Regresar a un título que tan buenas críticas ha dejado del autor de Las tempestálidas parece un acierto seguro.
En mi lista de propósitos de este año tenía anotado volver a leer al búlgaro Gospodínov, ese que me dejó unas sensaciones similares a las que provoca en mí el rumano Cartarescu. Lo que no tenía claro era con qué libro regresar, ya que he ido comprando Física de la tristeza o Novela natural.
Finalmente fue este el escogido, un título editado por Impedimenta del que todo el mundo hablaba maravillas. Diría que el hecho de ser capítulos de apenas una página fue el desencadenante de mi elección, ahora que busco alternar con autores que no saben parar entre párrafos más que 50 páginas después es genial combinar con un tipo de libro que te permite coger el aire que se necesita.
El jardinero y la muerte (Impedimenta, 2025) comienza así:
Mi padre era jardinero. Ahora es jardín.
Página 11
El autor nos informa de que su padre, ese jardinero que menciona, ha muerto. Lo acompañamos en la enfermedad, en el paso de un hombre con salud a un enfermo que camina despacio, de un hombre preocupado por sus flores y plantas a un hijo que no sabe muy bien cómo gestionar el terreno de su padre.
Me pregunto si las flores no son realmente los periscopios secretos de los muertos que yacen bajo ellas observando el mundo a través de sus tallos.
Página 16
Por medio de capítulos cortos y reflexiones poéticas, el búlgaro ahonda en la relación con el progenitor, en la enfermedad y la pérdida, en la ausencia.
¿De qué hablamos cuando hablamos de la muerte? ¿De aquel que se ha ido o de nosotros? ¿De la ausencia misma? Está tan ausente que llena cada minuto libre con su ausencia.
Página 17
El resultado es un libro lírico, delicado y triste, un acercamiento tierno y cálido a la muerte, de un hijo que sufre la pérdida de su héroe.
Mi padre se está yendo y el mundo no lo sabe, obviamente, no se culpa de nuestras tragedias personales, la vida sigue…
Página 81
Con la naturalidad que da la sencillez y la sinceridad, El jardinero y la muerte se añade a los libros del duelo de forma inexorable. Se recordará por el amor en las palabras del autor, por lo bonito que hacer describir un proceso tan doloroso como la pérdida de un ser querido.
No grité, no aullé, solo dejé que las lágrimas cayeran en silencio.
Página 97
Tenían razón. Este libro es una pequeña joya y Gospodínov un autor al que tener en cuenta. Siempre.
FICHA:
| Te gustará si te gustó | – El año del pensamiento mágico, Joan Didion. |
| Pros | – La sinceridad y a la vez la delicadeza en sus palabras. – Los capítulos cortos y las frases punzantes. |
| Contras | – Triste. Doloroso. |
Namaste.










