Autor, Butler, Literatura

El corazón de los hombres, Nickolas Butler

Tras la aclamada Canciones de amor a quemarropa, regresar a Butler tiene algo de necesidad, de querer conocer qué historia nos trae en esta ocasión. Desde que Libros del Asteroide anunció que publicaría El corazón de los hombres, marqué en mi libreta la fecha para hacerme con él. Finalmente y por sorpresa este libro acabó en mi buzón (¡muchas gracias, chicos!). Una alegría más, encontrarse con el libro que uno quiere leer en el momento en el que desea empezarlo.

El-corazón-de-los-hombresTengo que admitir que cuando te sorprende un libro, cuando te gusta mucho, volver al autor a leer el segundo que publica suele ser, en ocasiones, decepcionante, como me ocurrió con Nell Leyshon con Del color de la leche y más tarde El show de Gary. Así que mi prejuicio me decía, no sé por qué, que no iba a estar a la altura, porque Canciones de amor a quemarropa me pareció una novela redonda.

En El corazón de los hombres, Butler vuelve a incluir como tema principal la amistad. Sin embargo, en este caso, se trata de la amistad intergeneracional, de modo que en cada relación amistosa hay un salto de varios años, al contrario que con Canciones de amor a quemarropa, donde eran un grupo de amigos coetáneos. Para conseguir que esto sea creíble, para situar la acción y poder conseguir esa relación especial, Butler tenía que huir de entornos como el colegio o la universidad, y para ello escoge el mundo scout, como paradigma de convivencia con personas de distinta edad. Aquí vemos a Jonathan y a Nelson, jóvenes que disfrutan o sufren en un campamento. El primero, líder del grupo, el segundo, apestado social. Su relación sentará los cimientos de algo más fuerte que una amistad.

Amante como es de los saltos temporales, en esta ocasión el autor los utiliza como nexo de unión para continuar la historia. Así, tras el encuentro en 1962 de Jonathan y Nelson, un Jonathan adulto envía en 1996 a su hijo al campamento de su infancia. Es este niño quien entablará una relación especial con el propio Nelson, ahora coordinador del campamento. Si en la primera amistad había un salto de unos pocos años, en este caso, se trata de una brecha más grande. La relación se mantiene al constatar, no sólo que se trata del hijo de su amigo, sino por reconocer en él aspectos que tenía él mismos cuando era niño.

Y para cerrar el círculo, llega la tercera generación, la de los que ven los campamentos como algo absurdo, la que considera que un curso de orientación no sirve de nada desde que tenemos GPS en el móvil. Año 2019. Thomas, nieto de Jonathan. En este caso, no llega solo, sino con Rachel, su madre, que acude como acompañante para apoyar a la organización del campamento.

En las tres relaciones, como habréis podido imaginar, se producen situaciones que las ponen a prueba, que les hacen reflexionar, y en la tercera y última, el momento de reflexión sobre el paso del tiempo, los cambios en las personas, la esencia de cada uno, echar la vista atrás y analizar los aspectos comunes de una familia, rememorar las cosas pasadas y los sentimientos perdidos.

Sin embargo, también dispone de puntos débiles, al menos para mí. El primero, es el arma de doble filo del mundo scout. Para un europeo no familiarizado con el tema, el mundo scout comprende una serie de clichés, arquetipos y en general, actividades extrañas empañadas de un americanismo que puede repeler. Supongo que para el lector estadounidense puede conectar con la nostalgia de recordar la propia experiencia, pero eso para muchos lectores no ocurrirá. Por otro lado, para mí, el personaje de Rachel es muy pobre. Me parece una acumulación de arquetipos típicamente femeninos, con frases absurdas y simples y un proceso mental que aunque intenta mostrarnos que es serio, me parece una caricatura de una mujer cualquiera. Este personaje es el que más me ha sacado de la historia porque no me lo he creído en ningún momento, y por cada actuación racional y lógica daba paso a una serie de pensamientos o sensaciones forzadas y exageradas que me parecen, desdibujan la realidad de este personaje.

Admito desde este momento que me gustó más Canciones de amor a quemarropa, porque se trata de una novela más redonda, que tiene más aristas y juega con la distinta visión de los personajes. Esta es mucho más lineal, con lo que pierde el encanto de la retroalimentación, de la información coral y de los recuerdos comunes. Eso sí, es digna sucesora de aquélla, invita a leer, a arrebujarse con una manta y empezarla un día de lluvia y viento, disfrutar de sus páginas sin mirar el reloj, mientras bebemos algún líquido calentito y no salir de casa hasta llegar al final. Así que ya sabéis, si habéis terminado vuestras lecturas este puente, podéis haceros con un ejemplar de esta historia o incluirlo en vuestras listas navideñas. Si además, no sabéis con qué libro acertar, esta es una buena opción.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • La variedad de temas que van acompañando a las relaciones entre los personajes.
  • El uso de los saltos temporales para contarnos muchas más cosas.
Contras
  • El mundo scout.
  • El personaje de Rachel.

Namaste.

Butler

Canciones de amor a quemarropa, Nickolas Butler

En ocasiones abres el buzón y te llevas una grata sorpresa. El olor de un nuevo libro, el colorido de las cubiertas de un nuevo compañero de viaje siempre me hace esbozar una sonrisa. Y si además tienes buenas referencias de la novela y va a completar su espacio entre el resto de colección de asteroides, la sorpresa es inmejorable.

canciones-de-amor-a-quemarropaCanciones de amor a quemarropa es la primera novela de Nickolas Butler, un señor con pinta de noruego que se dedicó a un montón de cosas excepto a escribir. Él lo cuenta aquí.

Y de repente, el tipo decide escribir. Y le sale esta historia sobre amigos reencontrados, pasados comunes y el paso del tiempo. Una primera novela que no parece tal, sino la última de muchas obras historias, el libro que publicaría alguien experimentado, que sabe cómo utilizar las tramas, los hilos y los personajes.

Los capítulos vienen precedidos de una letra mayúscula, la inicial de la letra del narrador en cada caso. H, L, B, R y K nos cuentan la historia de su amistad, la del pasado, en el momento en el que estaban unidos en un pueblo de Wisconsin, y lo que les ha ido deparando la vida a unos lejos y a otros en el mismo pueblo.

Después de cenar quise complacerlos; tan solo les revelé los aspectos más destacados de mi reciente historia laboral y dibujé metas más altas en el horizonte. Haría un posgrado en Minneapolis o Madison, posiblemente. Estudiaría para procuradora en Milwaukee. Me sentía como en una entrevista de trabajo, como si mi madre estuviera entrevistándome para un puesto recién creado, el de hija adulta.

(…)

Yo y él, y todos, todos íbamos subidos al carro de los veintipico, una edad en la que algunos de nuestros amigos y compañeros de clase ya habían alcanzado un éxito que los demás nos tomábamos como un reproche..

Al tratarse de una novela coral, donde cada uno de los personajes principales aporta su versión de los hechos, vamos llenando de luz los huecos en los que desconocíamos los giros y los distanciamientos propios del paso del tiempo.

Un relato en el que cobran importancia los recuerdos compartidos, las anécdotas pasadas, aquéllos secretos ocultados y las rencillas que parecían olvidadas pero que dejan poso aunque hayan pasado veinte años.

Canciones de amor a quemarropa aporta una reflexión sobre la amistad, el paso del tiempo y la evolución de la  relación de los protagonistas. Además, se incluyen otros tema, como el amor, la ética y la moralidad y recurrentemente el calor de la música y la nostalgia de la tierra natal.

Y cada vez que vuelvo aquí me encuentro rodeado de gente que me quiere, que se preocupa por mí, que me protege como si levantara una tienda de calor. Aquí escucho cosas, aquí el mundo tiene un latido distinto, el silencio suena como una cuerda que alguien hubiera rasgado millones de años atrás, música en los álamos y los abetos y los robles, hasta en los campos y en el maíz que se seca al sol.

¿Cómo le explicas todo eso a alguien? ¿Cómo le explicas todo eso a alguien a quien quieres? ¿Y si no te entiende?

En definitiva, una novela con la que he disfrutado desde la primera página, por lo bien escrito que está, por la delicadeza con la que narra Butler, pero también por el cariño que se le coge a los personajes, el modo de utilizar la trama o el elemento temporal, y por supuesto, por la íntima y reflexiva voz de estos amigos que se mantuvieron unidos y ahora no tienen tanta suerte. Porque es una de esas historias en las que nada es impostado, en la que la vida misma se refleja en el libro tal y como lo haría en un espejo. Una delicia. Gracias amigos de Libros del Asteroide.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • La forma que tiene de intercalar recuerdos, amistad y el paso del tiempo.
  • El modo de ir mostrando la historia; a retazos y de forma subjetiva según cada personaje.
Contras
  • Se termina en un suspiro. Se lee del tirón.

Namaste.