La espada que todo destruye
aún esgrimida por el loco errante.
Seda bordada en oro sobre el acero,
belleza y locura yacían juntas.
Split milk Leche derramada
We that have done and thought Nosotros que hemos hecho y pensado,
that have thought and done que hemos pensado y hecho
must ramble, and thin out debemos reflexionar y diluirnos
like milk spilt on a stone como leche derramada sobre una piedra.
Gratitude to the unknown instructors Gratitud a los instructores desconocidos
What they undertook to do Lo que empezaron a hacer
they brought to pass; lo llevaron a puerto;
all things hang like a drop of dew todo se suspende como la gota de rocío
upon a blade of grass. sobre una hoja de hierba.
Three movements
Shakesperean fish swam the sea, far away from land;
romantic fish swam in nets coming to the hand;
what are all those fish that lie gasping on the strand?
Cuando la poesía habla, el resto de las palabras sobran.
Me quejaba recientemente por una red social de que los Reyes Magos no me habían traído ningún libro. Lo achaco, como todos los que leemos y compramos con asiduidad a que Sus Majestades no saben muy bien qué comprar. Una pena.
Sin embargo, cuando pensé en publicar un nuevo IMM, me di cuenta de que me equivocaba: que por Navidad sí que había recibido regalos en forma de libro, con la diferencia que ninguno de ellos estaba debajo del árbol. Habían llegado antes y de una forma diferente.
El idiota, Fiódor Dostoievski. Uno de los libros que figuran en mi propósito de este nuevo año, al que le tengo muchas ganas. Sin embargo, tendrá que esperar, al menos hasta que termine con Vasili Grossman (más o menos cuando George R.R.Martin termine “Canción de hielo y fuego”, supongo).
Tres rosas amarillas, Raymond Carver. Será mi primer libro de este autor, en este caso un libro de relatos cortesía de Bartleby (al igual que El idiota).
Las bellas extranjeras, Mircea Cărtărescu. Soy fan, ya lo sabéis, así que cuando veo a este autor en la portada de una edición de Impedimenta, lo quiero y ya mismo. Ésta vez son relatos, estaba vez parece que hay algo más de humor. Me resulta extraño, pero al mismo tiempo me embriaga una insana curiosidad para saber si me convencerá el autor en esta nueva faceta.
Máscara, Stanislaw Lem. Una preciosa portada envuelve los relatos de Lem, al que todavía no he leído a pesar de que llevo mucho tiempo queriendo leer Solaris: una novela de la que todo el mundo habla bien. Lem, allá voy. Gracias a la editorial por ambos ejemplares.
El sexo de la risa, de Irene X. Poesía, de la mano de @Tonokix, que decidió que para que me lo leyera me lo tendría que regalar. Se agradece, porque es necesario que salga de tanta novela y empiece a indagar en la poesía y en el ensayo, y éste me parece un perfecto inicio.
Y vosotros, ¿habéis leído alguno de estos libros? ¿Os animáis a leer conjuntamente El idiota?
Os deseo un gran fin de semana lleno de buenas lecturas.
Os traigo las (penúltimas) adquisiciones. Empiezo a tener miedo por la cantidad de libros que acumulo y que después no me da tiempo a leer.
Penúltimas adquisiciones junto a mi cojín de lectura
From Hell, de Alan Moore y Eddie Campbell. Tras leer la imponente opinión de Molinos, y teniendo en cuenta el gusto que le he cogido a la novela gráfica, acercarme a una tienda de cómics para comprarlo fue todo uno. Ahora mismo ando leyendo Watchmen, del mismo autor, pero sé que no le quedará mucho para que le hinque el diente.
Amar es aquí, de Patricia García-Rojo. Regalo de @Tonokix. Llama la atención que la misma autora se dedique, de un lado a la novela y a la poesía. O al menos me llama la atención a mí. En el ámbito de la poesía estoy bastante perdida, la verdad. Lo poco que he leído ha sido a García Montero. Viene bien volver a este género que a veces parece olvidado.
La fábrica creátor, de Patricia García-Rojo. También gracias a @Tonokix, en este caso un prestamo de una novela, que es la primera de la tetralogía Los portales de Éldonon, que a decir verdad, desconozco.
Lejos de Toledo, de Isaac Wagenstein. La culminación de la trilogía dedicada a los judíos que me encandiló con El pentateuco de Isaac y que continué saboreando con Adiós Shangai. Inevitablemente este libro tenía que estar en mi estantería, junto a los otros dos. Y aquí está. Tengo muchas ganas de leerlo.
El vano ayer, Isaac Rosa. Cortesía de Bartleby, uno de los libros que recomendó en su blog y que ahora no tengo excusa para no leer. De momento no figura en mi lista de libros a corto plazo, pero todo se andará.
Esto es todo por el momento. Os deseo unas felices lecturas.
Quizá os suene este libro porque lo tenía desde hace mucho tiempo como pendientes para leer. Este julio le llegó el momento.
Portugal posa al lado del libro de Caballero Bonald
Caballero Bonald es un poeta jerezano que ha obtenido bastantes premios. Pero además, también escribe novelas. Ésta es una de ellas y la primera que leo de él.
La historia parte de la situación de una familia comerciante de vinos. La trama se nos da a conocer con dos técnicas distintas: de un lado, con el uso del narrador omnisciente que nos relata la historia antigua de la familia Romero-Bárcena, y de otro, la visión de uno de los nietos del creador de la estirpe que abarca la visión personal de la situación más actual. De este modo, el lector va conociendo dos puntos de vista distintos que acaban uniéndose sólo al final de la historia.
A partir de aquí, el autor despliega su gran capacidad literaria y de conocimiento de la lengua castellana para embellecer una historia (que podría parecer trillada y que en un comienzo me recordó a La casa de los espíritus) para darle una personalidad definida, una distinción característica que permite al lector reconocer al creador de la novela, oler, ver y en definitiva sentir lo que nos quiere trasmitir. Como muestra, un botón:
Y ya estaba su mano detenida en mi mejilla, la palma sedosa abarcándome la mejilla, sus ojos en busca de los míos, y yo sin hablar y sin querer mirarla. El sesgo de la lluvia irrumpía ahora en los cristales y ese rumor creó en el cuarto un clima taciturno, como de víspera de un viaje no deseado.
Si leyendo determinadas novelas se puede tener la sensación de que muchas de ellas se distinguen de otras sólo por la trama, es decir, que parecen todas hechas por el mismo patrón, por el mismo modo, como si fueran producidas en masa como los coches de Taylor (¿no os ha pasado?), aquí no nos vamos a encontrar nada de eso, sino que se trata de una narración más artesanal, mejor o peor, pero distinta y original de esas novelas que son sospechosamente iguales.
Sin embargo, el punto fuerte de esta novela es, asimismo, su punto débil. En ocasiones el autor se detiene tanto en el estilo y en el vocabulario enrevesado, que el lector tiene la sensación de que no ha pasado nada en varios capítulos, que todo es ornamento. Y aquí está la parte que no me ha gustado. Es demasiado barroco. Aunque al principio su forma de escribir me recordó a García Márquez, según iba avanzando cambié de idea. Os dejo un párrafo del principio del libro:
Toda aquella acelerada prosperidad industrial y social- que don Sebastián Romero-Bárcena había sabido establecer con tan consumadas estrategias- se vio por entonces pasajeramente frenada. Parece ser que, a partir del inoportuno asesinato de un archiduque, se les quitó las ganas en parte a los europeos las ganas de beber (o no les quedó mucho tiempo para hacerlo), de modo que las exportaciones acusaron en ciertos casos una merma nada desdeñable.
Así que mi valoración del libro se queda en un punto medio. Aunque me ha gustado la forma en la que se hilvana la historia, estoy bastante defraudada con el final. Llegó a engancharme en la mitad del libro, y pensé que el autor estaba mejorando mi opinión… pero cuando leí el final, me dio la impresión de que me faltaba por comprar el último fascículo.
FICHA:
Te gustará si te gustó
La casa de los espíritus. Isabel Allende.
Pros
El estilo, el vocabulario y el estilo propio del autor.
Contras
Abusa de adjetivos. Con poca acción.
¡No cerramos en Agosto! 🙂
(INCISO: Portugal andaba algo molesta porque ya había aparecido Europa por mi blog y ella no. Así que para evitar rencillas entre hermanas, me solidarizo con ella.)