Autor, Eco, Literatura

El péndulo de Foucault, Umberto Eco

Si echo la vista atrás y pienso en alguno de los libros que supusieron un pilar en mi vida como lectora, sin duda este libro se encontraría en ese listado.

el-pendulo-de-foucaultRecuerdo que lo leí hace mucho años, que me quedé alucinada con lo que tenía entre manos y que llegado un punto levanté la vista y me quedé con la mandíbula a punto de desencajarse.

Tiempo después, llegué hasta a cabrearme con Eco cuando leí El cementerio de Praga, pero tras el fallecimiento del italiano y, sobre todo, tras este artículo de la Jot Down que firma Josep Lapidario, consiguió que se me empañaran los ojos y que decidiera que lo iba a releer. (Sí, también aparece en el programa de Convénzeme, pero al pobre no le dejan explicarse).

El momento llegó el año pasado, con la llegada del otoño y aprovechando una lectura conjunta.

Nuestros protagonistas son tres: Causabon, Belbo y Diotavelli. Estudiosos amantes de la historia, comienzan a tirar de un hilo conspiranoico que se les volverá en contra un tiempo después. Un hilo en el que aparecen los templarios, los rosacruces, los judíos y hasta Hitler.

¿Es posible que la realidad no sólo sobrepase a la ficción, sino que la preceda, o más bien se apresure, con adelanto, a reparar los daños que la ficción provocará?

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El péndulo de Foucault es un laberinto de teorías, referencias históricas y literarias y muchas, muchas curiosidades. Una oda satírica a los libros que se pondrían de moda después, los best-sellers pseudohistóricos, los misterios con protagonistas que buscan el Grial, el arca de Noé o la tumba de algún apóstol. Eco lo toma como punto de partida y lo malea, consiguiendo una magnífica pasta en la que, como buen semiótico, cabe todo. Un despliegue de efectos, flashbacks, conocimientos, historias y anécdotas por parte de un enorme escritor que nos muestra una parte de las cosas que le interesan y que conoce.

Me estaba preguntando quiénes somos nosotros. Nosotros, que pensamos que Hamlet es más real que el portero de nuestra casa. ¿Qué derecho tengo a juzgar a éstos, yo que voy buscando a Madame Bovary para armarle un escándalo?

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Y es que desde las citas que enmarcan cada capítulo, hasta los recuerdos evocadores de Belbo, pasando por los diálogos, caben multitud de temas, de reflexiones y de referencias históricas, literarias, cinéfilas, filosóficas. Lógicamente, tomándolo como partida, surgen comentarios y polémicas en muchísimas de las cosas que dicen y hacen esos personajes.

A partir de entonces, todo búho vivo me habría parecido muerto, entregado por Salon a aquella esclerótica eternidad. Observé el rostro de aquel embalsamador de faraones bestiales, sus cejas pobladas, sus mejillas grises, y traté de descubrir si era un ser vivo o una obra maestra de su propio arte.

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Obviamente, en un libro de 800 páginas hay momentos en los que se puede hacer un poco pesado o denso. El mismo autor admitía que las 150 primeras páginas eran una prueba para el lector. La verdad es que lo recordaba mucho más denso. Quizá ahora sabía lo que me esperaba. Mi recomendación es que os toméis vuestro tiempo al leerlo. Veréis cómo en determinados capítulos no queréis dejar de leer. Simplemente dadle un poco de margen.

Volver a leer un libro que nos ha marcado tanto tiempo después es toda una experiencia. Por un lado, la sorpresa de olvidar muchos detalles, de no recordar qué ocurre a continuación, qué fue primero y qué ocurrió después. Sin embargo, conforme avanzaba la familiaridad con personajes, diálogos y las citas que acompañan los capítulos se hacía patente.

Comentar, además, cada fragmento destacado, cada tema polémico que sale a colación, cada opinión que los personajes nos generan no hace más que dar más valor a la historia. Intuir qué es lo que viene y que la otra persona que lee el libro se entusiasme por él, recordar esa misma sensación que uno sintió en la primera lectura… eso lo consiguen los buenos libros.

Y si después de todo el recorrido, de pasar cada página, de acabar con los post-it y de llegar al final uno se pregunta: ¿Ya? Sólo queda añadir: Siempre nos quedará París. Y el Péndulo.

FICHA:

Te gustará si te gustó
  • El nombre de la rosa, Umberto Eco.
Pros
  • La cantidad de temas que surgen.
  • El estilo de Eco para componer una historia compleja.
Contras
  • El inicio se puede hacer un poco cuesta arriba.

Namaste.

Autor, Eco, Literatura

El cementerio de Praga, Umberto Eco.

Y aquí está la reseña de El cementerio de Praga. Creo que me ha quedado larguísima para mi costumbre, pero quería dejar claras unas cuantas cosas.

 

Desde el inicio sabemos que hay tres narradores: Simonini, un capitán garibaldino, el abate Dalla Piccola y el autodefinido Narrador. Este último se dedica a leer por encima del hombro el diario de Simonini, que de vez en cuando interrumpe Dalla Piccola.

 

Al inicio yo misma reconocía al Eco que me encandiló con El péndulo de Foucault así como la inclusión de un tema que también aparece en La misteriosa llama de la reina Loana. Por lo que lo comencé con esperanza, sonriendo por las similitudes, impaciente por saber qué iba a leer a continuación.

 

Y lo que viene después es una historia sobre conspiraciones, revueltas populares y engaños enmarcada en la Italia garibaldina y en la Francia de Napoléon III. Aquí el autor expone todo su conocimiento y su potencial, dando datos, incluyendo personajes reales y tramas históricas. Como ya dije en aquélla entrada sobre Eco, el autor sabe muchas cosas: si quiere contarte la forma de hacer la pólvora de la época, va y te la cuenta. Si quiere mencionar calles y callejuelas del París de entonces, lo hace.

 

Hay montones de fragmentos o frases que me han gustado, como por ejemplo ésta:

 

Me estaba diciendo que ese hombre seguía el camino equivocado: no puedes crear nunca un peligro con mil caras, el peligro tiene que tener sólo una; si no, la gente se distrae. Si quieres denunciar a los judíos, habla de los judíos, pero deja en paz a los irlandeses, a los príncipes napolitanos, a los generales piamonteses, a los patriotas polacos y a los nihilistas rusos. Demasiada carne en el asador.

 

Pero… a partir de aquí comienzan todas las pegas que le he encontrado a la novela: lo primero, la cantidad de personajes que aparecen y desaparecen, los numerosos saltos temporales que confunden al lector. Desde el principio traté hace una línea temporal sobre cada cosa que iba pasando, pero me fue totalmente imposible seguir con ello. Bien es cierto que al final el autor nos ofrece un cuadro relacionando cada episodio con la época en la que se habla y la trama en sí, pero apenas sirve para clarificar nada.

 

 

Portada de "El cementerio de Praga" de Umberto Eco.
Portada de "El cementerio de Praga" de Umberto Eco.

Básicamente, el mayor fallo que le veo es que no hay una trama clara. No hay algo que te anime a seguir, a conocer qué pasará después. Parece que simplemente, van ocurriendo cosas, pero sin orden ni concierto, parece una enumeración de cosas, puestas una detrás de otra pero sin gracia alguna. Dan ganas de dejar el libro a la mitad, así os lo digo. He tenido dos sentimientos encontrados: de un lado la ilusión de que todo tendría relación, de que pasaría algo que cambiaría la percepción del libro (un final redondo, un argumento que simplicara la historia, ¡algo!), de otra, el sufrimiento. Me gusta Eco, he disfrutado mucho con sus novelas. Pero ha llegado el momento en el que por ejemplo, estaba viendo una serie y me decía a mí misma: «Debería leer un poco». (debería, y no me apetece) y lo peor es que yo misma miraba de reojo el libro y pensaba «Uf. Casi mejor me veo otro episodio.»

 

Sufrir por continuar un libro es una de las peores cosas que le pueden pasar al lector. Y eso me ha ocurrido a mí. Me daba igual qué pasara, me daba igual si un personaje era el mismo que doscientas páginas antes. Quería acabarlo a toda costa. Más por amor propio y por esa ilusión de que no, Eco no podía ser así, tendría que haber ideado algo para dejarnos a gusto con el final.

 

Así que os digo, que la novela es una cadena de despropósitos: de temas manidos como la masonería, los jesuitas y las conspiraciones (que además, parecen reutilizados de El péndulo de Foucault) y lo peor, sin duda, los saltos temporales, que impiden seguir la novela.

 

Es compleja, ardua, requiere toda la atención del lector, y aun así no es seguro que sepamos qué hace quién y dónde y cuándo.

 

He llegado a pensar que la culpa era mía, por ir espaciando la lectura al alternarlo con otra novela que tengo a medias, pero cuando intenté leerlo de corrido fue peor: no me daba tiempo a asimilar lo que me contaba Eco, no sabía qué había pasado entre medias y eso me generaba confusión.

 

Mi conclusión no es, como he leído por ahí, que Eco está sobrevalorado, sino que ha perdido la chispa. Ya me pareció cuando leí La misteriosa llama de la reina Loana, que podía haber escrito una novela mejor con ese punto de vista del que parte, pero es que El cementerio de Praga es directamente decepcionante.

 

Y no me gusta tener que hacer esta reseña, porque Eco es un gran escritor, pero no puedo otra cosa que decir mi verdadera opinión. En anobii he visto que la mayoría de las personas le dan grandes puntuaciones, lo cual me ha sorprendido. Pero por otro lado, también hay grandes críticas, como la de Javier.

 

Tres cuestiones:

 

1.- Leí en twitter que alguien comentaba que leer a Eco es de listos (algo así como “el snob se sorprenderá de que El cementerio de Praga esté entre los más vendidos). Mi pregunta es: ¿Eco es para listos? ¿Desde cuándo? ¿Por qué? Y otra cosa, ¿el hecho de que esté entre los más vendidos ya es indicativo de que la novela es buena? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

 

2.- ¿Alguien me sabe decir por qué en las novelas de Eco siempre aparecen ilustraciones? Vale que en algunas son necesarias, pero creo yo que pierden el sentido cuando mientras que Eco describe a un personaje en la página 240, la ilustración sale en la 245… ¿o me lo parece a mí?

 

3.- A los que habéis leído el libro. ¿Soy yo o es que el autor  se excusa en la nota aclaratoria del final? ¿Está afirmando que el libro es una completa confusión? Os dejo un fragmento:

 

El Narrador se da cuenta de que, en la trama bastante caótica de los diarios aquí reproducidos (con todos esos (…) flashbacks), el lector podría no lograr remontarse al desarrollo lineal de los hechos, desde el nacimiento de Simonino hasta el final de sus diarios. (…)

 

Al Narrador, si hemos de ser francos, a menudo le ha costado orientarse, pero considera que un lector como Dios manda podría pasar por alto estas sutilezas y disfrutar igualmente de la historia. En el caso, de todas maneras, de un lector excesivamente puntilloso, o no fulmíneo en su comprensión, aquí hay una tabla que aclara las relacione (…).

 

¿Y encima se atreve a llamarme puntillosa?

 

FICHA:

 

Te gustará si te gustó
  • La misteriosa llama de la reina Loana. Umberto Eco.
Pros
  • Las primeras páginas, que guardan algo de la magia narrativa del autor.
  • La gran ambientación histórica.
Contras
  • La ingente cantidad de saltos temporales.
  • La ausencia de una trama clara a lo largo de toda la novela.
Recomendaciones
  • Si no habéis leído nada del italiano, empezad con otro. Corréis el riesgo de pensar que todas sus novelas son como esta, y nada más lejos de la realidad.

 

Namaste.