Autor, Garro, Literatura

Los recuerdos del porvenir, Elena Garro

Los lectores tenemos, por definición, muchos pendientes. Los recuerdos del porvenir era uno de ellos, de los que figuran como necesarios leer si conoces algo del boom hispanoamericano. 

El ensayo de Aquellos años del boom  de Xavi Ayén no hizo sino ponerme más deberes. Tampoco ayudó que este título fuera difícil de encontrar. Por suerte Alfaguara ha sacado recientemente una edición con la que, ahora sí, poder leerlo.

De Los recuerdos del porvenir dicen que es el antecedente del realismo mágico, el primer libro que adelanta lo que después explotaría García Márquez en Cien años de soledad.

¿Exageran? Os dejo su inicio:

Aquí estoy, sentado sobre esta piedra aparente. Solo mi memoria sabe lo que encierra. La veo y me acuerdo, y como el agua va al agua, así yo, melancólico, vengo a encontrarme en su imagen cubierta por el polvo, rodeada por las hierbas, encerrada en sí misma y condenada a la memoria y a su variado espejo. La veo, me veo y me transfiguro en multitud de colores y de tiempos. Estoy y estuve en muchos ojos. Yo solo soy memoria y la memoria de mí que se tenga.

Página 15

El narrador es Ixtepec: el pueblo testigo de la acción y narrador omnisciente (¿se puede ser más omnisciente que un lugar?).

Ixtepec guarda en sí la memoria y el recuerdo de lo que ha sucedido en su tierra. También reconoce las señales que traen la futura confrontación. Sabe que sus vecinos callan sus secretos. Sabe que el recién llegado, ese hombre joven al que miran de reojo todas las muchachas, no ha viajado al pueblo por casualidad.

¿Cuál fue la lengua que por primera vez pronunció las palabras que habían de empeorar mi suerte?

Página 82

Ixtepec no lo sabe. Lo que sí siente es un cambio en el ambiente, una modificación de las rutinas y costumbres, frases que susurran, rumores que corren por sus calles: la pólvora que corre en un momento de exaltación posrevolucionario. La chispa para que los hombres del general Francisco Rosas se pongan nerviosos y desde el Hotel Jardín ultimen sus acciones.

Los recuerdos del porvenir es una novela sobre el tiempo. Sobre su paso y sobre cómo están conectadas las cosas. En Ixtepec, si paran el reloj de cuco, el tiempo no pasa. Como buen pueblo del realismo mágico, algunas cosas no funcionan tal y como esperamos:

-¿Qué horas son, Señor Presidente?

– ¿Cómo quieres que te diga la hora si desde aquí no veo las estrellas?

Página 239

 

Elena Garro consigue equilibrar el aspecto realista de la historia con el contexto histórico siempre presente, con determinados elementos propios del realismo mágico. Sin embargo, la reacción y el comportamiento de los personajes se acerca mucho más a una novela al uso que a Cien años de soledad.

Los recuerdos del porvenir es también una novela que despierta emociones, donde la violencia y la crueldad forman parte del día a día. Además, es una historia de mujeres. Mujeres que callan y actúan sigilosamente. Mujeres que dicen que sí pero que cada uno de sus actos se rebelan contra el que oprime.

La novela es sencilla pero compleja, anima a leer y aún así, poco a poco nos vamos dando cuenta cómo estamos metidos en la historia de un pueblo que sigue dudando sobre el momento exacto en el que las cosas se torcieron.

¿De dónde llegan las fechas y a dónde se van? Viajan un año entero y, con la precisión de una saeta, se clavan en el día señalado, nos muestran un pasado, presente en el espacio, nos deslumbran y se apagan. Se levantan puntuales de un tiempo invisible y en un instante recuperamos el fragmento de un gesto, la torre de una ciudad olvidada, las frase de los héroes disecados en los libros o el sombro de la mañana del bautizo cuando nos dieron un nombre.

Página 274

Os podréis imaginar que mis expectativas a la hora de encarar la lectura eran muy altas. Temía decepcionarme, encontrar algo que no me acabara de convencer. Nada de eso. La buena literatura es eso: algo sencillo pero nada fácil de conseguir. Una historia interesante, personajes con los que empatizamos. Una sensación. En este caso, un pueblo.

Este libro se va directo a la lista de lo mejor de este año. Os recomiendo que no lo dejéis pasar.

FICHA:

Te gustará si te gustó

Pros

  • Estilo sencillo, crudo y sensible a la vez.
  • Multitud de citas y frases destacadas, elegantes, certeras, poéticas.

Contras

  • Al principio me han despistado los nombres de los personajes. He acabado haciéndome un esquema.

Namaste.

Autor, Davies, Literatura

Mantícora, Robertson Davies

Mantícora, la segunda parte de la trilogía de Depford de Robertson Davies, comienza con un potente diálogo entre David Staunton y su psiquiatra. Sorprende un inicio tan directo, sin introducción ni descripciones previas, tan sólo Staunton, narrador y protagonista principal, contando por qué cree que su madrastra ha asesinado a su madre, el ricachón Boy Staunton.

MantícoraCon este punto de partida pronto conoceremos más de la situación de la familia y de los motivos que le han llevado al protagonista a viajar a Suiza para iniciar su terapia.

A partir de ahí la historia se funde en una doble vertiente: la del psicoanálisis y la psicología (incluyendo el análisis de la personalidad de los personajes) y la del recuerdo de su padre, aunque aprovecha para incluir el tema de la magia, como en la primera parte de la saga.

La trilogía de Deptford se inicia con El quinto en discordia, siendo Mantícora la segunda de los tres libros para acabar cerrándolo con El mundo de los prodigios.

Davies es uno de esos narradores clásicos que es capaz de contar la historia como un todo, que bebe de influencias como Wilkie Collins o Charles Dickens pero que a la vez disecciona y analiza la psicología, el carácter de los personajes, así como sus pensamientos y los recuerdos.

Mantícora me ha gustado más que la anterior novela, en parte por el tema en sí, alejada de la hagiografías a las que continuamente se mencionaba en El quinto en discordia, pero también por el estilo, que deja atrás la narración clásica para centrarse en las conversaciones, consiguiendo un efecto mucho más dinámico.

La virtud y el honor no desaparecerán del mundo, por mucho que los moralistas populares y los periodistas miedosos insistan en ello. (…) Y tampoco creo que el amor, en tanto exigente condición del honor, se haya perdido. Se trata de un patrón del espíritu. Y los seres humanos aspiran a hacer de ese patrón una realidad en su propia vida, al margen de los medios que empleen para ello.

Página 247

Tengo que admitir que no recordaba a los personajes, con la excepción del punto culminante de la bola de nieve, del resto solo tenía una leve neblina de cómo era el estilo del autor y de su análisis pormenorizado.  Sinceramente no sé si es bueno o malo. Por un lado, me habría gustado acordarme de los personajes, por otro, leer de seguido las trilogías nunca me ha parecido una buena idea, y para terminar, ambas historias se pueden leer de forma independiente sin problema.

Davies mide, organiza, corta y planifica para crear otra historia de literatura, de ejemplo de cómo se narran las cosas, sin grandes efectos, simplemente la historia narrada tal y como un genio lo haría: uno de esos narradores totales que radiografían el ambiente y señalan no solo lo visible sino también lo que queda detrás. Con abundantes saltos temporales y un claro hilo de retrospección, Davies configura una historia poliédrica donde nada es lo que parece y el análisis de la psique y de los recuerdos tiene vital importancia.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • Los diálogos de David con su psiquiatra.
  • Inicio muy potente. Historia muy medida.
Contras
  • Me habría gustado recordar más a los personajes que se mencionan.
  • No vendría mal un glosario de personajes al inicio.

Namaste.

Autor, Literatura, Ward

La canción de los vivos y los muertos, Jesmyn Ward

Que siempre me plantee como propósito evitar de leer novedades es, precisamente, porque caigo en las redes entusiastas de lectores que recomiendan libros que acaban de publicarse. Este es uno de ellos, la curiosidad acabó decantando la balanza por el sí, lo quiero leer y los amigos de Sexto Piso me lo enviaron.

La canción de los vivos y los muertos nos cuenta la historia de una familia compuesta por dos pequeños, Jojo y Kayla, sus abuelos, figuras clave en su vida, y por último sus padres: Leonie, la espantosa y ausente madre, y su padre, al que recogerán a la salida de la prisión.

Como hilo conductor se establecen dos, por un lado el geográfico, marcado por el viaje de recogida del padre, y por otro el temporal, con el recuerdo del pasado del abuelo, que se le irá presentando a Jojo a través de un secundario muy curioso; pero también de Leonie, que rememorará su juventud y la vida en familia antes de ser madre. Ambos hilos se mantienen cruzados en cada capítulo por lo que mientras van avanzando a su destino determinados detalles les harán conocer o recordar situaciones que han vivido (o que no han vivido, en el caso del niño).

Que la acción se sitúa en el Misisipi lo sabemos desde el primer momento, sin embargo, es significativo el uso del tiempo en la historia, ya que por determinados aspectos racistas pareciera que los personajes habitan un tiempo bastante más lejano del que realmente se encuentran. Sorprende también comprobar cómo la violencia, el racismo y la exclusión están muy presentes en determinadas regiones estadounidenses.

La esperanza no tiene cabida en este lugar.

Página 130

Encontramos además otra serie de temáticas: la frustración y el dolor, la crueldad y la alegría de la infancia, la nostalgia y la rabia. Todas ellas incluidas de una forma más o menos directa, plagada de silencios y sobreentendidos, que la autora nos irá desgranando a la lo largo de su lectura.

Hay tanto cielo vacío donde antes de alzaba un árbol.

Página 242

Ganadora del National Book Award, la autora plantea una historia dura y directa, con personajes muy definidos con una relación compleja entre sí, plagados de soledades y frustraciones, incomprensión y desánimo. Personajes muy definidos con una relación compleja entre sí, que se hablan menos de lo que debieran y que desde fuera uno querría sacudir, para que se den cuenta de que al menos siguen adelante.

Lectura potente que se lee de seguido y se engancha al estómago. Me ha sorprendido su lectura y en determinados momentos pensaba que estaba leyendo a una Toni Morrison algo menos poética. Y por eso, por crear un ambiente muy determinado, por generar tantas sensaciones, este libro ha acabado como uno de mis destacados del año pasado.

Así que, como en todo, de vez en cuando no viene mal añadir libros a nuestro Plan Infinito. Lo importante de verdad es cuáles añadimos.

FICHA:

Te gustará si te gustaron
Pros
  • Lectura dinámica, potente y corta. Un tres en uno.
Contras
  • El inicio puede resultar un poco desconcertante hasta que cogemos ritmo de lo que nos cuenta.

Namaste.

Autor, Grandes, Literatura

Los pacientes del doctor García, Almudena Grandes

He leído mucho a Grandes. Mucho mucho mucho. Soy lectora fiel desde siempre, desde sus primeras novelas. Espero sus libros como un acontecimiento anual más, soy de las que lo compran en cuanto sale. He leído los tres anteriores de la saga, los tengo todos firmados, en los estantes.

Desde Las tres bodas de Manolita han pasado 3 años, tenía ganas de volver a la leer a la madrileña. ¡Y encima salen nazis! Todo prometía, y más tras asistir a una de las presentaciones con motivo de la publicación, donde la propia Grandes contó su proceso narrativo, la línea de investigación que siguió y cómo consigue armar este puzzle inmenso que es Los pacientes del doctor García.

Los-pacientes-del-doctor-GarcíaLos que me conozcáis ya sabéis que si lo anterior es una declaración de intenciones es porque lo que viene ahora no va a ser una crítica demasiado halagüeña. Tenéis razón.

Cuando la propia autora cuenta que sus Episodios de una guerra interminable homenajean a los Episodios naciones de Galdós, uno ya puede pensar en la soberbia. Parece como si eso es algo que deben decir los demás, no uno mismo. Parece como si se diera demasiada importancia.

Los pacientes del doctor García continua la serie que inició con Inés y la alegría, como cuarto episodio de una guerra que en este caso son dos: la Civil y la Segunda Guerra Mundial. La estructura es la misma que sus otras historias hermanas, alternándose un episodio histórico con uno de ficción. También encontramos los elementos propios de Grandes: la abundancia de personajes, los saltos temporales y las tramas que se acaban uniendo.

En este caso tenemos un trío de hombres protagónicos: un médico republicano, un diplomático y un soldado-boxeador. Mención merece la real y surreal Clara Stauffer, una mujer que creó una red de huida de los criminales nazis hacia Argentina desde un piso en Madrid y con la connivencia del gobierno franquista.

Básicamente la trama es la que ya hemos leído antes: personas que buscan sobrevivir ante situaciones límite, decisiones que les marcarán, encontronazos de los que surgirán amistades y amores.

Entonces, si todo lo anterior ya lo he leído en sus otros libros de la saga y encima hay nazis (¡nazis!), ¿qué es lo que falla?

1. El número de páginas. La sensación constante de que lo que se dice se puede decir con muchas menos palabras.

2. Un machacón exceso en el estilo, como con las repeticiones, en especial esta:

Adrián Gallardo Ortega (…) nunca había sido demasiado inteligente.

Página 285

Durante todo el libro cada vez que aparece este personaje se repite como un mantra la misma frase con pequeños cambios: no comprendía o no era demasiado listo o no sabía qué estaba ocurriendo. ¿Por qué en lugar de repetirlo no me muestras por qué no lo es y así saco yo mis propias conclusiones?

3. La excesividad. Como mantra: son excesivos la cantidad de personajes (personajes y familiares, amigos y vecinos, amoríos y referencias), los saltos temporales y hasta las descripciones y las frases:

Aunque la beca que le permitió acabar la carrera tan deprisa como había hecho el bachiller corrió a cargo del gobierno, la familia Azcárate, vinculada al colegio de Villablino desde que el tío Gumersindo inspiró a su amigo Paco Fernández Blanco y Sierra-Pambley el proyecto de su fundación, le amparó desde su primer día en la capital. Así, su vida cambió tan deprisa que su casa, Robles, la sacristía de la parroquia, se convirtieron en piezas sueltas de un recuerdo imposible, un pasado tan dudoso para el joven abogado que trabajaba en un bufete mientras hacía los cursos de la Escuela Diplomática, como si se lo hubiera inventado él mismo.

Página 104

4. Los arquetipos. ¿Apostamos? Médico republicano = noble, leal, recio.

Boxeador en la División azul = estúpido, necio, aprovechado.

En esta historia los personajes son tan fácilmente reconocibles que sabemos qué tipo de acción va a realizar cada uno. Si es un acto heroico o deleznable dependerá del bando en el que hayan luchado en la Guerra Civil. Muy original todo. Prácticamente una parodia.

Todo esto no solo ha conseguido que me aburra, sino que rechace el libro por excesivo en todas sus facetas. Da la sensación de que todo el trabajo de documentación ha de aparecer en este libro y lo que debería ser accesorio acaba convirtiéndose en principal, apabullantes las referencias, las circunstancias y cada uno de los detalles que incluye. Mientras que en otras de sus historias está trabajada la estructura y el hilo conductor, aquí encontramos un caos continuo, como si acabara juntando capítulos que estaban a medias por el simple hecho de que ya estaban escritos.

No sólo no he conectado con el texto ni con los personajes, sino que me la sensación de rechazo ha sido perenne, rechazo por el texto, por la estructura, por el enfoque, por la simplicidad en cosas que debían ser complejas (los personajes, por ejemplo) y la complejidad en cosas que debían ser simples (os animo a que contéis el número de frases del párrafo que he incluido más arriba).

En fin, para mí este libro no hay por donde cogerlo.

Os dejo la reseña de La librería de Javier, donde en los comentarios otros lectores se muestran tan estupefactos como yo.

FICHA:

Te gustará si te gustaron
Pros
  • Los guiños a las historias anteriores.
  • Conocer la historia, como la red Stauffer.
Contras
  • Excesividad: de tramas, de estilo, de personajes, de saltos temporales.

Namaste.

Autor, Literatura, Ospina

El año del verano que nunca llegó, William Ospina

Este año es el año. La conmemoración de los 200 años de la publicación Frankenstein, de Mary Shelley. Además de la relectura del clásico (del que por fin me he hecho con una edición decente en inglés, que pudisteis ver aquí). Decidí que también era buen momento para acercarme a El año del verano que nunca llegó, que ahonda sobre el momento de la escritura del libro, la mítica reunión en la villa Diodati.

El-año-del-veranoEl título hace referencia al verano de 1815: un año sin verano en Europa debido a la erupción de un volcán en Indonesia. Una de las condiciones por las que en junio seguía nevando, y que dicho periodo acabara registrando las temperaturas más bajas de un verano en todo el milenio.

No es de extrañar entonces que Byron, Percy Shelley, Claire Clermont, Polidori y Mary se reunieran alrededor de una chimenea y que naciera no sólo Frankenstein sino también la leyenda de el vampiro tal y como la conocemos.

Lo que nos trae Ospina es un poco de todo: tenemos ensayo, ya que conoceremos más en profundidad a los protagonistas (una parte muy interesante dado que algunos de ellos pueden resultar más desconocidos), pero también tenemos autoficción, el relato de la búsqueda de información del propio autor. Por último, algo de ficción al suponer o imaginar algunas de las cosas que ocurrieron en el castillo.

En mi caso, el libro ha ido de más a menos. La parte ensayística del comienzo consiguió captar mi atención, me pareció muy interesante todo lo que cuenta. Sin embargo, a partir de ese momento la narración se me hizo pesada, aburrida, con datos que poco me importaban, hasta llegar a un punto de total sopor.

Soy consciente de que el orden en el que escogemos las lecturas influye mucho en nuestra valoración de lo que leemos a continuación, y que como ya me ocurrió con El gatopardo tras leer La cartuja de Parma, flaco favor iba a hacerle a Ospina ser el último de varios libros de autoficción, en este caso El dolor de los demás, de Miguel Ángel Hernández, Una novela rusa de Carrère y Las posesiones, de Llucia Ramis.

Lo que no esperaba era que este libro, del que tenía unas expectativas muy altas, fuera a decepcionarme tanto, sobre todo cuando el comienzo prometía lo esperado. La sensación perenne de estar leyendo algo que no interesa, que el autor se está desviando de lo que realmente debería contar, que podría haberle sacado mucho más jugo a todo el trabajo que a ciencia cierta hizo para sacar este libro, la rabia al ver que con lo que tenía entre manos podría haber conseguido algo mucho más compacto, solamente si hubiera tenido claro el hilo que debía seguir.

En fin, que aunque El año del verano que nunca llegó tiene partes que se salvan, en general es un libro decepcionante por lo que pudo ser y no es.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • La parte ensayística es muy interesante.
Contras
  • El libro se desinfla según vas leyendo.
  • La sensación de que podría haber sido un libro muy interesante y ameno de haber seguido otro hilo conductor.

Namaste.

Atwood, Autor, Literatura

El cuento de la criada, Margaret Atwood

En ocasiones hay libros que pasan desapercibidos durante un tiempo hasta que algo les devuelve al punto de mira. Para El cuento de la criada fue el estreno de su versión televisiva por parte de HBO. La red se llenó de comentarios elogiosos de la serie y a raíz de esto, la novela que se publicó en 1985 comenzó a ganar protagonismo.

Durante la Feria del Libro de Madrid no dejaba de ver este título en todas las casetas, en muchos blogs, en páginas y en la lista de ventas. Sin embargo, no me acababa de decidir: ¿ver directamente la serie? ¿O mejor leer el libro? Aunque tradicionalmente soy de las que prefieren leer el libro para después ver su versión, lo cierto es que la lista de pendientes me hace relegar determinados títulos a sus versiones, antes que incluirlos en mi lista de futuribles.

El cuento de la criada se enmarca en lo que se enmarca en la categoría de las novelas distópicas: aquellas cuyo punto de partida es una sociedad indeseable, generalmente con un pasado común con el nuestro, como si por algún motivo (guerras, purgas, invasiones…) de repente la sociedad se trasformara.

Ya el primer párrafo de la novela nos sitúa en ello:

Dormíamos en lo que, en otros tiempos, había sido el gimnasio. El suelo, de madera barnizada, tenía pintadas líneas y círculos correspondientes a diferentes deportes. Los aros de baloncesto todavía existían, pero las redes habían desaparecido. La sala estaba rodeada por una galería destinada al público, y me pareció percibir, como en un vago espejismo residual, el olor acre del sudor mezclado con ese toque dulce de la goma de mascar y el perfume de las chicas que se encontraban entre el público, vestidas con faldas de fieltro -así las había visto yo en las fotos-, más tarde con minifaldas, luego con pantalones, finalmente con un solo pendiente y peinadas con crestas de rayas verdes. Allí se habían celebrado bailes; persistía la música, un palimpsesto de sonidos que nadie escuchaba, un estilo tras otros, un fondo de batería, un gemino melancólico, guirnaldas de flores hechas con papel de seda, demonios de cartón, una bola giratoria de espejos que salpicaba a los bailarines con copos de luz.

Página 23

Nuestra protagonista es Defred, un peón en un nuevo mundo, quien con sus ojos nos cuenta su nueva realidad: las rutinas y las personas que tiene a su alrededor: el Comandante y las Marthas, las Esposas y su posición en la casa.

El-cuento-de-la-criadaUno de los puntos fuertes de la historia es mantener la información parcialmente omitida. Al menos en mi caso, desde el primer momento quería conocer qué había pasado para llegar a esa situación, por qué motivo el mundo había cambiado radicalmente, teniendo en cuenta que los recuerdos de Defred se parecen mucho a la vida de finales del siglo XX. Así, lo que propone Atwood es un avance a ciegas donde nos aporta información de la situación actual y de sus rutinas para, después, obtener detalles de la vida pasada de la protagonista. Compartimos su vida para comprender un poco más qué tipo de papel le ha tocado vivir.

Como siempre, no me voy a detener en los detalles concretos de la historia, porque nunca me ha gustado contar de más, y porque en este caso en concreto cualquier información adicional juega en contra de la propia novela, que inteligentemente juega con el intercambio de información.

Lo que sí os puedo decir es que durante las primeras páginas, más o menos la mitad, lo que personalmente quería era leer más y más hasta llegar a comprender cada motivo de la situación y cada detalle. Es paradójico que exista una relación proporcional con el estilo descriptivo y lento de la autora y las ganas de leer. Sin embargo, durante la segunda mitad, a pesar de que la historia gana en dinamismo y hay más acción, aunque se desarrolle la trama me pareció menos interesante y avancé más lentamente, quién sabe por qué.

El estilo de Atwood es pausado y reposado, muy comedido. Se llena de florituras cuando toca, escasean los diálogos al principio y abundan a la mitad… En resumen: la sensación es que todo está pensado y medido, que hay un trabajo grande de escritura y revisión, donde nada es casual, donde la estructura, el avance de la trama y los personajes van apareciendo en el momento determinado, como una buena melodía: en su compás, ni antes ni después.

La novela plantea muchos temas, es una de esas historias con las que surgen debates y posiciones diversas, que anima a comentar y reflexionar. Para mí, refleja algo que se ha demostrado en la historia en múltiples ocasiones: que despojar a un ser humano de su capacidad de decisión, de su libertad y de sus derechos para enmarcarlo en una categoría, es el modo más fácil de controlar una sociedad, de imponer un modo de vivir, pensar y de actuar. Da igual lo que pienses o las preferencias que tengas porque eso entra dentro de una esfera de la que no puedes disponer: no solo es que no puedas hacer lo que quieras (por ejemplo, en esta novela, elegir marido o procrear) sino que ni siquiera debes pensar algo distinto de lo que te dicen los que están al mando. Tu modo de vida dependerá de qué seas: el resto, sobra.

La posición de la mujer en la sociedad juega también un papel clave en la historia, siendo considerada El cuento de la criada como una novela feminista. Soy poco de categorías, la verdad. Lo cierto es que El cuento de la criada es una novela interesante, una buena historia y sobre todo, para mí, el gran (¡por fin!) descubrimiento de mi eterna pendiente Atwood. Una de esas historias que párrafo a párrafo encierran muchas cosas: perfecta para un club de lectura, o simplemente para disfrutar de un libro inteligente, que ya es decir.

Para terminar, dos apuntes: mi agradecimiento a Salamandra por el envío, y el enlace a la reseña de Atram que os cuenta muchas más cosas del libro.

FICHA:

Te gustará si te gustó

Pros

  • El estilo de Atwood, metódico y calculado.
  • El binomio pasado-presente y cómo se juega con la falta de información, que anima a leer más.

Contras

  • La marcada diferencia entre primera y segunda parte.
  • Acercarse a leerlo con demasiada información juega en contra de la propia historia.

Namaste.

IMM, Literatura

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Os enseño las últimas incorporaciones a mis estanterías tras los envíos editoriales de estas semanas veraniegas:

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  • Kanada, Juan Gómez Bárcena. Un novelón que os recomiendo encarecidamente. Es desgarrador, tiene mucha fuerza y te deja con ganas de releerlo. Os dejo por aquí la reseña de Cristina Monteoliva, con la que coincido en su valoración.
  • La uruguaya, Pedro Mairal. La pequeña historia de un hombre que cruza la frontera para cobrar una cantidad y que nos cuenta un poco de su vida y de la crisis de los 40 que atraviesa. La reseña, aquí.
  • Moravia, Marcelo Luján. A Luján lo tenía apuntado con Subsuelo, no con ésta. Los responsables fueron, por orden cronólogico, Atram de Leer sin prisa y Jesús de Generación Reader. Así que cuando me ofrecieron la posibilidad de leer esta historia no dudé en quitarme la curiosidad aunque no la tuviera anotada en mi libreta. Estoy deseando contaros qué me ha parecido.
  • El meteorólogo, Olivier Rolin. Desde que Libros del Asteroide anunció que publicaría este libro tenía curiosidad por leerlo, por conocer la vida de un meteorólogo estudioso del tiempo soviético.
  • El cuento de la criada, Margaret Atwood. La novela de la que todo el mundo está hablando desde que HBO lanzara su versión televisiva. Una de esas historias que empiezas y acabas de corrido.

Gracias a las editoriales Sexto Piso, Libros del Asteroide, Salto de Página y Salamandra.

Y vosotros, ¿habéis leído alguno de estos títulos? ¿Qué os parecieron?

Namaste.

Autor, Gómez Bárcena, Literatura

Kanada, Juan Gómez Bárcena

Dicen que uno ha de escribir sobre lo que sabe. Es lógico, aunque también peligroso. Por un lado, de lo que sabemos tenemos más información, encarar la historia puede resultar más fácil, y además controlamos el tema, lo cual nos puede ayudar a organizar la trama. Sin embargo, es cierto que los que también conocen esa temática nos pillarán antes en falta cuando lean algo raro, algún detalle de la historia que no se corresponda o cuando chirríe algo.

KanadaLuego hay otra gente que la regla general se la salta. Y eso está muy bien. Nos ofrecen temáticas y perspectivas distintas. Personas que deciden arriesgarse, contar un tema que les resulta ajeno, quizá por las posibilidades que les ofrece para la trama, o quizá porque les va surgiendo mayor rango de temática con los que avanzar.

Una tiene sus prejuicios. Por eso, cuando vi la fecha de nacimiento de este autor, pensé que la temática me sería común. Evidentemente sigo con mi regla de no leer la sinopsis, si no me habría dado cuenta de mi error.

Probablemente Gómez Bárcena sea un suicida. Un pirado. Un saltador sin paracaídas. De otra forma no se entiende que se dedique a situar una historia tan lejos tanto en tiempo como en espacio de lo que (aparentemente) más conoce. Tan lejos del hoy, de la problemática actual.

Pero lo más inaudito no es esto. Es la cara de gilipollas sorprendido que se le queda al lector, ante tamaña obra de despliegue, de demostración de fuerza y estilo, que consigue desde la primera página que dejemos de parpadear, que abramos la boca, que cabeceemos como un pez fuera del agua.

Kanada es una de esas historias que le dan la vuelta a muchas cosas, que comienza donde otras acaban: al finalizar la Segunda Guerra Mundial. El protagonista decide volver a su casa, la que recordaba como hogar, pero que ahora se ha trasformado en una ruina un poco distinta. Exactamente igual que él: superviviente de una guerra letal, que le ha quitado la familia y los recuerdos. Allí tratará de recomponerse.

Si se piensa con detenimiento es tan asombroso el milagro de la lectura. Contemplar un dibujo que no es diferente de los desconchados de una pared o de una procesión de hormigas y vislumbrar en un solo relámpago de lucidez un significado, una idea. Encadenar una reata de signos y armar con ellos un sentido que puede entretenernos o aburrirnos, conmovernos o hacernos desgraciados.

Página 25

Kanada es una novela difícil de definir, difícil de clasificar. Dura. Una lectura de las que te golpean en el corazón y en la boca del estómago, del extraño tipo que quieres releer en cuanto la terminas. Una historia relativamente corta que sorprende por el estilo del autor, por la temática y por la sangrante desesperanza contenida en cada línea.

Kanada es una de esas historias que te reconcilian con la buena literatura, con el perjuicio de que mejor voy a lo seguro y leo algún clásico, con el buen hacer y con el talento que poseen autores contemporáneos que no conocemos, en este caso, Gómez Bárcena que escribe con una fuerza y crudeza desorbitada.

También el planeta en que vives es insignificante, apenas una mota de polvo en el universo, y qué fácil es contener en él la humanidad entera. Tu despacho es en relación a la Tierra más grande que la Tierra en relación al resto del cosmos. Por qué no habrían de caber entonces tus aspiraciones en este cuarto, tan grande o tan pequeño como cualquier otro mundo.

Página 88

Kanada es un libro para recomendar, un libro de esos con los que es una alegría toparse. Así que, amigos de Sexto Piso, gracias por publicarlo, gracias por descubrírmelo y gracias por enviármelo a casa. Va directo a las mejores lecturas de este año. Los buenos libros se merecen muchos lectores, y éste es uno de ellos.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • El estilo del autor: pulcro y duro.
  • Los temas que van surgiendo y las reflexiones del protagonista.
Contras
  • Tardé algunas páginas hasta entrar del todo en la historia.

Namaste.

Autor, Literatura, Pantoja / Camargo

Rulfo, una vida gráfica, Óscar Pantoja y Felipe Camargo

Un 16 de mayo de 1917, hace exactamente cien años y un día, nacía Juan Nepomucemo Carlos Pérez. Más conocido por su primer nombre y su segundo apellido: Juan Rulfo.

Llamado a revolucionar el mundo de las letras con sólo dos títulos: el conjunto de relatos El llano en llamas y la inconmensurable Pedro Páramo. No necesitó más de 250 páginas para darle la vuelta a la visión de la literatura y dejar su nombre y su impronta para siempre en lo más alto de la literatura en español.

Rulfo-comic

Quizá lo que desconozcamos es el resto. Su infancia, cómo era su familia… qué tipo de situaciones moldearon su carácter, convirtiéndole en lo que acabó siendo. Qué tipo de mundo tenía en su cabeza o por qué no volvió a publicar.

En Rulfo, una novela gráfica, se nos muestran algunos de los eventos importantes de su vida a través de viñetas en blanco y negro. Quizá hay cosas que no necesitan color. La cita que da comienzo al cómic lo deja bien claro.

De los seis a los doce años solo vi muertos en mi casa. Asesinaron a mi padre, a los hermanos de mi padre, a mis abuelos: era una casa enlutada.

Precisamente todo eso lo desconocía: su infancia y lo que tuvo que ver, el asesinato de su padre, la Guerra Cristera, la perenne presencia de la muerte en su vida.

El guion de Óscar Pantoja y las ilustraciones de Felipe Camargo nos adentran en el mundo opresivo y triste que le tocó vivir a Rulfo. Rodeado de un México efervescente, cruel y árido, asentó los cimientos de la historia propia del escritor, que después materializaría en su escritura.

Además, nos acerca al momento de la publicación de Pedro Páramo, a la situación de desconcierto que siguió al éxito, a las críticas y las envidias, al intento de Rulfo de asimilar la nueva situación.

Cada año que pasa me gustan más las biografías. Conocer un poco más a los autores que disfrutamos y que sufrimos, saber cómo fue su vida y a qué tipo de situaciones se tuvieron que enfrentar nos ayuda a conocer un poco más por qué su estilo, su temática o sus historias tienen determinados detalles. Si además, una biografía se acompaña de ilustraciones el resultado consigue llevar al lector al ambiente opresivo que a veces no consiguen las palabras.

El ejemplar de Rey Naranjo acaba con el siguiente párrafo:

Esta novela gráfica sobre Juan Rulfo se terminó de imprimir en el mes de febrero de 2017. Con estas páginas celebramos el centenario del autor mejicano. Sus sombras han iluminado nuestro camino.

Sigamos nuestro camino leyendo. Y aprovechemos esta efeméride para leer a Rulfo. Porque a los escritores se les recuerda leyéndolos, acercándonos a su vida, conociéndolos.

Gracias a Rey Naranjo por el envío y por traernos libros tan interesantes como éste.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • El ambiente opresivo, gris y árido que se trasmite con las ilustraciones.
Contras
  • Exceso de saltos temporales.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (49)

Abril llega cargado de libros, entre mi cumpleaños, el Día del Libro y una breve (pero fructífera) incursión en una librería de segunda mano, estas son (ahora sí) las nuevas incorporaciones a mis estanterías:

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  • Kafka, Reiner Stach: la que se supone biografía definitiva del oscuro escritor checo. Dos tomos de tapa dura con mil páginas de papel biblia que además de servir como libro de cabecera es capaz de sujetar a todos los demás del estante y de que se me caiga la baba cuando lo miro de reojo. Edita Acantilado.
  • Rulfo, una vida gráfica, Óscar Pantoja y Felipe Camargo: descubrir la biografía de un autor a través de las páginas de un cómic es un modo distinto, interesante y curioso de conocer un poco más el carácter del que está detrás de los libros. Gracias a la editorial Rey Naranjo por el envío.
  • Una temporada en el purgatorio, Dominick Dunne. Buenas opiniones en GoodReads y un puntito interesante en su trama. No necesito más. Libros del Asteroide suele ser acierto seguro. (¡Y un magnífico regalo!)
  • El día del Watusi, Francisco Casavella. Curiosidad por la novela, porque tenga hasta un día en el calendario donde los más entusiastas se reúnen como ya se hace con otras historias más conocidas. Este título me ha ido acompañando a lo largo de los meses, aparecía y se comentaba, me lo encontraba aquí y allá. Y ahora espera en mi estante a que me embarque en esa historia de 900 páginas. Esta edición es la última que ha sacado Anagrama en 2016. Como bien dice J.Leetham, De la cárcel se sale, de Anagrama no. Quizá si quisiéramos salir ayudaría la cosa…
  • Patria, Fernando Aramburu: la novela de la que todo el mundo habla, que ha recibido numerosos premios y que no para de colarse entre la lista de los más vendidos. El tipo de libro que uno ya no sabe si leer o no; pero el ofrecimiento de Pedro para prestármelo fue definitivo. Veremos si yo también caigo en la red de esta novela.

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  • Gabriela, clavo y canela, Jorge Amado: este título figura en la primera página de mi libretita del Plan Infinito. Así que si os digo que lleva ahí más de diez años, no os miento. La casualidad quiso que me lo encontrara en mi visita a ReRead.
  • HhhH, Laurent Binet: quizá la versión de chascarillo fuera ¡anda, un libro sobre nazis! Y para casa. En realidad, es un título del que hablan muy bien y con el que me pica la curiosidad. Esta edición es de Círculo de Lectores.
  • Los cipreses creen en Dios, José María Gironella: uno de esos libros que destacan en Literatura, pero que me da la sensación que está un poco relegado. ¿Por qué? ¿Tendrá que ver con que sea un tochazo?
  • La isla de Arturo, Elsa Morante: hace poco oí mencionar este libro y así, por casualidad, lo encontré en el estante. La edición, de RBA, no me entusiasma pero por el precio que me costó tampoco me voy a poner exigente.
  • El canto del cuco, Robert Galbraith: tengo El gusano de seda, en una versión en inglés en casa, y al encontrarme éste decidí escogerlo para así empezar por el principio. La edición de bolsillo es de Booket.

Y vosotros, ¿habéis leído alguno de los libros que menciono? ¿Qué me podéis contar sobre ellos?

Desde aquí gracias a los que me regaláis libros, a los que me los prestáis, a los que me recomendáis un nuevo título. Pocas cosas hay tan fascinantes como poner sobre la pista de una buena lectura a quien disfruta leyendo historias.

Namaste.