Dicen que uno ha de escribir sobre lo que sabe. Es lógico, aunque también peligroso. Por un lado, de lo que sabemos tenemos más información, encarar la historia puede resultar más fácil, y además controlamos el tema, lo cual nos puede ayudar a organizar la trama. Sin embargo, es cierto que los que también conocen esa temática nos pillarán antes en falta cuando lean algo raro, algún detalle de la historia que no se corresponda o cuando chirríe algo.
Luego hay otra gente que la regla general se la salta. Y eso está muy bien. Nos ofrecen temáticas y perspectivas distintas. Personas que deciden arriesgarse, contar un tema que les resulta ajeno, quizá por las posibilidades que les ofrece para la trama, o quizá porque les va surgiendo mayor rango de temática con los que avanzar.
Una tiene sus prejuicios. Por eso, cuando vi la fecha de nacimiento de este autor, pensé que la temática me sería común. Evidentemente sigo con mi regla de no leer la sinopsis, si no me habría dado cuenta de mi error.
Probablemente Gómez Bárcena sea un suicida. Un pirado. Un saltador sin paracaídas. De otra forma no se entiende que se dedique a situar una historia tan lejos tanto en tiempo como en espacio de lo que (aparentemente) más conoce. Tan lejos del hoy, de la problemática actual.
Pero lo más inaudito no es esto. Es la cara de gilipollas sorprendido que se le queda al lector, ante tamaña obra de despliegue, de demostración de fuerza y estilo, que consigue desde la primera página que dejemos de parpadear, que abramos la boca, que cabeceemos como un pez fuera del agua.
Kanada es una de esas historias que le dan la vuelta a muchas cosas, que comienza donde otras acaban: al finalizar la Segunda Guerra Mundial. El protagonista decide volver a su casa, la que recordaba como hogar, pero que ahora se ha trasformado en una ruina un poco distinta. Exactamente igual que él: superviviente de una guerra letal, que le ha quitado la familia y los recuerdos. Allí tratará de recomponerse.
Si se piensa con detenimiento es tan asombroso el milagro de la lectura. Contemplar un dibujo que no es diferente de los desconchados de una pared o de una procesión de hormigas y vislumbrar en un solo relámpago de lucidez un significado, una idea. Encadenar una reata de signos y armar con ellos un sentido que puede entretenernos o aburrirnos, conmovernos o hacernos desgraciados.
Página 25
Kanada es una novela difícil de definir, difícil de clasificar. Dura. Una lectura de las que te golpean en el corazón y en la boca del estómago, del extraño tipo que quieres releer en cuanto la terminas. Una historia relativamente corta que sorprende por el estilo del autor, por la temática y por la sangrante desesperanza contenida en cada línea.
Kanada es una de esas historias que te reconcilian con la buena literatura, con el perjuicio de que mejor voy a lo seguro y leo algún clásico, con el buen hacer y con el talento que poseen autores contemporáneos que no conocemos, en este caso, Gómez Bárcena que escribe con una fuerza y crudeza desorbitada.
También el planeta en que vives es insignificante, apenas una mota de polvo en el universo, y qué fácil es contener en él la humanidad entera. Tu despacho es en relación a la Tierra más grande que la Tierra en relación al resto del cosmos. Por qué no habrían de caber entonces tus aspiraciones en este cuarto, tan grande o tan pequeño como cualquier otro mundo.
Página 88
Kanada es un libro para recomendar, un libro de esos con los que es una alegría toparse. Así que, amigos de Sexto Piso, gracias por publicarlo, gracias por descubrírmelo y gracias por enviármelo a casa. Va directo a las mejores lecturas de este año. Los buenos libros se merecen muchos lectores, y éste es uno de ellos.
FICHA:
Te gustará si te gustó |
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Pros |
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Contras |
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Namaste.
Ya había leído algunos buenos comentarios de este libro, pero esta reseña me ha calado. Tengo que conseguir esta novela DE INMEDIATO.
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No dejes de hacerlo. Es un gran libro.
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Me alegra coincidir contigo, Cristina. Y como bien dice ella, Stuart, no dudes en buscarlo porque es una gran historia.
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Juan Gómez Bárcena es un magnífico escritor. Me cautivó con “El cielo de Lima” y con “Kanada” me dejó sin palabras.
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Me los apunto para el futuro y prometo no perderle la pista al autor. ¡Gracias!
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Un millón de gracias por la recomendación. Directo a mi pequeño Olimpo de papel 🙂
A propósito, en la sección “Te gustará si te gustó” muy bien podría añadirse la peli “El hijo de Saúl”.
Saludos,
Sergio
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