Autor, Literatura, McDaniel

En el lado salvaje, Tiffany McDaniel

La publicación de un autor que te gusta es siempre motivo de celebración. Por aquí ha pasado Betty y El verano que lo derritió todo, todas maravillosamente editadas por Hoja de Lata, así que estaba claro que cuando lo vi en el buzón, En el lado salvaje (2024) iba a ser una de mis lecturas veraniegas.

Arc y Cisi son dos gemelas que viven con su madre y su tía en Ohio. Arc está obsesionada con excavar y con encontrar tesoros con sus manos en la tierra. Cisi es una enamorada de las plantas y de los bulbos. La visión particular de su abuela, influencia mágica en sus vidas, les hacen mirar la realidad con otros ojos y transformar lo que ven en algo distinto, más poético, más bonito y asumible para su mirada infantil. Y es que su entorno está plagado de violencia, drogas y pobreza, ausencias y dolor, todo por lo que no tendría que pasar una niña.

Intentaron acabar con su poder porque una mujer que dice más de lo que debe decir y que hace más de lo que debe hacer es una mujer a la que se intenta silenciar y destruir.

Página 57

Esa es la magia de Arc: darle la vuelta al lado y mostrar otra visión de la realidad para sacarle algo bueno a todas las cosas que pasan por delante de sus ojos. Arc lo hace a diario y de esta forma continúan viviendo, soportando una realidad que de otro modo se le habría hecho inasumible.

¿A quién puedes informar de los demonios cuando os demonios son aquellos a los que vas a informar?

Página 123

Desde fuera compartimos sus vidas y sus amistades, el desamparo de una casa en la que la droga y la prostitución es la moneda de cambio, unidos al miedo que se instala en la zona al encontrar un cuerpo de mujer en el río. Ellas, mientras tanto, siguen su camino, haciendo amistades, riendo y disfrutando de las pequeñas cosas que tienen cerca.

Desde fuera el lector aprieta los dientes, cruza los dedos, se queda pegado a unas páginas que no quiere leer, como si al no querer saber desaparecieran las maldades, como si al ignorar lo que ocurre después pudiéramos crear una nueva versión de la vida de Arc y Cisi.

Desde fuera somos más amables, menos duros, les exigimos a las historias una alegría y un final feliz que creemos que nos deben. Quizá porque sabemos que la vida no atiende a razones y pensamos que la ficción sí, que la mano que escribe esa historia puede ser más indulgente, más magnánima, más amable.

Pero no, las historias son como la vida y McDaniel deja claro desde la primera línea cuál es el devenir de las muchachas, pero aún así, de alguna forma, si lo deseamos lo suficiente el destino de Arc y Cisi no esté malogrado, ¿verdad?

Huele a todas las promesas que no hemos cumplido.

Página 342

Tiffany McDaniel es digna heredera de ese sur de Estados Unidos que tanta buena literatura nos ha dado: describe a los desharrapados como Carson McCullers, conecta con la tierra como Steinbeck o Faulkner y siempre, siempre, lo hace con un tono poético, desgarrador y sensible, que evoca magia, tierra y fuerza pero también crueldad y fuego.

Era complicado, era difícil, pensé que ninguna de sus historias volvería a conseguir lo que en su día viví con Betty, pensé que lo de pasar las páginas con rabia y los ojos encharcados se había terminado. Me equivocaba también.

Como Arc. Como Cisi.

FICHA:

Te gustará si te gustó Betty, Tiffany McDaniel.
Pros– El modo de hilar la realidad con la magia, lo duro con lo tierno.
– La profundidad de los personajes.
Contras– Le sobran algunas páginas de la última parte.

Namaste.

Autor, Halfon, Literatura

Tarántula, Eduardo Halfon

Ya comentaba en la reseña de Signor Hoffman (Libros del Asteroide, 2015), que esperaba la publicación de este título que os traigo hoy para seguir leyendo al escritor guatemalteco, bien conocido por aquí, así lo atestiguan El boxeador polaco (2019), Monasterio (2014), Canción, Duelo (2017), Un hijo cualquiera (2022) publicados todos por Libros del Asteroide y Biblioteca bizarra, (Jekyll and Jill, 2018). Por eso en mi visita a la Feria del Libro de Madrid era uno de los títulos con los que me quería hacer.

Siendo el octavo título del escritor, pocas novedades en su propuesta: nos metemos de lleno en su mundo regresando al pasado, en este caso le acompañamos a un particular campamento de verano, mientras conecta esa experiencia con su situación actual.

Yo lo vi o me lo imaginé, que para un niño viene a ser lo mismo.

Página 70

El Halfon adolescente asiste sorprendido a un campamento veraniego que dista mucho de lo que nos imaginamos en ese tipo de experiencias: ¿es esto un campamento organizado como un Lager? Imposible.

Más tarde, el Halfon adulto rememora ese recuerdo cuando se encuentra con alguno de los asistentes al campamento. El resto, un ejercicio de recuerdo y análisis.

Soñé con mi padre (…) Hay sueños que dejan un sabor. Hay sueños que jamás nos abandonan, como si continuásemos dormidos y sonándolos durante el resto de nuestra vida.

Página 134

Tarántula (Libros del Asteroide, 2024) no ha sido una mala lectura porque siempre da paz regresar a los autores que nos gustan, sin embargo no lo recomendaría para iniciarse con el autor ni tampoco me parece la mejor de sus historias, diría que no tiene esa parte intangible, de reflexión familiar y de la comunidad que sí tienen otras de sus historias.

Aún así, siempre lectora de Halfon.

FICHA:

Te gustará si te gustó – Cualquiera de las historias que menciono arriba.
Pros – El mundo propio que crea Halfon.
Contras – Sus libros se acaban demasiado pronto.

Namaste.

Autor, García Márquez, Literatura

El otoño del patriarca, Gabriel García Márquez


El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez (Random House, 2022) es uno de los títulos que tenía pendiente de leer del autor colombiano. Tras haber releído Cien años de soledad, y la famosísima El amor en los tiempos del cólera además de otras novelas más cortas como Del amor y otros demonios o El coronel no tiene quien le escriba y Crónica de la muerte anunciada, esta parecía que tenía que ser la historia con la que tenía que continuar leyendo al autor.

El otoño del patriarca se divide en seis partes donde el autor utiliza el punto y seguido ni los diálogos, es decir, el texto se ofrece de forma continua, con separación de comas. Ese efecto estilístico consigue generar una continuidad en la historia además de comprimir pasado y presente de un dictador en un país caribeño que afronta sus últimos días.

Solo quien conociera la verdad tendría el valor para mentirle.

Página 164

Acompañamos al protagonista a rememorar los momentos en los que llegó al poder y también del cambio de ser un político recién llegado a un todopoderoso dictador, el modo en el que el paso del tiempo varía esa situación de poder con su entorno: de un joven prometedor a un anciano mantenido a un lado por interés de la gente que le aupó.

el día en que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.

Página 183

La historia incluye temáticas de violencia y de poder descritas con mucho del realismo mágico propios del autor, como muestra un fragmento en el que además se mezcla con lo absurdo:

después de haber barrido las casas y luego las carreteras y los caminos vecinales, de manera que los montones de basura eran llevados y traídos de una provincia a la otra sin saber qué hacer con ellos, en procesiones oficiales con banderas de la patria y grandes letreros de Dios Guardia al purísimo que vela por la limpieza de la nación.

Página 44


Escogí este libro para leer en mis vacaciones de verano sin saber si había acertado o no. Siempre, siempre, dudo con ese tipo de lecturas porque cuando tengo mucho tiempo y estoy fuera de casa temo escoger un libro que no se adecúe a la cantidad de tiempo que tengo para leer o bien que no tenga la calidad suficiente que le exijo a una lectura. El año pasado leí La vida instrucciones de uso de Georges Perec y ese libro ejemplifica lo que busco en una lectura veraniega: algo que en invierno me cueste mucho más de afrontar, perfecto para leer del tirón con calidad literaria.

En este sentido, El otoño del patriarca ha sido una lectura perfecta por el efecto estilístico: al ser un libro que exige una lectura continuada ha sido ideal para mis días en la tumbona. Importante tener en cuenta este detalle, me temo que si lo hubiera leído al ritmo normal, me habría costado mucho más.

Esa decisión estilística genera otra cosa, y es que se trata de un libro perfecto para releer. Al estar tanto el inicio como el final comprimido, las menciones iniciales a otros recuerdos y personajes cobran más sentido cuando los conocemos, puesto que es inevitable perderse en detalles en una primera lectura.

Es una historia que para mí no va a ser la favorita del autor colombiano, pero que me parece de esas que hay que leer si queremos conocer en profundidad a este autor.

Además, es evidente la profunda influencia que ha tenido en obras posteriores, como Temporada de huracanes de Fernanda Melchor.

Y vosotros, contadme, ¿qué le pedís a un libro que os lleváis de vacaciones?

FICHA:

Te gustará si te gustó Del amor y otros demonios, Gabriel García Márquez.
El coronel no tiene quien le escriba, Gabriel García Márquez.
Pros– El estilo de la novela: el uso del tiempo y la digresión del texto.
Contras– El inicio es complejo. Requiere concentración y tiempo para leer de seguido.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (103)

He vuelto a la Feria del Libro de Madrid. El último día, pero por la puerta grande.

¿Queréis ver mis compras? ¡Empezamos!

  • En el lado salvaje, Tiffany McDaniel (Hoja de Lata, 2024). Estoy deseando leer el tercer libro de McDaniel, la autora de Betty y El verano que lo derritió todo. Estoy esperando el momento perfecto para empezarlo. El envío corre a cargo de los amigos de Hoja de Lata. Reseña aquí.
  • Vivir con nuestros muertos, Delphine Horvilleur (Libros del Asteroide, 2022). Un título que tenía en el punto de mira desde hace bastante pero que no me he decidido a comprar hasta ahora. Reseña aquí.
  • Lo que queda de nuestras vidas, Zeruya Shalev (Siruela, 2019). Recomendado hace mucho, me atrae lo distinto del tema (la vida en kibutz) contada por una de las más destacadas autoras israelíes contemporáneas.
  • Tarántula, Eduardo Halfon (Libros del Asteroide, 2024). El último título del autor guatemalteco, del que he leído casi todo: El boxeador polaco, Monasterio, Canción, Duelo, Un hijo cualquiera, Biblioteca bizarra y Signor Hoffman. Evidentemente iba a caer este. Reseña.
  • Las propiedades de la sed, Marianne Wiggins (Libros del Asteroide, 2024). Otro libro recién sacado de la imprenta de una de las épocas que más me atraen: la Segunda Guerra Mundial.
  • Trieste, Dasa Drndic (Automática editorial, 2015). Recomendado por aquí y por allá desde hace mucho tiempo, la editorial ha reeditado el libro para que todos podamos seguir disfrutando de este título del que tengo unas altas expectativas.
  • Los que escuchan, Diego Sánchez Aguilar (Candaya, 2023). Desconocido para mí, el autor estaba firmándolo y decidí llevármelo.
  • Caballo sea la noche, Alejandro Morellón (Candaya, 2019). Me han recomendado este autor bastantes veces pero nunca me había acercado a una de sus historias. Esta es la que más recomiendan. Reseña.

  • La bendición de la tierra y El círculo se ha cerrado, Knut Hamsun (Nórdica, 2017 y 2015, respectivamente). De mi obsesión de Hamsun, tras leer Hambre, me convencí que tenía que hacerme con el resto de su obra, que en su mayoría publica Nórdica (tengo buenas noticias, este año editan Pan y en 2025 su versión de Hambre!). Escogí dos suyos porque uno no era suficiente.
  • Corrección, Thomas Bernhard (Alianza, 1983). Autor que tengo pendiente desde hace mucho, he decidido empezar con este que parece que es más asequible.
  • El chal, Cynthia Ozick (Lumen, 2016). Anotado desde hace mucho en mi libreta pero complicado de encontrar, al fin me hago con un librito que tengo muchas ganas de leer. Reseña aquí.

Con esto debería estar más que servida hasta las novedades de septiembre.

Pero bueno, tampoco vayamos a exagerar, que comprar libros es una afición diferente a leerlos 😉

Namaste.

Autor, Fitzgerald, Literatura

El niño de oro, Penelope Fitzgerald

Vuelvo a Penelope Fitzgerald con El niño de oro (Impedimenta, 2024). Llevaba tiempo diciéndome que tenía que regresar a la autora, de la que he leído La librería, El inicio de la primavera, Inocencia, La flor azul y La puerta de los ángeles (que no llegué a reseñar quién sabe por qué). Pensaba que le iba a tocar el turno a A la deriva, que espera en el estante junto con La escuela de Freddie y La puerta de los ángeles. Pero no, finalmente fue este, seguramente animada por la temática que trata o por esa preciosa portada de la nueva edición de Impedimenta.

La realidad es que lo colé porque andaba de capa caída tras varias lecturas duras y densas como El cero y el infinito y Tiempo de silencio, y necesitaba una lectura más amable. de las que, como quizá imaginéis, no tengo tantas opciones en mis estantes como de otras temáticas.

El niño de oro comienza con la inauguración de una exposición de piezas del pueblo de Garamantia en Londres, como en casi todas buenas exposiciones, hay un rumor de maldición que sobrevuela el descubrimiento del niño al que da título la novela y que provocará muertes y misterios.

Alguien tiene que explicármelo. No aspiro a entender mucho, pero no puedo no entender tanto.

Página 110

Se trata de una historia costumbrista, con una pizca de misterio y otra de humor satírico que tan bien se les da a los británicos. Lo encuadra Fitzgerald en un museo de Londres pero nos lleva también a la URSS de la Guerra Fría, algo que ya demostró que controlaba en El inicio de la primavera. Los personajes no son sino trabajadores de dicho museo que un inicio parecen esbozados, posteriormente nos damos cuenta de su complejidad y del punto de unión y conexión entre sus relaciones.

Sobrevuela toda el texto un humor ácido que se da por entendido en las extrañas situaciones a las que se tiene que enfrentar Wix, a la postre héroe indirecto de la situación que se vuelve más y más enrevesada según seguimos leyendo.

Declino responder a más preguntas. El tiempo que ya les he concedido es tiempo robado a la literatura.

Página 137

En conjunto, es una novela entretenida, sin pretensiones pero de calidad, perfecta a la que recurrir cuando queremos algo distendido sin olvidar una buena historia.

Ha sido una elección muy buena y la nueva edición de Impedimenta es muy cómoda de leer, aunque me temo que siempre preferiré la antigua.

FICHA:

Te gustará si te gustó El inicio de la primavera, Penelope Fitzgerald.
Pros– Entretenida, bien escrita.
– La construcción de los personajes y cómo hila los temas.
Contras– Me da TOC que no sea igual que el resto de los libros de Fitzgerald.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (102)

Seguimos con los nuevos libros llegados por mi cumpleaños además de compras y regalos por el Día del Libro. Lo sé, muchos libros en las últimas semanas que se añaden a los ya tengo en casa pendientes de leer.

  • Bomarzo, Manuel Mujica Lainez (Seix Barral, 2024). Otra reedición de la editorial de un libro que pululaba por mi lista de pendientes a pesar de no estar anotado por sí. La portada es preciosa.
  • El niño de oro, Penelope Fitzgerald (Impedimenta, 2024). La británica lleva conmigo desde que Impedimenta empezó a publicarla: la famosísima La librería, El inicio de la primavera, Inocencia, La flor azul y La puerta de los ángeles (que no llegué a reseñar quién sabe por qué) y aún así tengo otros en casa sin leer como son A la deriva, La escuela de Freddie y La puerta de los ángeles. Pues no es suficiente y voy y compro el último. Y hasta lo he colado entre mis lecturas. Quién me entiende.
  • V13, Crónica judicial, Emmanuel Carrère (Anagrama). La crónica judicial tras los atentados de Charlie Hebdo de la mano de Carrère. Probablemente no sea una historia trepidante pero creo que cualquier persona interesada por el Derecho querrá leerla. Del mismo autor habéis visto pasar por aquí Una novela rusa, El adversario, Limónov, De vidas ajenas, El estrecho de Bering y El bigote. Una variedad de temáticas y libros de un autor que recomiendo siempre que puedo.
  • Un pulpo en la garganta, Zerocalcare (Reservoir Dogs, 2024). El dibujante con nombre de característica de pasta dental vuelve a la carga con una historia que, seguro, nos lleva de nuevo a Rebibbia junto con Secco, como ya hizo en La profecía del armadillo y Olvida mi nombre. En Netflix tenéis la versión en serie del primero bajo el nombre Cortar por la línea de puntos y Este mundo no me hará mala persona. También lo he leído. Lo del método FIFO nunca me quedó claro. Reseña.
  • Física de la tristeza, Gueorgui Gospodínov (Fulgencio Pimentel, 2018). Del autor que he quedado encandilada con Las tempestálidas estaba claro que tenía que hacerme con otros de sus títulos. He preferido que sea en forma de novela, a pesar de que podéis encontrar una edición con sus cuentos que se ha publicado recientemente Impedimenta.
  • Las grandes familias, Maurice Druon (Libros del Asteroide, 2009). Si por algo se caracterizaba la editorial en sus inicios era por la publicación de trilogías totales de gran calidad. Como ejemplos tenemos las de Robertson Davies, Wallace Stegner o Miklós Bánffy. Esta de Las grandes familias del francés Maurice Druon ganó el premio Goncourt y era una que me faltaba. Acaba de ser reimpresa, de ahí que la podáis encontrar en vuestra librería habitual.

Muchas gracias R. por los regalos por el Día del Libro y a Eva por los de mi cumpleaños.

Y vosotros, ¿habéis comprado muchos libros últimamente?

¡Hasta el próximo IMM! (Con suerte con alijo de la Feria del Libro de Madrid)

Namaste.

Autor, Koestler, Literatura

El cero y el infinito, Arthur Koestler

Fue mi amiga Dani la que me hizo anotar este título hace ya un par de décadas. Como esos libros que tienen mala suerte, se quedó en la lista sin leer de forma casi permanente.

El cero y el infinito (Debolsillo, 2011) cuenta la historia de Rubachof, antiguo hombre de poder en el Partido pero caído en desgracia de un tiempo a esta parte, detenido y dispuesto para la interrogación por sus actividades antirrevolucionarias.

A través de los interrogatorios conocemos el pasado de Rubachof y los motivos por los que se encuentra encerrado, además de seguir el hilos de los procesos de purgas estalinistas, donde los antiguos venerados líderes iban cayendo en desgracia y desapareciendo de las fotografías como si jamás hubiesen existido. Él era uno más, o al menos estaba al lado de los más grandes, y la oscura sombra de la traición le ha llegado, como tantos otros antes y tantos otros después.

¿Dónde y cuándo encontraba la Historia santos tan enfermos? ¿Había tenido alguna buena causa tan malos representantes? Si el Partido encarnaba la voluntad de la Historia, entonces era que la Historia misma estaba enferma.

Página 83

Llega el momento de su interrogatorio, y aunque al principio no piensa más que decir toda la verdad, exponiendo las incongruencias de un Partido con ideas cambiantes, según pasan los días el protagonista se autoconvence que lo mejor para todos es que confiese y se autoinculpe y acepte lo que sea que el Partido decida por él.

Koestler lo articula de una forma muy natural, justificando dicho cambio por varios motivos: la tortura por un lado, pero lo que es más sorprendente y deja atónito al lector, el autoconvencimiento que ha de seguir los designios del Partido aunque éste exija sangre y muerte. Un Partido que sabe y conoce qué es mejor para todos, hasta para el propio individuo, y que consigue que éste acepte renunciar a su vida porque así se ha decidido. Sorprendente, incomprensible y frustrante, más aún sabiendo que todo eso ocurrió realmente.

Todo lo que él había creído y predicado, todo aquello por lo que había luchado durante cuarenta años le inundó el alma en marejada irresistible. El individuo no era nada, el Partido lo era todo.

Página 108

En este sentido, más que una novela al uso es un ensayo novelado, donde se parte de personajes de ficción para contar la verdad de un aparato opresor que sembró el terror durante décadas en su población: exilios, marginación, hambre y pobreza que desembocan en tristeza y muerte.

He marcado multitud de fragmentos destacados, páginas enteras que nos acercan a una realidad cruel y frecuente de la URSS, de cómo lo que estaba bien ya no estaba tanto y cómo iban modificando el discurso y las proclamas de los que uno día eran relevantes pero que ya no eran.

Una verdad definitiva parece siempre falsa antes. El que tendrá razón al final parece equivocado y peligroso antes de ese final.

Página 125

Literariamente no destaca por su brillantez, pero como en otros títulos, Un mundo aparte, Gustaw Herling-Grudzinski o en Relatos de Kolimá de Varlam Shalámov, se me vienen a la cabeza, es la cruda verdad sin artificios.

Y al igual que los anteriores, es un libro que hay que leer. Aunque te deje mal cuerpo, aunque tengas que parar a leer otro tipo de novela, aunque hoy no sea el momento. Hay que leerlo. Hay que conocer los detalles de las condiciones de un preso, el proceso psicológico del interrogado o las tétricas maniobras que se tenían por normales en la URSS.

No recomiendo leerlo de corrido, creo que lo mejor es alternar las 3 partes con otros títulos más amables, pero sin duda alguna, es un título indispensable que además es bastante más corto y por tanto más fácil de leer.

Tenía razón Dani. Anotadlo y me contáis.

FICHA:

Te gustará si te gustó Relatos de Kolimá Varlam Shalámov.
Un mundo aparte, Gustaw Herling-Grudzinski.
Pros– Los procesos psicológicos del preso.-
Contras– Libro duro, triste y complejo.

Namaste.

Autor, Davies, Literatura

El mundo de los prodigios, Robertson Davies

Primero fue El quinto en discordia.

Después, Mantícora.

Termino la trilogía con El mundo de los prodigios.

2014. 2019. 2024.

Ya era hora, ¿no créeis?

Leer una trilogía en espacios de 5 años es algo arriesgado, puesto que, como adelantaba en Mantícora, no recordaba bien quién era quién en esta historia. Realmente no es completamente necesario, pero obviamente los detalles sobre las conexiones de los personajes se pierden.

En El mundo de los prodigios (Libros del Asteroide, 2007) conocemos que se está rodando una película con la vida de Paul Dempster, que más tarde se convertirá en el prestidigitador más famoso de la época, Magnus Eisengrim.

El punto de partida de la historia es Magnus Eisengrim narrando episodios de su vida a los productores y directores de la cinta, para que en última instancia conozcan los pormenores de su infancia y cómo llegó a la fama.

Su paso por el circo y su aprendizaje de la magia, la dura vida de ciudad en ciudad cuando sólo era un niño y la oscuridad tras el éxito, las condiciones en las que vivió y las personas con las que tuvo contacto en su paso por el circo y los espectáculos de magia.

La historia se articula bajo los largos monólogos y reflexiones de los personajes, principalmente de Magnus, que comienzan en su infancia y que finalmente terminan donde empieza la trilogía: con la muerte del magnate Boy Stauton.

Me siento más dispuesto a aceptar la idea de que si bien el demonio es un tipo muy listo, no le llega ni a la suela del zapato a cualquier tontaina que ante todo sea bueno.

Página 59

Davies nos envuelve con su magia de narrador que ya no existe, ese tipo de escritores que narren lo que narren, lo hacen de forma natural y compacta, sea el tema la vida del circo, los entresijos de la infancia o una hagiografía. Como sus predecesoras, el teatro es importante para la estructura y también para el contenido. Además, podemos comprobar cómo cualquier tema que le interese a Davies es exprimido y aprovechado para incluirlo en una historia de dolor y soledad pero también, si tenemos en cuenta la trilogía completa, de conexiones.

La conexión de la famosa bola de nieve, que Ramsay, el protagonista y principal narrador, esquiva y que acaba impactando en la madre de Paul Dempster, precipitando su parto y cambiándola para siempre. La conexión especial en un detalle que marca a una tercera persona, como un breve truco o una pequeña conversación con un niño: un momento que pasa casi desapercibido para el emisor pero que se graba en la memoria del receptor.

Ahora bien: ¿no jugamos todos, al menos mentalmente, con pensamientos terribles que jamás osaríamos poner en práctica? ¿Podríamos vivir sin un oculto instinto de revuelta, de protesta, contra nuestro destino en la vida, por envidiable que pueda parecer a quienes no han de sobrellevarlo? (…)

Todos abrazamos nuestras cadenas. No hay hombres libres.

Página 164

Digo más arriba que Davies es un tipo de escritor que ya no existe, y es que tiene un modo decimonónico de tratar la vida interior de los personajes que ya no se estila. Lo hace añadiendo una gran carga ética y religiosa, que en ocasiones deviene en repetitiva y que se mantiene siempre en un punto alejando emocionalmente, por lo que no es fácil empatizar con los personajes como lo solemos hacer con otras novelas.

Su estilo es directo, estructurado, trabajado, muy organizado, irreprochable.

Así era, aunque de un modo que nunca pude haber previsto. La experiencia nunca se repite exactamente de la misma forma.

Página 257

Con este tipo de escritores paso por muchas fases: me fascina la capacidad de descripción del autor, me encanta cómo usa el lenguaje para llevarnos donde quiere, pero a la vez, en otras ocasiones me aburren aspectos éticos o religiosos sobre los que Davies se detiene una y otra vez y me siento alejada de lo que está narrando, como si viera a través de un escaparate, impidiendo que me incorpore personalmente a la trama en sí.

A la vez, es absolutamente genial tener a un autor al que recurrir cuando tienes una decepción, como me ha ocurrido previamente con Mariana Enríquez. Parece una gran tabla de salvación cuando todo se pierde.

Dicen otros lectores de Davies que esta trilogía es más triste y melancólica y tiene menos elementos de humor y más espiritual que la Trilogía de Salterton. No lo sé. Quizá sea momento de comprobarlo.

FICHA:

Te gustará si te gustó El quinto en discordia o Mantícora., Robertson Davies.
Pros– La narración global de la historia y los temas que genera.
Contras– No es una lectura que pueda leer de seguido.

Namaste.

Autor, Literatura, Martín-Santos

Tiempo de silencio, Luis Martín-Santos

Este es uno de los libros de mi vida. De esos que leí en un momento, allá en 2002 o quizá antes, en el que los libros que te marcaban lo hacían mucho más. Menos experiencia o más capacidad de sorprenderme o el momento perfecto para el libro perfecto. O todo lo anterior a la vez.

Lo leí en una de esas ediciones espantosas que conseguías abonando una pequeña cantidad adicional con el periódico de turno. Espantosas pero baratas y accesibles. Seguro que tenéis varias en casa.

Teniendo en cuenta lo anterior, llevaba un tiempo pensando que debía llegar a la relectura. Pero para ello necesitaba una nueva edición ya que lo de leerla con la que tenía en casa quedaba descartado. Así que cuando vi que Seix Barral sacaba en enero de 2024 una nueva edición, pensé que era ya el momento.

La cosa no salió como esperaba, porque hacia la mitad del libro mi ejemplar tenía un fallo y aunque los números de las páginas estaban bien, realmente el orden de los párrafos de las páginas no se correspondían con el orden correcto, lo cual me obligó a regresar a mi libro viejo (¡y yo hablando mal de él al inicio de esta entrada!) para continuar la lectura antes de conseguir sustituir mi ejemplar.

Tiempo de silencio narra la historia de Pedro, un investigador de cáncer que hace pruebas con ratones para tratar de llegar a una cura. La trama comienza cuando necesitan más ratones para seguir con el estudio. Al ser remitidos desde Estados Unidos, Pedro recurre a su ayudante, Amador, para llegar al barrio chavolista donde se encuentra un tercer trabajador que consiguió afanar algunos de los ratones los cuales mantiene en su casa.

Pedro y Amador, como si de Dante y Virgilio se trataran, abandonan su laboratorio para acceder a las partes más bajas de un Madrid de posguerra donde la pobreza y la miseria forman parte del día a día.

Pero incluso el peor momento nunca es más que eso: un momento. ¡Hasta tal punto es limitada la naturaleza humana!

Página 103

Martín-Santos utiliza en gran parte de la novela el monólogo interior, si bien es cierto que también utiliza al narrador omnisciente según pretenda describir la acción o quedarse en la reflexión del personaje.

Mientras les acompañamos durante esa bajada a los infiernos, el autor aprovecha para darle voz a personas que se encuentran al margen de la sociedad, desde la madame de un burdel hasta ladrones de poca monta. Pero además es capaz de hilar el texto intercalando descripciones con reflexiones de carácter artístico, desde Goya a Cervantes, pasando por exhaustivas descripciones de procedimientos médicos.

Por todo lo anterior, Tiempo de silencio se quedaría corto si limitáramos su contenido a la parte de la acción, que supone un porcentaje limitado con el resto de las temáticas que nos presenta el autor.

Lo hace con un estilo directo y frío, sin detenerse demasiado, pero que consigue conectar con un lector que no es sino Pedro, alguien de buenas intenciones que se ve enredado en una historia que no es la suya pero que no puede evitar sentirse más y más atrapado, por la historia y por la ciudad en sí, por un Madrid triste y gris.

Releer supone siempre poner a prueba el juicio propio y pasado de la primera lectura, y siempre viene de la mano de dudas: ¿me gustará tanto como la primera vez? ¿Perjudicaré el recuerdo de la historia al leerla una segunda vez? ¿O me reafirmaré sobre lo que pensé hace tanto tiempo y seguirá siendo un libro clave para mi vida lectora?

Todas esas preguntas planeaban por mi mente antes de empezarlo y aún mientras lo empecé. Hasta que, poco a poco, según iba leyendo, desaparecían las dudas de una historia que te va calando de a poco, a la que llegas y te hunde, como si de un fango espeso del que no puede escapar se tratase. He vuelto a ser la lectora que se sorprendía, la lectora con poca experiencia que tiene que coger aire ante la brutal propuesta de Martín-Santos, esa que a veces se pierde por falta de concentración, la que busca un punto que no existe. He vuelto a compartir la angustia de Pedro.

Pero ahora no, estamos en el tiempo de la anestesia, estamos en el tiempo en que las cosas hacen poco ruido. (…) Es un tiempo de silencio. La mejor máquina eficaz es la que no hace ruido (…) Por aquí abajo nos arrastramos y nos vamos yendo hacia el sitio donde tenemos que ponernos silenciosamente a esperar que los años vayan pasando y que silenciosamente nos vayamos hacia donde se van todas las florecillas del mundo.

Página 295

Muchos describen esta novela como un Ulises de poca monta, una especie de copia a la española de la más famosa obra de Joyce que además se hace abigarrada y dura de leer. Y evidentemente Tiempo de silencio comparte partes de la narración y estructura con la novela de Joyce, pero tanto en el tono como en el desarrollo poco tienen que ver ambas.

No voy a hacer un alegato sobre el argumento de ser difícil, porque sí, lo es: no tiene diálogos, apenas hay puntos y aparte y el autor no pierde el tiempo explicando quién es el narrador ni dónde se sitúa la acción, lo cual implica que cuando sí hay un punto y aparte no tengamos ayuda en saber a quién da voz el autor. Todo eso corre de parte del lector, que ha de estar atento para no perderse y conocer quién es quién.

¿Que es fácil de leer? No. ¿Se la recomendaría a todo el mundo? Tampoco. ¿Que sigue siendo uno de los libros de mi vida? Rotundamente sí.

FICHA:

Te gustará si te gustó – Las novelas con monólogo interiores que no sólo se limitan a los pensamientos del protagonista.
Pros – El viaje de Pedro y Amador por el Madrid de la posguerra.
– Los temas que va enlazando y analizando.
Contras– Requiere toda la concentración y tiempo para llegar al punto puesto que el texto no tiene puntos y aparte.

Namaste.

Autor, Fosse, Literatura

Trilogía, Jon Fosse

Admito que el nombre de Jon Fosse sólo me sonaba por haberle visto de soslayo en la portada de varios libros de la editorial De Conatus. Fue después de ser galardonado con el Nobel cuando presté atención y me informé sobre su obra para leerlo.

Como era nuevo para mí escogí este libro, uno de los más cortos del autor, para añadir en mi lista de Navidad. Así Trilogía (De Conatus, 2023) llegó a mis estantes y me comprometí conmigo misma a leerlo en cuanto tuviera ocasión y a no dejarlo pasar demasiado.

Trilogía narra la historia de Asle y Alida, dos jóvenes que abandonan su pueblo para comenzar su vida en una nueva ciudad. Alida está embarazada y buscan refugio entre posadas de la ciudad. ¿Os recuerda a algo? Fosse retoma la historia más famosa de una familia en huida para reflexionar sobre la realidad en choque con el amor e intimidad de la joven pareja, de cómo los obstáculos, pequeños y grandes, socaban e influyen en la relación de amor entre la pareja.

En la música de Asle oyó el canto de su padre Aslak, y oye su propia vida y su propio futuro y sabe lo que sabe y entonces está presente en su propio futuro y sabe lo que sabe y entonces está presente en su propio futuro y todo está abierto y todo es difícil, pero ahí está la canción, una canción que debe ser lo que llaman amor.

Página 19

En la contraportada aseveran que para Fosse escribir es un poco para rezar, y desde fuera puede parecer extraña la comparación, pero cuando lees esta novela te das cuenta de lo acertado del símil. Y es que las estructuras son fluyentes, las frases no terminan, se reducen al mínimo los puntos y aparte y apenas hay cortes en la narración.

Fosse renuncia hasta a los signos de interrogación, a los diálogos y a cualquier otro signo estilístico en pro de ganar ritmo como si de una canción o una letanía se tratase. Ayuda también las analepsis que se intercalan con la acción en tiempo presente. El propósito es mantener el ritmo y la fluidez de la historia, la concatenación de palabras sin interrupciones o saltos paren la lectura.

Siente que tiene frío, y tiene calor, y todo todo está vacío y cierra los ojos y simplemente sigue adelante y oye voces y gritos y alboroto y ya nada existe, sólo existirá el vuelo, ni alegría, ni tristeza, ya solo queda el vuelo, ese vuelo que es él, ese vuelo que es Alida, piensa.

Página 114

Esto genera la sensación incómoda para el lector de que no debe pararse hasta que no lo haga el autor, además de exigirle una concentración exhaustiva desde el primer momento, para no perderse nada y saber qué, cuándo y cómo.

Divide Fosse el texto en tres partes, por lo que he leído escritas en momentos temporales independientes pero que finalmente formaron parte de la misma novela al encontrar unión en su trama.

No se trata de una lectura al uso, y no os la recomiendo si buscáis algo para pasar el rato. Pide y exige desde la primera página y si le sigues el ritmo te deja sin aliento. Eso sí, una vez pasadas las primeras complejidades, Trilogía brilla como una historia sencilla enmarcada en un estilo excepcional.

Me parece una forma muy buena de empezar a conocer al autor, 160 páginas de demostración de cómo su voz y estilo son muy personales: cruel pero tierna, realista pero trascendente.

Te gustará si te gustóEl desierto de los tártaros, Dino Buzzati (por esa aparente sencillez de la historia que esconde profundidad).
Pros– Estilo personal, que fluye de principio a fin.
Contras– Exige concentración y la ausencia de puntos y aparte hace difícil interrumpir la lectura.

Namaste.