Autor, Literatura, Sala

Los chicos, Toni Sala


La primera publicación editorial de Trotalibros de este 2022 es esta que os traigo hoy: Los chicos del catalán Toni Sala.

Los chicos narra el accidente de tráfico de dos jóvenes en la madrugada de un día gris. Dos chavales de poco más de 20 años fallecen, dejando una familia devastada y al pueblo de Vidreres en un estado de confusión y pesadumbre como consecuencia del fatal evento.

A raíz de este hecho, Sala nos acerca a diversos personajes relacionados más o menos con ellos, que aportan su voz para narrar el impacto en el día a día de un acontecimiento tan duro y sinsentido como es la muerte temprana, o como es que un padre entierre no a uno sino a dos hijos.

¿Qué sentido tenían las campanas? ¿Recordarle que cuando llegara el momento su muerte también serviría para martirizar a los demás?

Página 20

El primer personaje que se nos presenta es Ernest, un empleado del banco que ni siquiera es del propio pueblo, por lo que puede vivir con un poco más de distancia la tristeza de la comunidad en la que trabaja.

El segundo es Miquel, un camionero que pasa por el lugar, habitual de bares y casinos y que conoce de vista muchos de los afectados. Personaje que genera repulsión por su violencia y sus adicciones, asiste de forma habitual a los lugares comunales del pueblo.

La historia de ambos se apoya en la potente ambientación, que incluye los cambios visibles ante la crisis económica de 2008, cómo afectó el fin del boom inmobiliario a todos aquéllos que vivieron esa época: barrios que prometían prosperidad pero que acabaron abandonados a su suerte, empresas que tuvieron que cerrar, despidos, impagos de hipotecas, dramas económicos que se ceban siempre con los que menos tienen. La sordidez de la pobreza, las mujeres que venden su cuerpo por un billete de veinte en cualquier rotonda del extrarradio, el abandono y la podredumbre.

Todo el país en venta, como una puta.

Página 89

Hasta aquí todo lineal, asumible, previsible. Vale, me dije, esto es una historia de la crisis, una de esas novelas en las que se trata la desesperación con el telón de fondo de una muerte tangencial.

Me equivocaba. La prueba fue el tercer capítulo: Los perros enterrados, cuya protagonista es Iona, novia de uno de los fallecidos. Este es el punto de inflexión en el que Sala nos demuestra de qué va realmente este libro y hasta dónde quiere llenarse de barro. Más allá del ambiente, de la descripción pura y dura de los actos, Los chicos tiene una segunda capa donde se ahonda en el dolor, la soledad y la incomprensión.

¿Cómo este cambio? ¿Qué ha pasado aquí? Pareciera que Sala se cansó de retratar el espacio para empezar a hacerlo con las personas, y se encarga de dejar claro que así como los barrios tienen miseria, las personas también, y desde este punto describe menos las calles y más las almas. Primero, el dolor y la soledad. Después, otros puntos igual de oscuros.

Lo peor que te podía pasar era morirte. Podías morirte, eso era lo peor que te podía pasar. Ahora eso había cambiado. La idea no estaba tan clara. Quizá era peor que se muriesen los demás.

Página 156

Así, después de Iona llega Nil, un secundario al que reconocemos de un par de escenas anteriores que regresa a su pueblo tras haber probado suerte en el mundo del arte.

Este último acaba siendo la pieza que faltaba del puzzle para tener la visión completa de un pueblo que se cae a trozos del dolor, con el que consigue describir aspectos oscuros de la psique y del comportamiento humano.

Lo potente de esta novela es cómo se retrata la desilusión, el abandono, la podredumbre. Todas ellas historias que tienen lugar en la periferia o en cualquier rotonda de un polígono lejano. Los chicos narra historias de los márgenes, aquello que sabemos que existe pero lo hace lejos de los folletos publicitarios de las nuevas promociones urbanísticas y de las cámaras de televisión. Sala escoge retratar lo que no nos gusta ver de la sociedad: la falta de ética, el egoísmo, la envidia, sí, pero también aquéllos aspectos que nos hacen girar la cabeza: la depredación sexual, la violencia, la asquerosidad que nos generan determinados comportamientos.

La historia la define a la perfección el editor en su nota final, cuando dice que:

La realidad se adapta al cambio, no pide permiso, no pregunta, sino que las ya existentes, aunque en un principio reculan ante la inesperada ausencia, se vuelven líquidas y la rellenan sin contemplaciones.

Los protagonistas de Los chicos son satélites que orbitan alrededor del agujero negro, corriendo el cautivador peligro de que el vacío los absorba para siempre.

Página 217

Todo eso es Los chicos. Una gran sorpresa de un autor que desconocía, de un libro que no me sonaba hasta que Jan lo publicó. Una novela sórdida, sucia, interesante y sorprendente que me tuvo pegada a sus páginas hasta que conseguí terminarla.

FICHA:

Te gustará si gustó Martín Zarza, Miguel García.
Pros – Cómo mezcla la realidad de la crisis con la vida de los personajes.
– El punto de inflexión que empieza a partir de la mitad.
Contras – Crudeza en la descripción de aspectos crueles y sórdidos.

Namaste.

6 comentarios en “Los chicos, Toni Sala”

Deja un comentario