Autor, Ferrante, Literatura

La niña perdida, Elena Ferrante

Sólo era cuestión de tiempo que terminara la saga Dos amigas, la famosa tetralogía de Elena Ferrante.

Sólo quedaba cerrar la historia, conocer la última parte de la vida de Lenù y Lila.

Pocas novedades os voy a poder contar en esta reseña, dado que el cierre de la saga se basa en los temas y lugares comunes de ambas mujeres. En esta ocasión, ya adultas, somos testigos de cómo reconectan y se vuelven a acercar a la amistad que tuvieron. Les une la complejidad de sus vidas, la maternidad, y por supuesto, la tierra.

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La niña perdida es el libro que más me ha gustado de estos cuatro quizá por los temas que incluye, quizá porque la madurez les ha sentado muy bien a las dos, pasando de una relación tóxica que mantenían en la infancia a la colaboración entre ambas, ofreciendo ayuda, soporte y comprensión.

Como en los anteriores, las relaciones amorosas juegan un importante peso: los padres de sus hijos, los nuevos amores y el papel que el hombre juega en sus vidas. A la vez, la carrera profesional, el desarrollo de Lenù como escritora, entre otros.

Hay momentos en que aquello que colocamos a los lados de nuestra vida y que parece que le servirá de marco eterno -un imperio, un partido político, una fe, un monumento, o también simplemente las personas que forman parte de nuestra cotidianidad – se desmorona de un modo por completo inesperado, en el preciso instante en que otras mil cosas nos apremian. Así fue esa época.

Página 422

La niña perdida me parece un cierre perfecto para la saga Dos amigas, que incluye los temas más representativos de la saga, y que, obviamente acaba hablando de la tierra común: el regreso al hogar, a un Nápoles cambiado, a un mundo que quedó atrás.

Quizá ahora que HBO se ha animado con una serie de televisión de la saga sea un buen momento para leerla para aquéllos que no la conocéis.

FICHA:

Te gustará si te gustaron

Pros

  •  Vas a leer 15 páginas y acabas leyendo 150. Perfecto para crisis lectoras.
  • Se agradece el listado del inicio donde aparecen las familias principales y secundarias, madres, padres e hijos.

Contras

  • Las expectativas de cada lector puede generar confusión: no es un libro que cambiará vuestra vida, sino uno que entretiene y está bien escrito.
  • Si no los lees seguidos pierdes detalles.

  • Si los lees seguidos la saga se acaba pronto.

Namaste.

 

Autor, Ferrante, Literatura

Las deudas del cuerpo, Elena Ferrante

Tras remontar la crisis lectora, necesitaba apuntalar la sensación de vuelta a los libros sin meterme de lleno en un libro largo, denso o complejo. Así que decidí que era el momento de volver a leer Elena Ferrante. Con su tetralogía a medias parecía el mejor modo de volver a la senda lectora.

Las-deudas-del-cuerpoEl tercer libro de la saga Dos amigas se centra en la vida adulta de ambas, la carrera como escritora de Lenù y la vida tras el matrimonio fallido de Lila.

No es fácil que os cuente algo nuevo de Las deudas del cuerpo tras las reseñas de La amiga estupenda y Un mal nombre, porque en esencia se mantienen los rasgos característicos de la historia.

La narradora es, de nuevo Elena Greco, la aplicada de las dos amigas, que estudiará en la universidad y acabará convirtiéndose en escritora. Lila es su amiga de la infancia, distanciada ahora no sólo por residir en ciudades diferentes sino por un paso del tiempo que, inexorablemente, lleva a ambas por caminos separados.

De nuevo: el ambiente, el choque entre una época de miseria y el inicio de una pujanza económica que conseguirá cambiar la vida de muchas familias napolitanas. También, el paso del tiempo, la visión adulta de la realidad frente al idealismo de lo que se imaginaban. Tenemos a una Elena adulta que regresa a visitar su ciudad natal y que es más crítica con su familia, con los vecinos y consigo misma.

En cuanto al estilo de Ferrante, el lector termina con una sensación de ingravidez que le provoca seguir leyendo hasta que termine la historia. También el reconocimiento de cierto olor a culebrón, jugando con dejar la historia a medias para continuar leyendo, además de una excesiva edición del texto que consigue un texto demasiado pulido, demasiado cuadriculado, demasiado fabricado.

Sea como sea, a mí me ha venido genial para continuar leyendo, para tomar algo de aire antes de encarar historias que exigen más, novelas más duras y menos amables. Diría también que Las deudas del cuerpo me ha gustado más de los tres que he leído hasta ahora, quizá porque las historias infantiles acaban resultando simplonas, y quizá porque la historia gana al encontrarse en la edad adulta. O puede ser que lo haya cogido con más ganas, que me haya durado menos y por eso tenga esa sensación, qué sé yo.

En cualquier caso, la fórmula Ferrante tiene éxito. Porque nos mete de lleno en el entorno napolitano, nos contagia de los sentimientos de los personajes, y a fin de cuentas, juega con la nostalgia, el recuerdo de un pasado que no volverá, el cambio que han supuesto estas últimas décadas en cualquier habitante escogido al azar. (¿No es eso lo que funciona ahora? ¿Utilizar la nostalgia para ganar lectores o espectadores?) La autora sabe narrar. Y narra una historia que no deja de ser sencilla, humana, común. No tiene ínfulas de gran escritora, no trata de apabullar con un estilo forzado y presuntuoso. Narra algo muy fácilmente donde otros se han atascado, donde otros describen caricaturas y no personajes, donde otros se quedan en la superficie.

Para mí, en este caso, es suficiente.

FICHA:

Te gustará si te gustó

Pros

  •  Vas a leer 15 páginas y acabas leyendo 150. Perfecto para crisis lectoras.
  • Se agradece el listado del inicio donde aparecen las familias principales y secundarias, madres, padres e hijos.

Contras

  • Si no los lees seguidos pierdes detalles.

  • Si los lees seguidos la saga se acaba pronto.

Namaste.

Autor, Ferrante, Literatura

Un mal nombre, Elena Ferrante

Tras iniciar la saga Dos amigas con La amiga estupenda es casi imposible no seguir leyendo. Así que leer Un mal nombre era solo cuestión de tiempo. Escogí un momento entre dos tochos para adentrarme de nuevo en la vida de Lila y Lenù.

Un-mal-nombre,-FerranteComenzamos la historia donde la terminamos con el primero de la saga: en el momento de la adolescencia, con una Lila casada y una Lenù estudiosa. Si bien en esta segunda parte la autora decide utilizar el flashback desde la primera página:

En la primavera de 1966, en un estado de gran agitación, Lila me confió una caja metálica con ocho cuadernos. Dijo que ya no podía tenerlos en su casa por temor a que su marido lo leyera.

Página 17

Así, de nuevo, continuaremos profundizando en la relación de las amigas y en las situaciones a las que se enfrentan. El estrenado matrimonio y la búsqueda de un hijo de Lila y el estudio y las dudas de Lenù, que ve cómo todo su grupo de amigos toma un camino y ella el contrario. El devenir de la zapatería, de la tienda de embutidos. Nuevos amigos y nuevos problemas. Conflictos, puntos de vista diferentes y muchos nuevos asuntos.

Hay momentos en que recurrimos a fórmulas insensatas y planteamos exigencias absurdas para ocultar sentimientos lineales.

Página 316

Me reafirmo en decir que no es un libro que no nos cambiará la vida, ni es una de esas historias profundas ni nada por el estilo. Sin embargo, sí que es una historia adictiva, uno de esos dramas que seguimos viendo o leyendo por curiosidad, que se lee muy rápidamente y que viene genial para momentos en los que queramos leer algo sin calentarnos la cabeza. Porque entre otras cosas, está bien escrito. Los diálogos y las descripciones son creíbles, los personajes están muy bien formados y el retrato de la Italia de la época enmarca muy bien la historia.

Le había devuelto la capacidad de sentir. Sobre todo, le había resucitado el sentido de sí misma. Sí, resucitado. Líneas y más líneas en cuyo centro se encontraba el concepto de resurrección: un extático elevarse, el fin de todo vínculo y, sin embargo, el inefable placer de un nuevo vínculo, un resurgir que era un insurgir, él y ella, ella y él juntos volvían a aprender la vida, apartaban de ella el veneno, la reinventaban como pura dicha del pensar y el vivir.

Página 348

Probablemente me ha gustado más que la primera parte, precisamente porque sabía lo que me iba a encontrar y no tenía una expectativa tan alta como la primera vez. Además, al conocer el tipo de lectura de la que se trataba he podido escoger mejor el momento justo cuando quería leerlo. Si bien me arrepiento de no haberlo leído al poco tiempo de La amiga estupenda (hay referencias que no recordaba), no me gusta continuar un libro con el siguiente del mismo autor.

Quizá el hecho de las protagonistas sean más mayores le de un punto de profundidad y huya de la inocencia y la simpleza de la infancia que planteaba el primero de la saga. Los problemas son más graves, las situaciones más complejas, la historia algo más honda. Sigo sin aguantar (yo diría que hasta me molesta) la relación entre las protagonistas, que considero de dependencia y que llega a la toxicidad. Pero sí, en definitiva se trata de un culebrón. Uno bien empastado, creíble, con buenos y malos, con envidias y amoríos, con desengaños y enamoramientos.

Uno de esos libros con los que perderse un fin de semana como éste, lluvioso y gris, y no moverse del sofá hasta terminarlo.

FICHA:

Te gustará si te gustó

Pros

  •  Vas a leer 15 páginas y acabas leyendo 150. Perfecto para crisis lectoras.
  • Se agradece el listado del inicio donde aparecen las familias principales y secundarias, madres, padres e hijos.

Contras

  • La relación desigual entre las amigas, tóxica.

Namaste.