Actualidad, Literaria

Noticias literarias

Leo en el periódico que J.K. Rowling se está planteando volver a escribir sobre Harry Potter. Literalmente ha dicho lo siguiente:

 

Yo podría escribir un octavo, un noveno, un décimo Harry Potter. No digo que no lo vaya a hacer. No creo que los escriba… Siento que ya está hecho, pero nunca sabes.

 

Ya, ya sabemos que igual que has escrito siete puedes escribir varios más. El tema es si procede o no, si va a estar demasiado trillado o no o si las partes nuevas van a aportar algo a la saga. ¿Mi punto de vista? Ya basta. Las segundas partes nunca fueron buenas (menos Terminator 2, claro), y no hay más que leer Un mundo sin fin de Ken Follet. La teórica segunda parte no aporta nada al primer libro. Así que dudo que en una saga como la del mago, se pueda aportar algo nuevo a los siete libros anteriores. ¡No hay que ser avariciosa, Rowling!

Y ahora, como tengo curiosidad por saber si coincidís conmigo, una pregunta:

 

 

 

Por otro lado, desde aquí mi más sincera enhorabuena para Mario Vargas Llosa, el nuevo Premio Nobel de Literatura. Desde 1990, cuando lo ganara Octavio Paz, no se lo había llevado un hispanohablante. ¡Por fin!

Como sólo he leído de él Los jefes y Los cachorros, esta es una buena excusa para adentrarse en la obra del peruano.

Dilema: Conversación en la catedral, La fiesta del chivo, Pantaleón y las visitadoras… ¿Por cuál empiezo?

Namaste.

 

Economía, Literatura

El Dilema del Prisionero, William Poundstone

Hoy, buscando un libro de estadística inferencial en la biblioteca de Económicas, me he topado con un libro. Desde su estantería me ha gritado hasta que ha conseguido lo que quería: llamar mi atención. El título del libro es El dilema del prisionero, de William Poundstone.

Portada del libro
Portada del libro

Desde que estudié teoría de juegos allá por primero de carrera, siempre me interesó este tema. Sin embargo, por falta de tiempo nunca pude profundizar.

Para los que no sepáis de lo que estoy hablando, os hago un breve resumen. El dilema del prisionero es un conflicto de intereses: el ejemplo que se utiliza es el de dos personas a las que acusan de un delito. La policía los interroga separadamente puesto que carece de pruebas suficientes como para condenar a uno. Así, ofrece negociar a los prisioneros, y lo hará tratando de que uno inculpe al otro, ofreciéndole al que traicione al compañero menos años en la cárcel.

Quizá así leído parezca muy farragoso. Lo sintetizaré con un cuadro:

Preso B traiciona Preso B leal
Preso A traiciona Condena A y B a 6 años A libre, B a 10 años
Preso A es leal A a 10 años, B libre Condena A y B a 6 meses

Desde el punto de vista de lo óptimo para ambos presos, lo que les conviene es colaborar (negar el delito y ser leales). Sin embargo, debido a la búsqueda egoísta del propio beneficio y al desconocimiento de la respuesta del otro preso, la situación más segura es traicionar. En el caso de que ambos traicionen, el resultado es peor que si ambos hubieran sido leales. Este resultado es el punto de equilibrio de Nash (marcado en amarillo).

Quizá recordéis a John Nash por su biopic Una mente maravillosa, que protagonizaba Russell Crowe. Fue, además Premio Nobel de Economía en 1994.

¿Interesante? A mí me parece que mucho.

¡Por fin estoy de vacaciones! Espero que esto suponga más actualizaciones… y lo mejor, ¡mucho más tiempo para leer! 🙂

Namaste.