Autor, Literatura

Respirar por la herida, Víctor del Árbol

Me acerco por segunda vez a un título de Víctor del Árbol con algo de temor por lo que me voy a encontrar. No tenía pensado leerlo, la verdad, pero en la biblioteca mis pasos me encaminan a su estante y acabo con él bajo el brazo.

Teniendo en cuenta el referente de Un millón de gotas, ya sabemos las ganas que tiene el autor de meter caña a sus personajes, primero, y a los lectores después. No me equivocaba. Desde el primer momento nos encontramos con unos personajes doloridos, traumatizados, paralizados. Aquí las felicidad es algo puntual y pasajero. Forma parte de la memoria.

Respirar-por-la-heridaNuestro protagonista es Eduardo, un hombre roto tras la muerte de su mujer y su hija en un accidente de tráfico. Retratista en el pasado, ha perdido las ganas de vivir y por supuesto, de dibujar. Así las cosas, recibe un encargo para retratar al asesino del hijo de Gloria, una mujer desolada que pretende odiar un poco más a la persona que más daño le hizo en el mundo.

A partir de este momento, las cosas se lían hasta límites insospechados. Personajes secundarios que funcionan como satélites de los dos protagonistas, empresarios, personas de dudoso pasado, vecinos… todos con un pasado doloroso, marcado por la pérdida y la pena.

El poder de Víctor del Árbol es mantenernos pegados a una trama dolorosa que fluye, que continúa sin cesar en la que abundan los golpes de efecto en los que el lector no puede hacer más que parpadear y cerrar la boca.

Lo consigue y seguimos. Aguantamos el tirón del dolor, que en esta historia hay mucho, de la brutalidad. Porque a fin de cuentas, del Árbol es inmisericorde. Un bruto de tomo y lomo, vamos. Uno pensaría que sería empático con alguno de sus personajes (no digo con todos, digo con alguno), que actuaría con indulgencia en algún caso concreto. Pero no. Le da lo mismo. Y ahí está el lector, clamando por la vida de uno de los personajes, cruzando los dedos y tocando madera para que el autor se apiade de él y le deje continuar. Apretando los dientes, jurando en arameo, deseando algo de felicidad para alguno de ellos.

Podríamos pensar que uno se acostumbra, pero no es así, porque el autor consigue revolvernos en nuestro asiento, siendo esta novela es una de las que se agarran al estómago, en la que destacan multitud de frases y fragmentos, de los cuales os dejo uno:

¿Qué es el amor? Nada. Un sentimiento evanescente. Algo que creemos tener pero que nunca nos perteneció.

Página 87

Si tengo que ponerle alguna pega al libro, es el excesivo número de personajes que aparecen. Entre otras cosas porque muchos aparecen puntualmente, para regresar un par de capítulos después, así que he tenido que volver atrás para recordar quién era ese personaje del que se nos aportan más datos. Bastaría con la inclusión de una página-resumen donde figuraran los nombres de los principales.

En cualquier caso, ya os digo que las novelas de Del Árbol no se disfrutan, sino que atragantan, se respiran, se superan. Y te dejan con las defensas por los suelos. Vamos, como la gripe.

Gracias a Atram por su recomendación. Su reseña la podéis encontrar aquí.

FICHA:

Te gustará si te gustó
Pros
  • La fuerza y el dolor que emana el texto.
Contras
  • Se echa en falta una página-resumen con los personajes.
  • Inmisericorde Del Árbol…

Namaste.

Autor, del Árbol, Literatura

Un millón de gotas, Víctor del Árbol

Éste es uno de esos libros que aparecen en nuestra pupila durante meses, que nos lo cruzamos por la calle, lo leen los desconocidos, nos lo recomiendan en los periódicos, leemos muchas reseñas por la blogosfera. En mi caso, apareció de forma muy potente en la Feria del Libro de Madrid de 2014, pero por unas cosas o por otras (quizá por llevarle la contraria al mundo), no lo compré ni lo leí entonces. Fue este año, ya con las ideas más claras, y con la recomendación de la gurú Atram, cuando decidí comprarlo. Aproveché para que el autor me dejara su firma estampada en mi ejemplar.

DSC_0051Éste es uno de esos libros que rechazamos por ser demasiado largo, demasiado tocho, porque internamente pensamos que seguro que le sobran páginas, porque pesa demasiado para leer en la cama, porque mientras uno se lee éste libro (que casi llega a las 700 páginas), se puede leer tres de doscientas.

Sin embargo, éste es también uno de esos libros de los que todo el mundo habla maravillas, que la crítica pone por las nubes, que recibe premios y encima se vende estupendamente.

Sabía, por tanto, que iba a ser una de mis lecturas próximas porque sentía que ya había esperado demasiado. Y así fue. Aunque muchos de mis libros llevan en el estante al menos dos años, en un par de meses decidí empezarlo, y un par de meses después de acabarlo escribo esta reseña. El verano quizá no se hizo para sentarse a escribir, o bien yo tengo la manía u obsesión de dejar reposar los libros en mi mente.

Éste es uno de esos extraños libros que, a pesar de ser largo no tiene introducción alguna. Mi prejuicio y mi experiencia me auguraban unas cincuenta o sesenta páginas introductorias, donde el autor nos presentara los personajes protagonistas. Craso error. Un millón de gotas comienza de una forma cruel e inesperada, metiéndonos desde la primera línea en la trama.

Le rodea al estilo un hilo potente, violento, algo feroz que se esconde en cada línea, un murmullo constante que nos asusta de cuándo en cuándo, que nos quita la respiración cuando terminamos algunos capítulos. Después, esa voz se disfraza de nana, nos adormece para regresar al pasado cuando corresponde, pero cuando menos te lo esperas, te zarandea y te hace sentir desasosiego e incomodidad.

Obviamente, al tratarse de un libro largo, son necesarios valles donde del Árbol nos expliqué quién es quién en esta historia, pero el autor lo maneja de forma inteligente cambiando al pasado en momentos clave de la trama, para regresar a 2002 cuando le considera oportuno.

El hilo conductor de todo esto son los Gil: Gonzalo, el hijo, que recibe la noticia del suicidio de su hermana, y Elías, el padre, desaparecido misteriosamente del que sabremos por sus hijos. Poco a poco, del pasado al presente, iremos rellenando las lagunas de la historia, los lazos que unen a los personajes del presente con los del pasado, las situaciones que han vivido, sus cicatrices y sus recuerdos.

Un millón de gotas es uno de esos libros que consiguen generar un nudo en el estómago aún habiéndolo leído hace dos meses. Es un libro desgarrador, con episodios brutales que quedan impregnados en la memoria del que lo lee.

No siempre me pasa pero hay veces conforme leo el libro me acuerdo de personas a las que les gustaría la historia, por el tema que trata, o por el tono del autor. Sin embargo, éste no es uno de esos casos. En esta ocasión Un millón de gotas lo recomendaré a todo aquél al que le guste la buena literatura, las buenas historias más allá de las modas temporales, las buenas tramas y los personajes que persiguen misterios, porque no sólo se trata de una historia interesante y entretenida sino que además, el modo como se cuenta aporta una fuerza y un carácter muy peculiar a la novela, un estilo inusual que nos deja cogiendo aire cuando leemos demasiado.

Gracias, gracias, Atram, por la recomendación. Si no hubiera sido por ti lo habría pasado por alto. Y dad la bienvenida a del Árbol, porque no es el último libro suyo que vais a ver por aquí.

FICHA:

Te gustará si te gustó

Pros

  • Los santos temporales, que mantienen la tensión. El estilo del autor.
  • La fuerza de determinados pasajes, cómo vuelven al lector tiempo después.

Contras

  • Efectivamente, es un libro pesado y gordo. Resulta incómodo leerlo en la cama. ¡Siempre podréis recurrir a su versión digital!

Namaste.