este mes?

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (84)

Agosto se fue con algún libro nuevo, y la rentrée ha llegado como todos los años, pisando fuerte. Aquí las últimas incorporaciones, empezamos por los primeros libros que llegaron a mis estantes a finales de agosto y primeros de septiembre:

  • Podio, Andrés Lomeña (Alianza, 2022). Envío de la editorial, será mi primer libro del autor, lo veréis pronto por aquí. ¡Muchas gracias, chicos! Reseña aquí.
  • Moby Dick, Melville (Penguin, 2014) : en mi última visita a París regresé a la librería Shakespeare and Co y este es el título que escogí. Soy de las que intentaron leer este tocho en el pasado pero pudo conmigo, espero que esta vez la balanza caiga a mi favor.
  • As portrait of the your artist, James Joyce. Al igual que el anterior, de mi viaje a Nueva York me traje esta novela. Lo elegí tras visitar la exposición en torno a la conmemoración de 100 de la publicación de Ulises de Joyce en The Morgan Library, muy recomendable.
  • El oficio de vivir, Cesar Pavese (Seix Barral, 2022): mencionado muy mucho por Alejandro Zambra en su libro No leer, la verdad que él mismo critica determinados aspectos del libro del italiano, pero a mí esta reedición me ha empujado a comprarlo. Cada vez me gustan más los diarios, las notas sobre lecturas y ese tipo de libros, de ahí que no dude en hacerme con ellos, al no tener muchos en casa.
  • La tercera boda, Kostas Taktsís (Trotalibros, 2022). No me juzguéis: estoy comprando libros por encima de mi capacidad lectora, lo sé. Este es uno de ellos que, me temo, tendrá que esperar a que le toque su turno de ser leído.
  • El ala derecha, Cegador 3, Mircea Cartarescu (Impedimenta, 2022): llevo dando la matraca con este señor desde 2011. Que le van a dar el Nobel, ya veréis. Esta es la última parte de su trilogía Cegador, en la impecable edición a la que nos tiene acostumbrados la editorial.

    Y los que he comprado en mi última visita a la librería:
  • La particular memoria de Rosa Masur, Vladimir Vertlib (Impedimenta, 2022). No conozco al autor pero sólo con leer algo de la sinopsis allá hace un par de meses, anoté el título y sabía que en cuanto lo sacaran me haría con él.
  • Un hijo cualquiera, Eduardo Halfon (Libros del Asteroide, 2022). El último de los títulos del guatemalteco que ha publicado la editorial, que sabía que no me podía perder. Por aquí habéis visto con anterioridad varios del autor: El boxeador polaco, Monasterio, Canción y Duelo. Seguro que lo leo enseguida, como los anteriores es una lectura muy corta. Reseña, aquí.
  • Trilogía rural, Federico García Lorca (Trotalibros, 2022). Admito que a García Lorca lo tengo bastante abandonado, seguramente desde alguna lectura obligatoria en el instituto. En esta edición ilustrada se incluyen las tres obras Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. Ha sido la ocasión perfecta para hacerme con tres libros que aunque os sorprenda, nunca he llegado a tener.
  • La extraña desaparición de Esme Lennox, Maggie O´Farrell (Salamandra). De O´Farrell he leído bastante, aunque me queda todavía Instrucciones para una ola de calor, por aquí habéis visto Tiene que ser aquí, La primera mano que sostuvo la mía, Sigo aquí y Hamnet. Este no tenía pensado comprarlo, pero me topé con él en la librería y me animó lo corto que es. Enseguida le hago un hueco.
  • Sóniechska, Liudmila Ulítskaya (Anagrama, 2022): recomendación de Macarena, la autora se postula con una futurible Nobel. Este será mi primer libro de ella. Una lectura breve. Reseña.
  • La promesa, Damon Galgut (Libros del Asteroide, 2022): ambientada en Sudáfrica, es la historia de una familia que se reúne para un funeral. Se vino sin planificarlo, me temo que también le tocará esperar.

Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros estas últimas semanas?

Namaste.