Este es uno de los libros que llevan mucho tiempo en mi lista de libros con ganas de leer (más conocido como Plan Infinito). Recientemente conseguí el libro y aquí está su correspondiente reseña.
La invención de Morel es un libro difícil de explicar sin que os lo destripe. Básicamente el libro trata sobre un hombre del cual sólo conocemos alguna cosa sobre su pasado (acabo de darme cuenta de que no se menciona ni su nombre) y que se encuentra en una isla desierta. Allí encuentra a varias personas con las que trata de entablar relación. Hasta ahí puedo contar. (Total, que la isla no estaba tan desierta como pensaba él).
El resto es un cúmulo de pensamientos variopintos.
Reflexiones, (como la siguiente):
¡Cuánto más evolucionados que nosotros fueron los inventores del fuego!
Comprobaciones:
Al pasar por el hall vi un fantasma del Tratado de Belidor que me había llevado quince días antes; estaba en la misma repisa de mármol verde, en el mismo lugar de la repisa de mármol verde. Palpé el bolsillo: saqué el libro; los comparé: no eran dos ejemplares del mismo libro, sino dos veces el mismo ejemplar.
Teorías e incongruencias:
En la soledad es imposible estar muerto. Para resucitar debo de suprimir a los testigos. Será un exterminio fácil. No existo: no sospecharán de su destrucción.
Es un libro entretenido, ameno, corto pero también hilarante y extraño, que permite al lector pasar de la sorpresa a la extrañeza, de la carcajada a la incertidumbre. No es un libro “al uso”, pero precisamente tenéis que leerlo. Merece la pena.
A veces es complicado seguir las teorías del protagonista.
La edición de Cátedra tiene demasiadas notas al pie de página: es incómodo leer varias páginas con tres o cuatro en cada párrafo y además, muchas son innecesarias. Señores, si no sé lo que significa pileta lo busco en un diccionario, leñe.
Referencias de Lost
Sawyer lee este libro en la cuarta temporada, en concreto en el episodio cuatro (Eggtown)
Esta es la historia de un joven que comienza una peregrinación en busca de fiesta y diversión. Sal Paradise abandona su vida para iniciar un viaje que le llevará a atravesar Estados Unidos (que no América, leñe) de Este a Oeste.
Paradise conocerá a lo largo de su viaje a mucha gente, y entre ellos destaca Dean Moriarty, un vividor que se dedica a robar coches, drogarse y dejar esparcir por todo el país. Los dos juntos pasan el rato haciendo autostop y tratando de conseguir dinero para proseguir su viaje. Vamos, que van dando tumbos durante las cuatrocientas páginas que ocupa la novela.
La narración de Kerouac es sencillamente eso: una relación de las idas y venidas de los protagonistas, a lo largo de la varias rutas y en distintos lugares. Os dejo una muestra de un pasaje que me ha hecho gracia:
Me recogió un tipo siniestro y delgado que creía en el ayuno controlado para mejorar la salud. Cuando ya en marcha hacia el Este le dije que me estaba muriendo de hambre, me respondió:
-Estupendo, estupendo, no hay nada mejor. Yo llevo tres días sin comer. Y viviré ciento cincuenta años.
Era un montón de huesos, un muñeco roto, un palo escuálido, un maníaco. Podría haberme recogido un hombre gordo y rico que me propusiera
– Vamos a pararnos en este restaurante y comer unas chuletas de cerdo con guarnición.
Pero no. Aquella mañana tenía que cogerme un maníaco que creía que el ayuno controlado mejoraba la salud.
Sinceramente, esperaba mucho más de este libro: algo de trama, más profundidad en los personajes. No sé. ALGO. Porque lo que realmente me he encontrado ha sido un libro aburrido, en el que no pasa nada (ni reflexiones ni acción), con personajes drogados que no dicen nada coherente ni ahcen nada aparte de drogarse.
En fin, que me ha aburrido soberanamente. Tanto que me planteé abandonarlo a la mitad. Al final seguí leyendo, eso sí, en diagonal y con ganas de terminarlo.
En conclusión, que no os lo recomiendo. Desde mi punto de vista, ni siquiera entretiene. Es una pesadez.
FICHA:
Te gustará si te gustó
El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio.
Pros
Algo tiene que tener, en serio… antes o después se me ocurrirá algo… (creo).
Contras
Ausencia de trama.
Personajes planos y simples.
Referencias de Lost
En el episodio 9 de la cuarta temporada, Ben se registra en un hotel con el nombre de Dean Moriarty.
Kerouac tiene una novela llamada Los vagabundos del Dharma.
Esta es la historia de la turbulenta relación entre padre e hijos.
Fiodor Pavlovitch Karamazov es un viejo libertino que pasa su vida disfrutando de varios placeres: mujeres, alcohol y derivados. Se trata de un hedonista empedernido, que se despreocupó de sus hijos.
El patriarca tiene tres hijos legítimos y uno ilegítimo. Son los siguientes:
Dmitri: el primogénito, hijo de su primera esposa. Se trata de un hombre irascible que se encuentra en una lucha perpetua con su padre; en primer lugar por motivo de la herencia de su madre, y en segundo, por el amor de una mujer. Dmitri es honesto y sincero, pero también irracional y voluble.
Iván: el primer hijo de su segunda esposa. Es inteligente y culto, lo cual le origina un claro desprecio hacia la gente que le rodea.
Alexei: el segundo hijo de su segunda esposa. Es bondadoso, comprensivo y siempre está dispuesto a ayudar a sus hermanos y a actuar como mediador con su padre. Escenifica el personaje bueno, el héroe de la novela.
Smérdiakov. Es el hijo ilegítimo de Fiodor Pavlovitch, trabaja como sirviente de éste. Siente admiración por Iván y se muestra huraño y alejado de los demás.
Europa durmiendo la siesta junto a "Los hermanos Karamazov"
En este contexto, Dostoievski plantea la historia: de un lado, describe el odio de los hijos por su padre (con excepción de quizás, Alexei, puesto que en la novela no se hace hincapié en este hecho, sin embargo, por determinados comentarios del personaje se podría decir que debido a su fuerte moral cristiana reprimió el verdadero sentimiento hacia su padre) desde distintos puntos de vista: el de Dmitri, por un problema de dinero y una lucha por la mujer que quiere; el de Iván, como objeto de desprecio y rechazo, y el de Smérdiakov, que ve a Fiodor Pavlovitch como a un amo.
Sin embargo, el autor no se queda ahí, y confronta a los personajes principales en conversaciones sobre religión, política y moral. Así, presenta a Iván como el personaje ateo y racional, a Alexei como un bondadoso monje cristiano, a Dmitri como la representación de Rusia en su modo de actuar y a Fiodor Pavlovitch como el representante del libre albedrío. Este último se manifiesta del siguiente modo en el inicio de la novela:
¿Lo oyen ustedes?-exclamó Fiodor Pavlovitch mirando al padre José- Ahí tiene usted la respuesta a su exclamación. (…) Esa mujer “de mala vida” es tal vez más santa que todos ustedes, señores religiosos, que viven entregados a Dios. (…) Sí, señores monjes. Ustedes, porque hacen vida conventual y comen coles, se consideran sabios. También comen gobios, uno diario, y creen que con estos pescados comprarán a Dios.
Posteriormente, discutirá con Alexei sobre la existencia de Dios:
¡Hum! Debe de ser Iván quien tiene razón. Señor, ¡cuando uno piensa en la cantidad de fe y de energía que esta quimera ha costado al hombre, sin compensación alguna, desde hace miles de años! ¿Quién se burla así de la humanidad?
El autor, además, nos deja perlas como los siguientes fragmentos:
Así fue como Maximov se quedó en casa de Gruchengka en calidad de parásito.
De una conversación de la viuda Khokhlakov con Alexei:
¡Hace un siglo que no lo veo! ¡Una semana entera! ¡Ah! Sé que vino usted hace cuatro días, el miércoles pasado. Ahora va usted a ver a Lise. Estoy segura de que habrá entrado de puntillas para que yo no le oyese. ¡Si supiera usted lo contenta que estoy por ella, mi querido Alexei Fiodorovitch! Esto es lo principal, pero ya hablaremos de eso después. Le confío enteramente a mi Lise. Desaparecido el starets Zósimo, que descanse en paz, usted es para mí un asceta, aunque le sienta muy bien su nueva ropa. ¿Cómo ha podido encontrar un sastre tan bueno en nuestra localidad? Ya hablaremos de esto después; es un asunto sin importancia. Perdóneme que me permita llamarlo de vez en cuando Aliocha. A una vieja como yo, todo se le puede consentir.
De una reflexión de Alexei:
No desprecia a nadie, pero tampoco confía en nadie. Y yo me digo que si no confía, desprecia.
En resumen, es un libro fantástico, maravilloso, que merece la pena leer. Quizá sea el mejor de Dostoievski, o quizá no (para eso habrá que leerlos todos, digo yo). Lo que sí que os puedo adelantar es que al tener más personajes que Crimen y castigo, se hace más ameno y dinámico. Tiene pasajes únicos, como El gran inquisidor, del Libro V. Es cierto que es largo, pero precisamente por eso hay que tomárselo con calma, leer poco a poco y asimilar lo que va sucediendo.
Una recomendación: apuntad en un papel el nombre de los personajes. Pensaréis que es una tontería, sin embargo, cuando empiezan los diminutivos, apelativos cariñosos y demás, no se entiende quién es quién (por ejemplo, Dmitri es a la vez Mitia, Mitienka y Dmitri Fiodorovitch Karamazov)
Relación con Lost (CUIDADO SPOILERS)
El libro aparece en la segunda temporada, cuando Locke se lo entrega a Ben (en aquél momento aún conservaba el sobrenombre de Henry Gayle).
Conforme fui avanzando en las páginas de la novela, comencé a pensar en la relación que tenían los personajes con sus padres. Cuál fue mi sorpresa cuando me di cuenta de que se podía establecer un paralelismo entre los hijos de Fiodor Pavlovitch y los personajes de la serie.
En Lost, conocemos varias relaciones con sus padres:
Jack-Christian. Jack me recordó a Iván. Ambos son inteligentes, universitarios, racionales y desprecian a su progenitor. Sin embargo, este desprecio se basa en su parecido con su padre (al fin y al cabo, Jack acaba siendo médico y alcohólico).
Ben-Roger. Enseguida Ben me recordó a Smérdiakov. Éste es un personaje misterioso, que calla más de lo que dice y que siembra la duda con aquél con el que habla. (Clavaditos, ¿verdad?) Pero además, Smérdiakov es epiléptico (como lo era Dostoievski) y Ben, ya en la tercera temporada, sabemos que tiene un tumor.
Hugo-padre de Hugo. Hugo es el personaje más bondadoso de la serie. Desde mi punto de vista, su padre es un interesado que le abandonó cuando era pequeño y que volvió al hogar al enterarse de que había sido agraciado con un importante premio de la lotería. Sin embargo, no parece que Hugo le rechace. Se puede asemejar a Alexei.
Locke y su padre. Inevitablemente ha de recordarme a Alexei, por su donación de riñón, por su bondad hacia él. Sin embargo, después del accidente (aún hoy recuerdo esa escena), John Locke se frustra, se obsesiona y cambia hacia un temperamento más parecido a Dmitri.
Una de las cosas que pensé después es la relación de hermanastros que existen en la serie. Tenemos dos: Jack y Claire y Daniel Faraday y Penny. No sé si casualmente (porque eso sería aventurar demasiado) es que todos ellos comparten padre y no madre. Pero quizá eso sea divagar demasiado… ¬¬
FICHA:
Te gustará si te gustó
Crimen y castigo, Fiodor Dostoievski.
Pros
La complejidad y realismo de sus personajes.
El autor, su forma de desarrollar la trama y de acceder a la mente humana.
Contras
Algunos capítulos son largos, densos y aportan poco a la trama.
Referencias de Lost
John Locke le presta el libro a Ben cuando es retenido en el Cisne.