Autor, Heller, Literatura

Algo ha pasado, Joseph Heller

Contadas son las ocasiones en las que anoto un título dos veces en mi lista de pendientes. Este fue el caso. Un libro poco conocido reeditado por Random House, siguiendo la estela de su novela más conocida, Trampa 22.

Por ser el autor de aquélla maravillosa, absurda, sarcástica historia, le asocié las mismas características a Algo ha pasado (Random House, 2022), si bien me daría cuenta enseguida que absolutamente nada tienen que ver entre sí.

Bob Slocum, protagonista de esta historia, es un ejecutivo de medio pelo, casado, con 3 hijos, que se encuentra en un momento de duda sobre su existencia. Anhela un ascenso pero al tiempo tiene un carácter frágil y complaciente que le hace dudar de conseguirlo. Tiene una estupenda mujer pero en lo único que piensa es en el divorcio, mientras acumula amantes. Adora a su hijo mediano pero siente desprecio para con los otros dos. Echa de menos a su hermano a pesar de haber presenciado una escena turbulenta de abuso con una vecina menor.

Pienso mucho en el divorcio y siempre lo he hecho. Aun antes de casarme ya pensaba en divorciarme. Visualizo a mi próxima mujer. Sería más joven, más bonita, tonta y sumisa.

Página 362

Pero aun así, teme a todos. Teme a sus compañeros de trabajo, teme que le deje su mujer, teme cambiar, arriesgarse, lo cual nos hace saber Heller de forma repetitiva y machacona las 600 páginas de la historia.

De un tiempo a esta parte a menudo me aburre mi trabajo. Todo lo rutinario se lo paso a otros. Y esto intensifica mi aburrimiento. Es un verdadero problema decidir si es más aburrido hacer algo aburrido que pasar a otros todo lo aburrido que llega a mi escritorio y quedarme entonces sin nada que hacer.

Página 56

Slocum no es interesante, Algo ha pasado tampoco lo es, pero sí es una reflexión dura y directa sobre el estilo de vida actual, muy a lo Houellebecq, desagradable, incómoda, pero no menos sincera. Un retrato de la vida actual, del aparentar lo que se debe ser mientras se esconde la miseria que le supone a Slocum levantarse cada día. Un homenaje al pose, al postureo, a las pretensiones.

Tengo la sensación de que alguien cercano no tardará en descubrir algo acerca de mi persona que será mi fin, aunque no alcanzo a imaginar qué puede ser ese algo.

Página 38

Algo ha pasado tiene multitud de fragmentos de reflexión, momentos en los que Heller, en boca del despreciable protagonista, le da forma a muchas de las situaciones que vivimos a diario cualquier ciudadano de a pie. Muchos de ellos son desagradables, pero no por ello resultan exagerados, sino que sentimos rechazo precisamente porque pone en boca de su protagonista de muchos sentimientos que andan por ahí, o que pueden acabar anidando en la cabeza de cualquiera.

El problema de Algo ha pasado es la búsqueda interesada del autor de resultarnos repetitivo, como lo es la rutina de cualquier hijo de vecino. Así, las ideas y los comentarios se repiten una y otra vez a lo largo de sus más de 600 páginas, con el objetivo claro de hacernos partícipes de una vida sin propósito, de un personaje mezquino al que conseguimos tenerle algo de aprecio, o al menos de compasión.

Siento escalofríos de terror a menudo cuando estoy ocioso. Normalmente no duermo bien (a pesar de que mi mujer dice lo contrario). Me entristezco y no puedo salir de mi tristeza. Ella es la que decide cuándo dejarme (hablo conmigo mismo o bien creo que puedo llegar a hacerlo). Me deprimo y no sé por qué. Lloro la pérdida de algo y no sé qué es; (sin piernas) camino con mis temores, dolores de cabeza y tristezas, todo ello inflándose y agitándose dentro de mí, a pesar de parecer que no me pertenecen. ¿Es esto esquizofrenia, o simplemente la conformación esquizoide normal, natural, típica, saludable, lógica y universal? (Podría alegar enajenación transitoria. Lo denominarían muerte piadosa. Se presentaría testimonio jurado de que se cometió el acto para no verlo sufrir más. La verdad es que no sufre).

Página 542

Porque Scolum, a fin de cuentas, es un pobre hombre, un tipo que no se miente a sí mismo pero que lo hace a diario, un personaje lleno de contradicciones, un infeliz que ha entrado en un agujero de gusano en el que todo se repite una y otra vez hasta el infinito.

¿Qué nos ha pasado? Algo ha pasado. Alguna vez yo fui un muchacho y ella una muchacha; éramos dos seres nuevos. Ahora somos marido y mujer, y ya nada resulta nuevo; todo resulta viejo.

Página 143

Algo ha pasado no es el libro que esperaba, aunque bien pensado, ninguno lo es. Tampoco la vida es como me la imaginaba.

FICHA:

Te gustará si te gustó Las partículas elementales, Michel Houellebecq.
Pros– Cómo trasmite la vida del protagonista, sus pensamientos y acciones.
Contras– Exceso de repeticiones, me han sobrado 150 páginas.

Namaste.

Literatura

IMM (107)

Primeras compras de 2025. Ya no prometo portarme bien por que para qué nos vamos a engañar a estas alturas.

¿Me acompañáis?

  • Minimosca, Gustavo Faverón Patriau (Candaya, 2024). Tras Vivir abajo, antes de terminarlo decidí que si 2024 tenía un libro de este autor, en 2025 haría lo propio con este, que parece que aunque no sea la continuación sí comparte algunas de las temáticas y personajes del primero. Tengo muchas ganas de leerlo pero creo que esperaré a la primavera para que no se me junte demasiado con la lectura que terminé en diciembre.
  • Babar, colección completa (Blackie Books, 2022). Este libro forma parte de mi infancia. Quizá sea uno de esos que recuerdo con ternura, de haber leído en la biblioteca de mi pueblo, sentada en un banquito, obnubilada por las ilustraciones de este simpático elefante. La edición de Blackie Books me ha animado a hacerme con él. 2025 tenía que ser el año, claro.
  • Europa Central, William T. Vollmann (Random House, 2017). Una de las personas que más me influyen a la hora de anotar libros es David M. Copé, editor y lector a quien no le pierdo los pasos en Instagram. En una de sus stories, se alegró del rescate de la editorial Pálido Fuego a Vollmann, de quien aclamaba como uno de los mejores escritores vivos, a la altura de obras como Solenoide de Cartarescu, Contraluz de Pynchon o Vivir abajo de Faverón Patriau. Recién leído esto último sonó como una señal para mí, que no conocía a este autor, que ni siquiera me sonaba por referencias, así que en mi aplicación de segunda mano de confianza encontré este ejemplar a un precio aceptable y lo compré.
  • Orbital, Samantha Harvey (Anagrama, 2025). El último premio Booker acaba de aterrizar en español con una preciosa portada de la editorial, pero también le acompañan opiniones diversas de quienes lo han leído: mientras unos dicen que es bueno otros comentan que no es para tanto. Tenía mis dudas pero finalmente decidí comprarlo para leerlo en cuanto tenga ocasión.
  • El buscavidas, Walter Tevis (Impedimenta, 2025). Admito que no debería haber comprado este libro. Y es que a pesar de que Tevis es el autor de la maravillosa Sinsonte tengo otro título en casa, El hombre que cayó a la Tierra (Alfaguara, 2023) que podría haber leído antes de hacerme con otro. ¿Me gusta el autor? Sí, pero comprar indiscriminadamente la obra de un escritor al que sólo has leído en una ocasión no parece una buena idea.
  • Los chicos de la Nickel, Colson Whitehead (Debolsillo, 2024). Uno de esos libros que se dejan pasar pero de los que se duda después. Se habla maravillas de esta novela, añadido al hecho de que el autor ha recibido en dos ocasiones el Premio Pulitzer acabó decantando la balanza de su compra en esta edición de bolsillo.
  • El doble, Fiódor Dostoievski (Alba, 2024). Regalo de San Valentín, un acierto de un autor al que debo volver cuanto antes en una edición de esas que hay que tener en el estante.
  • Yoga, Emmanuel Carrère (Anagrama, 2021). Otro regalo 🙂 Autor habitual por aquí, este es uno de los libros que me quedaba por leer del francés. Mientras le toca turno para ser leído, os dejo por aquí las reseñas de El adversarioUna novela rusa. LimónovDe vidas ajenas, El estrecho de Bering y El bigote.
  • Mi marido, Maud Ventura (Nórdica, 2025). Galardonada con el Premio a Primera Novela en Francia, esta historia está recibiendo muy buenas críticas. Tiene una pinta genial y lo colaré cuanto antes. El envío corre a cargo de Nórdica.

Contadme, ¿coincidimos en alguno? ¿Cuál os llama la atención?

¡Hasta el siguiente post!

Namaste.

Autor, García Márquez, Literatura

El otoño del patriarca, Gabriel García Márquez


El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez (Random House, 2022) es uno de los títulos que tenía pendiente de leer del autor colombiano. Tras haber releído Cien años de soledad, y la famosísima El amor en los tiempos del cólera además de otras novelas más cortas como Del amor y otros demonios o El coronel no tiene quien le escriba y Crónica de la muerte anunciada, esta parecía que tenía que ser la historia con la que tenía que continuar leyendo al autor.

El otoño del patriarca se divide en seis partes donde el autor utiliza el punto y seguido ni los diálogos, es decir, el texto se ofrece de forma continua, con separación de comas. Ese efecto estilístico consigue generar una continuidad en la historia además de comprimir pasado y presente de un dictador en un país caribeño que afronta sus últimos días.

Solo quien conociera la verdad tendría el valor para mentirle.

Página 164

Acompañamos al protagonista a rememorar los momentos en los que llegó al poder y también del cambio de ser un político recién llegado a un todopoderoso dictador, el modo en el que el paso del tiempo varía esa situación de poder con su entorno: de un joven prometedor a un anciano mantenido a un lado por interés de la gente que le aupó.

el día en que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.

Página 183

La historia incluye temáticas de violencia y de poder descritas con mucho del realismo mágico propios del autor, como muestra un fragmento en el que además se mezcla con lo absurdo:

después de haber barrido las casas y luego las carreteras y los caminos vecinales, de manera que los montones de basura eran llevados y traídos de una provincia a la otra sin saber qué hacer con ellos, en procesiones oficiales con banderas de la patria y grandes letreros de Dios Guardia al purísimo que vela por la limpieza de la nación.

Página 44


Escogí este libro para leer en mis vacaciones de verano sin saber si había acertado o no. Siempre, siempre, dudo con ese tipo de lecturas porque cuando tengo mucho tiempo y estoy fuera de casa temo escoger un libro que no se adecúe a la cantidad de tiempo que tengo para leer o bien que no tenga la calidad suficiente que le exijo a una lectura. El año pasado leí La vida instrucciones de uso de Georges Perec y ese libro ejemplifica lo que busco en una lectura veraniega: algo que en invierno me cueste mucho más de afrontar, perfecto para leer del tirón con calidad literaria.

En este sentido, El otoño del patriarca ha sido una lectura perfecta por el efecto estilístico: al ser un libro que exige una lectura continuada ha sido ideal para mis días en la tumbona. Importante tener en cuenta este detalle, me temo que si lo hubiera leído al ritmo normal, me habría costado mucho más.

Esa decisión estilística genera otra cosa, y es que se trata de un libro perfecto para releer. Al estar tanto el inicio como el final comprimido, las menciones iniciales a otros recuerdos y personajes cobran más sentido cuando los conocemos, puesto que es inevitable perderse en detalles en una primera lectura.

Es una historia que para mí no va a ser la favorita del autor colombiano, pero que me parece de esas que hay que leer si queremos conocer en profundidad a este autor.

Además, es evidente la profunda influencia que ha tenido en obras posteriores, como Temporada de huracanes de Fernanda Melchor.

Y vosotros, contadme, ¿qué le pedís a un libro que os lleváis de vacaciones?

FICHA:

Te gustará si te gustó Del amor y otros demonios, Gabriel García Márquez.
El coronel no tiene quien le escriba, Gabriel García Márquez.
Pros– El estilo de la novela: el uso del tiempo y la digresión del texto.
Contras– El inicio es complejo. Requiere concentración y tiempo para leer de seguido.

Namaste.

IMM

IMM (95)

Me dije a mí misma que no compraría nada en julio y agosto, que podía esperar a las novedades de septiembre.

Mi animal mitológico favorito es el autocontrol.

  • El verano que lo derritió todo, Tiffany McDaniel (Hoja de Lata, 2023). Desde que supe de su publicación, esperé con ganas este título, que viene firmado de la misma autora que Betty, una novela que me encantó el pasado año.
  • Una carpa bajo el cielo, Liudmila Ulítskaya (Automática 2023). La autora rusa visitó España, y aunque finalmente no pude acudir al evento, un amigo de estos lares se acercó por mí y consiguió hacerse con su firma. ¡Mil gracias, Ignacio!
  • El caso Moro, Leonardo Sciascia (Tusquets, 2010). Salir de la noche de Calabresi me trajo a este título, que pensé que no era sencillo de encontrar pero que ha sido reeditado a principios de este año. Toda una sorpresa que se vino conmigo cuando visité la librería.
  • La plaza del diamante, Mercè Rododera (Edhasa, 2023). Muchos lectores catalanes recomiendan con alegría este título. Por ese motivo llevaba anotado en mi libreta demasiado tiempo. Sin embargo, fue casual que lo comprara, puesto que desconocía de la existencia de esta edición. Recién sacada del horno. Reseña.

  • Los hombres no son islas, Nuccio Ordine (Acantilado, 2022). Llevaba un tiempo con este libro en el punto de mira. Del italiano, recientemente fallecido, he leído La inutilidad de lo inútil y Clásicos para una vida (y sin embargo, ninguno de los dos los llegué a reseñar aquí). R., siempre atento, me lo regaló.
  • El otoño del patriarca, Gabriel García Márquez (Random House, 2022) Llevaba un tiempo pensando que era hora volver a leer al más famoso de los escritores colombianos. Quedan atrás la relectura de Cien años de soledad y también lejos Del amor y otros demonios o El coronel no tiene quien le escriba (de El amor en los tiempos del cólera sólo diré que incluso lo leí antes de que abriera el blog). Y puestos a volver por qué no hacerlo con otra de sus novelas insignias.
  • Corre, conejo, John Updike (Maxi Tusquets, 2015). Pocos escritores logran conseguir el premio Pulitzer. ¿Pero que lo hagan 2 veces? Sabemos que dos tenía William Faulkner y dos ha conseguido Colson Whitehead. Y sin embargo, Updike ha quedado en el olvido y parece que es uno de esos escritores que ya no se lee. Este viene de la mano de 1001 libros que hay que leer antes de morir, una de esas recopilaciones a las que se pueden sacar muchas pegas pero que me está poniendo en aviso de libros y autores fuera de mi zona de confort. Reseña.
  • El secuestro, Georges Perec (Compactos Anagrama, 2020). Vengo fascinada por el mundo un tipo francés y es algo que me preocupa, no os voy a engañar. El tipo se hacía llamar Perec y tengo muchas ganas de contaros qué me ha parecido La vida instrucciones de uso. Solamente decir que he corrido a por otra de sus historias. Reseña.

Contadme: ¿habéis comprado algo las últimas semanas?

¡Felices lecturas!

Namaste.

Lagioia, Literatura

La ciudad de los vivos, Nicola Lagioia

La ciudad de los vivos (Random House, 2022) era el típico libro que vi hasta la saciedad por redes que descarté leer.

Pensé que se trataría de nuevo del márketing, de una promoción exagerada. Todo el mundo hablaba de este libro, todo el mundo lo estaba leyendo y comentaban las grandes virtudes de esta historia. Todos me decían que lo tenía que leer.

Les hice caso, aún sin fiarme del todo, aún mirando con desconfianza esa cara desdibujada de la cubierta.

La ciudad de los vivos es una historia de no ficción de un asesinato. Un true crimen actual que tuvo lugar en Roma en 2016. Dos tipos torturaron y asesinaron a un joven que apenas conocían. Sin motivo, sin ningún altercado previo.

Lagioia se obsesiona con la noticia y sigue los pasos a los asesinos, hijos de familias pudientes, aparentemente normales, que se conocen en la noche romana. Entrevista a sus familiares y amigos y trata de obtener datos y pistas de la investigación oficial que le lleven a desentrañar el por qué del crimen. Lo hace también con la víctima, Luca Varani, un joven de 23 años al que ofrecieron dinero, ahogado por adicciones y problemas económicos.

El autor trata de comprender la maldad, la crueldad, esa sensación de que no todo el mundo es bueno y en ocasiones basta una chispa para que dos malvados se alineen y traspasen la frontera de la imaginación.

Ningún ser humano está a la altura de las tragedias que se le infligen. Los seres humanos son imprecisos. Las tragedias, piezas únicas y perfectas, parecen talladas por la manos de un dios en cada ocasión. El sentimiento de lo cómico nace de esta desproporción.

Página 49

La ciudad de los vivos es también un libro sobre Roma. Sobre una ciudad eterna que ha visto pasar los más grandes, llena de maravillosos monumentos pero que alberga también espacio para lo peor de nuestro mundo: suciedad, crueldad y ratas. Las de cuatro patas y las de dos: corrupción, violencia, tráfico de intereses. Ambas facciones son descritas y expuestas como si Roma fuera un personaje más, donde parte de la explicación del cruel asesinato viniera dada por el lugar donde tuvieron lugar los hechos.

Lagioia consigue trasmitir a la perfección esa sensación de curiosidad que casi roza lo morboso al tratar de indagar en un suceso criminal, porque, y estáis avisados, cuando empiezas a leer La ciudad de los vivos no puedes parar de hacerlo y nada tiene ningún tipo de interés más que continuar leyendo. Y eso contando los apesares.

A pesar de que, desde el primer momento, sabemos lo que sucede.

A pesar de que, si no conocemos la historia, estamos a un click de acceder a cualquier noticia realizada con el crimen.

Y a pesar de las múltiples (y en ocasiones exasperantes) reiteraciones. Sí, tras 200 páginas ya sé quién es quién, gracias.

Da lo mismo porque el autor consigue traspasar su obsesión, inocularnos un virus en el que, nosotros también, queremos saber qué se esconde detrás de una crueldad máxima, cuáles son los límites de un humano y por qué, tras una noche de fiesta, dos hombres deciden torturar a un tercero.

¿Cuánto necesitamos reflexionar sobre lo que sabemos que no sabemos de las personas a las que amamos?

Página 132

La ciudad de los vivos dispone de todos los elementos de un buen true crime: un asesinato real, la investigación de un periodista y la maldad, el desconocimiento de cómo un humano puede matar a otro.

Namaste.

Autor, Literatura

Las tierras arrasadas, Emiliano Monge

Esta novela de Emiliano Monge vino recomendado por Marta Marne, de quien siempre me fío. Anoté el título y lo dejé estar hasta que lo pude comprar.

Las tierras arrasadas (Random House, 2016) sitúa su acción en un lugar fronterizo de la frontera mexicana, donde los inmigrantes tratan de acceder a Estados Unidos. Ellos, el grupo, desconocidos que buscan una vida mejor. Los que sí tienen nombres propios no son nada halagüeños: Estela, Epitafio, Osamenta, Sepelio.

¡Abre los ojos… tienes que ver lo que ellos hacen… qué dirán de Mausoleo si no se atreve… qué te importa a ti que lloren… si aunque fuera hubiera alguno que aguantara… que no estuviera ahí gritando… igual tendría ése tu suerte… pero no hay ni uno… ni siquiera tienen huevos de aguantarse!

Primero nos pegaron puñetazos y patadas… luego nos dieron con sus tablas… nos tumbaron con las piernas abiertas y se pusieron a pegarnos… todos los días sueño que me matan… que sus tablas me rompen el corazón… ya ni nos daba pena llorar, éramos perros aullando, animales.

Página 65

Ellos, los que tienen los nombres propios, son los que trasladan a los grupos hasta el nuevo país. Ellos son los carceleros de la selva, los matones que violentan a los pobres desgraciados que tratan de cruzar. Los que hacen negocio y disfrutan con la violencia.

La estructura alterna la narración de la historia con párrafos en cursiva donde se incluyen testimonios reales de personas que lo sufrieron en sus propias carnes, pero también donde aparecen citas de la Divina Comedia, sobre todo del Infierno y del Purgatorio. Así entre una acción y otra, dentro del mismo capítulo, encontramos esa diferenciación, que puede llevar a confusión al principio.

Esa combinación funciona bien al contrastar ambas situaciones: lo que les ocurre a Estela y Epitafio, su historia de amor, con quienes tendríamos la tentación de empatizar, pero sin perder de vista las condiciones de los desheredados, de aquellos a quienes se trata tan solo como sujeto pasivo.

Estela es Estela pero también Oigosóloloquequiero y LaqueadoraaEpitafio.

Y como todos los mutismos erizados por el recuero de lo dicho, la sordina al interior de la Ford Lobo es asediada por las cosas que serán pronto exclamadas: necesitados de escucharse, Estela y el soldado abren la boca, arrean sus lenguas y hablan encimando sus palabras: ¡no me puedo yo ausentaremos, comeremos y llamaré de allí a Epitade mi retén toda la tarde y además la normiré luego yo allí aunque sea un ratno deben saber que me he marchremos cuando sea luego otra vez ya por la nochllos me descubren me podrían llevar a juiando ya no sea tan peligroso andar afuera!

Página 73

El estilo, como habréis podido apreciar en el párrafo anterior, es complejo, barroco, plagado de descripciones y de juegos de frases. No es una lectura para estar desconcentrado ni para leer por disfrute, es una lectura que duele, que hiere y molesta.

Teniendo todo lo anterior en cuenta según avanzaba me iba dando cuenta de que no estaba conectando demasiado con la historia. Que los testimonios me interesaban pero no tanto la historia de Estela y Epitafio, y a pesar de reconocer el esfuerzo de una historia cruda, trabajada, compleja, como es Las tierras arrasadas, pero que a pesar de reconocer que se trata un buen libro, simplemente este no es para mí.

FICHA:

Te gustará si te gustó Ni siquiera los muertos, Juan Gómez Bárcena (la parte final).
Pros – La mezcla entre la novela, los testimonios y los fragmentos de la Divina Comedia.
Contras – No he conectado con la historia.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (88)

Enero ha llegado con ganas de ir a la librería, y estos son los títulos que he comprado este mes:

  • Hambre, Knut Hamsun (Ediciones de La Torre, 1997). Con este título me ha pasado una cosa curiosa: lo anoté en mi libreta cuando lo leí mencionado en Un hijo cualquiera de Eduardo Halfon. Hasta ahí nada raro. Revisando los títulos que tengo en dicha libreta para planificar próximas compras, lo vi anotado no una, ni dos, sino tres veces. Así que en diversos momentos temporales esta que os escribe ha sentido interés por un libro del que luego no ha recordado lo suficiente como para volverlo a anotar. Al fin lo tengo. Me pongo con él ya.
  • Las gratitudes, Delphine de Vigan (Anagrama, 2021). De la autora leí Nada se opone a la noche el pasado año y acabó entre los títulos que más me gustaron. Estaba claro que iba a seguir leyendo a la francesa. Dudé entre este y Las lealtades, que quizá debí comprar primero. Aquí la reseña.
  • El Gabinete de las Maravillas de Mr. Wilson, Lawrence Weschler (Impedimenta, 2022). No conocía este título hasta que Fernando en Instagram habló de él. La preciosa edición hizo el resto y ya lo tengo en casa.


  • La ciudad de los vivos, Nicola Lagioia (Random House, 2022). El libro del que todo el mundo está hablando, de los que siempre acabando pensando si será simplemente marketing (y que a veces lo es). Quiero leerlo cuanto antes, claro.
  • Persecución, Toni Sala (Trotalibros, 2023). De este autor leí el año pasado Los chicos y me sorprendió tan gratamente que acabó en la lista de lo mejor del año. Ahí es nada. Esperaba con ganas la publicación de esta novela que parece ser la más importante de Sala. Caerá en breve.
  • Los galgos, los galgos, Sara Gallardo (Malas Tierras, 2019). Una de las consecuencias de leer un libro sobre otros libros es que, inevitablemente, acabas anotando más títulos y autores a la lista de pendientes. Eso es lo que me ha ocurrido a mí mientras leía Altas de literatura hispanoamericana, de Clara Obligado, que he descubierto nuevos autores, títulos que desconocía que me han llamado la atención. Este es uno de los muchos que he anotado en mi libreta.

Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros este mes?

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (85)

Os traigo las que quizá serán las penúltimas incorporaciones a mis estantes de este año, antes de la llegada de la Navidad.



  • Los chicos de Hidden Valley Road, Robert Kolker (Sexto Piso, 2022). Tras buenísimas opiniones que he leído por redes, finalmente yo también he caído. Le tengo unas ganas bárbaras, a ver si despejo las lecturas en curso y me pongo con él. Reseña.
  • El tugurio, Émile Zola (Trotalibros, 2022). Un tochazo de la mano de Trotalibros, que para mí será mi segundo Zola tras Germinal, que leí hace más de una década. Recuerdo que me gustó mucho.
  • El estrecho de Bering, Emmanuel Carrère (Compactos de Anagrama, 2022). El último libro publicado del francés es un corto ensayo que ya he podido leer. La reseña aquí.


    Últimamente me ha dado por los ensayos, así que los siguientes se han venido conmigo:

  • Las tierras arrasadas, Emiliano Monge (Random House, 2015). Marta me lo recomendó hace tiempo, y por entonces muchas señales fueron las que me hicieron toparme con el autor y, en especial, con este título muchas veces. Finalmente lo encontré en una visita a Tipos Infames.
  • Autores, libros, aventuras, Kurt Wolff (Acantilado, 2010): libros sobre libros. Libros de editores que han publicado a Kafka o a Mann. No digo más.
  • Guerra y lenguaje, Adan Kovacsics (Acantilado, 2008) ¿Cómo cambia la lengua la guerra? ¿Qué usos del lenguaje cambian cuando deja de funcionar la normalidad de la paz? ¿Cómo se estira y cambia el lenguaje cuando queda lejos la paz? Me parecen preguntas muy interesantes que, creo, tratará de poner luz el autor.
  • Viaje al pasado, Stefan Zweig (Acantilado, 2009): el austríaco eterno. De nuevo. A pesar de que tengo muchos libros suyos pendientes este también se une, y fijaos que creo que será el próximo que lea suyo, que ahora estoy enfangada en libros largos y necesito algo breve.

  • Diarios de la Revolución de 1917, Marina Tsvietáieva (Acantilado, 2015). Tengo muchas ganas de acercarme a esta autora, ampliamente recomendada, para ello he comprado dos libros, sus diarios por un lado.
  • Mi madre y la música, Marina Tsvietáieva (Acantilado, 2012): y por otro este breve librito que creo que será el primero que lea suyo.
  • Gran Hotel Europa, Ilja Leonard Pfeijffer (Acantilado, 2021): me pusieron en la mira esta novela en Moito Conto, sobre la turisficación de los destinos vacacionales.

Y vosotros, ¿qué libros habéis comprado últimamente?

Namaste.

Autor, Literatura, Plath

La campana de cristal, Sylvia Plath

Cuando vi esta nueva edición de La campana de cristal (Random House, 2019), sabía que era el momento de comprarlo y de leerlo al fin.

La-campana-de-cristalMi prejuicio con esta lectura pasaba por imaginármelo como una lectura ardua, lenta y muy reflexiva, quizá porque sabía que en parte es una historia autobiografía y por conocer el fatídico final de Plath, que se suicidó con apenas 30 años.

Me bastaron un par de páginas para darme cuenta de lo equivocada que estaba:

Seguro que hay cosas que un baño caliente no cura, pero no conozco muchas.

Página 38

La protagonista de la historia es Esther, una brillante alumna que obtiene una beca para trabajar en una revista de Nueva York. Su estancia en la gran ciudad, junto con sus compañeras, le hará asistir a cócteles, eventos y fiestas pero también plantearse qué es lo que quiere en el futuro. Cuando muchas de ellas ven una buena oportunidad para encontrar marido, Esther trata de seguir su sueño de dedicarse a la escritura.

La campana de cristal se puede dividir de forma muy clara en dos partes: la primera mitad, centrada en su vida en Nueva York, (momento en el que la campana existe pero no se menciona), y la segunda parte, cuando la situación se descontrola y Esther sufre los efectos de la ansiedad y depresión que la llevan a un manicomio.

Pensaba que la creación más bella del mundo debía de ser la sombra, el millón de formas en movimiento y callejones sin salida de la sombra. Había sombra en los cajones de las cómodas y en los armarios y en las maletas, y sombra debajo de las casas y de los árboles y las piedras, y sombra en el fondo de los ojos y las sonrisas de la gente, y sombra, leguas y leguas y leguas de sombra en la cara nocturna de la tierra.

Página 166

Así, mientras que al principio vemos un mundo frívolo lleno de caviar, elegancia y fiestas (Plath es capaz incluso de incluir sarcasmo y humor negro), en la segunda parte, en contraposición, nos encontramos una realidad aséptica llena de incomprensión.

¿Qué nos hacía, en Belsize, tan diferentes de las chicas que jugaban al bridge y cotilleaban y estudiaban en la universidad a la que yo iba a regresar? También esas chicas, en cierto modo, vivían bajo campanas de cristal.

Página 258

Me ha sorprendido la ligereza del estilo, que es claro y directo, sin ningún tipo de alarde. Esperaba algo más duro, más profundo, o un estilo con algún tipo de riesgo, abundancia de reflexiones y pocos diálogos, saltos temporales o algún otro recurso. Pero no. La historia es bastante lineal, abundan los diálogos y está narrado en primera persona.

Quizá con eso baste. Porque lo que sí consigue es que nos pongamos los zapatos de la protagonista, que veamos con sus ojos la sociedad americana de los 50: el machismo imperante, la sensación de no controlar la vida propia, su soledad, que la mantiene alejada de todos, la sensación de ir a la deriva.

Eso es La campana de cristal.

«Continuaremos a partir de donde o dejamos, Esther» – me había dicho con su dulce sonrisa de mártir-. Haremos como si todo hubiese sido una pesadilla.
Una pesadilla.
Para quien está en la campana de cristal, vacía e inerte como un bebé muerto, el mundo es una pesadilla.

Página 257

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • La contraposición entre la primera y segunda parte.
  • Consigue trasladar las sensaciones de la protagonista.
Contras
  • Estilísticamente es una historia muy sencilla. Esperaba algo más, teniendo en cuenta que siempre se incluye como indispensable.
  • La traducción podría mejorarse. Hay algunos párrafos que chirrían.

Namaste.

 

Autor, Del Molino, Literatura

La mirada de los peces, Sergio del Molino

En muchas ocasiones me ocurre que, descubro a un autor y después leo varias obras en poco tiempo. Precisamente eso me sucedió con Sergio del Molino, ya que, tras leer La España vacía, me entró la curiosidad cuando vi en la mesa de novedades La mirada de los peces. No trascurrió demasiado hasta que lo leí.

Sergio-del-MolinoEn este caso, del Molino nos trae una historia casi autobiográfica en la que nos cuenta la vida de su profesor de filosofía del instituto, su decisión de morir dignamente y cómo le marca en la vida del autor.

No se trata una novela que profundice en el tema de la eutanasia y tampoco ahonda en el aspecto filosófico: del Molino nos acerca a sus recuerdos y sus experiencias, rememorando el pasado y todo lo que le contenía: desde el barrio, los amigos hasta la novia y las ocupaciones de esa época. Ahí toca una parte fundamental el profesor, pero como hilo conductor de viaje al pasado.

La historia se puede clasificar como autobiográfica, aunque nunca sabremos hasta qué punto el autor incluye partes noveladas, la mayoría mantiene un eco nostálgico de mirada al pasado y de comparativa con un presente que quizá no se parece a cómo lo habíamos imaginado. La muerte de su profesor será el punto de partida para reflexionar, además de coincidir con otros compañeros que van aportando su visión de un docente clave en la historia de varias generaciones.

A lo largo de las páginas se engarzan distintos temas, realizando un paralelismo entre la vida del autor en la actualidad y la de aquel muchacho que comenzaba la Universidad. Así, distintas temáticas van surgiendo, invitando a la reflexión, pero sin profundizar en ellas, simplemente mencionando los temas, algunos pasados (preocupaciones, sueños, problemas de entonces) y otros actuales, además de la interesante mirada del propio yo por la versión actualizada de uno mismo: cómo me veía entonces y cómo veo ahora que debía de ser esa misma persona.

El aburrimiento te convierte en Sísifo. Subes tu piedra maldiciendo la subida, pero no consientes que nadie te la cambie por otra cosa. Quieres tu maldita piedra, con su mismo peso y su misma textura de granito. Achica los horizontes de una persona, limita su mundo, dale lo mismo cada día a la misma hora. En unos años, rechazará todo lo que altere esa rutina que en verdad detesta, como se detesta a sí mismo.

Página 13

La idea original me pareció interesante, de hecho se trata de una lectura ágil, rápida, dinámica. Sin embargo, posteriormente me sentí muy al margen del sentimiento que parece dar unión a la historia: la nostalgia. Me ha parecido una historia que podría haberme aportado más, que con otro enfoque me habría parecido otra cosa. Y es que la realidad es que la historia me ha dejado muy fría. Sí, me gusta cómo narra Del Molino, no te das cuenta y acabas leyendo páginas y paginas, pero en general se me ha hecho fría, aséptica, floja y con poco interés.

Algunas de las ideas se repiten a lo largo del texto, además de que cada vez veo con más escepticismo esta inclusión del autor como personaje protagonista, que me recuerda a Javier Cercas y a El impostor.

En resumen, esperaba otra cosa, y me temo que esta historia no la recordaré dentro de cinco años. Una pena.

FICHA:

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Pros

  • El estilo del autor.
  • Lectura ágil.

Contras

  • Se le podía haber sacado más jugo al texto.

  • No me convence la inclusión como personaje del propio autor.

Namaste.