IMM, Literatura

IMM (93)

Más libros, más títulos y ejemplares que se han venido conmigo en este mes de mayo.

¿Me acompañáis?

  • La chica que vive al final del camino, Laird Koenig (Impedimenta 2023). Una novedad marca de la casa, un thriller con muy buena pinta del tipo que da gusto alternar entre otro tipo de libros. Y no os digo nada de lo preciosa que es la edición.
  • Los árboles, Percival Everett (De Conatus, 2023). La editorial me ganó con Los Netanyahus de Jonathan Coe. Sí, sé que nada tiene que ver, pero su línea editorial más lo que sé de este título (¿humor sobre el supremacismo blanco?) me han atraído a comprarlo. Ha sido finalista del Booker Price de 2022.
  • Arraianos, Xosé Luis Méndez Ferrín, (Hoja de Lata, Edición Los 10 de los 10, 2023). Los asturianos Hoja de Lata han celebrado su décimo aniversario con nuevas ediciones de sus títulos más representativos. Este es uno de ellos, que me recomendaron en Moito Conto. Como me fío mucho de su criterio, se vino conmigo.
  • El baile, Irène Némirovsky (Salamandra Bolsillo, 2016). Un eterno pendiente de esos que todos habéis leído menos yo. Se lee de una sentada y ya lo he hecho, así que dentro de poco veréis por aquí la reseña.
  • Gótico carpintero, William Gaddis (Sexto Piso, 2012) A David (@davidmcope, editor y traductor) me recomendó hace mucho tiempo a William Gaddis. Primero destacó Los reconocimientos, casi imposible de localizar por estar descatalogado. También mencionó este. No qué esperar pero tengo muchas ganas de empezarlo.
  • Color y significado, John Cage (Acantilado, 2023). Un ensayo sobre los colores y su evolución a lo largo de la historia, un tema muy concreto, quizá extraño que me ha parecido interesante.
  • Para pensar mejor, Marcus du Sautoy (Acantilado, 2023). Otro ensayo también de Acantilado, pero en este caso sobre los procesos de toma de decisiones.
  • El sabor de un hombre, Slavenka Drakulic (Anagrama, 1999). Como os decía en alguna entrada anterior, me estoy aficionando a de vez en cuando a comprar libros de segunda mano. Este en concreto era casi casi obligatorio porque es difícil de encontrar. Y quién no tiene 2 euros para gastar en libros, claro.

Y vosotros, ¿qué habéis comprado en el mes de mayo?

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (90)

Un mes más os traigo los nuevos libros que han llegado a mis estantes:

  • Un fantasma en la garganta, Doireann Ní Ghríofa (Sexto Piso, 2023). Los libros también entran por los ojos y eso es lo que me ha pasado con este. Lo poético del título junto con lo hipnótico de la imagen de la cubierta bastó para desear leerlo. El envío corre a cargo de los amigos de Sexto Piso. Aquí la reseña.
  • Ellas hablan, Miriam Toews (Sexto Piso, 2020). De Toews leí hace no mucho Pequeñas desgracias sin importancia, una historia compleja sobre la vida, el suicidio, el dolor y las decisiones. Cuando vi que una película basada en este otro ha ganado un Óscar, sabía que lo tenía que leer. Envío de Sexto Piso.
  • Libro del desasosiego, Fernando Pessoa (Acantilado, 2013). Eterno pendiente, quiero leerlo desde hace mucho y al fin me he hecho con esta edición de Acantilado. Dicen de él que es indispensable.
  • El palacio azul de los ingenieros belgas, Fulgencio Arguelles (Acantilado 2003). Al contrario que los anteriores, de este no sabía nada de nada. Fue Fernando quien me lo recomendó, y como me fío de él lo anoté en mi libreta. Espero que me guste mucho más que el Gabinete de las Maravillas

  • Retrato de casada, Maggie O´Farrell (Libros del Asteroide, 2023). Probablemente O´Farrell sea un de las autoras que más han aparecido por aquí. De ella he leído (casi) todo lo que se ha publicado: Tiene que ser aquí (Libros del Asteroide, 2017), La primera mano que sostuvo la mía (Libros del Asteroide, 2018), Sigo aquí (Libros del Asteroide, 2019), Hamnet (Libros del Asteroide, 2021) y La extraña desaparición de Esme Lennox (Salamandra, 2009) así que tenía muchas ganas de hacerme con este título. Que sin, embargo, me ha entrado pereza cuando lo he visto plagando la red y cuando he leído algo de la sinopsis. Parece que no va muy lejana de la historia de Hamnet. Aquí la reseña.
  • Anoxia, Miguel Ángel Hernández (Anagrama, 2023). Del autor murciano he leído El dolor de los demás (Anagrama, 2018) e Intento de escapada (Anagrama, 2013). La verdad que no tenía pensado comprar este libro, pero la sinopsis me acabó convenciendo.
  • La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana Alexiévich (De Bolsillo, 2017). De la Nobel he leído Voces de Chernóbil, y estoy ahora mismo con El fin del Homo Sovieticus, avanzando de forma lenta. A la bielorrusa hay que leerla. Todo.
  • Basada en hechos reales, Delphine de Vigan (Anagrama, 2016, en esta edición 2023). La francesa es una de mis últimas filias, tras el gran éxito de Nada se opone a la noche he leído Las gratitudes y sigo con ganas de más. Por el momento he descartado el último título que ha sacado, Los reyes de la casa, y me he decantado por este. Como los anteriores, no es demasiado largo, es sencillo colarlo entre otras lecturas más densas.

Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros este mes?

¡Felices lecturas!

Namaste.

Autor, Literatura, Tsvietáieva

Mi madre y la música, Marina Tsvietáieva

Mi madre y la música (Acantilado, 2012) es una breve historia con la que me he querido acercar a la autora rusa.

Tsvietáieva era eminentemente poetisa, pero nos dejó, además de sus Diarios varios breves títulos autobiográficos en los que se acerca a la figura de sus padres. En este caso, a la de su madre y la relación con la música. La madre es quien quiere que Marina aprenda a tocar el piano. Esa voluntad empujará a la autora al complicado mundo de la práctica musical, reiterativo y frustrante en el aprendizaje, pero conectará con lo más íntimo de la conexión del interior de su madre con las notas y los compases, con aquello difícil de describir con palabras que nos trasmite la música.

Sólo lo lamento por la música y el sol.

Página 62

Mi madre y la música es una bella evocación a la infancia, como mencionan en la sinopsis, también la conexión más allá de las palabras que se comparte con el sentimiento musical.

Tsvietáieva nos deja preciosos párrafos en los que conecta sus recuerdos con las teclas del piano y con la posterior ausencia maternal.

Yo, silenciosa y obstinada, reduje mi música a la nada. Como el mar, que cuando se retira deja huecos, primero profundos, después menos, después apenas húmedos. Estos huecos musicales – huellas de los mares maternos – en mí se quedaron para siempre.

Página 63

Lo sencillo que parece juntar palabras cuando se tiene talento. Lo íntimo que resulta la literatura cuando se hace bien.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (89)

Os he recomendado alejaros de Wallapop porque, de verdad, puede llegar a resultar un peligro.

¿Empezamos?

  • Los días contados, Las almas juzgadas, El reino dividido, Miklos Bánffy (Libros del Asteroide, 2009 y 2010). La llamada Trilogía Transilvana es una de esas historia que, como la Trilogía de Deptford, de vez en cuando veo que recomiendan y que tengo siempre en mi radar. Así que cuando vi que vendían estas 3 novelas nuevas y a un buen precio, no lo dudé. Los lectores hablan maravillas.
  • 13,99 euros, Fréderic Beigbeder (Anagrama, 2000): no sé muy bien quién ni cuándo me ha recomendado esta historia, quizá algún podcast quizá algún artículo que he visto por Internet. El tema es que este mismo comprador de Wallapop también tenía este y me acabé animando… lo de ya que estaba puede llegar a ser preocupante además de peligroso.
  • La espuma de los días, Boris Vian (Alianza, 1993 reimpresión 2017). De mi adorado Vian siempre tengo la sensación de que he leído menos de lo que debiera. Esta es probablemente su novela más conocida, pero yo aún la tengo pendiente.

  • Las muertas, Jorge Ibargüengoitia (Cátedra, 2023). Uno de los muchos títulos que anoté cuando leí el Atlas de literatura hispanoamericana de Clara Obligado era este. Sorprendentemente esta famosa novela no estaba publicada hasta hace bien poco o bien se encontraba descatalogada.
  • Momentos estelares de la humanidad, Stefan Zweig (Acantilado 2002). Para mí la editorial de Zweig es esta. Y este el primero que Zweig, pero lo leí en una edición de Círculo de Lectores y quería tener un ejemplar de este título para su futura relectura.
  • La vida instrucciones de uso, Perec (Anagrama, 2019): en este caso fue un podcast el que me hizo comprar este libro y poner en mi radar, esta vez de verdad, al escritor francés. La edición es la conmemorativa de Anagrama.
  • Las caras, Tove Ditlvesen (Seix Barral, 2023). De la autora leí Trilogía de Copenhague, que me encantó. Cuando vi que la editorial publicaría un nuevo libro suyo sabía que no me lo podía perder. Reseña.
  • Jóvenes héroes de la Unión Soviética, Alex Halberstadt (Impedimenta, 2023). Tengo la sensación de que últimamente he cambiado las historias de nazis por las historias de la URSS. No sé, pero no parece casualidad que acabe leyendo más autores soviéticos o ambientados en Rusia, la de antes o después de la Revolución.

Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros este mes?

Namaste.

Autor, Literatura, Zweig

Viaje al pasado, Stefan Zweig

De vez en cuando, en momentos en los que no sé qué leer o cuando estoy atascada con alguna lectura, miro mis estantes en busca de una ayuda: algún libro que sea garantía de que me vaya a gustar para alternar en momentos de bloqueo.

Zweig es una de esas referencias claras y si además escojo un título corto del austríaco, es imposible fallar.

Viaje al pasado es una novela corta o nouvelle sobre una pareja: sobre el reencuentro tras años de separación, sobre el hilo que les unió en un amor imposible que tratan de retomar tiempo después.

Los personajes son un hombre y una mujer que se conocen bajo la misma casa, en Alemania. Él, como ayudante del marido de ella, comienza a trabajar en la casa familiar, y desde el primer momento se siente atraído por la mujer. Su relación se pospone hasta que ambos se dan cuenta de la atracción que sienten. Al poco, él ha de marcharse a América, y la pareja se separa pensando que en dos años volverán a estar juntos.

La situación se complica con el estallido de la Primera Guerra Mundial, y lo que iba a ser dos años se acaba convirtiendo en más tiempo. El reencuentro se aplaza, pero acaban coincidiendo. ¿Serán los mismos que se querían? ¿El tiempo y la distancia ha afectado en una relación apenas iniciada?

No se cruzaron con nadie, sólo sus calladas sombras se arrastraban por delante de ellos y siempre que una farola iluminaba sus figuras perpendicularmente, las sombras se fundían una con una, como si se abrazasen, se ensanchaban ansiando unirse cuerpo con cuerpo en una sola figura, luego se apartaban una vez más, para volver a abrazarse, mientras ellos caminaban cansados, respirando profundamente. Él observaba hechizado este curioso juego.

Página 87

El estilo de Zweig es el que ya conocemos: elegante y conciso, breve pero con abundantes adjetivos, reflexivo pero directo.

Se concentró en escuchar en lo más hondo de su ser, volviendo a aquel entonces, por si aquella voz profética, la intérprete de sus recuerdos, quería volver a hablarle desvelándole el presente a través de su pasado.

Página 91

Para mí, Zweig, en todas sus vertientes, es siempre un acierto.

FICHA:

Te gustará si te gustó Veinticuatro horas en la vida de una mujer, Stefan Zweig.
Pros – Conciso, elegante, directo, estilísticamente muy completo.
Contras – Otras temáticas me parecen más interesantes.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (85)

Os traigo las que quizá serán las penúltimas incorporaciones a mis estantes de este año, antes de la llegada de la Navidad.



  • Los chicos de Hidden Valley Road, Robert Kolker (Sexto Piso, 2022). Tras buenísimas opiniones que he leído por redes, finalmente yo también he caído. Le tengo unas ganas bárbaras, a ver si despejo las lecturas en curso y me pongo con él.
  • El tugurio, Émile Zola (Trotalibros, 2022). Un tochazo de la mano de Trotalibros, que para mí será mi segundo Zola tras Germinal, que leí hace más de una década. Recuerdo que me gustó mucho.
  • El estrecho de Bering, Emmanuel Carrère (Compactos de Anagrama, 2022). El último libro publicado del francés es un corto ensayo que ya he podido leer. La reseña aquí.


    Últimamente me ha dado por los ensayos, así que los siguientes se han venido conmigo:

  • Las tierras arrasadas, Emiliano Monge (Random House, 2015). Marta me lo recomendó hace tiempo, y por entonces muchas señales fueron las que me hicieron toparme con el autor y, en especial, con este título muchas veces. Finalmente lo encontré en una visita a Tipos Infames.
  • Autores, libros, aventuras, Kurt Wolff (Acantilado, 2010): libros sobre libros. Libros de editores que han publicado a Kafka o a Mann. No digo más.
  • Guerra y lenguaje, Adan Kovacsics (Acantilado, 2008) ¿Cómo cambia la lengua la guerra? ¿Qué usos del lenguaje cambian cuando deja de funcionar la normalidad de la paz? ¿Cómo se estira y cambia el lenguaje cuando queda lejos la paz? Me parecen preguntas muy interesantes que, creo, tratará de poner luz el autor.
  • Viaje al pasado, Stefan Zweig (Acantilado, 2009): el austríaco eterno. De nuevo. A pesar de que tengo muchos libros suyos pendientes este también se une, y fijaos que creo que será el próximo que lea suyo, que ahora estoy enfangada en libros largos y necesito algo breve.

  • Diarios de la Revolución de 1917, Marina Tsvietáieva (Acantilado, 2015). Tengo muchas ganas de acercarme a esta autora, ampliamente recomendada, para ello he comprado dos libros, sus diarios por un lado.
  • Mi madre y la música, Marina Tsvietáieva (Acantilado, 2012): y por otro este breve librito que creo que será el primero que lea suyo.
  • Gran Hotel Europa, Ilja Leonard Pfeijffer (Acantilado, 2021): me pusieron en la mira esta novela en Moito Conto, sobre la turisficación de los destinos vacacionales.

Y vosotros, ¿qué libros habéis comprado últimamente?

Namaste.

Autor, Literatura, Potocki

Manuscrito encontrado en Zaragoza, Jan Potocki

Hay libros que, por algún motivo, quedan en un limbo al publicarse y parecen casi desconocidos. Es lo que creo que le pasa a Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki (Acantilado, 2009) una historia que los que han leído ponen por las nubes pero que en general ha pasado desapercibida para la mayoría.

Anoté el título movida por la curiosidad al saber que los lectores de esta historia eran incondicionales, y lo encontré sin buscarlo en una librería en un viaje a Burgos. Y es que el libro está descatalogado y es complicado de encontrar.

El Manuscrito narra la historia de Alfonso van Worden, un oficial de la guarda valona que es llamado desde la Corte para presentarse en Madrid. Comienza un viaje que le obligará atravesar Sierra Morena.


La maravilla de la historia empieza ahí: en ese compendio de anécdotas y situaciones que le van contando los personajes con los que se encuentra. Porque el Manuscrito es una novela de fractales, donde una historia está dentro de otra que luego narra un secundario dentro de la primera historia.

Y esas historias son variopintas, como los personajes con los que se encuentra: logias y ladrones, gitanos y alquimistas, cristianos viejos y judíos, la España de los bandoleros del siglo XVIII, llena de historias de magia, leyendas y secretos, de pasadizos, misterios y enigmas.

Dividido en decamerones, Alfonso van Worden va realizando jornadas en un viaje donde lo menos importante es llegar, y donde en cada campamento encontrará compañeros que le narrarán su vida.

Por ejemplo, una de las primeras que incluye el conde Potocki en su libro:

Se contaban cosas muy extrañas de los dos hermanos que habían sido ahorcados; aunque no se hablaba de ellos como de unos aparecidos, se afirmaba que sus cuerpos animados por no sé qué demonios se descolgaban por la noche y dejaban la horca para ir a amedrentar a los vivos. Esto era considerado cosa tan cierta que un teólogo de Salamanca había hecho una disertación en la que demostraba que los dos ahorcados eran una suerte de vampiros y que lo uno no era más increíble que lo otro, algo que hasta los más incrédulos le concedían sin esfuerzo. Asimismo corría un cierto rumor de que aquellos dos hombres eran inocentes y que, habiendo sido condenados injustamente se vengaban de ello con el permiso del cielo en la persona de los viajeros y de los vecinos de los contornos.

Página 25

El Manuscrito es una novela total, donde cabe todo: cada estamento de la época pero también diversas temáticas que implican a unos y a otros: conseguir poder, casarse bien, tener más dinero, el amor o la vejez.

En casi todos los hombres la actividad del ego no conoce descanso: encontraréis su ego en los consejos que os dan, en los favores que os hacen, en las relaciones que pretenden conseguir, en las amistades que entablan. Les apasiona cualquier interés suyo por más remoto que sea, son indiferentes a todo lo demás. Y cuando se cruza en su camino un hombre indiferente a su interés personal, son incapaces de comprenderlo, sospechan en él motivos ocultos, afectación, locura. Lo apartan de su lado, lo desprecian, lo relegan a un peñón de África.

Página 573

No sólo experiencias vividas, sino también intereses intelectuales, conocimientos y profesiones que se detallan y describen pormenorizadamente en la obra (desde teorías científicas al procedimiento de hacer tinta).

Y es que, como incluyen en la edición de Acantilado, el propio libro tiene su historia, que está muy relacionada con la obra del autor: el conde Potocki, noble, viajero, estudioso, inquieto, erudito. Porque cómo no serlo para abandonar su tranquila vida de salones nobles para embarcarse por viajes por toda Europa, de España a Turquía, de Marruecos a Egipto.

El subtítulo ya nos da una idea de que esta historia ha sido muchas; y que en esta edición se incluye la versión de 1810, que difiere en lo que incluye respecto a otras anteriores. Interesante por tanto la explicación incluida sobre las diferencias entre unas y otras.

Por mi parte, poco más os puedo decir: sólo recomendaros que la leáis, que disfrutéis de una novela total de la que ya no hay, que os intriguéis y sentáis atraídos a una época de la que, me temo, sólo figura la leyenda negra. Que la leáis de a poco, para no saturar, y que sí, desde las diez primeras páginas es imposible no volver del equipo de los incondicionales de este libro.

FICHA:

Te gustará si te gustó Guerra y paz, Liev Tolstói.
Pros – La diversidad de historias aporta interés y variedad.
– Refleja perfectamente la realidad de la época.
Contras – Puede cansar si decides leerla de golpe.
– Las notas, que están al final, ralentizan la lectura.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (82)

Visita a la librería = libros nuevos.

Además me he aficionado últimamente a mirar libros de segunda mano por Wallapop. No hagáis como yo. ¡Huid! ¡Es una trampa!

¡Empezamos!

De mi visita a Moito Conto, los siguientes:

  • Atlas de literatura latinoamericana, Clara Obligado (Nórdica libros, 2022): tenía este título en el punto de mira pero la verdad que no sabía si comprarlo. Me he fiado, espero empezar a leerlo dentro de poco, imagino que no de seguido.
  • La desaparición, Julia Phillips (Sexto Piso, 2021): recomendación de Marta, que lo llegó a incluir en mejores lecturas del año pasado, me picó la curiosidad y me pareció una lectura perfecta para el verano. ¡A ver si le hago hueco en las próximas semanas!
  • La lucha contra el demonio (Hölderlin – Kleist – Nietzsche), Stefan Zweig (Acantilado, 1999, décima reimpresión marzo 2022). Zweig. Nietzsche. No digo más.
  • Los Netanyahus, Joshua Cohen, (De Conatus, 2022). A Cohen le dieron el Pulitzer por esta novela, lo cual ya dice mucho. Por el tema no sé si será una historia para mí, las novelas de formación a veces se me quedan cojas.

De varios comprados de segunda mano y alguna novedad:

  • Teoría de la literatura, Vítor Manuel de Aguilar (Gredos, 1996). A finales de mayo estuve haciendo un pequeño curso de crítica literaria de la mano de José Carlos Rodrigo Breto (Literatura_instantanea en Instagram), y del listado de libros sobre teoría me quedé con unos cuantos. Este es considerado un texto de referencia. Iré leyendo varios de la lista poco a poco.
  • Aniquilación, Michel Houellebecq (Anagrama, 2022). La esperadísima última novela del francés que habréis visto por todas partes. La verdad es que creo que leeré Plataforma antes pero quería tenerla en mi estante. Por si las moscas, que el papel está cada vez más caro.
  • La Madona de los coches cama, Maurice Dekran (Impedimenta, 2018). Lo tenía en mi lista y lo he acabado comprando en Wallapop, aunque no soy demasiado fan de los libros de segunda mano, esta vez he caído.
  • Casas muertas, Oficina número 1, Manuel Otero Silva (Trotalibros, 2022). Un clásico de la literatura venezolana que viene avalado por el editor andorrano más loco del mundo. Me fío.

Y vosotros, contadme, ¿habéis comprado muchos libros últimamente?

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (79)

Regreso con las nuevas incorporaciones a mis estantes, en este caso, unas cuantas novedades recién salidas de la imprenta:

  • Betty, Tiffany McDaniel (Hoja de Lata, 2022). Aunque (en teoría) estoy intentando comprar pocas novedades, hay libros que bien por la mano de la que vienen o por algún detalle que comentan otros lectores me acaban convencido de leer. Este es un buen caso, porque lo cierto es que no lo conocía, me entraron ganas de leerlo en cuanto lo compré y lo he devorado en unos pocos días. Aquí la reseña.
  • El universo de Dostoievski, Tamara Djermanovic (Acantilado, 2022). Un título con el que me topé por casualidad en la librería y que compré porque me pareció interesante la temática. La verdad que estos ejemplares de Acantilado son muy atrayentes.
  • Buena suerte, Nikolas Butler (Libros del Asteroide, 2022). Con Butler empiezo a tener una relación algo tormentosa, y de hecho me planteé no comprar este libro, pero he caído. Después de Canciones de amor a quemarropa llegó El corazón de los hombres y más tarde Algo en lo que creer. Mi entusiasmo con sus historias se ha ido enfriando, y aún así la verdad no sé por qué he decidido darle otra oportunidad. ¿Será esta la que incline la balanza?
  • Brighton Rock, Graham Greene (Libros del Asteroide, 2022). El último libro de Graham Greene que ha recuperado la editorial, tras El final del affaire y El final de la trama. El primero me encantó, el segundo no lo he leído. Este no me lo podía perder.

  • Las almas muertas, Nikolái Gógol (Nórdica Libros, 2022). Habiendo comprado hace poco Historias de San Petersburgo no tiene sentido adquirir un nuevo título del ruso (que encima es aún más largo), la verdad. Aún así la edición me llamó la atención y aquí está. Vamos, que otro para el estante.
  • Los nombres prestados, Alexis Ravelo (Salamandra 2022): leí al canario hace ya unos cuantos años, en concreto La vida breve de Neck Blackbird. Desde entonces, nada, y eso eso Marta Marne es lectora entusiasta. He decidido cambiar el tercio de la temática que estoy leyendo y creo que caerá esta Semana Santa. Y cayó.
  • Sinsonte, Walter Tevis (Impedimenta, 2022). Desde que vi la portada supe que tenía que comprarlo. Os lo aseguro: gana en directo. Pero además la temática de ciencia ficción tiene muy buena pinta. Pienso colar su lectura enseguida. La reseña, aquí.
  • Posesión, Byatt (Anagrama, 1992): la búsqueda de este libro ha sido toda una odisea. Que estaba publicado en Anagrama hace tiempo ya lo sabía, que era imposible de encontrar, también. Suponía que aprovecharían la reeditarlo en la versión conmemorativa de su 50º aniversario. Me equivocaba, así que he acabado recurriendo a la segunda mano. Todos los que la han leído dicen que es espectacular, espero que merezca la pena.

Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros estas semanas? ¿Planeáis comprar alguno de estos títulos el día del Libro?

Namaste.

Autor, Literatura, Zweig

El mundo de ayer, Stefan Zweig

Volver a leer a Stefan Zweig es un poco como regresar a casa después de las vacaciones: siempre hay una sensación de placidez al pensar que vamos a entrar en nuestro hogar, que nos esperan nuestras cosas, el olor de lo habitual, nuestros pacientes peludos y el ambiente relajado de conocer cada pedazo de nuestro espacio.

El mundo de ayer es, sin duda, uno de los títulos más destacados cuando se menciona la bibliografía de no ficción del austríaco. La verdad, no es para menos.

Tal y como menciona el subtítulo: Memorias de un europeo, recoge parte de los diarios y reflexiones sobre la vida que nos dejó Zweig. Lo cual incluye desde conversaciones con amigos e información sobre las tendencias artísticas de la época hasta situaciones más puntuales o temas que le interesan (el encuentro con Rodin o con Joyce; reflexiones sobre su coleccionismo o su forma de escribir) además de los viajes que fue haciendo por el continente y por supuesto la situación política que le tocó vivir.

A esto hace referencia el título de la obra: al momento en el que todo se viene abajo y el mundo anterior a la Primera Guerra Mundial se desvanece. El cambio radical de una generación que vivió como natural un mundo de emperadores e imperios, en donde las novedades tecnológicas venían de la mano de los Lumière y del ferrocarril. El avance, la concordia, el mundo intelectual de centroeuropa. Todo eso salta por pedazos al asesinar al archiduque Francisco Fernando y al comenzar un momento bélico que cambiará para siempre los cimientos de la vieja Europa.

Lo que un hombre, durante su infancia, ha tomado de la atmósfera de la época y ha incorporado a su sangre, perdura en él y ya no se puede eliminar.

Página 31

Zweig, en el centro del huracán, pasa de disfrutar unas plácidas vacaciones en Ostende a regresar a Austria para regresar al hogar. La incertidumbre se palpa en el ambiente y los amigos dejan de serlo. Negar razones de la guerra o buscar un entendimiento es ser un traidor.

Rara vez una misma generación ha tenido ambas cosas; cuando la moral concede liberta al hombre, entonces es el Estado quien lo coacciona; si el Estado le da la libertad, es la moral la que intenta moldearlo.

Página 125

El autor consigue dos cosas: trasmitir ese mundo que no hemos conocido, que casi podemos palpar con nuestros dedos: la incertidumbre, la esperanza pero también esa inocencia de no se les puede pasar por la cabeza (ni lo más mínimo) qué les depara el siglo XX.

Además, aporta luz a mucho de lo desconocido, como es el ambiente intelectual y de influencia entre los escritores de la época y lo hace desde la visión del que sabe analizar, sintetizar y aportar su visión personalísima de su vida.

El mundo de ayer es un libro para disfrutar poco a poco, con el que ir avanzando y analizar las reflexiones y las historias del gran genio que es Zweig. No es nada pesado ni denso, como yo pensé en un primer lugar, sino que se trata de un libro que invita a seguir leyendo, en cuyas páginas se nos pueden pasar las horas sin que nos demos cuenta. Y eso es porque Zweig nos agarra del brazo y nos mete en su vida de lleno, haciendo que olvidemos todo aquello que nos rodea.

Sólo en los primeros años de juventud identificamos el azar con el destino. Más adelante sabe uno que el verdadero rumbo de la vida está fijado desde dentro; por intricado y absurdo que nos parezca nuestro camino y por más que se aleje de nuestros deseos, en definitiva siempre nos lleva a nuestra invisible meta.

Página 230

Como es de esperar, la posguerra y el inicio de la Segunda Guerra Mundial, marcarán no sólo la vida del autor, sino también su ánimo e ilusión.

La gran promesa, la sagrada promesa hecha a millones de personas de que aquella guerra sería la última, lo único todavía capaz de arrancar las últimas fuerzas a soldados ya casi del todo desengañados, fue cínicamente sacrificada a los intereses de los fabricantes de municiones y a la pasión por el juego de los políticos que, triunfantes, supieron salvar su vieja y nefasta táctica de tratados secretos y negociaciones a puerta cerrada frente al sabio y humano reto de Wilson. Todos los que tenían los ojos abiertos y vigilantes vieron que los habían engañado.

Página 378

Algo que choca con el momento de reconocimiento del autor, como apreciamos en el siguiente fragmento:

En mi vida personal lo más notable fue la llegada de un huésped que amistosamente se instaló en aquellos años en mi casa, un huésped que yo no había esperado: el éxito.

Página 400

Después llegará, como ya sabemos, el exilio.

Todo lo que había intentado, hecho, aprendido y vivido entretanto parecía como si se lo hubiera llevado el viento; a los cincuenta años y pico me encontraba otra vez como al principio, volvía a ser un estudiante que se sentaba ante su escritorio y por la mañana trotaba hacia la biblioteca, bien que ya no tan crédulo, no tan entusiasta, con un reflejo gris en el pelo y un atisbo de desánimo en el alma cansada.

Página 492

No creáis que este es un libro triste o melancólico, aunque sí lo sean sus últimas páginas. El mundo de ayer es una oda de amor al arte, a la escritura y a la libertad. Nos acerca a un mundo perdido, a un momento histórico en el que sucedieron tantas cosas en tan poco tiempo que parece del todo inexplicable e inasumible comparar el ciudadano de principios de siglo y el de mediados.

Tenía una expectativa altísima de este libro. Y lo cierto es que sabía que me iba a gustar. Pero lo que no intuía es que ha venido para quedarse como el libro que más me ha gustado de Zweig, el que, como habréis podido intuir, incluiré directo en mi lista de lo mejor de 2021.

Tanto si habéis leído al autor como si es la primera vez, os lo recomiendo. Siempre un acierto.

FICHA:

Te gustará si te gustó Diario de un hombre decepcionado, W. N. P. Barbellion
Pros – La variedad de temáticas que expone Zweig.
– Te mete de lleno en el ambiente de la época.
Contras – El inicio es más lento que la parte del medio.
– Evita describir sus últimos momentos antes de partir de Europa.

Namaste.