Literatura

IMM (111)

Este pasado mes de agosto me he desquitado en la compra de algunos libros que tenía anotados en mis lista de pendientes, además de aprovechar los descuentos de la Filthy Week de la editorial Fulgencio Pimentel. ¿Empezamos?

  • Cuentos completos de terror, locura y muerte, Guy de Maupassant (Valdemar, 2011). De vez en cuando voy adquiriendo este tipo de libros de fondo de librería para leerlos en algún momento. Suelen ser títulos indispensables que hay que tener de esos que en un tiempo se descatalogan y son imposibles de encontrar. En esta ocasión compré este de Valdemar, que diría que es el primer libro que tengo de la editorial.
  • Oficio, Serguéi Dovlátov (Fulgencio Pimentel, 2017). Hace bastante tiempo que alguien me puso en la pista de este autor ruso, recomendándome este título. Aprovechando los descuentos anuales de la editorial decidí comprarlo para tenerlo en el estante y leerlo en cuanto encuentre ocasión.
  • Bajo el volcán, Malcom Lowry (Random House, 2020). Había visto este libro en su edición de bolsillo en mi visita a la librería, me llamó la atención pero en un par de ocasiones lo volví a dejar en el estante. Más tarde, alguien lo recomendó con efusividad por redes sociales, así que me decidí a comprarlo, en este caso en la edición rústica, que suele ser más cómoda.
  • Amuleto, Roberto Bolaño (Debolsillo, 2017). Del chileno he ido leyendo sus libros, desde sus novelas más largas, como Los detectives salvajes y 2666 hasta sus historias más cortas, La literatura nazi en América, Estrella distante, La pista de hielo y El secreto del mal. Sin embargo otras historias quedaban pendientes de leer, y aunque soy reticente a las ediciones de Alfaguara tras su mudanza desde Anagrama, he acabado cayendo a esta corta historia que tenía pendiente.
  • Las lealtades, Delphine de Vigan (Anagrama, 2019), Me gusta tener en la recámara libros de mis autores favoritos, por si fuera menester acudir a ellos en un momento de duda o bloqueo lector, de ahí la compra de este de la francesa que tan buenos momentos ha dado con Nada se opone a la noche, Las gratitudes y la última que he leído, Basada en hechos reales.
  • Historia de las literaturas eslavas, Varios Autores (Austral, 1997). No conocía este libro pero fue por Instagram que me entró la necesidad de tener un ejemplar con la historia de las literaturas eslavas, de las cuales soy lectora asidua. Llevaba tiempo buscando este tipo de libro tan completo, y por suerte el descubrimiento, aunque ha golpeado a mi bolsillo porque no son baratos, he cubierto una necesidad que tenía desde hace tiempo. La misma colección incluyen otros títulos que abarcan las literaturas alemanas, hispanoamericanas o latinoamericanas así que no descarto hacerme con alguno más.

¡Hasta la siguiente entrada de compras!

Namaste.

Autor, Faverón Patriau, Literatura

Minimosca, Gustavo Faverón Patriau

Regreso al autor peruano con la conciencia de que es de lo mejor que le ha ocurrido a las letras hispanas en los últimos tiempos, y para comprobar si lo de Vivir abajo (Candaya, 2019) es una anomalía en su obra o bien la base de un camino que nos va a traer grandes momentos a los lectores.

Como muy acertadamente me recomendaron, traté de no dejar pasar demasiado tiempo entre la lectura de una y otra al repetirse algunas temáticas y personajes en ambas obras, pero tratando de espaciar lo suficiente como para no quemar este descubrimiento. Así el mes de mayo fue el escogido para su lectura. Desde entonces hasta ahora, que consigo publicar mi opinión, no he parado de pensar cómo iba a expresar lo que os quería contar. Espero haberlo conseguido.

Minimosca (Candaya, 2024) es, en cierto modo, la hermana pequeña de Vivir abajo, ya que tanto el estilo como las temáticas son coincidentes en ambas: las guerras, la violencia, las idas y venidas de los personajes, o George Bennet, el omnipresente protagonista de una historia dentro de otras historias, llenas de referencias y de pedazos de hilos aparentemente independientes que después que posteriormente forman parte de un todo.

De nuevo tenemos a un personaje que viaja por América Latina y Estados Unidos con un propósito de búsqueda. De nuevo hay personajes que desaparecen, misterios que resolver a los cuales se trata de encontrar respuestas.

Aguza los oídos hasta que está seguro de que los golpes suenan en un pequeño clóset junto al baño de visitas, cosa imposible porque en ese lugar no hay ningún clóset.

Página 273

Se añaden en el texto múltiples referencias culturales, no sólo de literatura sino de cine, además de incluirse personajes reales como Stephen King o Marcel Duchamp. De nuevo, sus personajes están solos, traumatizados, con deudas pendientes. Los personajes de Faverón Patriau siempre tienen un vacío inconmensurable que tratan de llenar.

Sentí la pena de mi vida y la pena me miró desde una mesa al otro lado de la habitación, moviendo la cabeza, y con su voz de cascabeles oxidados la pena me dijo nunca más vas a aprender.

Página 131

Mientras que en Vivir abajo las partes se diferenciaban en cuanto a estilo y temática, hay que Minimosca una unidad estilística superior que sin embargo, valorada en su conjunto, encaja de una forma distinta o menos redonda que su hermana. O quizá simplemente el efecto sorpresa que teníamos con la anterior lo hemos perdido con esta novela, y al ser conscientes de lo que nos podemos encontrar prestamos más atención a la propuesta y nos fijamos más en los detalles.

Todo el mundo camina por órbitas distintas, yo pensé, pero no dije. Porque cada persona orbita alrededor de una cosa distinta, que es el centro de su mundo o el centro de su vacío, yo pensé en decir.

Página 363

En cualquier caso, Minimosca se sitúa, de nuevo, en la categoría de lecturas atrevidas, originales, violentas y exigentes con el lector, de esas que ofrecen una propuesta totalmente diferente a las machaconas novelas que pueblan los anaqueles de las librerías. Llena de variados recursos en sus 700 páginas: salta a momentos temporales y situaciones diversas para regresar más tarde, con aspectos surrealistas (un boxeador que gana por susurrar versos a sus oponentes) y otros crudos y reales como guerras o asesinatos.

Se dio cuenta de que los artistas, incluso aquellos a quienes llamamos artistas malditos, o que se hacen llamar así, son peleles mostrencos al lado de un artista maldito de verdad, es decir, al lado de alguien que comprende que el arte no existe para hacer la vida mejor ni para embellecerla ni para entenderla ni para disimularla tras bellezas irrelevantes, sino para sustituirla por otra cosa, para obliterarla y cambiarla por otra cosa (…) entiende que un artista de verdad es el que en lugar de escuchar las campanas y preguntarse por quién doblan las campanas y responderse que las campanas doblan por él.

Página 623

La prosa de Faverón Patriau es incómoda, compleja, jamás superficial, triste y desesperanzada, desconsolada y punzante.

Compiten por ver quién de los dos lleva las cicatrices más horrendas en el cuerpo. Como si las cicatrices más horrendas estuvieran en el cuerpo.

Página 708

Minimosca es de nuevo, una historia arriesgada, por compleja, dura tanto al leerla como debió de ser al escribirla, difícil y valiente. La típica novela que muchos acaban recomendando pero pocos leen, porque remueve, incomoda y exige mucha concentración. Incomoda porque nos lleva y nos trae en diversos momentos temporales diferentes a situaciones violentas, nos pide involucrarnos, MIRAR. Mirar todo eso que no queremos ver, prestar atención a todo cuanto preferiríamos ignorar.

Minimosca es lo sórdido, lo mugroso, los personajes que tratan de poner algo de humor a sus situaciones tristes, duras y desesperadas.

Así es la vida, a veces no se puede tener todo y casi siempre no se tiene nada.

Página 629

Todo lo descrito anteriormente no hace justicia a una novela fantástica, inteligente, complejísima, fabulosa. Sólo esboza algo de lo que podemos encontrar en una novela de esas punzantes, de las que decía Franz Kafka que hay que buscar, de las que rompen el hielo interno que tenemos dentro los lectores.

Así que me repito de nuevo: Faverón Patriau es de lo mejor que le ha ocurrido a las letras hispanas en los últimos tiempos. Y diría más: marca el camino para lo que está por venir.

Leedle y me contáis. No os vais a arrepentir.

(Si no os fiais de mí, os dejo la reseña de Jesús que viene a decir lo mismo pero mucho mejor que yo).

FICHA:

Te gustará si te gustó Vivir abajo, Gustavo Faverón Patriau.
Pros– Inteligente, bien estructurada. Variedad de temas.
– Descomunal, mastodóntica, llamada a ser un clásico del siglo XXI.
Contras– Compleja. Necesita concentración y se lee mejor y si tienes tiempo para no trocear la lectura.
– Menos redonda que Vivir abajo.

Namaste.

 

Autor, Literatura, Zambra

Literatura infantil, Alejandro Zambra

El autor chileno es uno de los autores frecuentes por estos lares. Por aquí ha pasado Bonsái, el ensayo No leer y la más destacada de sus novelas, Poeta chileno.

Esta que os traigo hoy, publicada también por Anagrama en 2023, esperó su turno en el estante hasta que lo escogí en un momento destacado para mí, cuando yo misma me he convertido en madre.

Literatura infantil (Anagrama, 2023) es uno de esos libros que se sitúan en el difícil terreno entre autobiografía y ficción, ese subgénero que plaga hoy en día los estantes de las librerías, exitoso porque quizá conectamos más con quien creemos que nos narra sus circunstancias.

El tema es la relación paterno filial, tanto de la relación con el padre, como la posterior que tiene con su hijo.

El nacimiento de un hijo anuncia un amplio futuro del que no seremos totalmente parte.

Página 15

Así comienza el libro, dividido por número que corresponden al número de días que cumple su hijo, donde incluye cortas reflexiones de todo tipo sobre su conversión en padre, además de comentarios sobre la literatura.

La literatura le ha cedido a la autoayuda casi todo el espacio reflexivo que la paternidad requiere.

Página 17

Son páginas tiernas, de descubrimiento, tanto del recién nacido como del hombre convertido en padre.

Los apellidos son prosa, los nombres poesía.

Página 36

Hacia la mitad del libro el texto vira hacia la simetría y nos narra la relación con su padre, citando la obligatoria Carta al padre de Kafka en varias ocasiones y centrándose en la visión sentimental con un padre serio y recio, contrastando con la relación que hemos visto que tiene con su hijo, mucho más cercana e informal. Destaca un capítulo de la importancia del fútbol en la relación con su progenitor, el único momento en el que a un hombre se le permitía mostrar sus sentimientos, y cómo esa conexión con el deporte rey le sigue llevando a los tiempos pretéritos que compartió con él.

Olvidamos justo la parte de la infancia que luego observamos en nuestros hijos; son ellos quienes nos recuerdan que hemos olvidado, y entonces despunta una nueva forma de incertidumbre.

Página 85

El tercer bloque incluye dos cuentos que nada tienen que ver con lo anterior y que tratan sobre la relación de amistad de dos niños, esta es la parte que menos me ha gustado y creo que podría funcionar de forma independiente como una nouvelle o añadiéndola en una edición independiente de relatos.

El tono de Zambra no es nuevo si venís de Poeta chileno: tierno, duro en ocasiones pero también cálido, sencillo pero real, el tipo de tono que no resulta impostado sino que se nos acerca de una forma verdadera. Leer a Zambra me recuerda a echarte una manta por encima cuando no tienes frío pero que agradeces porque te tienes más cálido, más cómodo, más casa.

Mención aparte le quiero dedicar a las reflexiones y definiciones sobre la literatura, que creo que engloban a la perfección el sentimiento lector:

Nadie te ha explicado la literatura y ojalá nadie te la explique nunca. La lectura silenciosa es en cierto modo una conquista; quienes leemos en silencio y en soledad aprendemos, justamente a estar solos, o mejor dicho reconquistamos una soledad menos agresiva, una soledad vaciada de angustia; nos sentimos poblados, multiplicados, acompañados mientras leemos en silenciosa soledad sonora. Pero eso vas a descubrirlo por ti mismo dentro de unos años, yo lo sé. Vas a decidir por ti mismo si te sigue interesando la forma de conocimiento tan extraña, tan específica, tan difícil de describir que permite la literatura.

Página 60

En resumen, una muy buena lectura que gustará a los lectores de Zambra pero también a quienes buscan una lectura tierna y a la vez de calidad.

FICHA:

Te gustará si te gustó Duelo, Eduardo Halfon.
Un hijo cualquiera, Eduardo Halfon.
Pros– Tierno y cálido sin caer en la exageración.
Contras– Los relatos carecen de unidad con el resto del libro.

Namaste.

Autor, Literatura, Sinclair

Agente presidencial, Upton Sinclair

1938. Europa sucumbe a una crisis política a múltiples niveles que parece augurar una guerra cercana. Hitler y Mussolini en su apogeo, la guerra en España e inestabilidad para los territorios europeos: la anexión de Austria primero y la de Checoslovaquia para el control de los Sudetes más tarde auguran que el pintor austríaco no va a parar tratando de cumplir sus objetivos.

Negras nubes de tormenta en el horizonte bloqueaban la luz del sol y la gente vagaba perdida como en un sueño, como si estuvieran ciegos y no fueran conscientes de la oscuridad que se cernía sobre ellos, como si estuvieran sordos y no pudieran escuchar el fragor del trueno…

Página 80

Nuestro particular dandy navega como pez en el agua en este entorno complejo. Primero, porque su posición como hijo de un magnate armamentístico le hace estar escudado a la hora de visitar eminentes políticos, de uno y otro signo político, mientras se mantiene como un simpatizante socialista en la sombra que ofrece sus servicios como agente al presidente de los Estados Unidos.

Tras las cuatro anteriores episodios, en esta ocasión Lanny Budd, ya cercano a los 40, se pone al servicio del gobierno de su país para trasmitir información relevante y así tratar de ayudar a la causa democrática. Su trabajo como experto en arte le ayudará a mantener una posición a dos bandas y sus conexiones con la aristocracia europea hará el resto.

Como en los episodios previos, la historia es la trama y base en la que situar sus personajes de ficción, de modo que por un lado Sinclair radiografía la situación socio-política de la época, mientras que sitúa a sus personajes en ella, funcionando como un libro de historia novelado.

En su fuero interno se dijo «Roosevelt no lo creerá». Pero Lanny no podía hacer nada para remediarlo. Su destino era vivir en una época en la que demasiadas cosas resultaban increíbles, incluso después de que hubieran sucedido.

Página 142

Lanny pivota entre un lado y otro del charco obteniendo y pasando información, mientras a la vez trata de seguir el rastro de su mujer, Trudi, que forma parte de la resistencia alemana y resulta atrapada por las SS.

El quinto episodio de la saga adolece de algunos problemas de ritmo a consecuencia del exceso de reiteraciones, tanto de las habituales que añade el autor para recordar quién es quién (útiles cuando menciona personajes secundarios que aparecieron previamente) como de las propias del momento histórico, siendo estas excesivas, al repetir una y otra vez datos relacionados con la situación política (que se presuponen conocidas pero con una mención bastaría) lo cual incrementa las páginas de una novela ya de por sí larga, llegando a las 800 páginas.

Además, hay un desbalance entre lo real y lo ficcionado a favor de lo primero, lo cual lo convierte en menos novela y más ensayo histórico. Esto genera situaciones irreales que acaban pasando factura a la frescura de la historia, siendo notorio en determinados hilos, como el de Trudi, que por su relevancia e impacto en la vida de Lanny debería de haber obtenido más peso, mientras que los detalles de las estrategias políticas sí que son detallados (¿quién puede creer que a su situación como prisionera sólo se le dediquen unas pocas páginas mientras que a las estrategias de Hitler cientos, siendo la primera su esposa?).

En cualquier caso, seguiré poniéndome al día en las aventuras de Lanny Budd, y planeo la lectura de la siguiente, La cosecha del dragón, para finales de este año, y así acometer la lectura del último publicado, Un mundo que ganar, en 2026.

FICHA:

Te gustará si te gustó Entre dos mundos, Upton Sinclair.
Los dientes del dragón, Upton Sinclair.
Ancha es la puerta, Upton Sinclair.
Pros– Cómo articula lo grande (la Historia) con la vida rutinaria de los personajes.
Contras– Exceso de reiteraciones. Sobran páginas.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (110)

Tras las compras en Feria del Libro de Madrid suelo pasar un tiempo con pocas adquisiciones, para tratar de absorber todas esas nuevas lecturas, y también por las bajas novedades de la época estival. Sin embargo, alguno ha caído estas semanas, son los siguientes:

  • El conde de Montecristo, Alejandro Dumas (Navona, 2017) En los albores del blog ya mencioné esta obra magna de las letras francesas, que leí un verano en una edición espantosa con la letra minúscula de esas en las que se traducía hasta el nombre de los personajes. No tengo otra edición y lo quiero releer, de ahí que llevara ya un tiempo pensando en hacerme con una buena edición. Dicen que esta tiene la mejor traducción, aunque os admito que no he tenido demasiada buena experiencia con otros libros de esta editorial.
  • George Steiner, el huésped incómodo (Acantilado 2023). A pesar de tener alguno por leer y de no haber leído todavía nada de Steiner, no he podido resistirme a completar mi colección con la obra de Ordine con este título al que creo, le tocará esperar.
  • Prosas apátridas, Julio Ramón Ribeyro (Seix Barral, 2019). Tras leer su colección de relatos La palabra del mudo me quedé con las ganas de ahondar en su vida. No pienso leerlo en breve, pero ya sabéis, este es el tipo de libro que o lo compras en el momento en que lo ves o desaparece de todos los sitios y ya es imposible de hacerse con él.
  • El jardinero y la muerte, Gospódinov (Impedimenta, 2025). Llevo tratando de ignorar este libro un tiempo, pero aparecía en todas las partes desde la Feria del Libro de Madrid hasta las opiniones de lectores de los que me fío. Mi intento de ignorarlo es porque tengo otros libros de este mismo autor esperando en el estante, pero finalmente y porque me fío del autor de una obra tan magnífica como Las tempestálidas me lo he acabado autorregalando.
  • El tambor de hojalata, Günter Grass, (Debolsillo, 2024). A Grass lo confundo desde siempre con Greene (¿será por la doble G de sus nombres y apellidos?), y de hecho siempre pienso que El americano impaciente es una de sus obras, hasta que una y otra vez me vuelvo a recordar de mi error… y de nuevo me tiro de las orejas por no haber leído al alemán. He comprado este título para enmendar mi culpa al respecto.
  • Barrio lejano, Jiro Taniguchi (Ponent Mon, 2016). Cuando penséis que tenéis demasiados libros pensad en mi primo Pedro que los compra duplicados o triplicados porque no se acuerda si los tiene o no y después acaba regalándome alguno. Este es el caso de este cómic del que, la verdad, no tengo ninguna referencia. ¡Muchas gracias!

Estoy muy contenta con las compras de este año, veo que han bajado significativamente en comparación con los dos años previos, lo cual es genial para leer lo que tengo en casa.

Y vosotros, contadme: ¿habéis comprado mucho últimamente?

Namaste.

Autor, Literatura, Ugresic

El Ministerio del Dolor, Dubravka Ugresic

Tras El Museo de la Rendición Incondicional y Ficcionario americano me he propuesto leer a la croata una vez al año. Tengo en casa La edad de la piel y Baba Yagá puso un huevo pero quería que fuera este el siguiente en leer.

Siguiendo los pasos de El Museo de la Rendición Incondicional, la protagonista de El Ministerio del Dolor (Impedimenta, 2024) es una mujer que huye de la guerra en Yugoslavia para refugiarse en Ámsterdam, donde comenzará a dar clases de Lengua y Literatura Serbocroata. Sus alumnos son compatriotas, exiliados como ella, que comparten experiencias y con quienes creará una amistad unida por un pasado común.

Huíamos de todas partes y a todas partes llegábamos.

Página 25

Como en el Museo, el tema principal es la reflexión del hogar perdido, los recuerdos y memorias de personas que ven cómo su mundo ha terminado: un país desaparecido que no sólo no existe más, sino que parece que jamás existió ante una nueva realidad, la de la repartición de la tierra en una nueva subdivisión.

Yugoslavia era un país terrible. En él, todos mentían, igual que mienten hoy. Solo que ahora una mentira se ha dividido en cinco partes.

Página 84

Se materializa lo anterior en la absurda tarea para la profesora de impartir clases de una lengua que ya no existe. Sus alumnos le siguen el juego, y lo que comienza como una obligación se convierte en la unión de la clase ante el sentimiento de pérdida y su pasado común.

A veces, las cosas en la vida se enredan tanto que el antes y el después acaban confundiéndose.

Página 260

Esta novela sigue el tema base de El Museo de la Rendición Incondicional, pero trasformando esa situación autobiográfica en una novela que abarca la unión, amistad y también desazón y soledad. Aunque similares, los dos libros se desarrollan de manera diferente, siendo más crudo el primero y este algo más amable, dentro de la temática triste y melancólica que comparten.

Si tuviera que recomendar sólo uno os diría que mejor El Museo de la Rendición Incondicional, aunque este tiene un punto más de variedad al incluir breves historias de los diversos personajes que se presentan, algo que recuerda también a Liudmila Ulítskaya.

FICHA:

Te gustará si te gustó El Museo de la Rendición Incondicional, Dubravka Ugresic.
Una carpa bajo el cielo, Liudmila Ulítskaya.
Pros– Sutil, directo y triste. Trasmite perfectamente el tema del desarraigo y la soledad.
Contras– Falta de unión entre las historias.

Namaste.

Autor, Literatura, Vigan de

Basada en hechos reales, Delphine de Vigan

Alguien tiene que explicarme por qué de la adicción a los escritores franceses que sufrimos muchos lectores: primero fue Houellebecq, luego Carrère y ahora de Vigan, da igual su temática, cuando entras en sus mundos no puedes evitar querer leer toda su obra.

Con la última, entré con su famosa Nada se opone a la noche (Anagrama, 2012), un libro que me gustó mucho y que queda en mi memoria unido a mi viaje a Roma. Luego vino Las gratitudes (Anagrama, 2021), una historia también recomendable pero que me gustó menos. Ahora, me tocaba escoger libro para cuando terminé una novelaza como Minimosca de Gustavo Faverón Patriau, de la que os hablaré próximamente, coincidiendo además con mi estancia en el hospital, y la verdad que me costó poco escoger este libro verde que llevaba tiempo esperando su turno junto con Patrick Modiano y Karl Ove Knausgård (ya sabéis, los catálogos editoriales a veces hacen extraños compañeros de estante).

En Basada en hechos reales, la francesa nos acerca a su amistad con L., una mujer que aparece en su vida para tomar las riendas en un momento en el que la escritora está con un bloqueo lector. Enmarca el inicio de diversas partes del libro con citas de Stephen King, como si nos avisara de lo que está por venir, porque la ayuda de L. será clave para encarar el inicio de un libro que no acaba de llegar, pero también una presencia asfixiante que vira en algo mucho menos sano.

Y es que L. pretende hacerse dueña y señora de la vida de Delphine de Vigan, aislándola, influyéndola más o menos sutilmente, ampliando su influencia como cualquier persona tóxica que se precie: con obsesión y control.

El vocabulario adquirido de ese modo creaba poco a poco una coraza, espesa y fibrosa, que permitía desenvolverse en el mundo, despierta y confiada. Pero seguía desconociendo tantas palabras…

Página 21

La francesa consigue crear un historia psicológica de obsesión y control donde trasmite la perfección la agonía del ser parasitado y las estrategias del parásito para ir haciéndose con su presa.

Es imposible curarse de ciertas palabras, de ciertas miradas.

Página 227

La cosa no termina aquí porque de Vigan también crea un juego de espejos que se mueve entre realidad y ficción, entre lo que vemos y lo que creemos ver, eso que a veces no se distingue entre vivido e imaginado. Esta parte se desarrolla en el final como colofón de una historia que nos mantiene pegados a sus páginas desde el primer momento.

Aquellos cuadernos constituían mi memoria. Contenían toda suerte de pormenores, de anécdotas, de situaciones que tenía olvidadas. Contenían mis esperanzas, mis preguntas, mi dolor. Mi curación. Contenían aquello de lo que me había aligerado con el fin de mantenerme en pie. Contenían lo que creía haber olvidado pero nunca se borra. Lo que sigue actuando sin que lo sepamos.

Página 236

Con un estilo directo, concreto, de capítulos cortos y una clara de lo que nos quiere trasmitir, Basada en hechos reales es otro de esos libros a recomendar de la autora, si bien creo que no es del todo perfecta y que a veces cae hasta en lo arquetípico propio de obras de menor calidad (determinados pasajes por las exageraciones me han llevado incluso a esas películas de tarde que emiten en muchos canales generalistas).

Aún con lo anterior, ha sido una lectura muy gratificante, perfecta para un viaje, y que en mi caso quedará unida al momento en el que la he leído, como ya me pasó con Nada se opone a la noche.

De nuevo los franceses no fallan.

FICHA:

Te gustará si te gustó Nada se opone a la noche, Delphine de Vigan.
La niña perdida, Elena Ferrante.
Pros– El inicio, muy potente.
– La descripción de una relación tóxica.
Contras– Algunos pasajes parecen paródicos.

Namaste.

Autor, Bánffy, Literatura

Los días contados, Myklós Bánffy

La primera parte de la trilogía Transilvana del húngaro Myklós Bánffy viene precedida de muchas opiniones positivas, de ahí que me animara a comprar los tres libros de golpe cuando vi la oportunidad en una aplicación de venta de segunda mano.

He decidido empezar por el primero este año, Los días contados (Libros del Asteroide, 2009), con el propósito de ir afrontando la lectura de libros que forman parte de series de forma más o menos anual, como he hecho con la trilogía de Auschwitz de Primo Levi.

Imperio Austrohúngaro, principios del siglo XX. En Hungría se palpa la tensión política entre una Monarquía a la que le queda el tiempo contado frente a los cambios que pide la población.

En este contexto nos topamos con los dos protagonistas de la historia: Bálint Abády, un conde que acaba de regresar como diplomático del extranjero y que quiere comenzar a hacer cambios en su hacienda; y su primo László Gyerőffy, prometedor músico, asistente a múltiples bailes sociales como se estilaba entre las personas de su clase.

La acción se sitúa en dos escenas principales: los lugares políticos (Congresos, despachos, lugares de reuniones), donde Abády acude frecuentemente, y las salas de fiestas, carreras de caballos, casinos… donde se congrega la actividad social y donde podremos asistir a los intentos de ambos de conseguir el amor. La trama es, por tanto, bastante limitada y lenta, basada en conversaciones sobre los gobernantes o en sutiles referencias y comentarios de mujeres casaderas, podemos decir que sucede poco y lo poco que sucede se puede condensar en un párrafo.

Caminando mudo por el sendero helado decidió evitar a Adrienne. Evitarla hasta curarse del todo de esa nostalgia tonta que le perseguía.

Página 240

Me ha recordado a las escenas de paz de Guerra y paz de Lev Tólstoi y en cierto sentido esta historia es heredera de las grandes historias europeas del siglo XIX, donde la acción pierde interés en favor de la descripción total del ambiente social de la época.

Así es como Bánffy se acerca a un mundo que ya no existe dentro de un Imperio que vive sus últimos coletazos: una realidad que está cerca de acabarse, al que se le añaden las diferencias sociales y políticas de las comunidades húngaras y rumanas.

Prohibida durante más de 40 años por el régimen comunista, el retrato de las sociedades de la época nos traslada directamente a un mundo en el que la posición social era una de los aspectos más relevantes, y donde estilísticamente no caben más que los aspectos tradicionales: largas descripciones, muchos diálogos y un narrador omnisciente que sigue a los dos protagonistas.

Debido a lo anterior, y ayudada por la división en cinco partes de la historia, he ido alternando otros libros más dinámicos para no aburrirme demasiado en un libro que, siendo sincera, lo es bastante.

Me temo que esperaba mucho más de la historia, que me ha llegado a plantear la pregunta de por qué he comprado los otros dos siguientes, ya que no me he quedado con demasiadas ganas de añadirlos en mi lista de lecturas próximas…

FICHA:

Te gustará si te gustó Guerra y paz, Lev Tólstoi.
Pros– La radiografía de la sociedad de la época.
Contras– Demasiado lento y en muchos puntos, aburrido.

Namaste.

Autor, Literatura, Phillips

Oso, Julia Phillips

Cuando un libro te sorprende tanto como La desaparición (Sexto Piso, 2019), es inevitable anotar a la autora para seguirle los pasos en el momento en el que publique otra historia. La preciosa portada de la editorial hizo el resto.

Oso (Sexto Piso, 2025) es la historia de dos hermanas que viven, como en La desaparición, en una isla alejada de una gran metrópolis. Estamos en la época posterior a la pandemia del Covid de 2020 por lo que la economía de la isla y en particular de las hermanas, se comienza a recuperar tímidamente.

Su rutina se ve afectada por la llegada de un oso que aparece por su casa de forma frecuente. Lo que en principio parece algo anecdótico se convierte en fuente de discusión entre las hermanas; una de ellas busca abandonar la isla y su hogar familiar y sin embargo, la otra está fascinada por la presencia del animal.

Lo anterior acaba removiendo cosas del pasado: promesas incumplidas y la enfermedad crónica de la madre a la que las dos cuidan. En este sentido los personajes de Phillips están muy bien construidos y reflejan a la perfección la vida de dos jóvenes y su relación en un entorno socioeconómico nada sencillo.

Sin embargo, y a pesar de que el ritmo de la historia es rápido me ha faltado una profundidad que no he sido capaz de encontrar en la historia. Una sensación de que la autora podría haber sacado más partido a la trama o que se podría haber enfocado de otro modo, haciendo que la historia tomara más empaque.

Por desgracia, me parece la típica novela que dentro de cuatro años no recordaré haber leído o bien se quedará en mi memoria en un terreno de la indiferencia, que si me preguntáis, creo que es lo peor que le puede pasar a un libro.

FICHA:

Te gustará si te gustó La desaparición, Julia Phillips.
Pros– Entretenido.
– Refleja muy bien los personajes.
Contras– Le falta propósito a la historia.

Namaste.

Autor, Literatura, Sánchez Piñol

La piel fría, Albert Sánchez Piñol

Hace ya mucho tiempo (probablemente cuando vivía en Madrid) anoté este título en mi libreta, animada por algún fragmento de los que se estilaba poner en los vagones del metro con objeto de animar a la lectura de los viajeros.

Se quedó, como muchos otros, sepultado entre libros, retrasado además porque no disponía de ejemplar que me juzgara desde su estante. La casualidad hizo que me topara con él en la biblioteca, y posteriormente sin buscarlo lo encontré en una librería de viejo en Urueña, la Villa del Libro, lo cual me acabó por convencer que era el momento de acercarme a esta historia de la cual, reconozco, no conocía ni siquiera la trama.

El protagonista es un hombre que llega a una isla aislada de la civilización con objeto de comenzar su trabajo de meteorólogo. A pesar de haber recibido la información de relevar a su antiguo compañero, la primera sorpresa será darse cuenta de que no hay a quien relevar y la única persona que se encuentra en la isla no parece demasiado colaborador.

Lo mejor vendrá después, porque caída la noche se dará cuenta de que las dos únicas construcciones de la isla son atacadas por unos seres que salen del mar.

Este planteamiento y el ritmo endiablado de la acción consigue que no puedas parar de leer. ¿Quiénes son esos seres y qué quieren?

Nunca estamos infinitamente lejos de aquellos a quienes odiamos. Por la misma razón, pues, podríamos creer que nunca estaremos absolutamente cerca de aquellos a quienes amamos.

Página 9

La consecuencia, como podréis imaginar, es que no es posible dejar el libro a medias, mientras el lector es testigo de las estrategias e intentos del protagonista por repeler el ataque de los monstruos.

Hay ocasiones en que negociamos nuestro futuro con el pasado.

Página 27

Como resultado, una historia vertiginosa, no carente de reflexiones sobre qué distingue a los humanos de otras razas, además de componentes morales y éticos.

Mi descripción no es fiable. Eso es lo que yo podía ver. Pero el paisaje que un hombre ve ojos afuera, acostumbra a ser el reflejo de lo que esconde, ojos adentro.

Página 26

El problema de este tipo de historias es la culminación, cómo terminar una historia que, como otras de terror o de miedo, sólo parece tener dos soluciones, y quizá esto es lo que desequilibra la historia, tanto las repeticiones que alargan una trama de la que tampoco se puede pedir más, hasta el final que es de complicada resolución.

Veo que hay una versión en cine de la que algunos lectores hablan bien. Lo desconocía.

En definitiva, una lectura no del todo redonda pero que me alegro haber hecho para conocer a un autor que tenía pendiente desde hace demasiado tiempo.

Te gustará si te gustó Fin, David Monteagudo.
Pros– Original, vertiginoso. Muy entretenido.
Contras– Exceso de repeticiones. Difícil de terminar.

Namaste.