Javier Marías, un autor al que regresar siempre. Porque cuando lees Mañana en la batalla piensa en mí, o Los enamoramientos sabes que es este, Tu rostro mañana, su título más famoso, es el que hay que leer, al que hay que llegar. Un libro que adquirí hace ya bastante tiempo en una edición de Alfaguara donde viene recogida la trilogía completa.
Un propósito: leer Fiebre y lanza (la primera parte de la trilogía) en este año 2013.
La idea general que me trasladaban todos, y que yo tenía interiorizada de fábrica era la de Ten paciencia. Es un libro denso. Cuál fue mi sorpresa cuando al empezar el libro la impresión general que me dio era que parecía liviano, resultando ameno y entretenido. Las páginas pasaban raudas y veloces, y tenía que comprobar de vez en cuando que sí, que se trataba Tu rostro mañana y el autor era Javier Marías. Sí, era el libro denso del que todo el mundo me avisaba.
Como siempre, la trama es lo de menos. Eso ya lo sabemos cuando leemos a Marías. Esta en concreto nos ofrece como protagonista a un español en Londres (cómo no), un profesor universitario (cómo no again) que nos desvela parte de su intimidad, de un lado, reflejada en su vida familiar que deja atrás, y de otro, su parte intelectual, su frecuente reflexión sobre temas variados con sus colegas ingleses.
Pero es además un libro que embauca y que analiza, y que al tiempo envuelve y arropa. Como una manta en invierno, da calidez pero también enfoca, arroja luz sobre diversos temas: sobre la soledad y la comunicación, sobre nuestros miedos; en general, sobre el ser humano. Como muestra os dejo dos citas:
Necio en sentido estricto: ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber, es decir, que ignora a conciencia y con voluntad de ignorar.
Hay personas que simplemente resultan ser imposibles, y lo único sabio es apartarse de ellas y mantenerlas lejos, y no existir para ellas.
La narración recuerda en muchas ocasiones a lo que plantea en el libro: una conversación, quizá con otra persona o quizá con uno mismo, pero una conversación en la que se empieza un tema y se van derivando otros que atraen nuestra atención, un elenco de hilos que salen de la madeja de la conversación cómoda, del tiempo dedicado a ella, de esa preciosa sensación de saber con qué tema se empieza a hablar y desconocer con cuál se acaba.
Y para redondear la jugada, los giros con el inglés, los paralelismos entre las lenguas y las diferencias entre ambas. No me refiero solamente a aquél viejo truco de los juegos de palabras, sino a por qué utilizamos una palabra y no otra, y los matices de cada sinónimo y de cada adjetivo.
Recuerdo que este mismo autor analizaba una frase en uno de sus libros. Una frase que utilizamos a menudo pero de la que nunca me había parado a pensar. Es Me voy a ir yendo. Marías se sorprendía por la utilización del verbo ir en tres conjugaciones distintas. Y en los matices de ir añadiendo cada uno de ellos, de esa graduación entre:
Me voy <<<<<<< Me voy a ir <<<<<<<< Me voy a ir yendo.
Esto y mucho más ofrece la novela que os traigo hoy. Y eso es Marías, un interesantísimo autor con el que disfrutar y paladear cada uno de sus párrafos, que pone mucho cuidado en cada una de sus palabras, midiéndolas y reflexionándolas, algo que parecía olvidado en este mundo de mensajes por dispositivos tecnológicos, en este mundo en el que se abusa de las palabras coloquiales, en el que pocos se preocupan por cómo decir las cosas.
Para terminar, Marías acaba la novela derivando el tema al espionaje, una parte que se me ha hecho, esta vez sí, más densa. Pero que por contra me ha influenciado para comenzar a leer Homenaje a Cataluña, de Orwell. Qué mayor alegría que empezar un libro porque otro te ha llevado hasta él.
En definitiva, leer a Marías es un placer. El placer de ir comprobando cómo juega con las palabras, envolviendo las ideas y creando sensaciones. Lo hace porque sabe, porque entiende. Qué leches, porque puede. Alardea. Y señores míos, en un mundo en el que la mayoría literaria parece venida desde la misma fábrica de China, esto es genialidad pura.
FICHA:
Te gustará si te gustó |
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Pros |
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Contras |
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Namaste.
Pues me alegro de que lo hayas disfrutado. Lo leí hace ocho o nueve años, más o menos. Era el primero que leía de Marías y recuerdo haberlo pasado muy bien. Creo que es del que mejor recuerdo guardo de la trilogía, quizá porque yo era más joven e impresionable. Ya nos dirás qué te van pareciendo a ti. Lo de me voy a ir yendo creo que lo contaba en «Mañana en la batalla…», no? Las ediciones pesadas tienen sus inconvenientes, claro está. Yo los tengo separados (el tercero en realidad no lo tengo, lo leí de la biblioteca). Y como puse hace poco en el blog, tengo en la mesilla «Corazón tan blanco».
Namasté.
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Yo leí a Marías por primera vez allá por el 96 (anda que no ha llovido nada), y gracias a mi profesor de literatura (al que agradezco infinito su interés por mi bulimia bibliófila). Me encantó «Mañana en la batalla piensa en mi», y «Corazón tan blanco». Sin embargo «Tu rostro mañana» no lo llegué a leer. Quizás ahora es le momento. ¡Me alegro tanto de encontrar a alguien que le guste Marías (siempre pensé que yo era un caso extraño porque todos a mi alrededor lo criticaban a conciencia…).
Un abrazo.
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soy fan de marías. lo leo desde hace muchos años. Esta me encantó. Corazón tan blanco es genial.
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Bartleby: sí, era de «Mañana…» creo que entonces yo también era joven e impresionable.
Pues decidí comprarlo junto porque me gustó el papel, económicamente salía más barato y pensé que era la mejor forma de saber que los iba a leer los tres.
«Corazón tan blanco» lo leí hace mucho tiempo. Tanto que no tengo recuerdos, no sé si es que no lo llegué a terminar o me pareció pesado o que al final lo dejé. Ya me contarás qué te parece. Creo que también anda por mi casa (o por la de mi hermana) así que me podría animar a leerlo dentro de un tiempo.
Filias: me da la impresión de que, a pesar de que la crítica siempre es positiva con Marías, muchos lectores no lo leen por prejuicios, porque igual que es fácil encontrar lectores que leen a Muñoz Molina no lo es tanto con Marías, o esa sensación tengo yo.
Si has disfrutado con otras de sus obras, esta te gustará seguro. Lo siguiente que tengo que hacer es continuar con la trilogía. 🙂
Elena: entonces cómo te iba a gustar esta novela… Leí «Corazón tan blanco» hace tanto tiempo que apenas recuerdo nada de él… tendría que releerlo.
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A los fans de Marias,deberían leer la crítica de tu rostro mañana, en La fiera literaria, se caerán de un guindo.De nada
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Estimado Gabriel: no sé si te has dado cuenta de que aquí hablamos de literatura, esto es, nadie y digo NADIE, ni La fiera literaria ni ninguna otra persona tiene la verdad absoluta. ¿Que no te gusta Marías? Me parece perfecto, pero lo que sí que no te voy a permitir es que te permitas el lujo de venir a MI espacio a decirme qué me va a pasar si leo una determinada opinión. No sé si lo sabes pero con las opiniones pasa como con los culos: todos tenemos uno. Lo primero que quizás deberías hacer es aprender algo de TOLERANCIA. Eso sí que te servirá en múltiples ocasiones. DE NADA.
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