Autor, Literatura, Phillips

Oso, Julia Phillips

Cuando un libro te sorprende tanto como La desaparición (Sexto Piso, 2019), es inevitable anotar a la autora para seguirle los pasos en el momento en el que publique otra historia. La preciosa portada de la editorial hizo el resto.

Oso (Sexto Piso, 2025) es la historia de dos hermanas que viven, como en La desaparición, en una isla alejada de una gran metrópolis. Estamos en la época posterior a la pandemia del Covid de 2020 por lo que la economía de la isla y en particular de las hermanas, se comienza a recuperar tímidamente.

Su rutina se ve afectada por la llegada de un oso que aparece por su casa de forma frecuente. Lo que en principio parece algo anecdótico se convierte en fuente de discusión entre las hermanas; una de ellas busca abandonar la isla y su hogar familiar y sin embargo, la otra está fascinada por la presencia del animal.

Lo anterior acaba removiendo cosas del pasado: promesas incumplidas y la enfermedad crónica de la madre a la que las dos cuidan. En este sentido los personajes de Phillips están muy bien construidos y reflejan a la perfección la vida de dos jóvenes y su relación en un entorno socioeconómico nada sencillo.

Sin embargo, y a pesar de que el ritmo de la historia es rápido me ha faltado una profundidad que no he sido capaz de encontrar en la historia. Una sensación de que la autora podría haber sacado más partido a la trama o que se podría haber enfocado de otro modo, haciendo que la historia tomara más empaque.

Por desgracia, me parece la típica novela que dentro de cuatro años no recordaré haber leído o bien se quedará en mi memoria en un terreno de la indiferencia, que si me preguntáis, creo que es lo peor que le puede pasar a un libro.

FICHA:

Te gustará si te gustó La desaparición, Julia Phillips.
Pros– Entretenido.
– Refleja muy bien los personajes.
Contras– Le falta propósito a la historia.

Namaste.

Autor, Literatura, Sánchez Piñol

La piel fría, Albert Sánchez Piñol

Hace ya mucho tiempo (probablemente cuando vivía en Madrid) anoté este título en mi libreta, animada por algún fragmento de los que se estilaba poner en los vagones del metro con objeto de animar a la lectura de los viajeros.

Se quedó, como muchos otros, sepultado entre libros, retrasado además porque no disponía de ejemplar que me juzgara desde su estante. La casualidad hizo que me topara con él en la biblioteca, y posteriormente sin buscarlo lo encontré en una librería de viejo en Urueña, la Villa del Libro, lo cual me acabó por convencer que era el momento de acercarme a esta historia de la cual, reconozco, no conocía ni siquiera la trama.

El protagonista es un hombre que llega a una isla aislada de la civilización con objeto de comenzar su trabajo de meteorólogo. A pesar de haber recibido la información de relevar a su antiguo compañero, la primera sorpresa será darse cuenta de que no hay a quien relevar y la única persona que se encuentra en la isla no parece demasiado colaborador.

Lo mejor vendrá después, porque caída la noche se dará cuenta de que las dos únicas construcciones de la isla son atacadas por unos seres que salen del mar.

Este planteamiento y el ritmo endiablado de la acción consigue que no puedas parar de leer. ¿Quiénes son esos seres y qué quieren?

Nunca estamos infinitamente lejos de aquellos a quienes odiamos. Por la misma razón, pues, podríamos creer que nunca estaremos absolutamente cerca de aquellos a quienes amamos.

Página 9

La consecuencia, como podréis imaginar, es que no es posible dejar el libro a medias, mientras el lector es testigo de las estrategias e intentos del protagonista por repeler el ataque de los monstruos.

Hay ocasiones en que negociamos nuestro futuro con el pasado.

Página 27

Como resultado, una historia vertiginosa, no carente de reflexiones sobre qué distingue a los humanos de otras razas, además de componentes morales y éticos.

Mi descripción no es fiable. Eso es lo que yo podía ver. Pero el paisaje que un hombre ve ojos afuera, acostumbra a ser el reflejo de lo que esconde, ojos adentro.

Página 26

El problema de este tipo de historias es la culminación, cómo terminar una historia que, como otras de terror o de miedo, sólo parece tener dos soluciones, y quizá esto es lo que desequilibra la historia, tanto las repeticiones que alargan una trama de la que tampoco se puede pedir más, hasta el final que es de complicada resolución.

Veo que hay una versión en cine de la que algunos lectores hablan bien. Lo desconocía.

En definitiva, una lectura no del todo redonda pero que me alegro haber hecho para conocer a un autor que tenía pendiente desde hace demasiado tiempo.

Te gustará si te gustó Fin, David Monteagudo.
Pros– Original, vertiginoso. Muy entretenido.
Contras– Exceso de repeticiones. Difícil de terminar.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (109)

Regreso con las últimas compras y regalos, ¿me acompañáis?

Los últimos regalos de mi cumpleaños son estos:

  • Las máscaras del héroe, Juan Manuel de Prada (Espasa, 2017). Los prejuicios son claves a la hora de escoger leer o no a un libro o un autor. Eso mismo me lleva pasando toda la vida con de Prada, que siempre me ha parecido más personaje que escritor. Sin embargo, escucharle en un podcast me hizo cambiar de idea, pregunté aquí y allá y me dijeron que era muy bueno. Esta parece ser su novela más afamada.
  • Un puente sobre el río Drina, Ivo Andric (RBA, 2024). Este título llevaba un tiempo pululando en mi vida pero no fue hasta la reseña de Gabriel, que podéis leer aquí, que me animé a anotarlo en mi cuaderno de futuras lecturas. Parece que tiene todos los elementos para que me guste.
  • Vidas minúsculas, Pierre Michon (Compactos de Anagrama, 2021). De un tiempo a esta parte no paro de ver por redes a este francés del que no conocía nada. El efecto me recuerda a lo que me pasó con Annie Ernaux, así que he decidido darle una oportunidad con esta novela que es la que más me han recomendado.

En la Feria del Libro de Madrid me traje los siguientes:

  • Cartucho, Nellie Campobello (Cátedra, 2019). Recomendado en el Atlas de Literatura Hispanoamericana de Clara Obligado, desconocía de su publicación hasta que el amigo Jesús Artacho me lo comentó.
  • Una cuestión personal, Kenzaburo Oé, (Compactos Anagrama, 1999). Del autor leí en su día los Cuadernos de Hiroshima, y llevaba tiempo pensando en que tenía que regresar a su obra. Dudé con el libro adecuado, porque también he leído buenas críticas de Arrancad las semillas, fusilad a los niños, pero finalmente ha sido este el escogido.
  • Punin y Baburin, Iván Turguénev (Nórdica, 2018). El autor ruso, que me gustó con su novela Padres e hijos, en una versión más corta. Un título que anoté porque me llamó la atención por redes sociales.
  • El anticuario, Gustavo Faverón Patriau (Candaya, 2015). Del autor que me obnubiló con Vivir abajo (Candaya, 2019) y que estoy ahora mismo leyendo Minimosca (Candaya, 2024) quería hacerme con esta novela corta, por lo que decidí esperar a la Feria para acercarme a la caseta de la editorial.
  • El plantador de tabaco, John Barth (Sexto Piso, 2013). Un tochazo de esos que casi ya no se publican del que hablan muy bien, pero que se lee poco. Aquí lo tengo para empezarlo cuando saque tiempo.

Contadme, ¿habéis leído alguno de ellos?

Namaste.

Autor, Literatura, Pynchon

Explorando ‘Contraluz’: un reto literario de Pynchon

Cada año me propongo leer uno de esos libros que parecen retos, un libro largo y complejo fáciles de posponer porque imponen respeto. Ya sabéis: el Ulises de Joyce o La montaña mágica de Mann por poner dos ejemplos. Cómo salga la cosa, si me gusta o no o si llego siquiera a terminarlo ya es otra cuestión.

De Pynchon leí en su día La subasta del lote 49, una inclasificable novela que me dejó con ganas de más y de ahí que finalmente escogiera esta novela en lugar de El arcoíris de la gravedad, que por lo que comentan es la culminación de su obra.

No pretendo venir a hacer una reseña porque de este libro se me hace prácticamente imposible, pero sí quería dejar unas pinceladas de lo que me ha parecido, porque ha sido mucha la gente interesada en mi opinión según veía mis avances en GoodReads.

Empezaré diciendo que comencé este libro a finales de enero y que lo acabo de terminar. Mi estrategia ha sido alternar libros (más de uno, podréis imaginar) en cada una de las cinco partes y leer un máximo de páginas diarias. No es una lectura para leer de golpe 100 páginas por inasumible.

Os recomiendo además tener a mano lápiz y papel porque la cantidad de personajes es absolutamente apabullante. Incluso llegas a la página 300 y siguen saliendo más y más, sin saber bien quién será secundario y quién no. Me ha ayudado mucho hacer esquemas con las relaciones entre ellos para después tener a mano, de forma clara y concisa quién es quién es este puzzle inmenso.

Mención destacada merece el cronotopo, pues aquí toda una importancia enorme en toda la obra. Olvidaos de novelas en las que está fijado, el libro de Mann es un buen ejemplo. Aquí comienza con la Exposición Universal de Chicago de 1893, pero salta para adelante y para atrás de forma casi incontrolable, ya que los saltos en el tiempo son otro elemento que definen la trama, como si de otro elemento más se tratase. Da igual en qué parte estés de la novela: la trama puede saltar de tiempo y lugar en cualquier momento.

  • ¿Hubo una guerra?, ¿dónde?
  • En Europa. En todas partes. Pero nadie parece saberlo… aquí – vaciló, con una mirada cansina -, todavía.
  • ¿Por qué no? ¿Acaso está tan lejos que «todavía» no ha llegado la noticia? – Dejó escapar un aliento y añadió – ¿O es que «todavía» no ha sucedido?

Página 719

Comenzamos Contraluz con Los Chicos del Azar, un grupo organizado que patrulla la tierra a bordo del Inconvenience, una nave espacial que nos sitúa en un punto futurista pero que a la vez es contradictorio con la información de que su primera misión sea la Exposición Universal de Chicago de 1893. Su misión no queda clara desde el primer momento y su papel es también ficticio, ya que más tarde sabremos que ellos son los protagonistas de una serie de cómics como lo pueden ser los Vengadores en nuestro siglo.

Como personajes destacables tenemos también a la familia Traverse, encabezados por Webb y seguido por sus cuatro hijos, dinamiteros anarquistas que buscan la venganza por la muerte de su padre. Esta trama es una de las principales en el libro, ya que los hijos han de viajar por muchos lugares siguiendo la pista de los asesinos.

El espato de Islandia o el Éter lumífero son otros de los elementos que se mezclan en la tramas anteriores. Sin embargo, a lo largo de la novela hay temas que parecían principales que dejan de aparecer para centrarse en otras líneas de la novela, como Scarsdale Vibe, magnate influyente o la Universidad de Gotinga y sus investigaciones.

Así, la trama salta de Chicago a Europa, para situarse en Alemania y después en Venecia. Las tramas, localizaciones y personajes son casi inabarcables.

Hay lugares que tememos, lugares que soñamos, lugares de los que nos convertimos en exiliados sin darnos cuenta hasta que, a veces, ya es demasiado tarde.

Página 952

Digo inabarcables porque hacia la página 700 uno pensaría que ya conoce quién es quién en este puzzle inmenso. Pues no, porque personajes secundarios como bien a un circo en el que Zombini el Misterioso toman relevancia y otras líneas que uno pensaría que se van a desarrollar más se quedan en agua de borrajas.

Mención aparte merece la maestría de Thomas Pynchon, que es capaz de incluir en un capítulo detalles muy técnicos, como si de un listado de instrucciones se tratara, pormenorizado y sorprendente por el grado de detalle que alcanza, pero también de jugar con el humor, no sólo a través de los acrónimos que se va sacando de la manga (buen ejemplo es el organismo CRETINO, (Centro de Recogimiento para los Estudiosos del Tetractis Inefable NeoOrden) o la CACA (Cobertura Anual para Chequeos y Análisis).

  • Pareces alterado – comentó Humfried esa noche -. Por lo general se te ve más americano, con la cabeza siempre vacía.

Página 768

Os recomiendo encarecidamente las entradas que le ha dedicado El pez volador al libro que incluyen infografías sobre el desarrollo de la acción y la importancia de estas en el peso de la obra.

En cuanto a mi opinión, es complicado afirmar o recomendar este libro. En primer lugar porque son 1300 páginas, todo un despliegue de historias que en ocasiones, sobre todo al principio, merecen mucho la pena, pero que va decayendo, ya sea por cansancio del lector o por falta de ritmo. Diría que si queréis leer a Pynchon empecéis por La subasta del lote 49 y sólo empecéis este si os apetece mucho mucho. Admito que en otra circunstancia habría abandonado su lectura hacia la mitad, pero mi situación personal me ha permitido tener más tiempo de lo habitual y poder encarar la lectura compleja de una historia que parecía que no se iba a terminar nunca. Ahora lo bueno: es obvio el despliegue de conocimiento que hace el autor y por qué es una de las figuras más interesantes de escritores vivos en la literatura. Pocos pueden llegar a ese nivel de descripción técnico y complejo para después variar a un tono cínico y de humor. Así que, ¿os animáis a embarcaros en esta aventura?

Namaste.

Autor, Ósipov, Literatura

Piedra, papel, tijera, Maxim Ósipov

Piedra, papel, tijera (Libros del Asteroide, 2022) es una recopilación de relatos del ruso Maxim Ósipov, situados en la Rusia postsoviética, con protagonistas normales y corrientes, como médicos, maestros o delincuentes comunes.

Como hilo conductor de los diez que se incluyen en esta edición, podemos apreciar que es la melancolía y frustración de los personajes que se topan ante una realidad gris y poco empática que ofrece una tierra que prometía la loa y el triunfo y que en su lugar ofreció a sus ciudadanos la opresión y decadencia.

Hay que buscar una salida a cualquier circunstancia de la vida, hasta la más terrible.

Página 17

En sus relatos Ósipov incluye diversas situaciones, distintos ritmos y longitudes, lo que provoca una desigualdad extraña al carecer de unidad temática. Lo que sí podemos observar es la melancolía imperante y el estilo sencillo, directo que en ocasiones parece hasta soso.

Qué cosas más raras ocurren con los recuerdos: sucede que escuchas un convierto entero y luego solo recordarás que el director de orquesta llevaba calcetines rojos.

Página 21

Me ha recordado bastante a Una carpa bajo el cielo de Liudmila Ulítskaya, sin la redondez de su compatriota. Quizá los momentos en los que escribió cada relatos eran distintos pero desde fuera se aprecia una falta de unidad evidente. Los dos relatos que destacan son Cual ola de mar y Cape Cod.

¿Y qué que no sea más que un perro? (…) ¿O no lloramos a Madame Bovary? ¡Cuando ni siquiera ha existido!

Página 154

Quizá lo peor que se pueda decir de un libro es que dentro de cinco años no lo recordaremos… y me temo que este tiene bastantes papeletas para ello.

  • ¿Qué influye más poderosamente sobre la persona: la educación o la herencia?
  • Y en la superficie de un rectángulo, ¿qué influye más: lo largo o lo ancho?

Página 195

FICHA:

Te gustará si te gustó Una carpa bajo el cielo, Liudmila Ulítskaya.
Pros– La melancolía que desprende.
Contras– Relatos de calidad desigual.

Namaste.

Autor, Literatura, Primo Levi

Los hundidos y los salvados, Primo Levi

Cierro la Trilogía de Auschwitz con la lectura del tercer título, tras Si esto es un hombre y La tregua. Lo hago en esta edición de Península de 2018 donde se incluyen las tres partes.

La más corta de las tres entregas se presenta como un ensayo, ya que incluye las reflexiones y análisis posterior, cuando Primo Levi ya ha regresado a su hogar, con capítulos organizados en diversas temáticas, como la memoria, la vergüenza o la comunicación de la información que se tenía en el campo.

Los objetivos de la vida son la mejor defensa contra la muerte: no sólo en el Lager.

Página 600

Reflexiona, como lo hace Nico Rost en Goethe en Dachau, sobre el papel de la cultura en la supervivencia del campo (¿los intelectuales se adaptaban mejor o peor a las circunstancias?) y añade también parte de la correspondencia con alemanes que mantuvo tras la publicación de Si esto es un hombre, algunos de ellos le ponen en contacto con otros supervivientes y otros piden perdón por sentirse implicados (generalmente por lo que hicieron los padres de quienes escriben) en la muerte de 6 millones de judíos.

¿Y entonces? Los miedos de hoy ¿están mejor o peor fundados que los de entonces? Somos tan ciegos ante el futuro como nuestros padres.

Página 616

No es el mejor de los tres, de hecho creo que El hombre en busca de sentido de Frankl es mucho más interesante, completo y científico, pero resulta buen cierre para conocer de forma total la experiencia del italiano.

Namaste.