Actualidad, Música

Maneras de destrozar una canción

Hay blogs cuyo objetivo es claramente la dominación mundial. (EDICIÓN: había olvidado poner el enlace).

El mío es mucho más de estar por casa, pero por supuesto incluye la satisfacción que me brindan los despellejes.

El de hoy no tiene relación con los libros, pero es algo que llevo pensando desde hace tiempo y como no os lo cuente reviento.

 

1.- Traducirla. Se pongan como se pongan, si la canción original es en inglés, se tiene que cantar en inglés. Lo de traducirla queda fatal, y si no, que se lo digan a la “Reina danzante” de Abba. A continuación la original y la traducida.

En este apartado hay excepciones. Muchos diréis que las versiones de Shakira al castellano están bien. Vale, lo acepto por dos motivos:

a) Generalmente suele componer las dos versiones al tiempo.

b) Como no se entiende lo que dice, da lo mismo.

 

2.- Traducirla al castellano usando un método aleatorio por el cual la letra original no tiene nada que ver con el resultado obtenido (traducción creativa). Como por ejemplo:

 

3.- Traducirla y además, cantarla al estilo lolailo. En este apartado se dan los dos anteriores puntos en muchas combinaciones posibles: cantarla con un inglés inventado, traducirla de forma aleatoria o hacerlo todo a la vez. Ejemplos, muchos… El primero, el Príncipe Gitano.

 

 

Uno de los más modernos (se le debería caer la cara de vergüenza) es Pitingo. Qué manera de destrozar una canción. Se pone a hacerlo aposta y no le sale. Y lo mismo le da por una canción de Nirvana en una traducción chapucera al castellano, que en una versión muy particular del clásico  Killing me soflty.

La original:

 

Y la de Pitingo:

 

Y a vosotros, ¿qué os parecen estas versiones? ¿Os cabrean tanto como a mi o soy yo la única?

 

Namaste.

 

 

Actualidad, Música

Canciones pegajosas

Hoy os voy a mostrar lo que ha pasado por mi cabeza estos últimos días.

 

Tengo que reconocer que soy fácil de embaucar. Me explico: escucho una canción y me pasa, bastante a menudo, que no hace más que rebotar y rebotar en mi cabeza. Para quitármela de en medio, uso la técnica del desgaste, es decir: la pongo las veces necesarias hasta que le coja asco. (Me pasó con Telephone, de Lady Gaga, y me la ponía de media unas quince veces al día).

 

Ahora me ha pasado lo mismo con unos vídeos que encontré leyendo un artículo de algún periódico.

El tema en cuestión es un chico, Toni A. Martínez, que hace vídeos con estribillos pegadizos con letra que tienen como base algún tema de actualidad. En youtube podéis encontrar todos sus vídeos, pero yo os voy a dejar los que más me gustan (y los que tengo que ver muchas veces para poder seguir pensando en otra cosa).

 

Los atascos:

La crisis:

O nuestros amigos de la SGAE:

¿Qué os parecen? ¿Soy yo o se pegan como los chicles?

Namaste.

 

 

Actualidad, Música

Crónica de Eurovisión

Quizá poca gente vea el festival de Eurovisión, pero yo soy una de ellas. Lo tengo más o menos por costumbre. Sí, sé que es un poco rollo, que hay muchos países y se hace muy largo, pero es algo que se puede evitar si mientras tanto lees un libro.

Eurovisión¿Qué me ha parecido? Lo primero, que había demasiadas baladuchas, como por ejemplo: Portugal, Israel, Georgia, Azerbaijan o Noruega. No me gustan las baladas. No me dicen nada, y para un festival largo como un día sin pan me parece una opción repetitiva. Lo que mejor le viene a un festival de estas características son, desde mi punto de vista, canciones pegadizas.

Luego hay otro grupúsculo: las canciones malas de narices. Entre estas, la de Grecia (que no sé cómo leches consiguió tantos puntos, ¡si parece basada en una música de videojuegos Taito!), Francia, típica canción mala de verano caluroso, Moldavia y Serbia (cutres). No voy a olvidarme de Bielorrusia, con esas alas de mariposa. Horripilante.

En otro apartado tengo las canciones que no me disgustaron. Entre ellas, Chipre, Bosnia Herzegovina y Albania.

Pero mis favoritas eran otras: Turquía, que se desmarcó con el único grupo rock de la gala (desgraciadamente quedó segunda), Ucrania, con un rollo Evanescence que me agradó, Dinamarca, que quedó cuarta y Armenia, aunque si bien desafinó demasiado.

En cuanto a la ganadora, me parece que la canción no era del todo mala, pero el escenario se le quedaba grande. Esto es un espectáculo, o en teoría lo debería ser. Y allí estaba ella, sola enmedio de un escenario inmenso, bailando como buenamente pudo, sin coreagrafía ni nada, y para colmo el vestido era feo de narices. No sé cómo pudo ganar.

Sobre la representación de España, que se vio interrumpida por un imbécil que saltó al escenario, a mí me gustó. Me gustó la coreografía y me gustó Diges. Por supuesto, no esperaba que ganara, pero no lo hizo mal. Apartó algo distinto a todo lo que normalmente llevamos (Ketchup y mierdas de esas).

Lo que más me gustó de la gala fue, sin duda, el baile de Madcon conectando por sitios de toda Europa. Una idea no demasiado original pero que requiere mucho trabajo. Quedó estupendamente. Os dejo el vídeo.

Mención aparte merecen los comentarios de Uribarri. Me pareció repetitivo, pesado y falto de gracia. Cuando haces seis veces el mismo chiste sobre el nombre del grupo turco («Manga por hombro», porque el grupo se llamaba «Manga», original, ¿eh?) me dan ganas de llamar a RTVE para decir que se calle. No paró de hablar en toda la gala. Vale que sepa quién va a votar quién, al fin y al cabo está muy influido por la política, pero me pareció una falta de respeto al espectador que trata de pasar un buen rato frente al televisor.

¿Y vosotros, qué pensáis? ¿Sois euroescépticos o eurofans? ¿Véis Eurovisión?

Namaste.

Actualidad, Cultura, Música

Cóctel de noticias

Leo en el periódico varias cosas totalmente dispares: lo primero, una buena noticia: Spotify cambia su política con el fin de conseguir nuevos adeptos. Ya no hay que preocuparse por no tener invitación. Ahora no hace falta. La verdad es que yo lo descubrí por casualidad. Como muchos ya sabéis, no escucho demasiado la radio, y cuando lo hago no hago más que cambiar de cadena en cuanto sale algún intérprete que no me gusta (lo cual significa el 50% de las veces). Con Spotify, eso se ha acabado. Pones el intérprete y te sale toda su discografía. La verdad es que es muy cómodo.

Siguiendo con la música, me encuentro una noticia sobre el Rock in Río (rebautizado para algunos como Pop en Arganda). Pues eso, que ultimen. Lo será para los que, de un lado, les sobre el dinero (o lo quieran tirar) para ver a Hannah Montana hacer su espectáculo. ¿Alguien va a ir? Me imagino que los menores de 16 sí, pero los demás…

Después de eso, leo otras noticias surrealistas, aunque no sé de qué me extraña viniendo de Evo Morales. ¿En serio se lo cree o es igual que lo de los pollos, que se le ocurre y lo suelta? En fin, ver para creer.

Y ya, para terminar, leo también que Manu Leguineche ha recibido el Premio Luca de Tena que entrega el periódico ABC. De este autor y periodista ya os hablé. Merecidísimo premio. Felicidades.

Esto es todo por hoy, próximamente las siguientes reseñas literarias:

Namaste.

Actualidad, Música

Del vídeo que arrasa en Internet

Leía hace un rato la noticia de que el nuevo vídeo de Lady Gaga ha conseguido, en tan sólo cuatro días desde su estreno, la escalofriante cifra de cinco millones de personas que han pulsado al «play» en youtube.

Durante más de nueve minutos, Gaga y Beyoncé no sólo cantan y bailan, sino que además enseñan prácticamente todo lo que se puede enseñar (más la primera que la segunda), además de prepararse sándwiches (por favor, que alguien me lo explique) o envenenar a cualquiera que se cruce en su camino (algo que ya vimos en Paparazzi).

En ese mismo artículo que os comento comparaban el videoclip con los de Michael Jackson. La verdad es que más que un videoclip parece un corto. Uno con un toque de Tarantino (y si no, ¿qué leches pinta la Pussy Wagon?) Cierto es que hay poca letra para tanto rato (y por eso se hace pesado en algún momento). Pero, por otro lado, es un tipo de vídeo muy diferente del que estamos acostumbrados a ver, y eso es un punto a favor para Lady Gaga.

Sin embargo, compararlo con un vídeo de Michael Jackson me parece excesivo. A fin de cuentas, el Rey del Pop bailaba y mucho, algo que en comparación la Gaga hace menos (antes era realmente patosa), y se centra en enseñar modelitos y peinaditos y esas cosas que se le dan tan bien a ella. Sin más dilación os dejo el vídeo:

A muchos de vosotros no os gustará este post. Que quede claro que este es mi blog y hago con él lo que me da la gana.

Namaste.