Hay épocas en las que de repente escuchas un determinado nombre de un autor, pero sin embargo, no sabes de quién se trata, qué ha escrito, porqué lo conoces o de dónde viene.
Eso es lo que me pasó con Roberto Bolaño, un escritor chileno que no conocía, pero que de repente empecé a escuchar por todas partes: la crítica le alababa, sus libros aparecían en todas las librerías que visitaba, recibía premios (como el premio Herralde por esta novela).
Al final sucumbí a la influencia y compré uno de sus libros: 2666. Desde fuera no tiene mala pinta: ha sido aplaudido por la crítica y por los premios.
Después de comprar este libro (que, por cierto, no he leído aún), un amigo me recomendó Los detectives salvajes, el libro del que os voy a hablar hoy.
Este libro trata de una búsqueda: la de dos poetas, Arturo Belano y Ulises Lima, hacia una poetisa desaparecida: Cesárea Tinajero. Su peregrinaje se prolonga por distintos lugares: desde México hasta España, desde Israel hasta Brasil. También es un peregrinaje temporal; puesto que la búsqueda comienza en los 1976 y acaba en los 90. Durante veinte años estos intrépidos poetas seguirán el rastro de una mujer que desconocen. Es una novela y muchas al tiempo: original, conmovedora y melancólica. Mágica, hermosa, con muchos vericuetos y personajes y con muchas historias entrelazadas.
La trama es sencilla. El modo de escribir, sublime. Imaginaos ahora que alguien que os quiere conocer va preguntando sobre vosotros a personas que han pasado por vuestra vida; comenzaría por vuestra familia, hablaría con algún amigo/a de la niñez, posteriormente con compañeros del instituto, luego los amigos de la facultad, o un vecino cualquiera de la época en que os independizasteis…. así en veinte años. Cada uno da su opinión, su punto de vista. Muchos no serán más que conocidos (el ligue de una noche, un compañero de universidad) y otros son mucho más que eso.
Bolaño consigue trasladarnos hasta algo parecido al realismo mágico, con una forma estupenda de entrelazar historias, misterios y personajes. De entre estos últimos hay de todo: poetas, locos, profesores, ancianos… cualquier cosa y cualquier persona opina de alguien que ha pasado, en ocasiones años, en otras, semanas, por la vida de uno.
El libro es largo, y por eso tiene altibajos. Hay ratos que dan ganas de devorar las páginas, de lo emocionante que está… hay otros en los que los personajes son (como en la vida real) personas que cuentan cosas que no nos interesan.
FICHA:
Te gustará si te gustó
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- La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes.
- Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez.Pros
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Pros
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Contras
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Por lo demás, me ha encantado (he pensado incluirlo como indispensable… lo dejo a vuestro juicio; en cualquier caso es «altamente recomendable»). Estoy, por una parte, deseosa de leer 2666, pero por otra quiero dejar un tiempo para leerlo. Como bien ha mencionado un blog amigo, quiero cambiar de sabor… ¡¡esto es alta cocina y también me gusta picotear entre horas!!
Namaste.
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