Autor, Enríquez, Literatura

Nuestra parte de noche, Mariana Enríquez

Nuestra parte de noche (Anagrama, 2019) es un libro que desde su publicación ha recibido alabanzas de crítica y público, recibiendo el premio Herralde de novela además del aplauso de miles de lectores de Enríquez, que la han llegado a posicionar en una de las autoras más seguidas de la actualidad.

Como sé cómo funciono con los libros que han tenido mucho tirón comercial, he decidido dejar pasar algo de tiempo para leer la historia, pero animada por las múltiples buenos comentarios y auspiciada por mi curiosidad me acabé animando a comprarla y este año me decidí a leerla.

Nuestra parte de noche (Anagrama, 2019) se vende como una historia de terror, espeluznante, de esas para las que los estómagos frágiles no son aptos. Se la compara con Stephen King y muchos lectores admiten que tuvieron mucho miedo al leerla.

El inicio comienza con un viaje en el que acompañamos a Juan por Argentina junto con su hijo Gaspar. Sabemos que hay una secta y una Oscuridad y después conoceremos más detalles de quién es quién en la organización y qué puesto ocupa Juan, el médium clave para la conexión entre la dirección de la secta y la Oscuridad.

Sabemos también que Rosario, la mujer de Juan y madre de Gaspar, ha desaparecido. La búsqueda de la mujer es uno de los primeros elementos de la trama, el intento de Juan de acceder a esa Oscuridad para obtener información sobre su paradero.

Sin embargo, aunque durante las primeras 150 páginas se nos plantea esto, la trama realmente no continúa por ahí, o no solo por ahí, porque Enríquez divide la novela en seis partes que no tienen esta trama en común y que son totalmente desiguales entre sí tanto en longitud como en narradores y temáticas. Mientras que en el inicio se mantiene el narrador omnisciente donde Juan y Gaspar son los protagonistas, acercándonos tanto a la situación de la secta como a los amigos de Gaspar, posteriormente el narrador pasa a la primera persona para darle voz a Rosario donde nos da su visión y nos retrotrae al momento en el que conoció a Juan y su vida en Londres, previa al nacimiento de Gaspar.

El problema de Nuestra parte de noche es la extensión y todo lo que trata de abarcar, porque son tantas, tantas cosas, que finalmente deviene sin rumbo: nuevos personajes, analepsis y prolepsis, bifurcaciones de la trama en cada una de sus partes… un batiburrillo difícil de gestionar: desde la situación política de Argentina, la inestabilidad, pobreza, los desaparecidos y la violencia; al folclore argentino y también la amistad entre niños y la amistad entre jóvenes, pasando por el amor y el LSD o la psicodelia propia del Londres de los 70.

De fondo, la relación entre Juan y Gaspar y la Secta y su Oscuridad.

Además, esta exageración de temas produce otras cosas como son la ralentización de la historia principal y la reiteración de la información que acaba provocando un exceso de páginas. El hecho añadido de que cada parte funcione como independiente genera la sensación de que no hay unidad en la historia, sino como algo accesorio que aporta poco al primer hilo planteado y diluye la supuesta trama que se extendía en las primeras 150 páginas.

Todo esto es lo que como lector te hace pensar que el plan de la trama no está establecida, que se están dando tumbos tratando de improvisar la estructura de una novela. No de una cualquiera, una de 700 páginas.

En cuanto a los personajes, son planos y no evolucionan. Desde el primer momento los buenos y los malos son los mismos y las razones, motivos o acontecimientos que les suceden no varían su comportamiento, tampoco sabemos por qué son de ese modo. Todo genera una sensación simplista en su construcción, como si se ofrecieran al lector y con dos adjetivos ya tenemos que aceptar que son de ese modo. La excepción la marcan Juan y Gaspar, cuya compleja relación está mejor construida debido al número de páginas que les dedica.

Total, podéis imaginar la absoluta decepción y a la vez la inmensa sorpresa al enfrentarme a un libro que la mayoría pone por la nubes y que para mí es una novela totalmente fallida, con exceso de páginas y de temáticas, sin rumbo definido, con problemas en el ritmo y en la construcción de personajes. Una historia que además se hace aburrida y sin propósito, que es inconstante e irregular y que plantea dudas en cuanto a su edición y para qué negarlo, también por la concesión del Herralde.

Me he empapado de reseñas de lectores que dicen que se ha convertido en uno de sus libros de cabecera para tratar de comprender qué le han visto, he indagado por Internet entre opiniones diversas para tratar de comprender la mía.

Aún así, no he encontrado respuesta satisfactoria, sólo la sensación amarga de haber perdido el tiempo de un libro tan largo como este.

Y sí, las primeras 150 páginas prometen: tienen ritmo y se aprecia la brillantez que muchos mencionan de Enríquez, pero a partir de ahí cada temática, cada parte, nos plantea nuevos temas que consiguen que vaya cayendo de forma irrecuperable.

Mi primer pinchazo de este año de cabeza a la lista de decepciones de 2024.

FICHA:

Te gustará si te gustó Mi año de descanso y relajación, Ottessa Moshfeld (por el bombo que se le ha dado, nada que ver la temática).
Pros– Las primeras 150 páginas.
Contras– Sin unidad ni rumbo. Falta de ritmo y unidad.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (101)

Libros nuevos, el olor fantástico de las páginas nuevas.

¿Comenzamos?

  • Los ensayos, Montaigne (Acantilado, 2007). Llegado el mes de abril y coincidiendo con mi cumpleaños, me hago siempre un autorregalo, y últimamente están siendo los libros en estuche que publica Acantilado. Son todos libros especiales, más de fondo de la biblioteca que libros que vas a leer mañana, la verdad. Este era uno de los que me quedaban pendientes.
  • El proceso, Franz Kafka (Nórdica, 2024). Con motivo del centenario del fallecimiento de Kafka muchas editoriales se han animado a sacar nuevas ediciones de sus obras. Leí El proceso hace un par de décadas, me quedó marcado hasta subirlo al podium de los libros de mi vida, de ahí que pensara en esta edición para su relectura. El envío corre a cargo de la editorial, ¡mil gracias!
  • El entenado, Juan José Saer (Rayo Verde, 2013) De un tiempo a esta parte allá donde ponía la mirada había un comentario o recomendación de una novela de Saer, un argentino del que jamás había oído hablar ni tenía referencia alguna. Pregunté y me recomendaron este título, así que lo compré con la intención de leerlo dentro de poco.
  • Sinceramente suyo, Shúrik, Liudmila Ulítskaya (Anagrama, 2024). Caigo irremediablemente, lo sé. Porque en casa tengo Una carpa bajo el cielo sin leer y aún así soy capaz de comprar otro libro de la misma autora. Impulsos, imagino.
  • Melancolía de la resistencia, László Krasznahorkai (Acantilado, 2001). Fue en El café de Mendel donde oí por primera vez recomendar este autor húngaro, del que primero busqué Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río, un título que aún no me he aprendido de un autor que, incluso en la misma caseta de la editorial les sonaba a chino (!). Como este segundo estaba descatalogado y la Melancolía dicen que también es una buena historia para comenzar a leerle, lo he comprado para, por fin, leer a un autor que aparece siempre en la lista del Nobel.
  • Niebla, Miguel de Unamuno (Austral, 2011). Uno de esos títulos que te recomiendan hace mucho, que anotas en tu libreta y te olvidas. Clásico entre los clásicos españoles con unanimidad en la crítica. No sé por qué pero jamás lo llegué a leer ni a comprar. Ahora era el momento.
  • Tú eres la tarea, Franz Kafka (Acantilado, 2024). Una colección de aforismos del más famoso de los praguenses para conmemorar el aniversario de su fallecimiento. No podía faltar en mi estantería.
  • Las voces de Quimera (Montesinos. 2024). Recopilación de entrevistas con autores incluidos en la revista Quimera. Una buena forma de conocer la visión de los escritores que leemos. El envío corre a cargo de la editorial.
  • Dictadores, Frank Dikötter (Acantilado 2023). A estas alturas a nadie le pillará de sorpresa mi interés por los periodos históricos plagados de dictadores. Este ensayo trata de acercarse a las figuras más representativas del culto a la personalidad del siglo XX, con un apartado con cada uno ellos, de Mao a Duvalier, de Hitler a Ceausescu. 8 figuras históricas para conocer mejor.
  • Poesía, Anne Sexton (Lumen, 2024). Ando encantada por la publicación de este libro, que recupera la obra de Sexton y que llevo queriendo leer hace mucho tiempo.

Y vosotros, decidme, ¿habéis comprado muchos libros últimamente?

Namaste.

Autor, Berest, Literatura

La postal, Anne Berest

Fue Ignacio quien puso en mi radar esta historia, La postal (Lumen, 2022) que compré en la Feria del Libro de Madrid y me propuse leer este año.

Dicho y hecho. Aproveché Semana Santa para adentrarme en la historia de la mujer de la portada, para conocer los secretos de esa muchacha sonriente que nos mira desde otro tiempo.

Todo comienza en 2003, cuando la madre de Anne Berest se recibe una postal sin remitente, con tan sólo cuatro nombres como texto:

Ephraïm
Emma
Noémi
Jacques

Este es el punto de partida para Anne Berest: ¿quién y por qué ha enviado esa postal? ¿Quiénes son esos nombres que aparecen en el reverso de una postal turística cualquiera?

La postal queda guardada en un cajón y un tiempo después la propia Berest comenzará una investigación para tratar de saber qué motivos podía tener alguien para remitir una postal sin ninguna otra palabra y para saber por qué se envía mucho tiempo después de cuando fue escrita.

Sin embargo, la historia comienza mucho más atrás: porque esos cuatro nombres son familiares y corresponden a los padres y los hermanos de la abuela de Anne Berest, asesinados en el Holocausto.

Conoceremos la vida de Ephraïm y Emma, su matrimonio y sus mudanzas que les llevan de Polonia a Lituania y de allí a Palestina, tratando de evitar un mundo en ebullición con el punto de diana los judíos. Más tarde la llegada de los hijos: Myriam, la mayor y abuela de la autora, Noémi y Jacques, y su mudanza a Francia, donde el padre organiza una empresa y consiguen asentarse.

Este es el contenido de la primera parte de La postal, la vida de la familia de Berest, cómo consigue sobrevivir Myriam y qué les ocurre a sus padres y hermanos desde que salen de su hogar. En la segunda parte se ahonda en la investigación de Anne Berest por medio, cómo no, de la autoficción.

El problema de esta historia es la segunda parte.

En ella Berest investiga, viaja y pregunta a todos aquellos que pudieron conocer a sus bisabuelos y a los hermanos de su abuela. Utiliza la documentación que ha ido recabando Lélia, la madre de Anne Berest, como punto de partida para conocer los detalles: dónde vivían, en qué trabajaban o estudiaron y en qué fechas, con objetivo final saber quién pudo enviar la postal en aquél lejano 2003.

El problema de esta historia, y de otras con las que me he topado tanto en formato podcast como en libros, es que son tramposas, esto es, esconden parte de la información clave que sí conocen los investigadores para organizar la historia como si no tuvieran ese dato. La causa es clara, tratar de conseguir enganchar al lector con lo complejo del proceso, haciéndole partícipe en el juego de llenar los huecos de información desconocida.

Digo tramposa porque conscientemente Berest omite datos que nos habrían llevado a concluir, por pura lógica, el resultado al que quieren llegar de manera más elaborada. Y ese recurso, me temo, desmerece el resto de la historia, porque la sensación de haber alargado de más una historia que podría haberse narrado en menos páginas es siempre cuestionable.

Cuando un lector se da cuenta de que después de 500 páginas 150 (o quizá 200), sobran, es inevitable que afecte en la percepción del libro. Y eso es lo que me ha ocurrido a mí, una sensación agridulce de haber sido engañada, de haberme hecho perder el tiempo por conocer quién había enviado una postal que, evidentemente, no había mil opciones entre las que investigar sino solo dos.

Por lo demás, no es un mal libro, está narrado con un estilo delicado y elegante y aprovecha Berest para reflexionar sobre la identidad y la memoria, sobre el legado y la pertenencia judía, una comunidad obligada a tratar de pasar desapercibida.

FICHA:

Te gustará si te gustóLos exportados, Sonia Devillers.
Pros – La primera parte de la historia.
– Las reflexiones sobre la memoria y la identidad.
Contras– La autora es tramposa y recurre a omitir información para extender las páginas de la segunda parte.

Namaste.

Autor, Gospodínov, Literatura

Las tempestálidas, Gueorgui Gospodínov

Si de un libro se ha hablado en 2023 ha sido de este, Las tempestálidas (Fulgencio Pimentel, 2022), un libro que además de recibir el premio Booker también ha conseguido el aplauso de una crítica no siempre proclive a los halagos.

Las tempestálidas es la novela del búlgaro Gospodínov que tiene como protagonista a Gaustín, precursor de la clínica del pasado.

El objetivo para Gaustín es crear un ambiente cómodo para los pacientes de Alzheimer que ya no aceptan el presente. Su pretensión es hacerle la vida más fácil creando estancias en las que recrear los ambientes de las décadas del siglo XX que se necesitaran: los 50-70. Así, el ideólogo va buscando los elementos representativos de la época dando un paso más allá y buscando cosas del día a día de esos tiempos: tratando de encontrar los objetos comunes que nos conectan con la cotidianidad, como productos, anuncios de televisión o incluso la prensa.

Ser inmisericorde con el pasado. Porque el pasado mismo es inmisericorde.

Página 93

La idea resulta un éxito, y desde ahí muchas otras personas solicitan pasar sus días en el pasado, muchos por nostalgia, otros porque no vivieron esa época.

Generamos pasado sin cesar. Somos fábricas de pasado. Máquinas vivientes de producir pasado, qué si no. Comemos tiempo y generamos pasado.

Página 153

Este planteamiento es la columna central del tema, lo que lleva a Gospodínov a lo que verdaderamente le interesa, esto es, la reflexión sobre el pasado, los recuerdos y el tiempo. La trama no es sino la excusa para pararse a pensar en el devenir humano.

Para que se pudiera avanza, pensé, para que el pegamento del mito surtiese efecto, haría falta olvidar muchas cosas (…) Olvidar y olvidar después que se les había olvidado. Olvidar exige esfuerzo y trabajo. Exige estar recordándote todo el tiempo que tienes que olvidar algo. Seguramente esa y no otra es la labor esencial de toda ideología.

Página 282

Después, son las naciones de Europa las que plantean por qué no regresar a un tiempo más feliz. Lo cual acaba en un referéndum nacional.

El gran espejismo, el gran autoengaño, reside en el hecho e que pueblos y patrias persigan la felicidad. Pero la felicidad, amén de imposible, es insufrible. Qué hacer con ese material volátil, ese fantasma ingrávido, esa pompa de jabón que te estalla en las narices y queda convertida en poco más que un resto de espuma irritándote los ojos.
¿Hablamos de felicidad? La felicidad es tan perecedera como un cuento de leche al sol, como una mosca en invierno, como una hebra de azafrán a comienzos de la primavera. Tiene el tórax tan frágil como una libélula. (…) La felicidad no entra en los libros de historia ni en las crónicas ni en los anales (entran las batallas, los pogromos, las traiciones y el asesinato sangriento de algún archiduque). La felicidad es solo para los abecedarios y para las guías de conversación en una lengua extranjera (y solo en aquellas para principiantes). Tal vez porque resulta menos engorroso a nivel gramatical, la felicidad se conjuga siempre en presente. Solo allí todos son felices, brilla el sol, las flores exhalan su perfume, vamos todos a la playa, regresamos de una excursión, disculpe, sabe dónde hay un buen restaurante por aquí…
Con la felicidad no se forjan espadas.

Páginas 300-301

Esta deriva de la trama ayuda al autor a reflexionar sobre la historia de cada país, sus momentos felicidades y sus situaciones más complejas

En definitiva, una historia que nos lleva y trae de la parte tangible de la historia a la parte teórica, de la trama distópica que inventa el autor a la parte reflexiva y teórica que va surgiendo, cada una de las reflexiones y análisis nos animan a pausar la lectura y pensar.

Qué otra cosa es la neutralidad sino jugar fuera del tiempo.

Página 330

Un libro absolutamente maravilloso que me ha tenido pegada a la páginas de una historia que obnubila, que sugiere, en el que uno quisiera quedarse.

No os asustéis por el número de páginas, ya que está bastante inflado, no sólo porque la edición de Fulgencio Pimentel tiene bastante aire en el texto sino porque la historia fluye de una manera que es imposible dejar de leer.

Qué bonita se hace la literatura cuando se hace bien. De cabeza a lo mejor de 2024.

FICHA:

Te gustará si te gustó – Tiene algo onírico que me da ecos a Cărtărescu, pero este libro es diferente a todo lo que he leído.
Pros– El equilibrio entre parte inventiva y analítica del autor.
– Cómo despliega ambos temas.
Contras– Impone su tamaño pero se hace mucho más liviano de lo que parece, el texto tiene mucho aire.

Namaste.

Autor, Literatura

Dinero en el bolsillo, Asta Olivia Nordenhof

Dinero en el bolsillo (Sexto Piso, 2024) es la historia de Kurt y de Maggie, pero también del Scandinavian Star, el barco en el que perdieron la vida 150 personas debido a un incendio provocado.

Esta es la primera parte de una septología dedicada a este suceso que conmocionó toda Escandinavia, no sólo por el trágico incidente sino por las circunstancias que rodean al asunto, donde se llegó a probar que el incendio se provocó con objeto de cobrar el seguro, tras varias operaciones de venta del buque bastante sospechosas.

Los protagonistas, como he mencionado más arriba, son Kurt y Maggie, una pareja que se conoce en una noche de borrachera y que acaban juntos. De forma paralela e independiente, Nordenhof nos acerca a la vida previa de ambos para tratar de esclarecer cuál es la causa de los comportamientos y situaciones actuales.

Las peores fantasías son las que le muestran lo poco que habría hecho falta para que todo fuese distinto.

Página 36

Su vida es un cúmulo de decepciones y desilusiones, una vida marcada por la agresividad y precariedad, en el caso de Maggie y de rabia más o menos contenida para Kurt.

Llegada a la mitad de la historia, nos encontramos con el único capítulo en el que se menciona el Scandinavian Star, un acercamiento escueto para explicarnos qué empresas hay detrás del buque y para contarnos que Kurt decide invertir sus ahorros en una de ellas.

Este capítulo es tan independiente que parece como si la autora lo hubiera añadido con posterioridad, es decir, el resto de la historia tiene hilos conductores, frecuentes analepsis y cambios de personajes pero se mantiene dentro de una unidad: la historia de Kurt y Maggie. Sin embargo, este capítulo parece que esté «pegado», para tratar de justificar la unión completa con el resto de los seis libros de los que se compone la saga.

Tenía miedo, pero un miedo que se parecía a aquella sensación sorda y difusa de haber olvidado algo.

Página 108

Una unión que evidentemente, no podemos valorar hasta leer el resto de los libros que componen la saga, que, imagino serán personajes a los que el buque ha afectado de un modo u otro (familiares de los fallecidos, parte de la tripulación, bomberos… etc), o al menos eso es lo que me imagino yo.

Con la suficiente distancia todo parece sencillo, pero si te acercas, si tu corazón está implicado, resulta imposible reconocer lo que tienes delante.

Página 112

La novela funciona perfectamente como novela independiente, pero diría que ese capítulo que buscar unirlo con el resto de sus libros hermanos es el que genera que veamos este título como la parte de un todo al que no tenemos acceso, y que por tanto, queda cojo al no conocer qué nos va a contar la autora en el resto de novelas.

Así que, tengo la sensación de que es pronto para valorarlo, lo cual me da algo de pena porque quizá esta historia habría funcionado mejor si en lugar de dividirla en 7 partes se hubiera incluido algo más en esta historia, es decir, una novela más larga con más contenido en la que veamos la unidad que quiere mostrar Nordenhof. Además creo que para cuando lea la segunda parte no recordaré los detalles que nos ha contado en esta.

Me da rabia porque la historia se queda algo coja.

Gracias a Sexto Piso por el envío, deseando leer el resto de libros de la saga.

FICHA:

Te gustará si te gustó Pequeñas desgracias sin importancia, Miriam Toews.
Pros – El desarrollo de los personajes.
Contras– Forma parte de un todo y por eso es complicado de valorar.

Namaste.

Autor, Literatura, Tabucchi

Sostiene Pereira, Antonio Tabucchi

Sostiene Pereira que lo conoció en un día de verano.

Página 7

Así comienza la novela más famosa del italiano Antonio Tabucchi, ambientada en la más portuguesa de las ciudades, Lisboa.

En el propio título nos adelantan los dos puntos más importantes de esta novela: su protagonista y el modo en el que nos van a narrar los sucesos.

Pereira lo sostiene porque como podemos imaginar, le están tomando declaración por algo que sabremos más adelante. Pereira lo sostiene a pesar de que él no es de sostener demasiadas cosas, tan solo su amor y pasión por los escritores franceses del siglo XVIII. Y también, sabemos, por su mujer, fallecida hace unos años.

Se preguntó: ¿En qué mundo vivo? Y se le ocurrió la extravagante idea de que él, quizá, no vivía, sino que era como si estuviese ya muerto.

Página 16

Y es lógico que se haga esa pregunta, porque Pereira no tiene ningún interés por conocer qué está ocurriendo en el mundo: no hay un periodista menos periodista que este. O ¿quién se podría a escribir efemérides de autores franceses muertos hacía 25 años estando en 1938?

Pereira, claro.

La filosofía parece ocuparse sólo de la verdad, pero quizá no diga más que fantasías, y la literatura parece ocuparse sólo de fantasías, pero quizá diga la verdad.

Página 30

La situación cambia cuando nuestro protagonista se encuentra con un joven a quien contrata como ayudante, un hombre que le va a hacer replantearse muchas de las cosas que cree saber, alguien que le abre una ventana a ese mundo exterior del que no quería saber nada.

Sostiene Pereira (Compactos 50, 2019) es una novela corta pero con una altísima calidad literaria. Vemos aquí un héroe luso, un Oblómov a la portuguesa, un personaje propio que huele a limonada y omelettes a las finas hierbas, uno de esos que se queda en la retina del lector y que traspasa las líneas para alcanzar la eternidad. Como Ignatius J. Reilly. Como el Quijote.

Hay algo decimonónico en Tabucchi, algo que conecta con los nombres más destacados de las literatura de la Mitteleuropa, una forma de narrar el ambiente y las pulsiones internas del protagonista, algo en el tono que ha desaparecido a mitad del siglo XX por la dictadura de la autoficción o por el cambio en el uso del tiempo actuales

Es usted una persona infame, y todo esto es una infamia.

Página 173

Qué fácil parece la buena literatura cuando se hace bien. Qué placer para el lector sumergirse en una historia de estas características.

No os la perdáis.

FICHA:

Te gustará si te gustó La muerte en Venecia, Thomas Mann.
Pros – El personaje de Pereira. Inclasificable.
– El estilo de Tabucchi y su forma de ir metiéndonos en la trama.
Contras– Que quiero probar esa omelette a las finas hierbas y aún así creo que no será para tanto.

Namaste.

Autor, Koenig, Literatura

La chica que vive al final del camino, Laird Koenig

De vez en cuando miro a mis estantes buscando un tipo de historia más liviana, algo entretenido y de calidad que huya de los dramas o libros más duros que suelo leer antes de empezar con la siguiente lectura profunda.

Este thriller llegó a mis estantes por curiosidad, o por buscar inconscientemente ese cambio de aires lector. No sé, el caso es que en ocasiones, revisando los estantes de las librerías, decido comprar libros que los cuales no soy el tipo de lector que piensa la editorial.

La chica que vive al final del camino (Impedimenta, 2023) es un thriller cuya protagonista ya nos adelanta el propio título. Hay una casa al final del camino habitada por una muchacha que, como podemos leer en el primer capítulo de la novela, acaba de cumplir trece años.

La situación deviene en extraña cuando a esa chica, nueva en el pueblo, no se la ve cerca de ningún adulto: evita a los vecinos y parece comportarse de una forma bastante independiente.

Este hecho, además de que es británica y no aparece por la escuela, es el punto de partida que tienen los vecinos para preguntarse: ¿qué esconde?

– No voy al colegio.
– ¿No?
– No.
– ¿Nunca?
– Jamás he ido al colegio.
– ¿Estás enferma o algo?
– ¿Por qué lo dices?
– (…) Quiero decir que tendrás una excusa.
– ¿Para no ir al colegio? El colegio embrutece.

Página 102

El misterio es el gancho que consigue que el lector se sumerja en las páginas de una historia sencilla, bien escrita, plagada de diálogos que avanza inexorable hacia la resolución el misterio. Como en muchos thrillers, cada respuesta le baja intensidad a la trama: según avanzamos la historia pierde fuelle, porque ya tenemos o imaginamos las respuestas.

No os voy a explicar qué esconde, creo que eso es parte de la gracia de esta novela. Para conocer de qué va el asunto, Koenig despliega varios personajes secundarios metomentodos que pondrán a Rynn en un brete. Desconozco si un estadounidense medio se comporta de verdad de esta forma, metiendo las narices con algo de lo que no forman parte, pero siempre que encuentro este tipo de detalles en la literatura no puedo sino sentirme repelida por esa vecina que por fuera demuestra amabilidad pero que lo que realmente quiere es revisar cada cajón de la casa.

El resultado es una historia sin pretensiones perfecta para leer en un fin de semana. El tipo de literatura de entretenimiento de calidad que se disfruta y a otra cosa.

Si yo no quiero parecerme a los demás, ¿por qué iba a querer que los demás se parezcan a mí?

Página 171

Se agradecen este tipo de historias, lejos de las pretenciosas novelitas que últimamente pueblan los estantes de novedades, esas que prometen ser la voz de una generación, cambiarte tu vida o planteamientos y que quién sabe por qué, quedan relegadas en seis meses por otra historia que promete lo mismo.

La chica que vive al final del camino es un thriller, una novelita entretenida que bebe de la literatura gótica americana, una historia honesta perfecta para embriagarse en lo verdaderamente importante: las historias.

FICHA:

Te gustará si te gustó Un plan sangriento, Graeme Macrae Burnet.
Pros– Entretenida, sin pretensiones. Bien escrita.
Contras– La segunda mitad pierde fuelle.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (100)

Llegamos a un número redondo y me pregunto si alguien por aquí recuerda el por qué del nombre IMM, In My Mailbox hace demasiados años y que hoy en día se ha reconvertido en Book haul.

Pienso también si debería cambiarle el nombre por algo en castellano o si, a estas alturas, a alguien le importa.

En fin, libros nuevos. ¿Empezamos?

  • Tiempo de silencio, Luis Martín Santos (Seix Barral, 2024). Hace muchos, muchos años, diría que 20, que leí y compré una edición de esta novela de esas que por entonces daban con los periódicos. Llevo queriendo releerla mucho tiempo, pero sentía que necesitaba una edición acorde con mis recuerdos de este novelón que ha sido bastante olvidado. Seix Barral, coincidiendo con el centenario, ha hecho esto posible. Tengo muchas ganas de la relectura pero os mentiría si os dijera que no tengo un puntito de miedo ante la posible decepción. Este es uno de los libros de mi vida.
  • Las tribulaciones del estudiante Torless, Albert Musil (Seix Barral, 2002). El libro que quería leer, sinceramente, es El hombre sin atributos, el famoso tocho parodiado hasta en las Celebrities de Muchachada Nui, pero soy consciente de que sus más de mil páginas no son el libro adecuado para empezar con el autor. Dicen de esta novelita que está a la altura. Anotado en mi libreta, R. me lo regaló. Todo un acierto, ¡gracias!
  • El artista del hambre, Franz Kafka (Nórdica, 2024). El centenario de Kafka promete reediciones de absolutamente todo, ya lo habréis empezado a notar en los estantes de las librerías. Tenía este pendiente y los amigos de Nórdica me lo han enviado a casa. Es ilustrado y aquí tenéis la reseña.
  • Doctor No, Percival Everett (De Conatus, 2024). Ya habéis visto por aquí Los árboles. Esta compra es una de esas que sabes que no vas a leer el libro pronto pero aún así la edición, el autor y la historia te hace que te lo lleves. No he podido resistirme.
  • Dinero en el bolsillo, Asta Olivia Nordenhof (Sexto Piso, 2024). Partimos de la historia real de crucero que sale ardiendo, provocando uno de las catástrofes más duras de la historia de Suecia. Este es el primero de una saga dedicada al tema. Envío de Sexto Piso.
  • El Ministerio del Dolor, Dubravka Ugresic (Impedimenta, 2024). No hago más que agrandar mi biblioteca con libros de la croata mientras que sólo he leído El Museo de la Rendición Incondicional. Imagínate, no avanzo.
  • Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero (II) (Alfaguara, 2023). Tras leer La Nieve del Almirante no me quería quedar con el resto de historias de Maqroll. No he leído ni la segunda pero por mi experiencia a veces las ediciones desaparecen y luego no hay modo de hacerte con una, de ahí que lo comprara en la menor ocasión.
  • Un sí menor y un no mayor, George Grosz (Capitán Swing, 2011). La historia de un pintor de entreguerras que me interesó desde que vi sus cuadros expresionistas. Después conocí de la existencia de este libro, de ahí a mi libreta y luego a mis estantes.
  • Granito Gris, Lewis Grassic Gibbon (Trotalibros, 2024). La tercera parte de la trilogía escocesa de Gibbon de la que aún no he leído nada. Lo que no podía dejar era la trilogía a medias y R. lo sabía, de ahí su regalo. De este año no pasa que lea la primera parte.
  • Ángulo de reposo, Wallace Stegner (Libros del Asteroide, 2009). De Stegner he leído En lugar seguro. Este es el título que más recomendado del autor. Uno de esos grandes autores que publicaba la editorial en sus inicios. Tengo muchas, muchas ganas de leerlo.

Muchas gracias a Nórdica y Sexto Piso por los envíos y a R. por sus regalos librescos constantes.

Y vosotros, decidme, ¿habéis comprado muchos libros?

Namaste.

Autor, Kafka, Literatura

Un artista del hambre, Franz Kafka

Con motivo de la conmemoración del centenario del fallecimiento del praguense más universal, muchas editoriales se han lanzado a publicar reediciones de su obra.

Así que los lectores de Kafka estamos de enhorabuena, porque es el momento perfecto para hacernos con los títulos que queremos leer o releer. En mi caso muchos de ellos los leí con ediciones de la biblioteca o préstamos de familiares, así que me viene que ni pintado para aumentar mi biblioteca de Kafka.

Un artista del hambre (Nórdica, 2024) es un breve relato que tiene precisamente a un peculiar artista. Publicado en 1922 en una revista literaria, posteriormente formó parte de una edición junto a otros relatos.

El título ya nos adelanta de lo que trata el tema y directamente nos presenta al protagonista de la historia: un artista del ayuno. Kafka nos acerca al éxito de un hombre que de repente ve cómo su espectáculo ya no es atrayente para el nuevo espectador.

El estilo, como ya es habitual en Kafka, es pulido, directo y meridiano, sin exceso de palabras. Nunca sé si es algo de la precisión del alemán a la hora de describir pero siempre noto una cierta pulcritud en las palabras de los autores que escriben en alemán.

Como en sus novelas y en otros relatos, el autor nos acerca a un mundo de incomprensión en el que el protagonista se siente solo y aislado, algo que se manifiesta de dos modos aparentemente antagónicos pero que tienen relación directa con su circunstancia: por un lado, cuando tiene éxito, porque limitan el número de días de ayuno y a quienes trata de hacer entender que su arte se ha de extender lo máximo posible. Por otro, cuando su espectáculo pasa de moda y de repente es relegado a espacios más alejados del centro del foco.

En cualquier caso, un obstáculo pequeño, un obstáculo cada vez más pequeño. La gente fue acostumbrándose a la peculiaridad de pretender reclamar, en los tiempos presentes, la atención para un artista del hambre, y con esa costumbre se dictó su sentencia. Podía pasar toda el hambre que quisiera, y lo hacía, pero ya nada podía salvarlo, ante él pasaban de largo. ¡Prueba a explicar a alguien el arte del ayuno! A quien no lo siente no se le puede explicar.

Página 43

Una muy buena lectura que me anima a continuar con mis propósitos lectores kafkianos: leer sus Diarios y releer El proceso.

Gracias a Nórdica por el envío.

FICHA:

Te gustará si te gustó En la colonia penitenciaria, Franz Kafka.
Pros– Triste, melancólico, con un punto de frustración.
– Directo, fresco, claro, no le sobra ni una palabra.
Contras– Los temas que trata que siempre incomodan.

Namaste.

Autor, di Benedetto, Literatura

Zama, Antonio di Benedetto

Lleva mucho mucho tiempo (años) con este título en mi libreta de pendientes. Por desgracia se encontraba descatalogado, al menos en España, así que no fue hasta que me topé con esta edición de A. Hache editores que pude hacerme con este clásico de las letras argentinas.

La novela lleva en su título el apellido del protagonista: Diego de Zama, asesor en una oficina del virreinato de Río de la Plata, nombrado por el Rey para un puesto que desarrolla sin problemas pero con la espera e incertidumbre de conocer cuándo será su traslado a otra ciudad donde se encuentre, al fin, más cerca de su familia.

Estamos en el siglo XVIII y la burocracia y los trámites y cuitas para conseguir una firma que le permita mudarse se retrasan. Así, el tema principal de la novela es la espera, esa que afronta Diego con paciencia para seguir realizando su tarea diaria mientras trata de conseguir información sobre cuándo tendrá lugar a la vez que intenta adelantarla lo máximo posible. En este sentido tiene algo de El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati.

Sin embargo, hacia la mitad, una vez planteada su rutina y sus esperanzas, el tema deriva en la frustración al conocer que el cumplimiento de sus obligaciones ha sido en vano, ya que quien tiene que firmar su traslado no lo hará jamás. Con ello, la pérdida de la esperanza. A partir de aquí, la desesperación que le lleva al desorden, a la corrupción, a tratar de conseguir, sea del modo que sea, su anhelado traslado. La espera se alarga y el camino de Diego acaba por otros derroteros, los del humano que duda si todo tiene sentido.

Se me ocurrió que, de reconocerme en la calle, cualquier persona podía ver, en mis narices, puertas.

Página 109

El estilo de di Benedetto es abigarrado, barroco, plagado de subterfugios y rodeos. En una palabra: excesivo. Os dejo un ejemplo:

Afecté no querer perturbarla con indagaciones constantes sobre el desenvolvimiento de su conflicto y dejé que lo soportara sin posibilidad de aquel mínimo respiro que le daba su comunicación conmigo.

Página 99

Un ejemplo que podrían ser cientos. Un texto complejo al que acceder sólo con mucha concentración, porque no nos da ni un respiro. Hay que releer el párrafo para comprenderlo todo, hay que descifrar lo que nos quiere decir di Benedetto, porque conforme avanzamos está velado, fragmentado u omitido.

Quizá mi problema con Zama es que me ha parecido una novela muy desigual, ya que la tercera y última parte nada tiene que ver con sus predecesoras. Lo anterior, unido a un estilo exageradamente abigarrado me ha sacado de la historia. Seguramente esperaba una novela redonda y me temo que no me lo ha parecido.

FICHA:

Te gustará si te gustó El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati.
El siglo de las luces, Alejo Carpentier.
Pros – Original, complejo, muy diferente.
Contras– Abigarrado, duro.
– Va de más a menos.

Namaste.