¡Es viernes! Así que voy a aprovechar para contaros algunas cosas.
Lo primero, tengo el placer de anunciar que gracias a Libros del Asteroide contamos con un premio adicional. Se trata de El frente ruso, de Jean-Claude Lalumière, una de sus últimas novedades. ¡Gracias!
Portada "El frente ruso", Lalumière
La mecánica para decidir quién se lo lleva será un poco diferente. Una vez se haya realizado el sorteo de los libros que os mostré en la otra entrada, se sorteará El frente ruso entre los ganadores comentaristas y siempre que superen con éxito un par de preguntas relacionadas con el blog (no os asustéis, que son facilonas). Para ello escribiré a los ganadores para que escojan entre los Criadas y señoras, El legado del valle, Siempre el mismo día y El bolígrafo de gel verde y en ese mismo correo les plantearé las preguntas. Después se sorteará por random.org.
Lo segundo, el listado de los participantes, pinchando aquí. Está actualizado a hoy viernes 20 de Mayo a las 17:00, así que si no aparecéis es que no me ha llegado vuestro mail. Vuelvo a recordar mi dirección por si tenéis alguna duda.
¡Tened en cuenta que el lunes es el último día para apuntarse!
Tras un parón debido fundamentalmente a la Semana Santa (y a mi escasa capacidad de planificación, para qué nos vamos a engañar), os traigo una de las últimas novedades de la editorial Anagrama.
La última novela de Amélie Nothomb comienza de este modo:
Cuando paso por el control de seguridad de los aeropuertos, me pongo nervioso, como todo el mundo. Nunca me ha ocurrido que el dichoso bip no se dispare. Por eso siempre me toca el premio completo, unas manos masculinas sobándome de pies a cabeza. Un día no pude evitar decirles: “¿De verdad creen que quiero hacer estallar el avión?
Mala idea: me obligaron a desnudarme. Esta gente no tiene sentido del humor.
Hoy paso por el control de seguridad y me pongo nervioso. Sé que el dichoso bip va a dispararse y que las manos masculinas van a sobarme de pies a cabeza. Pero esta vez sí voy a hacer estallar el avión de las 13.30.
De esta forma tan peculiar comienza esta breve historia. Enseguida nos preguntamos: ¿pero por qué? ¿Qué motivos pueden llevar a una persona normal y corriente a estrellar un avión? ¿Acaso es un terrorista?
Viaje de invierno, Amélie Nothomb
Pronto Nothomb nos da los motivos por los que Zoilo, un filólogo cualquiera, decide de un día para otro realizar un atentado. Y ese motivo no es otro sino el amor que encuentra cuando, por casualidad, conoce a Astrolabio, una chica que convive con una novelista peculiar que se interpondrá entre la relación de ambos.
El problema surge cuando Zoilo se da cuenta que no puede deshacer ese triángulo que forman las dos compañeras de piso y él. Así, la autora crea una novela entretenida e irreverente, excéntrica como todas las que publica, con muchos guiños irónicos y de humor y alusiones a sí misma.
Pero es que además la novela es un claro ejemplo de lo políticamente incorrecto. Zoilo pone todo su ser en conseguir a la persona que ama, y ante la conciencia de que es inalcanzable, vierte todo su malestar y sus verdaderos pensamientos en la tercera persona. De este modo expone sin tapujos lo que cree y siente, independientemente de que su apreciación sea o no justa.
Lo que verdaderamente destaca en la obra de la belga son los personajes: aunque no se nos den demasiados datos, son personas reales, que piensan, dudan y yerran. Esto, junto con una prosa ágil, hacen de esta novela un libro fantástico para evadirse de la realidad, para pasar un buen rato y tomar aire antes de comenzar un libro más denso.
Seguramente a los seguidores de Nothomb os gusten más sus novelas autobiográficas, pero os recomiendo que le deis una oportunidad a esta.
Y es que al final una cosa queda clara: que la belga es adictiva. Leer sus novelas es como comer bombones: siempre quieres más.