De El año del pensamiento mágico sólo conocía dos cosas: la primera, que el tema predominante es la muerte. La segunda, que todo el mundo lo recomendaba. Nunca había leído a Joan Didion. Me alegra por fin haberle puesto solución al fin.
Busqué este libro pero nunca lo encontraba, hasta que me topé con esta nueva edición, publicada en mayo de 2019 e ilustrada por Paula Bonet en mi visita a la librería Jarcha. No os voy a engañar: el hecho de que esté ilustrado me da bastante igual, porque lo que quería era leer el libro. Sé que hay muchas personas a las que le encanta Paula Bonet y escogerían esta edición por encima de otras. A mí realmente me da más igual.
El hecho de no leer la sinopsis y tan solo apuntar un título te lleva a situaciones como esta: desconocía que se tratara de una historia de no ficción. En el año 2003, el marido de Joan Didion fallece. Una noche como tantas otras, en las que mientras están cenando como otro día cualquiera, el corazón de John se para. Un mazazo imprevisto, el estupor de una mujer que rememora los actos previos, que trata de recordar cuáles fueron las últimas situaciones con él, sus conversaciones y sus actos, con el halo perenne de no haberse podido despedir de él, de saber que la cotidianidad impidió una adiós como merecía.
La muerte toca y cambia, llega y no avisa, hay un momento en el que todo era normal pero después de dos segundos ya no lo es. Joan Didion reflexiona sobre ese punto, remitiendo a lecturas, textos y autores para analizar ese crítico momento.
Pero además, Didion reflexiona y rememora, y también nos cuenta cómo vivió la enfermedad de su hija Quintana, que mientras su padre yacía muerto en la cocina de su casa, se debatía entre la vida y la muerte a causa de una enfermedad que le había llevado de hospital en hospital los últimos meses.
La familia de Joan Didion se desquebraja y ella se queda sola, incrédula y dolida, intentando asimilar el dolor y la pérdida que está sufriendo.
Los supervivientes miran hacia atrás y ven presagios, mensajes que se perdieron.
Página 156
El año del pensamiento mágico es un golpe de realidad para el lector. Recorremos el mismo sendero que la autora, pensar qué pasaría si hoy es la última vez que vemos a una persona querida, qué sensación tendríamos si supiéramos que no hay un mañana para este amigo con el que acabamos de vernos, que todos esos planes quedarán en el aire. También es una historia de supervivencia, porque en todo ese dolor Didion tiene una hija que está intentado salir adelante. Una hija que necesita compañía, que está intentando sobrevivir.
El año del pensamiento mágico es un libro duro e incómodo pero también pone en valor muchas de las cosas que intentamos no decir o no pensar. Situaciones ante la muerte, reacciones, miedos:
Somos seres mortales imperfectos, conscientes de esa mortalidad incluso cuando la apartamos a empujones, decepcionados por nuestra misma complejidad, tan incorporada que cuando lloramos a nuestros seres queridos también nos estamos llorando a nosotros mismos, para bien o para mal. A quienes éramos. A quienes ya no somos. Y a quienes no seremos definitivamente un día.
Página 204
La verdad es que El año del pensamiento mágico es un libro muy recomendable, que analiza desde diferentes puntos de vista la muerte de una persona cercana. Un texto que nos deja con un nudo en el estómago desde la primera línea. Sin embargo, también creo que va perdiendo fuerza en la parte final y que si hubiera incluido menos páginas le habría ayudado a cerrarlo mejor, aunque entiendo que un libro de este estilo es muy complicado dejarlo como libro redondo.
FICHA:
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Namaste.
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