Leía hace un rato la noticia de que el nuevo vídeo de Lady Gaga ha conseguido, en tan sólo cuatro días desde su estreno, la escalofriante cifra de cinco millones de personas que han pulsado al «play» en youtube.
Durante más de nueve minutos, Gaga y Beyoncé no sólo cantan y bailan, sino que además enseñan prácticamente todo lo que se puede enseñar (más la primera que la segunda), además de prepararse sándwiches (por favor, que alguien me lo explique) o envenenar a cualquiera que se cruce en su camino (algo que ya vimos en Paparazzi).
En ese mismo artículo que os comento comparaban el videoclip con los de Michael Jackson. La verdad es que más que un videoclip parece un corto. Uno con un toque de Tarantino (y si no, ¿qué leches pinta la Pussy Wagon?) Cierto es que hay poca letra para tanto rato (y por eso se hace pesado en algún momento). Pero, por otro lado, es un tipo de vídeo muy diferente del que estamos acostumbrados a ver, y eso es un punto a favor para Lady Gaga.
Sin embargo, compararlo con un vídeo de Michael Jackson me parece excesivo. A fin de cuentas, el Rey del Pop bailaba y mucho, algo que en comparación la Gaga hace menos (antes era realmente patosa), y se centra en enseñar modelitos y peinaditos y esas cosas que se le dan tan bien a ella. Sin más dilación os dejo el vídeo:
A muchos de vosotros no os gustará este post. Que quede claro que este es mi blog y hago con él lo que me da la gana.
Namaste.