Autor, Literatura, Ribeyro

La palabra del mudo, Julio Ramón Ribeyro

De vez en cuando recibo comentarios en los que se me comenta lo rápido que leo. Os traigo un libro para desmentir esa afirmación.

La palabra del mudo (Seix Barral, 2019) es una recopilación de relatos del flaco Ribeyro, publicadas desde los 70 hasta los 90.

No recuerdo gracias a quién o cómo llegó la idea feliz de leer este libro de más de mil páginas, pero fue en 2023 cuando comencé, de a pocos, y siempre por las noches, la lectura de un relato o dos, para después espaciar la lectura hasta terminarla en la primavera de 2025. Quiero pensar que no es debido a mi falta de constancia sino a tratar de no quemarme con un formato, que para ser sincera, ni soy asidua ni domino.

Voy a dejar algunas pinceladas de lo que nos podemos encontrar en este librazo, por si os sentís atraídos y queréis, en algún momento de vuestra vida lectora, acometer la lectura. Quizá no encontréis esta edición, pero me consta que Alfaguara ha sacado una nueva que contiene los mismos relatos bajo el título Cuentos reunidos (2024).

En La palabra del mudo (Seix Barral, 2019) encontramos una basta recopilación de los relatos que fue publicando Ribeyro a lo largo de las épocas.

Comienza la introducción no sólo con un prólogo de Sara Mesa, sino con Cuentos olvidados (1995), relatos el periodo 1949-1956, para después adentrarse en la recopilación Los gallinazos sin plumas (1955), cuyo tema central es el realismo crítico. En general, el peruano fue un experto en relatar la situación de los pobres a través de la crítica social, como hace en Las botellas y los hombres (1964) o en Los cautivos (1972).

Finalmente, como dentro del programa estaba previsto un concierto en el jardín, fue necesario construir un jardín.

Página 144 – El banquete – Cuento de circunstancias (1958)

Su obra central y por lo que dicen los expertos, más destacada, es Silvio en el Rosedal (1977), donde la temática se central en conflictos vecinales y donde podemos apreciar más contenido metafísico. Como podéis comprobar por los fragmentos que os dejo por aquí, su estilo es sencillo, directo y sin subterfugios, con un hilo de sutil humor en ocasiones y con un poso de tristeza analítica en otros.

Las decepciones, en general, nadie las aguanta, se echan al saco del olvido, se tergiversan sus causas, se convierten en motivo de irrisión y hasta en tema de composición literaria.

Página 618 – Alineación – Silvio en el Rosedal (1977)

Termina la recopilación con Solo para fumadores (1987), más accesorio desde mi punto de vista, y Relatos santacrucinos (1992), de contenido más autobiográfico.

Despidió a la cocinera porque tenía un ojo más grande que el otro y con el grande lo enfocaba como un faro marino cada vez que pasaba por la cocina

Página 649 – El marqués y los gavilanes – Silvio en el Rosedal (1977)

Ribeyro demuestra desde el primero de los relatos el poder de su lenguaje que aúna el realismo más duro con un estilo elegante, sutil y preciso para acercarse a situaciones límite, tanto de acción como de emoción. Es un hilo aparentemente sencillo, un lenguaje que fluye y parece que no cuesta, pero que precisamente sólo los genios son capaces de conseguir de forma natural y liviana.

Como resumen, este libro es una delicia para todos aquellos que adoran los relatos, por el alto nivel de lo que cuenta y la variedad de temáticas y situaciones que plantea, pero también es un libro perfecto para acercarse a los cuentos para quienes no estén tan bregados en el tema, porque su calidad y su ingenio lo hace un indispensable en el género. Os recomiendo disfrutarlo y paladearlo y comentarme vuestra opinión. Ya os digo que no os vais a arrepentir.

Namaste.

Autor, Borges, Literatura

Ficciones, Jorge Luis Borges

Hablar de determinados libros resulta un asunto complicado. Éste es uno de esos.

Tenía pendiente volver a leer a Borges desde hace mucho tiempo, cuando leí un libro suyo que en su momento no supe apreciar. Tras esta experiencia me atenazaba una doble sensación: quería leerle pero tenía miedo por si no me gustaba. No en vano Borges es uno de los más aclamados autores en lengua castellana.

FiccionesAsí las cosas, Bartleby me regaló este ejemplar y decidí que ahora era el momento.

A partir de aquí comienza lo difícil.

El libro de cuentos se divide en dos partes: El jardín de senderos que se bifurcan y Artificios. La primera fue publicada primero como libro individual, y posteriormente se añadió la segunda parte para configurar un libro único.

Los cuentos que se incluyen en Ficciones difieren de longitud y temática, pero si algo tienen en común es su carga estilística, que nos mete en laberintos y misterios, donde cada frase y cada palabra pesa como una mole, donde hay que coger aire de vez en cuando.

Leyendo este libro me he sentido zarandeada, sin saber qué esperar, incómoda, cansada. Exhausta tras leer dos páginas, dos párrafos, dos frases.

Leyendo este libro he mirado al infinito tratando de procesar toda la información, he boqueado, he mirado a los lados quizá esperando una palmadita en la espalda de algún lector que supiera reconocer por lo que estaba pasando.

Leyendo este libro me he sentido apabullada, presionada. Al saber que estaba en mi mesilla esperando su turno, con atracción y miedo a la vez.

Ficciones es uno de esos libros que hay que releer. Que atrapan en un mundo que a día de hoy no soy capaz de comprender, pero que reconozco por su calidad, por su visión, por lo absolutamente fuera de serie del uso del lenguaje.

Con Ficciones me he sentido muy pequeña. Como aquélla lectora que no sabía interpretar las letras y aprovechaba para jugar con los libros troquelados en forma de coche desplazándolos por las mesas. Como la lectora que comprende cada palabra pero que no consigue alcanzar la magnitud de cada significado, sobrepasada por el estilo de Borges.

Eso es lo que he sentido leyendo a Borges. Para saber qué sentiríais vosotros tendréis que leerlo.

 

FICHA:

Te gustará si te gustó

Pros

  • El estilo de Borges y cómo va planteando las tramas.
  • Me encanta esta edición de DeBolsillo.

Contras

  • Apabulla, hay que leerlo con paciencia y despacio.

Namaste.

 

 

Autor, Cartarescu, Literatura

El ruletista, Mircea Cartarescu

Tengo que reconocer que yo, ignorante de mí, no conocía a Cartarescu, uno de los referentes de la literatura rumana. (Diana, no me mates). Sin embargo captó mi atención cuando lo comparaban con autores como Kundera, Borges y Cortázar.

El ruletista, de Mircea CartarescuProcuré abstraerme de el resumen para que me pillara más por sorpresa. Y vaya si lo consiguió.

El ruletista es un cuento de apenas sesenta páginas que tiene como protagonista a hombre aficionado a la ruleta. Eso se presupone, pensaréis, sí. Pero no a cualquier clase de ruleta, sino a la ruleta rusa.

Tras mi desconcierto inicial, me aventuré en una historia en la que el narrador nos cuenta sobre su amigo de la juventud, cómo llega al juego y qué hace en él.

Pero el verdadero protagonista es el autor, que consigue que el lector sienta en sus propias carnes el nerviosismo, la conciencia de que uno se está jugando la vida. Y lo hace con una forma de describir que nos traslada al lugar y a la hora del juego, la tensión del momento y la expectación de los asistentes. Así, va embriagándonos en una historia donde da importancia a los detalles, hasta el punto de que parece que el lector es capaz de oler, de verse a sí mismo presenciando el espectáculo. ¡Un espectáculo cruel y absurdo!

Bueno, pues yo estuve allí. Yo viajé con Cartarescu a un lugar que nunca había imaginado, a un ambiente extraño y tenso. Así que tengo que quitarle la razón al narrador cuando se lamenta diciendo que:

Querrías sacudir el corazón de lector pero, ¿qué hace él? A las tres terminas tu libro y a las cuatro empiezas con otro, por muy bueno que sea el libro que tú hayas depositado en sus manos.

Es cierto que he terminado el libro. Pero no siempre se puede decir que mereció la pena el viaje, que el lector notó el revólver apuntando a su cabeza.

FICHA:

Te gustará si te gustó
  • El cóctel con un poco de angustia kafkiana, la trama de Kundera y el universo de Auster.
Pros
  • La sensación de nerviosismo y de angustia que llega al lector.
  • El ambiente que atrapa y envuelve.
Contras
  • ¿Contras? ¡Ja!

Namaste.

P.D. ¡Por fin! ¡De una vez me libré de la cadena de despellejes!