Reviso cuándo fue la última vez que os mostré los libros que he comprado y para mi grata sorpresa, han pasado ya 2 meses. 2 meses de lecturas pero con pocas compras. Quiero pensar que algo va bien en cuanto a mi consumismo lector.
Estas son las últimas adquisiciones:
Me casé por alegría y Valentino, Natalia Ginzburg (Acantilado, 2018 y 2024, respectivamente). De un tiempo a esta parte busco por necesidad lecturas con capítulos cortos, libros ligeros que sostener en momentos en los que tengo una de las dos manos ocupadas. La solución ha sido volver a autores fiables que además tienen títulos en píldoras pequeñas, como estos de la italiana Ginzburg, de quien he leído Léxico familiar y Las pequeñas virtudes.
Un médico rural, La condena y El fogonero, Franz Kafka (Acantilado, 2024 y 2018) . Uno de mis autores predilectos de quien me faltaban estos títulos, perfectos para intercalar entre lecturas más largas.
Aguamala, Nicola Pugliese (Acantilado, 2022). Un planteamiento muy interesante de un autor que no he leído nunca.
El desván de las musas dormidas, Fulgencio Argüelles (Acantilado, 2025). El autor de aquella maravillosa historia, El palacio azul de los ingenieros belgas publica su última novela este año. Me dejó con ganas de más.
El nadador en el mar secreto, William Kotzwinkle (Navona, 2025). Recomendado por activa y por pasiva (quizá mucho tiene que ver con el podcast El café de Mendel) finalmente me he hecho con él.
Kentukis, Samanta Schweblin (Seix Barral, 2025). Llego tardísimo a la argentina, pero tras Distancia de rescate he hecho propósito de enmienda y por eso he comprado esta historia, espero leerla en breve.
Y vosotros, ¿habéis comprado mucho estas últimas semanas?
¡Nos vemos en el último recopilatorio de lecturas de este año!
Tenía pendiente leer el Libro del desasosiego desde hace mucho tiempo. Figuraba como uno de esos libros que hay que leer, pero como en otras muchas ocasiones, nunca le encontraba hueco.
Este libro aglutina diversos fragmentos que el portugués dejó anotados, sin orden, en un baúl, ordenados posteriormente en la edición por temática. En mi caso, lo he leído con esta edición Acantilado, donde marcan los párrafos que se quedaron a medias mediante símbolos.
El hecho de que sea fragmentario y reflexivo impone una lectura pausada, y así es como durante 2024 he ido leyéndolo de a poco, disfrutando sus reflexiones, comentarios e ideas, y como creo que no se puede añadir mucho más a un libro como este, os voy a dejar citas para que valoréis por vosotros mismos su contenido:
No me indigno, porque la indignación es cosa de los fuertes; no me resigno, porque la resignación es cosa de los nobles; no me callo, porque el silencio es cosa de los grandes. Y yo no soy ni fuerte, ni noble, ni grande.
Página 138
Tengo un cansancio en el alma de mi corazón. Me entristece aquel que nunca fui, y no sé qué especie de saudade es el recuerdo que de él tengo. Caí entre las esperanzas y los vestigios, como todos los ocasos.
Página 204
Cuanto más avanzamos por la vida más nos convencemos de dos verdades que sin embargo se contradicen. La primera es que, ante la realidad de la vida, palidecen todas las ficciones de la literatura y del arte. Proporciona, es cierto, un placer más noble que los que da la vida; sin embargo, son como los sueños, en los que sentimos sentimientos que en la vida no se sienten, y se conjugan formas que en la vida nunca llegan a encontrarse; son, a pesar de todo, sueños de los que se despierta, que no constituyen en recuerdos ni en saudades con los cuales podamos después vivir una segunda vida.
La segunda es que, siendo deseo de toda alma noble recorrer la vida por completo, tener experiencia de todas las cosas, de todos los lugares y de todos los sentimientos vividos, y siendo esto imposible, la vida sólo subjetivamente puede ser vivida por entero, sólo negada puede ser vivida en su sustancia absoluta.
Página 240
Y estas citas y tantísimas otras que he ido marcando os digo que tenían razón, es una de las mejores lecturas del año 2024.
Leedlo. Tomaos vuestro tiempo, espaciadlo, degustadlo. Os encantará. De veras.
Libros nuevos, el olor fantástico de las páginas nuevas.
¿Comenzamos?
Los ensayos, Montaigne (Acantilado, 2007). Llegado el mes de abril y coincidiendo con mi cumpleaños, me hago siempre un autorregalo, y últimamente están siendo los libros en estuche que publica Acantilado. Son todos libros especiales, más de fondo de la biblioteca que libros que vas a leer mañana, la verdad. Este era uno de los que me quedaban pendientes.
El proceso, Franz Kafka (Nórdica, 2024). Con motivo del centenario del fallecimiento de Kafka muchas editoriales se han animado a sacar nuevas ediciones de sus obras. Leí El proceso hace un par de décadas, me quedó marcado hasta subirlo al podium de los libros de mi vida, de ahí que pensara en esta edición para su relectura. El envío corre a cargo de la editorial, ¡mil gracias!
El entenado, Juan José Saer (Rayo Verde, 2013) De un tiempo a esta parte allá donde ponía la mirada había un comentario o recomendación de una novela de Saer, un argentino del que jamás había oído hablar ni tenía referencia alguna. Pregunté y me recomendaron este título, así que lo compré con la intención de leerlo dentro de poco. Reseña aquí.
Sinceramente suyo, Shúrik, Liudmila Ulítskaya (Anagrama, 2024). Caigo irremediablemente, lo sé. Porque en casa tengo Una carpa bajo el cielo sin leer y aún así soy capaz de comprar otro libro de la misma autora. Impulsos, imagino.
Melancolía de la resistencia, László Krasznahorkai (Acantilado, 2001). Fue en El café de Mendel donde oí por primera vez recomendar este autor húngaro, del que primero busqué Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río, un título que aún no me he aprendido de un autor que, incluso en la misma caseta de la editorial les sonaba a chino (!). Como este segundo estaba descatalogado y la Melancolía dicen que también es una buena historia para comenzar a leerle, lo he comprado para, por fin, leer a un autor que aparece siempre en la lista del Nobel.
Niebla, Miguel de Unamuno (Austral, 2011). Uno de esos títulos que te recomiendan hace mucho, que anotas en tu libreta y te olvidas. Clásico entre los clásicos españoles con unanimidad en la crítica. No sé por qué pero jamás lo llegué a leer ni a comprar. Ahora era el momento.
Tú eres la tarea, Franz Kafka (Acantilado, 2024). Una colección de aforismos del más famoso de los praguenses para conmemorar el aniversario de su fallecimiento. No podía faltar en mi estantería.
Las voces de Quimera (Montesinos. 2024). Recopilación de entrevistas con autores incluidos en la revista Quimera. Una buena forma de conocer la visión de los escritores que leemos. El envío corre a cargo de la editorial.
Dictadores, Frank Dikötter (Acantilado 2023). A estas alturas a nadie le pillará de sorpresa mi interés por los periodos históricos plagados de dictadores. Este ensayo trata de acercarse a las figuras más representativas del culto a la personalidad del siglo XX, con un apartado con cada uno ellos, de Mao a Duvalier, de Hitler a Ceausescu. 8 figuras históricas para conocer mejor.
Poesía, Anne Sexton (Lumen, 2024). Ando encantada por la publicación de este libro, que recupera la obra de Sexton y que llevo queriendo leer hace mucho tiempo.
Y vosotros, decidme, ¿habéis comprado muchos libros últimamente?
Leí en su día Mi madre y la música, el libro de Marina Tsvietáieva sobre su relación con su madre y el aprendizaje del piano. Al saber que además estaba este librito, lo anoté para colarlo en un hueco entre lectura y lectura.
Tal y como me esperaba, se trata de un libro resumen de la relación de su padre con su museo, el de bellas artes de Moscú, que posteriormente sería conocido como Museo Pushkin, desde el momento de la construcción del edificio hasta su inauguración.
El libro incluye dos partes escritas en momentos temporales diferentes: en Francia escribe una primera versión, publicada en ruso en 1933, y más tarde, para su público francés desarrollará parte de esos relatos autobiográficos, de ahí que en la segunda parte incluya detalles y descripciones que no incluye en el primero.
Marina Tsvietáieva nos abre una puerta a otro mundo, a una sociedad que no existe, rodeada de personajes en extinción: nobles, príncipes y aristócratas alrededor de un museo para gloria del zar Alejandro III.
Como decía en Mi madre y la música, hay un punto íntimo que consigue con muy pocas palabras, porque además pero además aquí nos explica parte de la vida familiar, el cambio ante de la muerte de la madre, las expectativas y preocupaciones de su padre ante el proyecto más importante de su vida, el día a día bajo un proyecto de tal envergadura.
Un librito delicioso, conciso y directo perfecto para acercarse a la sociedad rusa.
Este libro vino recomendado por Fernando, amigo lector y ávido devorador de libros.
El palacio azul de los ingenieros belgas (Acantilado, 2003) narra la historia de Nalo, un joven que comienza a trabajar como aprendiz de jardinero en el palacio azul de los ingenieros belgas, la casa familiar de los gerentes y propietarios de una fábrica en la zona.
El nuevo trabajo supondrá abrir un mundo de conceptos no sólo de su tarea propiamente dicha, también de los conocimientos de su maestro Eneka, un sabio que conoce todo el mundo y que se casó con una musa.
Escrita cronológicamente y de corrido, sin apenas puntos y aparte y sin ningún diálogo directo, Argüelles despliega un estilo lírico preciosista que nos deja fragmentos tan bonitos como este, que pudieran parecer parte de un largo pensamiento:
Entonces ocurrió (…) lo que ya otras veces me había ocurrido junto a ella, que un momento no era solo eso, un momento, un instante en el que ocurre algo concreto, sino muchos momentos a la vez que se confunden y se complican y que te roban toda certeza, hasta la certeza misma de que tú existes en medio de todos esos momentos.
Página 24
La sensación es que el autor nos lleva, fluyendo de un tema a otro, para llegar a los temas que nos sugieren los importantes secundarios: Cosme, el abuelo de Nalo, Eneka y Lucía y los belgas y el primo Alipio.
Como telón de fondo, un momento espacio-temporal sin determinar.
Sentí que el tiempo de afuera, el que fluía por las paredes y los suelos brillantes del palacio, el que se perdía por las vidrieras acules con los temblores de la voz del mayordomo (…), ese tiempo, no era el mismo que el que yo sentía dentro, sujetándome las tripas y el cerebro, porque éste se había quedado quieto, colgado en un minuto eterno, indicándome los puntos débiles de mi cuerpo por donde se podrían colar los desconsuelos.
Página 43.
Y es que lo que al principio parece un mundo onírico, sin revelaciones sobre el momento y lugar de la acción hacia la mitad todo comienza a desvanecerse como en un sueño, apareciendo poco a poco el momento y lugar, para acabar tomando protagonismo por las acciones que van a suceder.
Pareciera como si poco a poco se cayera una cortina leve para tomar una importancia sorprendente en el devenir de los protagonistas: algo que parecía estático se convierte en dinámico y aquello que parecía un paisaje, algo que contemplar en el fondo, pasa a ser vital para la trama.
Había ido a buscar un jarrón de porcelana para las flores y había descubierto el escondite secreto de la primavera.
Página 114
O simplemente, los personajes pasan de su visión introspectiva, interesados por sus propios problemas y aficiones (la poesía, los amores o los proyectos) para salir de su reclusión a un mundo cambiante, donde la revolución está llegando.
La novela es un canto al conocimiento, a las personas curiosas que quieren conocer más todo lo que les rodea: desde la poesía, como su hermana Lucía, que habla con palabras extrañas demuestra en cada ocasión o como el abuelo Cosme, que con sus proyectos quiere que su tierra progrese teniendo más infraestructuras.
Sintiendo el pavor de lo desconocido, aprehendiendo cada conocimiento con la inquietud de quien teme su imprudente curiosidad estropee el rumbo del universo.
Página 69
Una novela muy interesante con una forma de escribir elegante, lírica, muy bonita y diferente para conectar con un mundo a medida de lo que nos quiere contar Argüelles.
– El estilo lírico y el flujo de las frases. – Demuestra una voz propia y muy interesante.
Contras
– Hacia la mitad la acción va por otros derroteros para mí menos interesantes. – No lo recomiendo si no tenéis tiempo para leer, los capítulos son largos y es complicado parar a mitad.
Esto de aquí no es una reseña. Sólo una entrada para recordaros, a los que no lo habéis leído, que tenéis que leer la Divina Comedia. Eso y unas pequeñas recomendaciones que me han servido para afrontar una lectura que puede resultar compleja.
1.- Siempre es importante la edición que se escoge pero en este caso lo es todavía más. Dante escribió su obra más ilustre plagada de referencias de su época, algo que es ajeno para un lector contemporáneo.
En esta edición de Acantilado se incluye un extenso glosario donde explica quién es quién de todos los personajes y por qué pasa lo que está pasando. Así, de cada uno de ellos se incluye una breve biografía para conocer qué han hecho y por qué se los encuentra en su viaje por el inframundo.
En la Comedia todo tiene un por qué, y vamos a entender bastante poco si no sabemos qué está sucediendo.
2.- Alternar la lectura. La Comedia está dividida en 3 partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso. Cada una de ellas tienen 33 o 34 cantos, siempre en verso. Os recomiendo leer como mucho una sola de las partes y después empezar otra historia diferente. Empecé el libro en enero de este año, a razón de una parte por cada trimestre. Lo terminé en noviembre y creo que es la mejor cosa que he podido hacer.
3.- En relación con lo anterior, leed solo cuando estéis muy concentrados. No es un libro para leer un rato, o como ruido de fondo o con el móvil en la mano. Lo que yo hacía era dejarle hueco para los sábados o domingos por la tarde, un momento especial dedicado a esta obra tan magnífica.
4.- No tengáis miedo. Si algo me sorprendió desde que la empecé es que es bastante más entretenida de lo que yo pensaba, y que además se entendía todo. O casi, casi todo. Es cierto que me ha parecido el Infierno más entretenido que el Paraíso, pero en general es un texto dinámico, entretenido, incluso hasta divertido por momentos.
5.- Sorpréndete con lo actual de esta lectura. Se escribió en el siglo XIV pero a pesar de eso lo que nos cuenta es tan contemporáneo: los pensamientos, los miedos, las circunstancias (los pecados y las virtudes) que uno no puede sino sorprenderse por la visión genial de Dante, por haber plasmado tanto condensado en un texto. Además, tras leerlo lo encuentras en todos los lugares, en todos los libros, en todas las partes.
Cuando llegas a la obra de la bielorrusa, te metes en un terreno en el que sabes que antes o después tratarás de leer toda su obra, de lo sobresaliente que es.
Así tras Voces de Chernóbil decidí continuar con este, El fin del Homo sovieticus (Acantilado, 2015), que, al igual que el anterior, parte de testimonios de gente corriente para ahondar en el alma rusa: las crónica de los que viven y su visión de la época de Stalin, de la perestroika de la Rusia actual (casi actual, de 2016).
Dividido en dos bloques, los testimonios incluyen variedad de visiones y análisis según la época a la que se refieran: del 1991 a 2001 y de 2002 a 2012.
Los capítulos se ordenan según quién los narra. Tenemos capítulos de gente mayor, de gente joven, y también de diálogos entre varios, en los cuales cada uno va añadiendo su parecer. Estos son los que menos me han gustado, porque quizá le falte la profundidad que sí tienen el resto de los testimonios o porque parece que se interrumpen entre sí, quedándose en un punto más superficial y ahondando menos en la historia.
El comunismo es como la ley seca: una buena idea que no funciona.
Página 186
Los testimonios son de todo tipo: algunos echan de menos el tiempo pasado, otros son brutalmente tristes, por la violencia que han tenido que sufrir, por cada anécdota vivida, de esos que escogen el estómago. Los alegres son los menos, no os voy a engañar.
Comencé a beber para poder llorar…
Página 206
Recomiendo leerlo de a poco, porque en muchas ocasiones falta el aire y es necesario alejarse de un libro tan duro y complicado como este. El tópico es cierto: lo que se narra supera la ficción.
Asesinaron a sabe Dios cuánta gente, pero vivíamos en una época grandiosa.
Página 391
Mientras que la primera parte la leí muy pausadamente (para que os hagáis una idea de mis tiempos de lectura, comencé este libro en noviembre de 2022 y lo he acabado en junio del 2023), en la segunda parte me pareció apreciar un avance en el tono o en los testimonios que me llevaron a leerlo mucho más rápidamente.
Destaco la De Romeo y Julieta… aunque en esta historia se llamen Margarita y Abulfaz, que a pesar de encontrarse en la última parte del libro (y por tanto ya sabemos a qué atenernos), consigue condensar tanto el sinsentido y el dolor que cada frase es un mazazo, un golpe de realidad de situaciones que uno no puede sino tratar de asimilar.
Dicen que un Occidental jamás podrá comprender la magnitud del alma rusa y todas sus peculiaridades. Seguramente lleven razón, pero sin duda esta es la mejor forma de acercarse. Hay muchos libros perentorios y este es, claramente, necesario.
Es terrible haber nacido en la URSS y tener que vivir en Rusia.
Me dije a mí misma que no compraría nada en julio y agosto, que podía esperar a las novedades de septiembre.
Mi animal mitológico favorito es el autocontrol.
El verano que lo derritió todo, Tiffany McDaniel (Hoja de Lata, 2023). Desde que supe de su publicación, esperé con ganas este título, que viene firmado de la misma autora que Betty, una novela que me encantó el pasado año.
Una carpa bajo el cielo, Liudmila Ulítskaya (Automática 2023). La autora rusa visitó España, y aunque finalmente no pude acudir al evento, un amigo de estos lares se acercó por mí y consiguió hacerse con su firma. ¡Mil gracias, Ignacio!
El caso Moro, Leonardo Sciascia (Tusquets, 2010). Salir de la noche de Calabresi me trajo a este título, que pensé que no era sencillo de encontrar pero que ha sido reeditado a principios de este año. Toda una sorpresa que se vino conmigo cuando visité la librería.
La plaza del diamante, Mercè Rododera (Edhasa, 2023). Muchos lectores catalanes recomiendan con alegría este título. Por ese motivo llevaba anotado en mi libreta demasiado tiempo. Sin embargo, fue casual que lo comprara, puesto que desconocía de la existencia de esta edición. Recién sacada del horno. Reseña.
Los hombres no son islas, Nuccio Ordine (Acantilado, 2022). Llevaba un tiempo con este libro en el punto de mira. Del italiano, recientemente fallecido, he leído La inutilidad de lo inútil y Clásicos para una vida (y sin embargo, ninguno de los dos los llegué a reseñar aquí). R., siempre atento, me lo regaló.
El otoño del patriarca, Gabriel García Márquez (Random House, 2022) Llevaba un tiempo pensando que era hora volver a leer al más famoso de los escritores colombianos. Quedan atrás la relectura de Cien años de soledad y también lejos Del amor y otros demonios o El coronel no tiene quien le escriba (de El amor en los tiempos del cólera sólo diré que incluso lo leí antes de que abriera el blog). Y puestos a volver por qué no hacerlo con otra de sus novelas insignias.
Corre, conejo, John Updike (Maxi Tusquets, 2015). Pocos escritores logran conseguir el premio Pulitzer. ¿Pero que lo hagan 2 veces? Sabemos que dos tenía William Faulkner y dos ha conseguido Colson Whitehead. Y sin embargo, Updike ha quedado en el olvido y parece que es uno de esos escritores que ya no se lee. Este viene de la mano de 1001 libros que hay que leer antes de morir, una de esas recopilaciones a las que se pueden sacar muchas pegas pero que me está poniendo en aviso de libros y autores fuera de mi zona de confort. Reseña.
El secuestro, Georges Perec (Compactos Anagrama, 2020). Vengo fascinada por el mundo un tipo francés y es algo que me preocupa, no os voy a engañar. El tipo se hacía llamar Perec y tengo muchas ganas de contaros qué me ha parecido La vida instrucciones de uso. Solamente decir que he corrido a por otra de sus historias. Reseña.
Contadme: ¿habéis comprado algo las últimas semanas?
Más libros, más títulos y ejemplares que se han venido conmigo en este mes de mayo.
¿Me acompañáis?
La chica que vive al final del camino, Laird Koenig (Impedimenta 2023). Una novedad marca de la casa, un thriller con muy buena pinta del tipo que da gusto alternar entre otro tipo de libros. Y no os digo nada de lo preciosa que es la edición.
Los árboles, Percival Everett (De Conatus, 2023). La editorial me ganó con Los Netanyahus de Jonathan Coe. Sí, sé que nada tiene que ver, pero su línea editorial más lo que sé de este título (¿humor sobre el supremacismo blanco?) me han atraído a comprarlo. Ha sido finalista del Booker Price de 2022.
Arraianos, Xosé Luis Méndez Ferrín, (Hoja de Lata, Edición Los 10 de los 10, 2023). Los asturianos Hoja de Lata han celebrado su décimo aniversario con nuevas ediciones de sus títulos más representativos. Este es uno de ellos, que me recomendaron en Moito Conto. Como me fío mucho de su criterio, se vino conmigo.
El baile, Irène Némirovsky (Salamandra Bolsillo, 2016). Un eterno pendiente de esos que todos habéis leído menos yo. Se lee de una sentada y ya lo he hecho, así que dentro de poco veréis por aquí la reseña.
Gótico carpintero, William Gaddis (Sexto Piso, 2012) A David (@davidmcope, editor y traductor) me recomendó hace mucho tiempo a William Gaddis. Primero destacó Los reconocimientos, casi imposible de localizar por estar descatalogado. También mencionó este. No qué esperar pero tengo muchas ganas de empezarlo. Reseña.
Color y significado, John Cage (Acantilado, 2023). Un ensayo sobre los colores y su evolución a lo largo de la historia, un tema muy concreto, quizá extraño que me ha parecido interesante.
Para pensar mejor, Marcus du Sautoy (Acantilado, 2023). Otro ensayo también de Acantilado, pero en este caso sobre los procesos de toma de decisiones.
El sabor de un hombre, Slavenka Drakulic (Anagrama, 1999). Como os decía en alguna entrada anterior, me estoy aficionando a de vez en cuando a comprar libros de segunda mano. Este en concreto era casi casi obligatorio porque es difícil de encontrar. Y quién no tiene 2 euros para gastar en libros, claro.
Y vosotros, ¿qué habéis comprado en el mes de mayo?
Un mes más os traigo los nuevos libros que han llegado a mis estantes:
Un fantasma en la garganta, Doireann Ní Ghríofa (Sexto Piso, 2023). Los libros también entran por los ojos y eso es lo que me ha pasado con este. Lo poético del título junto con lo hipnótico de la imagen de la cubierta bastó para desear leerlo. El envío corre a cargo de los amigos de Sexto Piso. Aquí la reseña.
Ellas hablan, Miriam Toews (Sexto Piso, 2020). De Toews leí hace no mucho Pequeñas desgracias sin importancia, una historia compleja sobre la vida, el suicidio, el dolor y las decisiones. Cuando vi que una película basada en este otro ha ganado un Óscar, sabía que lo tenía que leer. Envío de Sexto Piso.
Libro del desasosiego, Fernando Pessoa (Acantilado, 2013). Eterno pendiente, quiero leerlo desde hace mucho y al fin me he hecho con esta edición de Acantilado. Dicen de él que es indispensable. Reseña.
El palacio azul de los ingenieros belgas, Fulgencio Arguelles (Acantilado 2003). Al contrario que los anteriores, de este no sabía nada de nada. Fue Fernando quien me lo recomendó, y como me fío de él lo anoté en mi libreta. Espero que me guste mucho más que el Gabinete de las Maravillas…
Retrato de casada, Maggie O´Farrell (Libros del Asteroide, 2023). Probablemente O´Farrell sea un de las autoras que más han aparecido por aquí. De ella he leído (casi) todo lo que se ha publicado:Tiene que ser aquí (Libros del Asteroide, 2017), La primera mano que sostuvo la mía (Libros del Asteroide, 2018), Sigo aquí (Libros del Asteroide, 2019), Hamnet (Libros del Asteroide, 2021) y La extraña desaparición de Esme Lennox (Salamandra, 2009) así que tenía muchas ganas de hacerme con este título. Que sin, embargo, me ha entrado pereza cuando lo he visto plagando la red y cuando he leído algo de la sinopsis. Parece que no va muy lejana de la historia de Hamnet. Aquí la reseña.
Anoxia, Miguel Ángel Hernández (Anagrama, 2023). Del autor murciano he leído El dolor de los demás (Anagrama, 2018) e Intento de escapada (Anagrama, 2013). La verdad que no tenía pensado comprar este libro, pero la sinopsis me acabó convenciendo.
La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana Alexiévich (De Bolsillo, 2017). De la Nobel he leído Voces de Chernóbil, y estoy ahora mismo con El fin del Homo Sovieticus, avanzando de forma lenta. A la bielorrusa hay que leerla. Todo.
Basada en hechos reales, Delphine de Vigan (Anagrama, 2016, en esta edición 2023). La francesa es una de mis últimas filias, tras el gran éxito de Nada se opone a la noche he leído Las gratitudesy sigo con ganas de más. Por el momento he descartado el último título que ha sacado, Los reyes de la casa, y me he decantado por este. Como los anteriores, no es demasiado largo, es sencillo colarlo entre otras lecturas más densas.
Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros este mes?