Autor, Dunne, Literatura

Una temporada en el purgatorio, Dominick Dunne

La magia de la literatura radica en parte en que no sabes qué te vas a encontrar hasta que lees la historia. En el caso de Una temporada en el purgatorio (Libros del Asteroide ?) sabía que la trama tenía que ver con una familia rica de Estados Unidos, pero el resto, evidentemente se me escapaba.

Me refiero a otra serie de aspectos, más allá de la temática en sí, que afectan a la lectura y que marcan bastante bien cómo se va a desarrollar la lectura en sí: el estilo y el ritmo. En este caso, un estilo dinámico y entretenido.

La historia comienza con la amistad entre dos muchachos: uno hijo de una familia católica numerosa, rico y casi perfecto, Constant, y el otro, nuestro narrador, un chaval humilde que va a rastras de una vida en la que en parte es ajeno. Su amistad se verá influida por una circunstancia que la marca: el asesinato de una muchacha y la acusación posterior de ese hijo modélico, Constant.

Sin embargo los Bradley saben utilizar sus recursos muy bien y consiguen desviar la opinión pública y mantener su familia a salvo de cualquier escándalo.

Mi alma estaba perdida, pero mi futuro, comprado y pagado.

Página 170

Años más tarde, la situación puede dar un vuelco, y de nuevo se cuestiona el papel de Constant en la muerte de la muchacha.

Ambos momentos temporales encuadran una acción dinámica y entretenida de una situación que conocemos en todo momento pero que vemos cambiar, flexibilizar y malear como sólo los poderosos lo saben hacer.

Dunne utiliza un estilo claro, directo, plagado de diálogos de una forma muy cinematográfica para conseguir un efecto dinámico, rápido, muy entretenido perfecto para leer sin respirar.

Lo anterior lo encuadra en una familia con secretos, intereses y conexiones dentro de la sociedad estadounidense del siglo XX donde unos ricos recién llegados tratan de hacerse valer en una sociedad WASP en la que por temas religiosos y económicos resultan vistos como ajenos y advenedizos. Además, radiografía muy bien cómo funciona una sociedad pequeña cuando hay poder para ejercer presión sobre sus miembros.

He disfrutado mucho de la lectura, me venía bien algo más amable o ligero que las historias duras que suelo leer, y esta opción me ha parecido un entretenimiento de buena calidad perfecto para un fin de semana intenso de lecturas o para salir de un bloqueo lector.

FICHA:

Te gustará si te gustó – La película Saltburn.
Pros– Entretenido, muy dinámico.
Contras– Podrían haberse reducido unas 20-30 páginas.

Namaste.

Autor, Barnes, Houellebecq, Literatura, Rododera

Tres libros que he leído de viaje: Barnes, Rododera, Houellebecq

Comento siempre que para mí es muy importante escoger bien las lecturas que me voy a llevar a un viaje, por un lado para no cargar con lecturas de más y por otro, escoger historias que se adapten a un momento en el que podemos tener bastante tiempo para leer (un vuelo) o poco (tras un largo día de visitar monumentos).

Este otoño he podido visitar la Aquitania francesa, y para ello escogí 3 libros muy diferentes entre sí pero con mismas cualidades: no demasiado largos, capítulos cortos y que llevaban bastante en mi lista.

Empzamos por el primero: a Barnes lo leí el año pasado, también en un viaje, con La única historia, pero el libro que más había escuchado recomendar era este: El sentido de un final (Compactos Anagrama, 2012).

En este caso, en lugar de una historia de amor es la historia de una amistad que acaba en un momento y cómo se rememora y reconecta con ese amigo varias décadas después. Es una buena lectura para un viaje y Barnes uno de esos escritores que trabajan muy mucho sus novelas. Pero a la vez me quedo con la sensación de que no me acaban de llenar, lo veo desde fuera como una novela redonda, pero como desde un cristal, fría y estéril, por eso no la recomendaré con pasión, porque justo de eso, de pasión, carece.

Aún con esas, son muchos los fragmentos que he anotado en mi libreta, sobre todo reflexivos sobre el paso del tiempo y el devenir de la vida. Os dejo un par de muestra:

Éste era uno de nuestros temores: que la vida no resultara como la literatura.
Página 25

Y así es la vida, ¿no? Algunos logros y algunos desengaños.
Página 74

La segunda novela que leí es la famosa La plaza del diamante (Edhasa, 2023), de Mercè Rododera, autora catalana recomendada por activa y pasiva a la que yo no me había acercado quizá porque pensaba que no era para mí. Acerté.

Hay algo en el realismo de la posguerra que me aburre, que no me interesa. La historia es una buena novela sobre una mujer, la Colometa, desde el momento de casarse hasta su vida 40 años después. Aprecio lo que hace la autora, que no es sino describir a la perfección una Barcelona gris tras una guerra civil, pero hasta ahí. Sin más.

Agaché la cabeza porque no sabía qué hacer ni qué decir y pensé que tenía que apelotonar la tristeza, hacerla pequeña deprisa, que no me vuelva, que no esté ni un minuto corriéndome por las venas y dándome vueltas. Hacer con ella una pelota, una canica, un perdigón. Tragarla.

Página 63

Por último, un francés: Houellebecq, un autor del que por aquí habéis visto pasar Las partículas elementales, Ampliación en el campo de batalla y Plataforma. Poco a poco voy leyendo todos los libros de este polémico escritor, siempre a contracorriente e incómodo. De nuevo un protagonista blanco, varón, en su mediana edad, sin nada a lo que agarrarse, solo tras otra decepción amorosa que trata de mitigar con antidepresivos y una visión crítica de todo cuanto le rodea.

De la sociedad en general no he conseguido nada, en este sentido, como en casi todos los demás, me he dejado llevar por las circunstancias, he dado prueba mi incapacidad para gobernar mi propia vida.

Página 9

Lo de siempre pero distinto: la crítica ácida a una sociedad basada en el capitalismo más cruel, la farsa del ecologismo o las relaciones amorosas.

No es el mejor del francés pero sí está a la altura. De los tres el que más me ha hecho pensar y el que más me ha gustado.

En cualquier caso, la alegría y el alivio de tachar títulos en la lista de los libros pendientes.

Namaste.

Autor, Gógol, Literatura

Las almas muertas, Nikolái Gógol

Noviembre es un mes perfecto para leer autores rusos, ¿no creéis?

Llevaba mucho, mucho tiempo queriendo leer a Gógol. Me avergonzaba haber leído a otros rusos y haber relegado a este, que influyó a tantos, a un segundo plano.

La idea era o bien El capote o esta, su novela más famosa. Como soy lectora de libros largos, decidí que sería esta la historia escogida y por eso lo anoté en mi lista de propósitos de este año, para no olvidar que esta vez, sí o sí, tenía que leerlo.

Lo he hecho con una fantástica edición de Nórdica, muy cómoda para leer y con una letra perfecta para encarar esta lectura.

Las almas muertas narra la historia de Chíchikov, un héroe que busca enriquecerse con un agujero del sistema: obtener esclavos muertos (sus almas) para conseguir el dinero asociado a la propiedad por ellos aprovechando el retraso del censo en el cómputo de los fallecidos.

Su idea le llevará a visitar varias haciendas por toda Rusia para así entablar relación con los terratenientes que le vendan las almas, personajes variopintos y de distinta calaña que ejemplifican lo variado de una Rusia rural y arcaica, llena de herederos que dilapidan una cuantiosa herencia por dejadez, desinterés o vaguería.

¡Intenta (…) entender algo de los hombres! No creen en Dios, pero están convencidos de que, si les pica la nariz, es una señal de que van a morir.

Página 254

Lo que engancha a la historia desde la primera página es el humor mordaz y satírico de un Gógol que se ha propuesto poner un espejo, ridiculizando a sus personajes, que representan lo más variado de la sociedad rusa. Sus descripciones incluyen a la vez comentarios variados donde se dirige directamente al lector, abandonando su posición de narrador omnisciente para apuntar cosas principalmente sarcásticas:

El autor encuentra harto difícil nombrar a las dos damas de manera que no vuelvan a enfadarse con él como ya lo hicieron en el pasado.

Página 220

La mezcla consigue el efecto buscado: engancha al lector, critica a la sociedad y a la vez consigue una historia entretenida, plagada de sátira que conjuga la diversión con el análisis de una sociedad rusa en decadencia, con personajes que tienen cerca su final

Al ser una historia que el propio autor reescribió de la cual no se conserva el final completo, hay desigualdad entre las partes al notarse claramente dónde está más trabajada y retocada y donde quedo falta de una revisión y quedó fragmentada.

Aún así, una fantasía total, un libro que os recomiendo mucho que va directo a lo mejor de este año.

Los rusos nunca fallan. Confirmado.

ICHA:

Te gustará si te gustó Oblómov, Iván A. Gonchárov.
Pros– Entretenido, divertido, sarcástico.
– Cómo el autor consigue lo anterior describiendo a la sociedad rusa.
Contras– La segunda parte es menos redonda por la reescritura de la obra.

Namaste.

 

Autor, Handke, Literatura

Desgracia impeorable, Peter Handke

La acumulación y la falta de tiempo me llevan a cosas absurdas: a pesar de haber comprado, nada más haberle otorgado el Nobel, Los avispones, fue este librito el que he acabado leyendo primero.

Lo he hecho de la mano de la biblioteca, usuaria de la que admito, no soy nada frecuente. Me resultan incómodas varias cosas, desde el olor o la edición del título hasta las marcas en lápiz o bolígrafo que algún lector anterior consideró lo suficientemente relevante como para plasmar en un libro que no era de su propiedad.

Mis excepciones para el uso de la biblioteca son, generalmente, dos: los cómics, que suelo leer rápido y el coste / tiempo de lectura me parece que no hace justicia y los libros cortos, exactamente por lo mismo.

Así que Desgracia impeorable se vino conmigo en una espantosa edición de los 70 de la mano de Alianza tres, imagino que relacionada con la actual Alianza. La traducción, como podréis imaginar, deja bastante que desear, pero lo que me interesaba era el resto.

Peter Handke escribió este librito a las pocas semanas del suicido de su madre. Lo que hace es un recorrido de esa pérdida, como hijo que se enfrenta con el dolor y el duelo de la pérdida de un ser querido junto con el intento como escritor de acercase a la situación. Como todos los alemanes, su precisión configura un lenguaje certero y analítico:

«No hay palabras», se dice a menudo en las historias, o bien «no se puede describir», y las más de las veces considero que esto son excusas para la pereza; sin embargo, esta historia tiene que ver realmente con lo que no tiene nombre, con segundos de espanto para los que no hay lenguaje.

Página 39

El resultado es un librito muy corto pero duro, por lo que trata y por cómo están medidas las palabras. Uno de esos libros en los que cada frase duele, donde no sobra nada, donde el peso de cada frase contiene todo un universo de pensamiento y emoción.

Hablo conmigo misma porque ya no puedo decir nada a nadie.

Página 69

No sé cómo serán el resto de sus libros, pero a mí con este me ha convencido sin ninguna duda.

Namaste.

Autor, Literatura, Ugresic

Ficcionario americano, Dubravka Ugrešić

Me propuse regresar a la croata tras leer la maravillosa El Museo de la Rendición Incondicional, así que en mi lista de propósitos de 2024 (la segunda, la que no publico, esa que incluye libros que me interesan y que quiero que formen parte de mis lecturas recientes) figuraba su nombre.

Desconocía entonces qué libro leer de ella, porque por mi propensión a la acumulación tenía varias opciones: La edad de la piel, Baba Yagá puso un huevo o El Ministerio del Dolor. Al final me decanté por seguir la lectura en un orden cronológico así que opté por este que os traigo hoy.

Como ya hiciera en El Museo de la Rendición Incondicional, este Ficcionario americano (Impedimenta, 2023) es también un texto fragmentario de sus vivencias como expatriada tras el inicio de la guerra de Yugoslavia. Su choque con la cultura americana, la lejanía del conflicto y la soledad de sentirse ajena en un momento en el que sus compatriotas están muriendo a diario.

Articula el libro como si de un diccionario se tratase, explicando todo eso que a los estadounidenses les parece habitual pero que nos resulta ajenos para los europeos: esa cultura del esfuerzo/dinero o la amistad falsa de quienes tratan de ser amistosos pero quienes no quieren ahondar en cómo o de dónde viene esa persona con la que están hablando. Parte de ese concepto para unirlo con sus anécdotas, experiencias y sensaciones, comparando en muchos casos la diferente visión a ambos lados del Atlántico y añadiendo, por supuesto, su visión desoladora de saber que su país está en guerra, que jamás volverá al país que la vio nacer.

En conjunto se trata de un libro menos perfecto que El Museo de la Rendición Incondicional quizá por su carácter fragmentario, quizá porque se nota que la mayor parte de los textos vienen de su publicación en forma de columnas en el periódico, como consecuencia la independencia entre los temas genera una sensación de falta de unidad y también la sensación de que algunos temas interesan bastante menos que otros.

FICHA:

Te gustará si te gustó El Museo de la Rendición Incondicional, Dubravka Ugrešić.
Pros– Cómo muestra el choque con Estados Unidos desde su visión de expatriada.
Contras– Fragmentario, desigual en algunas partes.

Namaste.

IMM, Literatura

IMM (104)

Tras los excesos habituales del mes de junio el verano pasó con pocas compras, por suerte para mi maltrecho bolsillo. El olor a otoño y la rentrée han revertido la situación, así que aquí llega la recopilación de libros que han llegado a mis estantes a finales de verano y el pasado mes de septiembre:

  • Un caballero en Moscú, Amor Towles (Lumen, 2019). Un autor del que todo el mundo está hablando, el título que me llamaba la atención desde hace bastante, finalmente ha acabado en casa. Otra cosa es cuándo lo lea, claro.
  • Caía una intensa lluvia, Don Carpenter (Trotalibros, 2024). Este ha llegado con dudas, porque pinta bien pero las comparaciones con Dostoievski me parecen exageradas. ¡Ojalá me equivoque!
  • La última frase, Camila Cañeque (La uña rota, 2024). Regalo de mi hermana, un curioso libro sobre los finales de los libros. No lo conocía, me parece muy interesante.
  • Lejos de Egipto, André Aciman, (Libros del Asteroide, 2021). Una historia familiar del autor, de esas en las que la editorial son especialistas, lo de la no ficción lo tienen totalmente dominado. También un muy buen regalo.
  • El otoño de la casa de los sauces (Acantilado, 2018). Tras mi fulgurante inicio de año lector de la mano de Argüelles y su preciosa El palacio azul de los ingenieros belgas, era inevitable que buscara otros libros del asturiano. Este ha sido el escogido.
  • Theodoros, Mircea Cartarescu (Impedimenta, 2024). Evidentemente iba a correr a comprar la última novela de mi autor favorito, a pesar de saber que estoy terminando la trilogía Cegador (y además atascada por mi falta de concentración de las últimas semanas), pero estaba claro que iba a estar ahí para comprar el libro la primera. No me digáis que la portada no es maravillosa.
  • Contra toda esperanza, Nadiezhda Mandelstam (Acantilado, 2012). Las memorias de la mujer de Ósip Mandelstam, tras el asesinato de este y su exilio. Tiene pintaza y hablan genial de él. El tipo de libro made in Acantilado que me encanta.
  • Novela natural, Gueorgui Gospodínov (Fulgencio Pimentel, 2019). Del autor búlgaro quedé absolutamente encantada con Las tempestálidas, así que desde su lectura he comprado también La física de la tristeza, de la misma editorial. Aprovechando la Filthy week conseguí este libro con un 50% de descuento. Otra cosa es cuándo podré leerlo. No me juzguéis.

Y vosotros, ¿habéis comprado mucho en las últimas semanas? Y lo que es más importante: ¿habéis leído mucho?

Namaste.

Autor, Literatura, Umbral

Mortal y rosa, Francisco Umbral

Años. Años llevaba este título en mi libreta de pendientes sin que me hubiera acercado jamás a pensar en leerlo. Por no tener ni siquiera lo tenía en físico hasta que lo compré en una visita a Tipos Infames, y por fin, quizá animada por su corta longitud, lo he colado entre lecturas.

Y vaya.

Primero, lo obvio: un prejuicio el creer conocer a Paco Umbral, ese personaje televisivo que aparecía de refilón en la pequeña pantalla. Segundo, el tema: la muerte de su hijo. Y para el final, este experimento que es este libro enigmático, diferente, triste y poético.

Porque Mortal y rosa, algo que yo desconocía, no es una historia de no ficción a lo La hora violeta de Sergio del Molino, ni habla particularmente del duelo, como lo hace Joan Didion con El año del pensamiento mágico, sino que mezcla extraña ficción y no ficción, de diferentes formas, desde el análisis filosófico, el dietario y lo inventado, osea, la mezcla habitual en la cabeza de una persona.

Quizá si hubiera sabido de qué iba el asunto no me habría sorprendido tanto, pero aunque conocía el tema, el modo de contarlo es de una forma tan apabullante, bonita y triste a la vez que no pude dejar de anotar fragmentos y fragmentos conforme iba leyendo:

Un hijo es la propia infancia recuperada, la pieza suelta del rompecabezas. Lo que no viví en mí lo vivo en él, lo que no recuerdo de mí es él. Él es el trozo que me faltaba de mi madre.

Página 145

Porque al final Umbral escribe, desde el dolor y la frustración de la enfermedad, mientras que continua tratando de entender algo, como método de conectar con un hijo que se le escapa entre los dedos, desde la rabia de los hospitales, con la tristeza de la enfermedad y con la rabia de que además sea un niño el enfermo con un fatídico final.

Sólo encontré una verdad en la vida, hijo, y eras tú. Sólo encontré una verdad en la vida y la he perdido. Vivo de llorarte en la noche con lágrimas que queman en la oscuridad.

Página 228

Este libro es un ejemplo clamoroso de efecto híbrido entre géneros que a la vez tiene un tono triste y bello en las descripciones, análisis y comentarios. Su propuesta es extraña, arriesgada, y a la vez puede generar rechazo, pero es un libro fascinante, apabullante, que te deja sin aliento desde el comienzo.

Puedo abrir un libro y encontrarme dentro de él, porque uno no es sino la señal de lector puesta entre las páginas de la novela de la propia vida.

Página 81

Como contras diré los más claros: es un tema duro que hay que escoger leer en el momento pertinente, y pierde fuerza en la segunda parte de la historia, pero claro, cómo voy a juzgar un libro por las últimas páginas cuando antes nos ha dejado fragmentos tan tan maravillosos y certeros como el siguiente:

Ojos que imaginan cuando leen, que ven lo que crean con su lectura, que ven incluso lo no visible y le dan precisión plástica a los conceptos, a los pensamientos leídos. Los ojos pastan en el libro y a veces, al cerrar el libro, los ojos se quedan dentro, como hojas frescas, y ando ciego por la vida, sin ojos, sin ver el mundo, porque los ojos siguen mirando lo que han leído, se han enterrado en letra impresa.

Página

Desde aquí, muchas gracias a los que me habéis recomendado este libro una y otra vez. Sin vuestra insistencia no lo habría leído, así que fuera los prejuicios y sigamos leyendo.

Yo he llegado ya donde tenía que llegar. No he llegado a ningún sitio, pero es suficiente.

Página 212

FICHA:

Te gustará si te gustó – Maravillosamente único.
Pros– La mezcla híbrida de temas dentro de ese estilo tan cuidado y maravilloso.
– Multitud de fragmentos destacados.
Contras– Es devastador, hay que medir el momento en el que se lee.

Namaste.

Autor, Kafka, Literatura

El proceso, Franz Kafka

Releer uno de los libros de tu vida es siempre una tarea arriesgada porque pone en entredicho la memoria, ese recuerdo que nos dejó un libro cuando éramos un lector diferente, una persona distinta.

Sin planearlo he leído en este 2024 dos de los libros que más guardo en mi corazoncito lector, Tiempo de silencio de Martín-Santos y este que os traigo hoy, El proceso de Franz Kafka (Nórdica, 2024). Me gustaría decir que no fue la efeméride de ambos la que me motivó a leerlos pero mentiría. Qué mejor hacerlo con una nueva edición para conmemorarlo.

El inicio de El proceso empieza así:

Alguien debía de haber hablado mal de Josef K., puesto que, sin haber hecho nada malo, una mañana lo arrestaron.

Página 13

En una frase ya tenemos todos los elementos característicos de Kafka: un protagonista intercambiable al que se referirá como una inicial, una situación que cambia su rutina al comenzar un proceso contra que le obligará a personarse a un tribunal que no entiende,. El resto lo iremos descubriendo más adelante: un abogado al que desprecia, una situación judicial absurda, estúpida, que comienza con lo que parece un error, o lo que es peor, una broma.

Esto es la ley. ¿Dónde cabría un error?

Página 19

Y es que K. al principio piensa que se trata de una confusión, un error que añade un elemento discordante a su vida pero que podrá resolver enseguida, un malentendido, algo de fácil solución. No sabe lo equivocado que está, lo complicadas que se le pueden poner las cosas, cómo esa situación inicial se va a ir transformando, poco a poco, en un problema que se ramifica y que acabará afectando a cada aspecto de la vida del protagonista.

En general, el procedimiento no solo era secreto para el público, sino también para el acusado. Naturalmente solo en la medida en que esto fuera posible, pero era posible en muy gran medida.

Página 130

El estilo de Kafka es directo, concreto, hasta podríamos decir seco. No se detiene en explicar situaciones que vive K. porque el narrador omnisciente sabe lo mismo que el protagonista: solo lo que ve.

-Interpretas mal los hechos – dijo el sacerdote -. La sentencia no llega de repente, poco a poco el proceso va transformándose en sentencia.

Página 237

Eso es la clave en Kafka: esa desnudez del texto que engarza con la universalidad, con los sentimientos de frustración y parálisis que nos embargan al tratar con entes burocráticos. El proceso muestra un procedimiento reconocible en el cual pasamos las mismas etapas que el protagonista, desde la rabia e ira del inicio, al no poder creer que es lo que es necesario en esa situación, que se van diluyendo hasta transformarse en una aceptación calmada desembocando en una resignación final.

El proceso está por encima del individuo y eso él no lo puede cambiar.

No había nada de heroico en resistirse, en causar dificultades a aquellos señores, en intentar disfrutar ahora, defendiéndose, de la última luz de la vida.

Página 253

Además la sensación de soledad, incluso la redefinición de ésta, el individuo frente al sistema, el análisis de la existencia, ¿qué es uno frente a un sistema que atropella y apisona? ¿Cómo seguir en un mundo en el que cualquier decisión arbitraria puede marcar tu vida para siempre? ¿Quiénes somos frente a «ellos»?

El análisis existencialista, la duda de la lógica propia frente a un sistema organizado para hacer lo que un Ente Superior decide. No me digáis que no es actual.

De ahí el momento genial de transformación del apellido del autor al adjetivo. La transformación de todo lo anterior en una sola palabra. Dar un nuevo sentido a una mezcla de situaciones: lo kafkiano.

Lo miras alrededor y todo, si me apuras es kafkiano: tratar de conseguir hacer un trámite online para el que necesitas un número en papel que te da una persona en una ventanilla a la que se pide cita solo online…

He disfrutado y he sufrido de El proceso tanto como la primera vez, aunque sí, es una novela inacabada y eso implica que no es perfecta y que determinados capítulos se extienden y otros quedan a mitad. No es perfecta pero sí, sigue en mi corazoncito lector, y valga esta reseña, de nuevo, como la primera vez, para animarlos que la leáis. O la releáis, claro.

Namaste.

Autor, Literatura, Primo Levi

La tregua, Primo Levi

Cuando el año pasado comencé a leer la Trilogía de Auschwitz con Si esto es un hombre mi intención fue leer continuar las otras dos partes a una por año, así que lo anoté en mi lista de 2024 para no perderlo de vista y lo he leído este mes.

La tregua narra lo que sucede tras la liberación del campo de concentración hasta su regreso a Italia.

Lo que en una situación normal habría sido un viaje de unos días o una semana se alarga varios meses mientras los supervivientes son llevados al norte en tren, de campo en campo, alimentándose en lugares organizados por rusos o americanos, buscándose la vida, mientras esperaban un modo de llegar al sur.

Su viaje le llevará hasta la actual Bielorrusia, para acabar bajando de nuevo a Polonia y a Austria, por tren, andando o en carreta, según la zona y el estado del terreno tras la guerra. Así, Levi y sus compañeros se reencuentran, conversan, se alegran de haber sobrevivido aunque en la práctica siguen en modo alerta.

La tregua funciona como engranaje entre el pasado y el futuro, esto es, tenemos a un Primo Levi enfermo y hambriento tras salir del Lager que tiene como objetivo volver a casa. Una casa, por otro lado, lejana y quimérica con la que soñar mientras sigue pasado frío, hambre y traslados, tratando de conseguir un modo de dirigir sus pasos al sur.

Si esto es un hombre es un testimonio clave de los campos de concentración. De Los hundidos y los salvados dicen que es una historia muy destacada del análisis posterior. La tregua se queda en el medio, no es indispensable su lectura, pero como añadido a la trilogía cierra el círculo del testimonio del italiano.

Namaste.

Autor, Literatura

Respira, Tim Winton

Verano en Australia.

Dos adolescentes disfrutan su nueva amistad entre agua, sal y mucho, mucho tiempo.

El tiempo, el mar y el agua les llevará a la natación, más tarde al buceo, y gracias a un adulto que vive en la zona al surf.

Esa será su obsesión durante los días veraniegos de amistad, verano y agua: aprender a domar unas olas imposibles, controlar una tabla aparentemente inestable, conjurar el equilibrio en el mar. Añadir esa nueva magia recién adquirida con un mundo en el que se adentran, donde todo es posible.

Intenté hacer las cuentas pero ni siquiera sabía los números que debía usar.

Página 230

Porque tras el agua, la sal y las aventuras hay también más cosas: las envidias y los enigmas de ese adulto que les enseña todo cuanto saben, los silencios y las cicatrices.

Respira, Tim Winton (Libros del Asteroide, 2024) es un libro de inicios, una novela de formación veraniega y refrescante que nos traslada a los interminables veranos de otra época, donde todo estaba por descubrir y la energía y la ilusión te salen por los poros.

Aparentemente no hay nada que temer en la vida salvo el temor mismo.

Página 253

Una oda a los veranos eternos llenos de promesas y aventuras, donde la única importancia era disfrutar. Ideal para leer, cómo no, mirando un buen atardecer en la playa,

Gracias a la editorial por el envío.

Te gustará si te gustó Los nombres propios, Marta Jiménez Serrano.
Pros– Refrescante, ligera.
Contras– Refrescante, ligera.
– La parte final pierde fuerza.

Namaste.