Autor, Literatura,

Una cuestión personal, Kenzaburo Oé

En la lista de autores a los que me habría gustado regresar antes se encontraba en los primeros puestos el japonés Kenzaburo Oé, a la postre autor de ese Cuadernos de Hiroshima que es capaz de dejar la carne de gallina a cualquiera. No tenía claro con qué título regresar a su lectura, y una vez consultado por Instagram, la opinión unánime era este que os traigo hoy.

Una cuestión personal (Compactos de Anagrama,1999, aunque se menciona que la edición es de 2025 queda claro por los fallos y las notas al pie que se trata de una reimpresión) es una novela corta que tiene como protagonista a Bird, un joven que espera el nacimiento de su primogénito.

Su hijo nace pero no es para nada lo que esperaba. Afectado por un problema médico, se enfrenta a su particular odisea entre aceptar su nueva situación mientras anhela abandonar el país rumbo a África.

Como Apollinaire, mi hijo fue herido en un campo de batalla oscuro y silencioso que no conozco, y ha llegado con la cabeza vendada. Tendré que enterrarlo como a un soldado muerto en combate.

Página 37

Corta y directa, es una lectura dura, muy cruel, incómoda en demasía, que quizá habría pospuesto de haber conocido la sinopsis. Es dura y cruel por el destino de ese niño que de nada tiene culpa, es incómoda por ese adulto que prefiere huir de sus responsabilidades en los brazos de una amante. Es repulsivo también. Y por eso es muy bueno, claro.

A él lo alcanzaron en una batalla solitaria, dentro de un agujero oscuro y sellado que nunca he visto…

Página 103

Una cuestión personal ha sido un título que para nada esperaba que fuera así, ya que tampoco conocía este tono del japonés que bien podría firmar Houellebecq en su versión más cruda. Una lectura corta, de esas que impactan y que no se van de nuestra memoria lectora.

No diría que me ha gustado, no diría que en el futuro lo vaya a recomendar, pero es uno de esos títulos que se quedan marcados a fuego como lo hace la buena literatura.

No sé qué tiene la literatura que incomoda, si es eso de mirarse al espejo y ver los defectos del ser humano en contraste a muchas novelas buenistas pero siempre son interesantes sus propuestas.

FICHA:

Te gustará si te gustó Plataforma, Michel Houellebecq.
Pros– Cómo nos mete en la situación desde la primera línea.
Contras– Lectura incómoda, cruda y cruel.

Namaste.

Autor, Literatura, Zambra

Literatura infantil, Alejandro Zambra

El autor chileno es uno de los autores frecuentes por estos lares. Por aquí ha pasado Bonsái, el ensayo No leer y la más destacada de sus novelas, Poeta chileno.

Esta que os traigo hoy, publicada también por Anagrama en 2023, esperó su turno en el estante hasta que lo escogí en un momento destacado para mí, cuando yo misma me he convertido en madre.

Literatura infantil (Anagrama, 2023) es uno de esos libros que se sitúan en el difícil terreno entre autobiografía y ficción, ese subgénero que plaga hoy en día los estantes de las librerías, exitoso porque quizá conectamos más con quien creemos que nos narra sus circunstancias.

El tema es la relación paterno filial, tanto de la relación con el padre, como la posterior que tiene con su hijo.

El nacimiento de un hijo anuncia un amplio futuro del que no seremos totalmente parte.

Página 15

Así comienza el libro, dividido por número que corresponden al número de días que cumple su hijo, donde incluye cortas reflexiones de todo tipo sobre su conversión en padre, además de comentarios sobre la literatura.

La literatura le ha cedido a la autoayuda casi todo el espacio reflexivo que la paternidad requiere.

Página 17

Son páginas tiernas, de descubrimiento, tanto del recién nacido como del hombre convertido en padre.

Los apellidos son prosa, los nombres poesía.

Página 36

Hacia la mitad del libro el texto vira hacia la simetría y nos narra la relación con su padre, citando la obligatoria Carta al padre de Kafka en varias ocasiones y centrándose en la visión sentimental con un padre serio y recio, contrastando con la relación que hemos visto que tiene con su hijo, mucho más cercana e informal. Destaca un capítulo de la importancia del fútbol en la relación con su progenitor, el único momento en el que a un hombre se le permitía mostrar sus sentimientos, y cómo esa conexión con el deporte rey le sigue llevando a los tiempos pretéritos que compartió con él.

Olvidamos justo la parte de la infancia que luego observamos en nuestros hijos; son ellos quienes nos recuerdan que hemos olvidado, y entonces despunta una nueva forma de incertidumbre.

Página 85

El tercer bloque incluye dos cuentos que nada tienen que ver con lo anterior y que tratan sobre la relación de amistad de dos niños, esta es la parte que menos me ha gustado y creo que podría funcionar de forma independiente como una nouvelle o añadiéndola en una edición independiente de relatos.

El tono de Zambra no es nuevo si venís de Poeta chileno: tierno, duro en ocasiones pero también cálido, sencillo pero real, el tipo de tono que no resulta impostado sino que se nos acerca de una forma verdadera. Leer a Zambra me recuerda a echarte una manta por encima cuando no tienes frío pero que agradeces porque te tienes más cálido, más cómodo, más casa.

Mención aparte le quiero dedicar a las reflexiones y definiciones sobre la literatura, que creo que engloban a la perfección el sentimiento lector:

Nadie te ha explicado la literatura y ojalá nadie te la explique nunca. La lectura silenciosa es en cierto modo una conquista; quienes leemos en silencio y en soledad aprendemos, justamente a estar solos, o mejor dicho reconquistamos una soledad menos agresiva, una soledad vaciada de angustia; nos sentimos poblados, multiplicados, acompañados mientras leemos en silenciosa soledad sonora. Pero eso vas a descubrirlo por ti mismo dentro de unos años, yo lo sé. Vas a decidir por ti mismo si te sigue interesando la forma de conocimiento tan extraña, tan específica, tan difícil de describir que permite la literatura.

Página 60

En resumen, una muy buena lectura que gustará a los lectores de Zambra pero también a quienes buscan una lectura tierna y a la vez de calidad.

FICHA:

Te gustará si te gustó Duelo, Eduardo Halfon.
Un hijo cualquiera, Eduardo Halfon.
Pros– Tierno y cálido sin caer en la exageración.
Contras– Los relatos carecen de unidad con el resto del libro.

Namaste.

Autor, Literatura, Vigan de

Basada en hechos reales, Delphine de Vigan

Alguien tiene que explicarme por qué de la adicción a los escritores franceses que sufrimos muchos lectores: primero fue Houellebecq, luego Carrère y ahora de Vigan, da igual su temática, cuando entras en sus mundos no puedes evitar querer leer toda su obra.

Con la última, entré con su famosa Nada se opone a la noche (Anagrama, 2012), un libro que me gustó mucho y que queda en mi memoria unido a mi viaje a Roma. Luego vino Las gratitudes (Anagrama, 2021), una historia también recomendable pero que me gustó menos. Ahora, me tocaba escoger libro para cuando terminé una novelaza como Minimosca de Gustavo Faverón Patriau, de la que os hablaré próximamente, coincidiendo además con mi estancia en el hospital, y la verdad que me costó poco escoger este libro verde que llevaba tiempo esperando su turno junto con Patrick Modiano y Karl Ove Knausgård (ya sabéis, los catálogos editoriales a veces hacen extraños compañeros de estante).

En Basada en hechos reales, la francesa nos acerca a su amistad con L., una mujer que aparece en su vida para tomar las riendas en un momento en el que la escritora está con un bloqueo lector. Enmarca el inicio de diversas partes del libro con citas de Stephen King, como si nos avisara de lo que está por venir, porque la ayuda de L. será clave para encarar el inicio de un libro que no acaba de llegar, pero también una presencia asfixiante que vira en algo mucho menos sano.

Y es que L. pretende hacerse dueña y señora de la vida de Delphine de Vigan, aislándola, influyéndola más o menos sutilmente, ampliando su influencia como cualquier persona tóxica que se precie: con obsesión y control.

El vocabulario adquirido de ese modo creaba poco a poco una coraza, espesa y fibrosa, que permitía desenvolverse en el mundo, despierta y confiada. Pero seguía desconociendo tantas palabras…

Página 21

La francesa consigue crear un historia psicológica de obsesión y control donde trasmite la perfección la agonía del ser parasitado y las estrategias del parásito para ir haciéndose con su presa.

Es imposible curarse de ciertas palabras, de ciertas miradas.

Página 227

La cosa no termina aquí porque de Vigan también crea un juego de espejos que se mueve entre realidad y ficción, entre lo que vemos y lo que creemos ver, eso que a veces no se distingue entre vivido e imaginado. Esta parte se desarrolla en el final como colofón de una historia que nos mantiene pegados a sus páginas desde el primer momento.

Aquellos cuadernos constituían mi memoria. Contenían toda suerte de pormenores, de anécdotas, de situaciones que tenía olvidadas. Contenían mis esperanzas, mis preguntas, mi dolor. Mi curación. Contenían aquello de lo que me había aligerado con el fin de mantenerme en pie. Contenían lo que creía haber olvidado pero nunca se borra. Lo que sigue actuando sin que lo sepamos.

Página 236

Con un estilo directo, concreto, de capítulos cortos y una clara de lo que nos quiere trasmitir, Basada en hechos reales es otro de esos libros a recomendar de la autora, si bien creo que no es del todo perfecta y que a veces cae hasta en lo arquetípico propio de obras de menor calidad (determinados pasajes por las exageraciones me han llevado incluso a esas películas de tarde que emiten en muchos canales generalistas).

Aún con lo anterior, ha sido una lectura muy gratificante, perfecta para un viaje, y que en mi caso quedará unida al momento en el que la he leído, como ya me pasó con Nada se opone a la noche.

De nuevo los franceses no fallan.

FICHA:

Te gustará si te gustó Nada se opone a la noche, Delphine de Vigan.
La niña perdida, Elena Ferrante.
Pros– El inicio, muy potente.
– La descripción de una relación tóxica.
Contras– Algunos pasajes parecen paródicos.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (109)

Regreso con las últimas compras y regalos, ¿me acompañáis?

Los últimos regalos de mi cumpleaños son estos:

  • Las máscaras del héroe, Juan Manuel de Prada (Espasa, 2017). Los prejuicios son claves a la hora de escoger leer o no a un libro o un autor. Eso mismo me lleva pasando toda la vida con de Prada, que siempre me ha parecido más personaje que escritor. Sin embargo, escucharle en un podcast me hizo cambiar de idea, pregunté aquí y allá y me dijeron que era muy bueno. Esta parece ser su novela más afamada.
  • Un puente sobre el río Drina, Ivo Andric (RBA, 2024). Este título llevaba un tiempo pululando en mi vida pero no fue hasta la reseña de Gabriel, que podéis leer aquí, que me animé a anotarlo en mi cuaderno de futuras lecturas. Parece que tiene todos los elementos para que me guste.
  • Vidas minúsculas, Pierre Michon (Compactos de Anagrama, 2021). De un tiempo a esta parte no paro de ver por redes a este francés del que no conocía nada. El efecto me recuerda a lo que me pasó con Annie Ernaux, así que he decidido darle una oportunidad con esta novela que es la que más me han recomendado.

En la Feria del Libro de Madrid me traje los siguientes:

  • Cartucho, Nellie Campobello (Cátedra, 2019). Recomendado en el Atlas de Literatura Hispanoamericana de Clara Obligado, desconocía de su publicación hasta que el amigo Jesús Artacho me lo comentó.
  • Una cuestión personal, Kenzaburo Oé, (Compactos Anagrama, 1999). Del autor leí en su día los Cuadernos de Hiroshima, y llevaba tiempo pensando en que tenía que regresar a su obra. Dudé con el libro adecuado, porque también he leído buenas críticas de Arrancad las semillas, fusilad a los niños, pero finalmente ha sido este el escogido.
  • Punin y Baburin, Iván Turguénev (Nórdica, 2018). El autor ruso, que me gustó con su novela Padres e hijos, en una versión más corta. Un título que anoté porque me llamó la atención por redes sociales.
  • El anticuario, Gustavo Faverón Patriau (Candaya, 2015). Del autor que me obnubiló con Vivir abajo (Candaya, 2019) y que estoy ahora mismo leyendo Minimosca (Candaya, 2024) quería hacerme con esta novela corta, por lo que decidí esperar a la Feria para acercarme a la caseta de la editorial.
  • El plantador de tabaco, John Barth (Sexto Piso, 2013). Un tochazo de esos que casi ya no se publican del que hablan muy bien, pero que se lee poco. Aquí lo tengo para empezarlo cuando saque tiempo.

Contadme, ¿habéis leído alguno de ellos?

Namaste.

Autor, Literatura

Orbital, Samantha Harvey

Orbital de Samantha Harvey (Anagrama, 2025) captó mi atención por dos cosas, una de fondo y otra de forma: la primera, porque fue merecedora del Premio Booker en el año 2024. La segunda, la preciosa portada que le ha dedicado la editorial Anagrama en su edición al español, algo a lo que por suerte la editorial parece estar prestando más atención que en el pasado.

El planteamiento de la historia es la vida de unos astronautas en la Estación Espacial Internacional, sus reflexiones y recuerdos desde este lugar ajeno a la Tierra. Este hecho fue el que a la vez me echaba para atrás de su lectura (porque una piensa que qué va a suceder si no hacen más que estar ahí, flotando en el espacio) pero también me animaba a acercarme a algo tan novedoso (primera novela para mí que presentara este tipo de protagonistas).

Y en definitiva, ambos aspectos son a la vez lo bueno y lo malo de la historia. Conocer la rutina de un astronauta es francamente aburrida, dado que tienen poco margen al libre albedrío y todo consiste en repetir rutinas y experimentos, aunque bien es cierto que destacan determinados análisis aquí y allá:

No hay ideas nuevas. Son simplemente ideas viejas que nacen en momentos nuevos.

Página 19

Durante un tiempo pensé que Harvey decidiría optar por centrar la trama en las relaciones entre los astronautas, habida cuenta de que no hay mucha más opción en un lugar tan pequeño, o bien que sucediera algo que les pusiera a prueba, pero no es así: la autora escoge continuar con la trasmisión su rutina durante 24 horas hasta completar 16 órbitas alrededor de la Tierra y con dejarnos recuerdos y valoraciones positivos del mundo que echan de menos los astronautas.

No olvides jamás el precio que la humanidad paga por sus momentos de gloria, porque la humanidad no sabe cuándo parar, no sabe cuándo dar el día por terminado.

Página 91

El resultado es una novela aburrida, monótona, que habría ganado si se hubiera quedado en menos páginas o si se hubiera convertido en un relato largo.

¿Que está bien escrito? Sí. ¿Que hay pasajes bonitos y poéticos? También. Pero una buena limpieza le habría venido de perlas y personalmente, fiarme de mi instinto, que me hacía desconfiar, me habría venido también estupendamente.

FICHA:

Te gustará si te gustó Stoner, John Williams.
Pros– Buenas reflexiones y análisis salpicadas a lo largo del texto.
Contras– Aburrido. Le sobran páginas.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (108)

Marzo llegó con lluvias y con muchos libros.

Abril se animó sobre todo por mi cumpleaños y el Día del Libro.

Aquí mis nuevas adquisiciones:

  • El fiel Ruslán (Libros del Asteroide, 2013). A estas alturas a nadie se le ha escapado mi marcada tendencia a la lectura de libros sobre la URSS o sobre países de su órbita. La explicación no la tengo clara, pero que me atraen este tipo de libros cada vez más es evidente. De nuevo el Gulag. Lo novedoso es que parece que en este libro el protagonista es un perro.
  • El lugar sin límites, José Donoso (Alfaguara, 2024). Del autor de El obsceno pájaro de la noche, quería leer otras de sus obras pero para mi sorpresa no eran tan comunes en la librería como yo suponía. Por suerte lo encontré de casualidad en la Librería Celama de Madrid, un espacio que me pasé a conocer con muy buena selección libresca.
  • Terra nostra, Carlos Fuentes (Alfaguara, 2025). Cuando se menciona el consagrado Boom lationamericano usualmente se mencionan a García Márquez y Vargas Llosa, dejando de lado otros autores destacados como el mexicano Fuentes, de quien hace mucho leí la fantástica La muerte de Artemio Cruz. Sin embargo, como Donoso, parece que sus libros no son tan conocidos o vendidos, de ahí que me haya lanzado directa a por un título antes de que desaparezca en las librerías.
  • Distancia de rescate, Samanta Schweblin (Seix Barral, 2025). Hace ya muchos años una amiga argentina me recomendó este libro de su compatriota, pero no lo compré ni lo leí en su momento, así que he tomado esta reedición como un aviso para hacerme con él. Será mi primer libro de la autora.
  • La picadura de abeja, Paul Murray (Anagrama, 2025). Como tantos otros me llamó la atención por su portada (parece que la editorial al fin le está dando un cambio radical a las ilustraciones de sus portadas) pero traté de ignorarlo, por eso de los eternos pendientes y porque lo de haber sido finalista del Booker tampoco garantiza nada, ya sabemos. Sin embargo, la opinión de Mara, con quien coincido frecuentemente, que lo pone como una obra maestra, acabó por decantar la balanza.
  • Oso, Julia Phillips (Sexto Piso, 2025). De la estadounidense leí en su momento la espectacular La desaparición, una historia que me sorprendió mucho, así que era lógico que me animara a leer esta historia. No puedo dejar de destacar su preciosa portada. Gracias a la editorial por el envío.
  • Un héroe de nuestro tiempo, Mijaíl Lérmontov (Planeta,1990). Con motivo de mi cumpleaños hice una visita a la famosa Urueña, destino turístico recomendable y Villa del Libro, donde hay bastantes más librerías que lugareños. En su mayoría son librerías de viejo, así que opté por este título que recordaba tener anotado hacía tiempo, a pesar de que dudo la calidad de la traducción por ser una edición bastante antigua.
  • La broma infinita, David Foster Wallace (Debolsillo, 2014) . Al igual que el anterior, lo encontré en otra de las librerías de Urueña. Siempre he dudado si alguna vez acometeré la que supongo será una ardua tarea para leer al autor, pero claro, sin ver el libro en el estante jamás me lo plantearía.
  • Seis personajes en busca de autor y Enrico IV, Luigi Pirandello (Debolsillo, 2024). Hace ya muchísimos años que anoté la primera de estas dos obras de teatro en mi lista, pero quién sabe por qué el título se quedó sepultado frente a otros. En mi visita por el Día del Libro lo vi y decidí comprarlo.

¿Habéis leído alguno de ellos? ¿Os gustó?

Enseguida más reseñas, que se me acumulan…

Namaste.

Literatura

IMM (107)

Primeras compras de 2025. Ya no prometo portarme bien por que para qué nos vamos a engañar a estas alturas.

¿Me acompañáis?

  • Minimosca, Gustavo Faverón Patriau (Candaya, 2024). Tras Vivir abajo, antes de terminarlo decidí que si 2024 tenía un libro de este autor, en 2025 haría lo propio con este, que parece que aunque no sea la continuación sí comparte algunas de las temáticas y personajes del primero. Tengo muchas ganas de leerlo pero creo que esperaré a la primavera para que no se me junte demasiado con la lectura que terminé en diciembre.
  • Babar, colección completa (Blackie Books, 2022). Este libro forma parte de mi infancia. Quizá sea uno de esos que recuerdo con ternura, de haber leído en la biblioteca de mi pueblo, sentada en un banquito, obnubilada por las ilustraciones de este simpático elefante. La edición de Blackie Books me ha animado a hacerme con él. 2025 tenía que ser el año, claro.
  • Europa Central, William T. Vollmann (Random House, 2017). Una de las personas que más me influyen a la hora de anotar libros es David M. Copé, editor y lector a quien no le pierdo los pasos en Instagram. En una de sus stories, se alegró del rescate de la editorial Pálido Fuego a Vollmann, de quien aclamaba como uno de los mejores escritores vivos, a la altura de obras como Solenoide de Cartarescu, Contraluz de Pynchon o Vivir abajo de Faverón Patriau. Recién leído esto último sonó como una señal para mí, que no conocía a este autor, que ni siquiera me sonaba por referencias, así que en mi aplicación de segunda mano de confianza encontré este ejemplar a un precio aceptable y lo compré.
  • Orbital, Samantha Harvey (Anagrama, 2025). El último premio Booker acaba de aterrizar en español con una preciosa portada de la editorial, pero también le acompañan opiniones diversas de quienes lo han leído: mientras unos dicen que es bueno otros comentan que no es para tanto. Tenía mis dudas pero finalmente decidí comprarlo para leerlo en cuanto tenga ocasión.
  • El buscavidas, Walter Tevis (Impedimenta, 2025). Admito que no debería haber comprado este libro. Y es que a pesar de que Tevis es el autor de la maravillosa Sinsonte tengo otro título en casa, El hombre que cayó a la Tierra (Alfaguara, 2023) que podría haber leído antes de hacerme con otro. ¿Me gusta el autor? Sí, pero comprar indiscriminadamente la obra de un escritor al que sólo has leído en una ocasión no parece una buena idea.
  • Los chicos de la Nickel, Colson Whitehead (Debolsillo, 2024). Uno de esos libros que se dejan pasar pero de los que se duda después. Se habla maravillas de esta novela, añadido al hecho de que el autor ha recibido en dos ocasiones el Premio Pulitzer acabó decantando la balanza de su compra en esta edición de bolsillo.
  • El doble, Fiódor Dostoievski (Alba, 2024). Regalo de San Valentín, un acierto de un autor al que debo volver cuanto antes en una edición de esas que hay que tener en el estante.
  • Yoga, Emmanuel Carrère (Anagrama, 2021). Otro regalo 🙂 Autor habitual por aquí, este es uno de los libros que me quedaba por leer del francés. Mientras le toca turno para ser leído, os dejo por aquí las reseñas de El adversarioUna novela rusa. LimónovDe vidas ajenas, El estrecho de Bering y El bigote.
  • Mi marido, Maud Ventura (Nórdica, 2025). Galardonada con el Premio a Primera Novela en Francia, esta historia está recibiendo muy buenas críticas. Tiene una pinta genial y lo colaré cuanto antes. El envío corre a cargo de Nórdica.

Contadme, ¿coincidimos en alguno? ¿Cuál os llama la atención?

¡Hasta el siguiente post!

Namaste.

Autor, Literatura, Ypi

Libre, Lea Ypi

Durante un tiempo este libro aparecía en mi feed de Instagram junto con muy buenas opiniones. No conocía este libro ni tampoco había leído antes a una autora de Albania pero me animé a comprarlo y he decidido colarlo a pesar de no llevar bastante en el estante.

Libre (Anagrama, 2023) es la historia en primera persona de Lea, nacida en 1979 en Albania, testigo en los 90 del fin de la era comunista para adentrarse en un nuevo mundo.

El libro comienza con la biografía de Lea, desde su visión infantil nos acerca a la rutina en su barrio y colegio, a los modos de funcionar y normalidades de un mundo que no es el de Occidente, y nos adelanta algunos de los comentarios que en susurros o con dobles sentidos se hacen sus padres.

Conforme ella crece la acompañamos en el desmantelamiento de un sistema que pilla por sorpresa a la sociedad albana y que abre opciones increíbles hasta ese momento, como comprar un lata de Coca-Cola con bebida dentro. (A mí esto de que tener una lata vacía diera estatus y la pusieran encima de la radio para que la viera todo el mundo me ha parecido totalmente surrealista).

Además la autora incluye reflexiones teórico-políticas sobre la situación de su país y nos acerca a las reacciones de la sociedad y al inicio de revuelta que atravesó Albania durante la época, unida a la situación de incertidumbre ante el nuevo mundo capitalista que se avecinaba.

Me había convencido de que nuestro presente es siempre la continuidad con nuestro pasado y de que en toda serie de circunstancias aparentemente fortuitas subyacen unas características y unas razones lógicas.

Página 183

Libre parte de la popular autoficción con el análisis, se lee tan fácilmente como una novela, es interesante y fluye como literatura, pero también tiene una parte de descripción sociopolítica visto desde primera persona, al igual que ya lo hicieran otras historias como Salir de la noche de Mario Calabresi.

No deja de ser un buen modo de acercarse de primera mano a una situación popular en sus países de origen pero desconocida para el resto.

Nunca había que preguntarse qué podía hacer por ti el Estado, sino qué podías hacer tú para no depender del Estado.

Página 222

Quizá no es el libro maravilloso, potente y redondo que esperaba pero sí me ha parecido una lectura muy productiva y entretenida, recomendable si queréis conocer más de vuestro entorno sin caer en un artículo periodístico.

FICHA:

Te gustará si te gustó Salir de la noche de Mario Calabresi.
Pros– Conocer de primera mano la historia de la autora.
– Cómo mezcla los temas que van surgiendo.
Contras– Más potente el inicio que el final.

Namaste.

Autor, Barnes, Houellebecq, Literatura, Rododera

Tres libros que he leído de viaje: Barnes, Rododera, Houellebecq

Comento siempre que para mí es muy importante escoger bien las lecturas que me voy a llevar a un viaje, por un lado para no cargar con lecturas de más y por otro, escoger historias que se adapten a un momento en el que podemos tener bastante tiempo para leer (un vuelo) o poco (tras un largo día de visitar monumentos).

Este otoño he podido visitar la Aquitania francesa, y para ello escogí 3 libros muy diferentes entre sí pero con mismas cualidades: no demasiado largos, capítulos cortos y que llevaban bastante en mi lista.

Empzamos por el primero: a Barnes lo leí el año pasado, también en un viaje, con La única historia, pero el libro que más había escuchado recomendar era este: El sentido de un final (Compactos Anagrama, 2012).

En este caso, en lugar de una historia de amor es la historia de una amistad que acaba en un momento y cómo se rememora y reconecta con ese amigo varias décadas después. Es una buena lectura para un viaje y Barnes uno de esos escritores que trabajan muy mucho sus novelas. Pero a la vez me quedo con la sensación de que no me acaban de llenar, lo veo desde fuera como una novela redonda, pero como desde un cristal, fría y estéril, por eso no la recomendaré con pasión, porque justo de eso, de pasión, carece.

Aún con esas, son muchos los fragmentos que he anotado en mi libreta, sobre todo reflexivos sobre el paso del tiempo y el devenir de la vida. Os dejo un par de muestra:

Éste era uno de nuestros temores: que la vida no resultara como la literatura.
Página 25

Y así es la vida, ¿no? Algunos logros y algunos desengaños.
Página 74

La segunda novela que leí es la famosa La plaza del diamante (Edhasa, 2023), de Mercè Rododera, autora catalana recomendada por activa y pasiva a la que yo no me había acercado quizá porque pensaba que no era para mí. Acerté.

Hay algo en el realismo de la posguerra que me aburre, que no me interesa. La historia es una buena novela sobre una mujer, la Colometa, desde el momento de casarse hasta su vida 40 años después. Aprecio lo que hace la autora, que no es sino describir a la perfección una Barcelona gris tras una guerra civil, pero hasta ahí. Sin más.

Agaché la cabeza porque no sabía qué hacer ni qué decir y pensé que tenía que apelotonar la tristeza, hacerla pequeña deprisa, que no me vuelva, que no esté ni un minuto corriéndome por las venas y dándome vueltas. Hacer con ella una pelota, una canica, un perdigón. Tragarla.

Página 63

Por último, un francés: Houellebecq, un autor del que por aquí habéis visto pasar Las partículas elementales, Ampliación en el campo de batalla y Plataforma. Poco a poco voy leyendo todos los libros de este polémico escritor, siempre a contracorriente e incómodo. De nuevo un protagonista blanco, varón, en su mediana edad, sin nada a lo que agarrarse, solo tras otra decepción amorosa que trata de mitigar con antidepresivos y una visión crítica de todo cuanto le rodea.

De la sociedad en general no he conseguido nada, en este sentido, como en casi todos los demás, me he dejado llevar por las circunstancias, he dado prueba mi incapacidad para gobernar mi propia vida.

Página 9

Lo de siempre pero distinto: la crítica ácida a una sociedad basada en el capitalismo más cruel, la farsa del ecologismo o las relaciones amorosas.

No es el mejor del francés pero sí está a la altura. De los tres el que más me ha hecho pensar y el que más me ha gustado.

En cualquier caso, la alegría y el alivio de tachar títulos en la lista de los libros pendientes.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (102)

Seguimos con los nuevos libros llegados por mi cumpleaños además de compras y regalos por el Día del Libro. Lo sé, muchos libros en las últimas semanas que se añaden a los ya tengo en casa pendientes de leer.

  • Bomarzo, Manuel Mujica Lainez (Seix Barral, 2024). Otra reedición de la editorial de un libro que pululaba por mi lista de pendientes a pesar de no estar anotado por sí. La portada es preciosa.
  • El niño de oro, Penelope Fitzgerald (Impedimenta, 2024). La británica lleva conmigo desde que Impedimenta empezó a publicarla: la famosísima La librería, El inicio de la primavera, Inocencia, La flor azul y La puerta de los ángeles (que no llegué a reseñar quién sabe por qué) y aún así tengo otros en casa sin leer como son A la deriva, La escuela de Freddie y La puerta de los ángeles. Pues no es suficiente y voy y compro el último. Y hasta lo he colado entre mis lecturas. Quién me entiende.
  • V13, Crónica judicial, Emmanuel Carrère (Anagrama). La crónica judicial tras los atentados de Charlie Hebdo de la mano de Carrère. Probablemente no sea una historia trepidante pero creo que cualquier persona interesada por el Derecho querrá leerla. Del mismo autor habéis visto pasar por aquí Una novela rusa, El adversario, Limónov, De vidas ajenas, El estrecho de Bering y El bigote. Una variedad de temáticas y libros de un autor que recomiendo siempre que puedo.
  • Un pulpo en la garganta, Zerocalcare (Reservoir Dogs, 2024). El dibujante con nombre de característica de pasta dental vuelve a la carga con una historia que, seguro, nos lleva de nuevo a Rebibbia junto con Secco, como ya hizo en La profecía del armadillo y Olvida mi nombre. En Netflix tenéis la versión en serie del primero bajo el nombre Cortar por la línea de puntos y Este mundo no me hará mala persona. También lo he leído. Lo del método FIFO nunca me quedó claro. Reseña.
  • Física de la tristeza, Gueorgui Gospodínov (Fulgencio Pimentel, 2018). Del autor que he quedado encandilada con Las tempestálidas estaba claro que tenía que hacerme con otros de sus títulos. He preferido que sea en forma de novela, a pesar de que podéis encontrar una edición con sus cuentos que se ha publicado recientemente Impedimenta.
  • Las grandes familias, Maurice Druon (Libros del Asteroide, 2009). Si por algo se caracterizaba la editorial en sus inicios era por la publicación de trilogías totales de gran calidad. Como ejemplos tenemos las de Robertson Davies, Wallace Stegner o Miklós Bánffy. Esta de Las grandes familias del francés Maurice Druon ganó el premio Goncourt y era una que me faltaba. Acaba de ser reimpresa, de ahí que la podáis encontrar en vuestra librería habitual.

Muchas gracias R. por los regalos por el Día del Libro y a Eva por los de mi cumpleaños.

Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros últimamente?

¡Hasta el próximo IMM! (Con suerte con alijo de la Feria del Libro de Madrid)

Namaste.