Este libro es uno de mis favoritos, por eso será el primer indispensable en la sección.

Lo primero que tengo que decir es que me encanta Oscar Wilde. Esa mezcla entre sarcasmo, dobles sentidos y matices inteligentes que hacen sonreír al lector lo convierte en un escritor único. Esa genialidad se nota en cualquiera de sus obras (me encantó La importancia de llamarse Ernesto, ¡pero ese comentario da para otra entrada!)
Oscar Wilde fue una persona peculiar. Estudiante de sobresalientes, defensor del movimiento estético (el arte por el arte), socialista anárquico, excéntrico y revolucionario… Wilde fue todo eso y también un mago de la palabra.
Como sabréis, acabó realizando trabajos forzados tras una condena por sodomía, lo cual le marcaría para el resto de su vida. Al abandonar la prisión viajó a París, lugar en el que murió. Cumplió lo que había dicho veinte años antes (tras un desengaño amoroso con una mujer que prefirió a Bram Stoker), que no volvería a Irlanda.

Centrándome en El retrato de Dorian Gray, os haré un pequeño resumen: un hombre que quiere permanecer
eternamente joven es retratado en un cuadro. Hasta ahí, normal. Sin embargo, la cosa se complica cuando sea el cuadro el que envejezca por él. Lo demás, lo leéis.
Desde aquí os avanzo que es un libro filosófico, donde predomina el hedonismo y la vanidad, pero que no se hace pesado porque el autor es capaz de hilvanar una trama interesante. Es entretenido y ameno y parece mentira que lo sea teniendo en cuenta lo lúgubre en que se transforma en algunos capítulos; ésa es la genialidad de Wilde.
FICHA:
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Lanzo, de nuevo, una pregunta al aire: ¿Qué libro ha de figurar próximamente en esta sección?
Namaste.