Autor, Literatura, Némirovsky

El baile, Irène Némirovsky

Uno de los pendientes que no podía dejar pasar es esta pequeña nouvelle de Némirovsky. A la autora ya ha había leído en Suite francesa (Salamandra, 2005), una historia que me dejó con una sensación agridulce.

El baile (Salamandra, 2016) es una novelita de apenas 100 páginas que se centra en una familia judía de París. Los Kampf son ricos pero les falta algo que anhelan: la aceptación de la alta sociedad. Para tratar de conseguirlo deciden organizar un baile, uno de esos recordados por décadas que demuestren por qué son una familia a tener en cuenta.

La situación se complica cuando la madre decide que su hija Antoinette, de catorce años, no asistirá al baile. La sorpresiva reacción de la adolescente es sabotear el evento, provocando estupor y sorpresa entre unos padres que desconocen su propósito.

De pronto atrapó entre dos dedos una cana sobre la sien; la arrancó con una mueca grotesca. ¡Ah!, ‘la vida estaba mal hecha! Antes, su cara con veinte años, sus mejillas sonrosadas, pero también las medias zurcidas y la ropa interior remendada… Ahora las joyas, los vestidos, pero también las primeras arrugas… Todo eso iba junto…

Página 68

Lo que plantea Némirovsky es el choque entre dos generaciones, la encorsetada de los padres, heredera de la visión aristocrática propia del siglo XIX y la de los jóvenes que buscan romper con el régimen establecido y pugnan por una libertad de movimientos mayor.

El choque entre madre-hija y los detalles de desconexión familiar, más interesados por dar una imagen de cara a la galería que de comunicarse entre ellos, son retratados de forma exquisita, directa, precisa e impecable, condensado todo con una brevedad que recuerda a Zweig.

En conclusión, El baile es un librito muy interesante que, esta vez sí, me reconcilia con el buen hacer de una autora que plasma parte de su infancia infeliz en las páginas de esta breve historia.

FICHA:

Te gustará si te gustó Suite francesa, Irène Nèmirovsky.
Mendel el de los libros, Stefan Zweig.
Pros – Directa, elegante, certera. Némirovsky mide cada palabra.
– Cómo con muy pocas páginas demuestra su calidad literaria.
Contras – Deja con ganas de más.

Namaste.

Autor, Literatura, Zweig

Viaje al pasado, Stefan Zweig

De vez en cuando, en momentos en los que no sé qué leer o cuando estoy atascada con alguna lectura, miro mis estantes en busca de una ayuda: algún libro que sea garantía de que me vaya a gustar para alternar en momentos de bloqueo.

Zweig es una de esas referencias claras y si además escojo un título corto del austríaco, es imposible fallar.

Viaje al pasado es una novela corta o nouvelle sobre una pareja: sobre el reencuentro tras años de separación, sobre el hilo que les unió en un amor imposible que tratan de retomar tiempo después.

Los personajes son un hombre y una mujer que se conocen bajo la misma casa, en Alemania. Él, como ayudante del marido de ella, comienza a trabajar en la casa familiar, y desde el primer momento se siente atraído por la mujer. Su relación se pospone hasta que ambos se dan cuenta de la atracción que sienten. Al poco, él ha de marcharse a América, y la pareja se separa pensando que en dos años volverán a estar juntos.

La situación se complica con el estallido de la Primera Guerra Mundial, y lo que iba a ser dos años se acaba convirtiendo en más tiempo. El reencuentro se aplaza, pero acaban coincidiendo. ¿Serán los mismos que se querían? ¿El tiempo y la distancia ha afectado en una relación apenas iniciada?

No se cruzaron con nadie, sólo sus calladas sombras se arrastraban por delante de ellos y siempre que una farola iluminaba sus figuras perpendicularmente, las sombras se fundían una con una, como si se abrazasen, se ensanchaban ansiando unirse cuerpo con cuerpo en una sola figura, luego se apartaban una vez más, para volver a abrazarse, mientras ellos caminaban cansados, respirando profundamente. Él observaba hechizado este curioso juego.

Página 87

El estilo de Zweig es el que ya conocemos: elegante y conciso, breve pero con abundantes adjetivos, reflexivo pero directo.

Se concentró en escuchar en lo más hondo de su ser, volviendo a aquel entonces, por si aquella voz profética, la intérprete de sus recuerdos, quería volver a hablarle desvelándole el presente a través de su pasado.

Página 91

Para mí, Zweig, en todas sus vertientes, es siempre un acierto.

FICHA:

Te gustará si te gustó Veinticuatro horas en la vida de una mujer, Stefan Zweig.
Pros – Conciso, elegante, directo, estilísticamente muy completo.
Contras – Otras temáticas me parecen más interesantes.

Namaste.