Autor, Eco, Literatura

El péndulo de Foucault, Umberto Eco


Si echo la vista atrás y pienso en alguno de los libros que supusieron un pilar en mi vida como lectora, sin duda este libro se encontraría en ese listado.

el-pendulo-de-foucaultRecuerdo que lo leí hace mucho años, que me quedé alucinada con lo que tenía entre manos y que llegado un punto levanté la vista y me quedé con la mandíbula a punto de desencajarse.

Tiempo después, llegué hasta a cabrearme con Eco cuando leí El cementerio de Praga, pero tras el fallecimiento del italiano y, sobre todo, tras este artículo de la Jot Down que firma Josep Lapidario, consiguió que se me empañaran los ojos y que decidiera que lo iba a releer. (Sí, también aparece en el programa de Convénzeme, pero al pobre no le dejan explicarse).

El momento llegó el año pasado, con la llegada del otoño y aprovechando una lectura conjunta.

Nuestros protagonistas son tres: Causabon, Belbo y Diotavelli. Estudiosos amantes de la historia, comienzan a tirar de un hilo conspiranoico que se les volverá en contra un tiempo después. Un hilo en el que aparecen los templarios, los rosacruces, los judíos y hasta Hitler.

¿Es posible que la realidad no sólo sobrepase a la ficción, sino que la preceda, o más bien se apresure, con adelanto, a reparar los daños que la ficción provocará?

Página 227

El péndulo de Foucault es un laberinto de teorías, referencias históricas y literarias y muchas, muchas curiosidades. Una oda satírica a los libros que se pondrían de moda después, los best-sellers pseudohistóricos, los misterios con protagonistas que buscan el Grial, el arca de Noé o la tumba de algún apóstol. Eco lo toma como punto de partida y lo malea, consiguiendo una magnífica pasta en la que, como buen semiótico, cabe todo. Un despliegue de efectos, flashbacks, conocimientos, historias y anécdotas por parte de un enorme escritor que nos muestra una parte de las cosas que le interesan y que conoce.

Me estaba preguntando quiénes somos nosotros. Nosotros, que pensamos que Hamlet es más real que el portero de nuestra casa. ¿Qué derecho tengo a juzgar a éstos, yo que voy buscando a Madame Bovary para armarle un escándalo?

Página 441

Y es que desde las citas que enmarcan cada capítulo, hasta los recuerdos evocadores de Belbo, pasando por los diálogos, caben multitud de temas, de reflexiones y de referencias históricas, literarias, cinéfilas, filosóficas. Lógicamente, tomándolo como partida, surgen comentarios y polémicas en muchísimas de las cosas que dicen y hacen esos personajes.

A partir de entonces, todo búho vivo me habría parecido muerto, entregado por Salon a aquella esclerótica eternidad. Observé el rostro de aquel embalsamador de faraones bestiales, sus cejas pobladas, sus mejillas grises, y traté de descubrir si era un ser vivo o una obra maestra de su propio arte.

Página 567

Obviamente, en un libro de 800 páginas hay momentos en los que se puede hacer un poco pesado o denso. El mismo autor admitía que las 150 primeras páginas eran una prueba para el lector. La verdad es que lo recordaba mucho más denso. Quizá ahora sabía lo que me esperaba. Mi recomendación es que os toméis vuestro tiempo al leerlo. Veréis cómo en determinados capítulos no queréis dejar de leer. Simplemente dadle un poco de margen.

Volver a leer un libro que nos ha marcado tanto tiempo después es toda una experiencia. Por un lado, la sorpresa de olvidar muchos detalles, de no recordar qué ocurre a continuación, qué fue primero y qué ocurrió después. Sin embargo, conforme avanzaba la familiaridad con personajes, diálogos y las citas que acompañan los capítulos se hacía patente.

Comentar, además, cada fragmento destacado, cada tema polémico que sale a colación, cada opinión que los personajes nos generan no hace más que dar más valor a la historia. Intuir qué es lo que viene y que la otra persona que lee el libro se entusiasme por él, recordar esa misma sensación que uno sintió en la primera lectura… eso lo consiguen los buenos libros.

Y si después de todo el recorrido, de pasar cada página, de acabar con los post-it y de llegar al final uno se pregunta: ¿Ya? Sólo queda añadir: Siempre nos quedará París. Y el Péndulo.

FICHA:

Te gustará si te gustó
  • El nombre de la rosa, Umberto Eco.
Pros
  • La cantidad de temas que surgen.
  • El estilo de Eco para componer una historia compleja.
Contras
  • El inicio se puede hacer un poco cuesta arriba.

Namaste.

11 comentarios en “El péndulo de Foucault, Umberto Eco”

  1. El Péndulo de Foucault es un libro de esos que te va deslumbrando más y más con el avance de las páginas. La genial trama se va presentando con diferentes giros y saltos temporales que hacen que se vaya conociendo cada vez más la profundidad de los personajes con una narrativa muy elaborada, aliñada con un sin fin de curiosidades y datos históricos perfectamente armonizados con el hilo principal. Sin duda esta obra de Eco es una gran recomendación, en especial para lectores que buscan que un libro les aporte algo más que un simple relato.

    En lo personal, este libro llegó a mis manos como un regalo de parte de otro regalo, y tuve la suerte de que me acompañase en una aventura que me llevó por varios lugares a lo largo y ancho del planeta durante los últimos meses. La magia de todo ello es que los ratos de lectura de esta obra hacían que por unos momentos me sintiese más cerca de todo y como si estuviese al lado de la persona que tuvo el gran detalle de regalarme algo que me ha aportado tantísimas horas de entretenimiento.

    La reseña del libro es muy acertada y agradable de leer. Animo a cualquiera que no se haya decidido a zambullirse en este texto de Eco a que lo haga, ya que posiblemente se lleve una muy grata sorpresa. Y también te animo a ti Laura, para que no abandones nunca esta bonita labor y sigas descubriéndonos un mundo lleno de buenos libros a la gente que te leemos.

    Un abrazo muy fuerte.

    ēēēēēēēēēē

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    1. Me alegra saber que coincidimos en la valoración del libro. 🙂

      Seguramente cuando pienses en este libro te vendrá a la memoria los momentos de tu aventura. Es curioso lo que consigue la lectura: engrandece y acerca y acaba formando parte de nuestros recuerdos al igual que un paisaje o un momento determinado. No sé bien por qué pero uno es capaz de asociar libros a situaciones, viajes… etc., y seguro que te recuerdas a ti mismo pasando las páginas de «El péndulo…».

      Gracias por tus palabras. Siempre alegra saber que hay lectores al otro lado. No es fácil seguir escribiendo, mantener el ritmo, continuar con ésto, pero saber que hay personas que valoran la dedicación da un poquito de luz y calor en un día invernal como hoy.

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  2. Gracias por la reseña. Llevo tiempo queriendo leerlo, más desde la noticia de su pérdida, no se porque lo que más me atrae de él después de La Rosa.. Es éste.

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    1. Aunque me gustó mucho «El nombre de la rosa», este es mi preferido. Son muy distintos entre sí, pero comprobarás que Eco era un escritor talentoso que podía escribir lo que quisiese.

      Creo que es una buena forma de honrar a un autor leyéndole. Me alegra ver que no soy la única.

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