Autor, Literatura, McDaniel

En el lado salvaje, Tiffany McDaniel

La publicación de un autor que te gusta es siempre motivo de celebración. Por aquí ha pasado Betty y El verano que lo derritió todo, todas maravillosamente editadas por Hoja de Lata, así que estaba claro que cuando lo vi en el buzón, En el lado salvaje (2024) iba a ser una de mis lecturas veraniegas.

Arc y Cisi son dos gemelas que viven con su madre y su tía en Ohio. Arc está obsesionada con excavar y con encontrar tesoros con sus manos en la tierra. Cisi es una enamorada de las plantas y de los bulbos. La visión particular de su abuela, influencia mágica en sus vidas, les hacen mirar la realidad con otros ojos y transformar lo que ven en algo distinto, más poético, más bonito y asumible para su mirada infantil. Y es que su entorno está plagado de violencia, drogas y pobreza, ausencias y dolor, todo por lo que no tendría que pasar una niña.

Intentaron acabar con su poder porque una mujer que dice más de lo que debe decir y que hace más de lo que debe hacer es una mujer a la que se intenta silenciar y destruir.

Página 57

Esa es la magia de Arc: darle la vuelta al lado y mostrar otra visión de la realidad para sacarle algo bueno a todas las cosas que pasan por delante de sus ojos. Arc lo hace a diario y de esta forma continúan viviendo, soportando una realidad que de otro modo se le habría hecho inasumible.

¿A quién puedes informar de los demonios cuando os demonios son aquellos a los que vas a informar?

Página 123

Desde fuera compartimos sus vidas y sus amistades, el desamparo de una casa en la que la droga y la prostitución es la moneda de cambio, unidos al miedo que se instala en la zona al encontrar un cuerpo de mujer en el río. Ellas, mientras tanto, siguen su camino, haciendo amistades, riendo y disfrutando de las pequeñas cosas que tienen cerca.

Desde fuera el lector aprieta los dientes, cruza los dedos, se queda pegado a unas páginas que no quiere leer, como si al no querer saber desaparecieran las maldades, como si al ignorar lo que ocurre después pudiéramos crear una nueva versión de la vida de Arc y Cisi.

Desde fuera somos más amables, menos duros, les exigimos a las historias una alegría y un final feliz que creemos que nos deben. Quizá porque sabemos que la vida no atiende a razones y pensamos que la ficción sí, que la mano que escribe esa historia puede ser más indulgente, más magnánima, más amable.

Pero no, las historias son como la vida y McDaniel deja claro desde la primera línea cuál es el devenir de las muchachas, pero aún así, de alguna forma, si lo deseamos lo suficiente el destino de Arc y Cisi no esté malogrado, ¿verdad?

Huele a todas las promesas que no hemos cumplido.

Página 342

Tiffany McDaniel es digna heredera de ese sur de Estados Unidos que tanta buena literatura nos ha dado: describe a los desharrapados como Carson McCullers, conecta con la tierra como Steinbeck o Faulkner y siempre, siempre, lo hace con un tono poético, desgarrador y sensible, que evoca magia, tierra y fuerza pero también crueldad y fuego.

Era complicado, era difícil, pensé que ninguna de sus historias volvería a conseguir lo que en su día viví con Betty, pensé que lo de pasar las páginas con rabia y los ojos encharcados se había terminado. Me equivocaba también.

Como Arc. Como Cisi.

FICHA:

Te gustará si te gustó Betty, Tiffany McDaniel.
Pros– El modo de hilar la realidad con la magia, lo duro con lo tierno.
– La profundidad de los personajes.
Contras– Le sobran algunas páginas de la última parte.

Namaste.

Autor, Literatura, McDaniel

El verano que lo derritió todo, Tiffany McDaniel

Tras leer Betty (Hoja de Lata, 2022), cuando me enteré que se publicaba esta nueva novela de la norteamericana, sabía que me haría con ella en cuanto saliera, y así corrí a la librería a por él, y justo lo leí en una ola de calor particularmente intensa a finales de agosto.

En el pueblo de El verano que lo derritió todo (Hoja de Lata, 2023) también hay una ola de calor, que llega a su punto álgido cuando un niño que se proclama el diablo llega al pueblo de la familia protagonista.

El diablo llega porque le han invitado. Quien lo invita es Autopsy Bliss, padre del narrador. Solo y sin familia a la que acudir, Sal se quedará viviendo en la casa familiar de los Bliss a pesar de que parte del pueblo se oponga, por ser el diablo y por su oscuro color de piel.

La gente cree que el infierno son llamas y demonios, pero yo no me sirvo de demonios. Hay fuego, sí, cada puerta está ardiendo. Sin embargo, yo no he encendido ninguno de esos fuegos, ni siquiera el que quema mi propia puerta.

Página 70

Como en Betty, nos encontramos en un entorno rural y familiar. Una sociedad pequeña, llena de fervorosos vecinos que claman lo que se ha de hacer, y una peculiar familia encabezada por el padre, fiscal del pueblo, la madre, que no sale de casa por temor a la lluvia, y sus dos hijos. El protagonista y narrador es el chaval de menor edad, que se convertirá en guía de Sal, el recién llegado, y compartirá con él gran parte de los momentos.

Que te den esperanza y luego descubrir que no hay esperanza posible. La esperanza no es más que un bonito ejemplo del mito de la segunda oportunidad.

Página 88

La ubicación es característica distintiva de una autora que parte de lo pequeño para ahondar en lo más íntimo del ser humano: esas diferencias que acaban chocando en la intolerancia. Añade además un punto de magia y ternura que nos conecta con la historia.

Y es que la sensación de calidez que trasmiten las páginas de la novela vienen de esa magia y ternura que consigue McDaniel, y es la que genera conexión y empatía por los personajes.

El silencio que se hizo a continuación fue como un ensayo de la muerte. Ese silencio solitario que tan bien evoca la oscuridad.

Página 153

Mención aparte merece el ritmo de la acción, una rapidez de la trama que parece en hibernación al principio y que se acelera por momentos hacia la mitad del libro, hasta terminar con una exhalación atropellada.

Se ayuda de la tensión para conseguir un ambiente de opresión y violencia que se va incrementando en cada capítulo: la desconfianza del recién llegado de los primeros se convierten en odio profundo, hasta crear una secta en su contra.

La eternidad es ahora, y no hay más que dolor repetido hasta la saciedad.

Página 315

Inevitable leer los capítulos finales conteniendo el aire, esperando que lo que intuimos que ocurrirá acabe sucediendo. Sorprende además los detalles del final.

Lo que propone McDaniel es bello y cruel por partes iguales. Nos demuestra en cada fragmento lo mejor y lo peor de la sociedad: cómo hay ternura y comprensión y crueldad y violencia sin más justificación que la suerte.

Sus textos tienen una ambientación característica, que conecta con lo mejor del Steinbeck, cos ecos de Morrison, ese estilo que es capaz de mezcla la lírica al describir el paisaje y las escenas más crudas de la acción, el modo de combinar la magia, la ternura y la confianza con lo más cruel de los extremismos y la intolerancia.

El verano que lo derritió todo es a la vez mágico y triste, desesperanzador y doloroso, bonito y crudo.

McDaniel crea un imaginario prodigioso, un ambiente de tensión en el que sabemos que nada bueno puede ocurrir, pero que nos calma al escuchar los visos de alegría, antes de que se desencadenen los acontecimientos.

Leedlo, os romperá el corazón.

FICHA:

Te gustará si te gustó Betty, Tiffany McDaniel.
Vamos a calentar el sol, José Mauro de Vasconcelos.
La canción de los vivos y los muertos, Jesmyn Ward.
Pros – La mezcla de violencia, crueldad, magia y ternura.
– El ambiente que crea la autora.
Contras – Triste, doloroso, frustrante.

Namaste.

Autor, Literatura, McDaniel

Betty, Tiffany McDaniel

Betty es una niña nacida en los 70 en Ohio, hija de padre cheroqui y madre blanca.

Imaginaos la situación y el entorno: el racismo es parte de su día a día y cada una de sus palabras, de sus actos o de sus gustos son ninguneados y cuestionados por ser india, en primer lugar, y por ser mujer, en segundo.

Betty (Hoja de Lata, 2022), es la historia de la madre de la autora.

Siempre cuestionada, despreciada e insultada, Betty ha de convivir con comentarios y actos crueles de todos aquellos con los que se relaciona: vecinos, compañeros de colegio, profesores… pero también sus propios hermanos, que tratan de buscar la aceptación de los demás rechazando a una hermana demasiado parecida a su padre.

Betty es una niña especial, que sabe mirar el mundo de una forma diferente. Influenciada por su padre, él narra historias que se quedan con ella, que le reconcilian con una realidad demasiado dura. Landon tiene siempre una palabra poética, una historia lírica que contar, dándole la vuelta a todo aquello que les sucede.

Betty es especial, porque gracias a su padre puede reconocer plantas, asimilar señales de la tierra, apreciar la naturaleza. Eso que ha aprendido lo aplica también con las personas. Y de esta forma, Betty ve cosas que los demás ni siquiera son capaces de intuir. No se le escapan detalles, gestos, miradas, silencios. Situaciones que los demás pasan por alto pero que para ella son piedras angulares con las que entender su mundo.

Parecía desorientada y perdida (…). Pensé que la noche sería demasiado breve para que encontrase lo que quería. Pensé que la vida sería aún más breve. Lo que ella necesitaba era un infinito repentino. El tiempo en forma de múltiples rayos de luz en los que pudiese encontrar todo lo que buscaba.

Página 217

Betty es una niña avispada, con un carácter y personalidad propia, distinta de sus hermanas, de Fraya, de Flossie, de sus compañeros de clase.

A Betty le gusta el campo, el agua, las hierbas y las letras. Las letras le fascinan.

– Piensa en todas las cosas que podrías hacer con las orejas perforadas, Betty.

– ¿Podré volar?

– Pues no, pero…

– ¿Podré resucitar a Emily Dickinson de entre los muertos?

Ella me miró de arriba a abajo.

– No.

– ¿Entonces para qué voy a querer las orejas perforadas?

Página 313

Betty quiere proteger a su familia: a su madre, con su pasado tumultuoso, a sus hermanas, de los peligros de la vida, a sus hermanos, del miedo interno que les acompaña. Betty es la guardiana de la protección familiar.

Pero Betty sólo es una niña.

¿Y si no puedo espantar al lobo?

Las almas se preguntan esas cosas.

Página 368

Betty es una historia tan mágica como desgarradora. Es poética y fascinante pero también es cruel y muy dura. Tiene momentos mágicos, tesoros que relucen y brillan y te hacen tener esperanza en lo bueno de la vida; pero algunos de ellos se trasforman en situaciones crueles y desgarradoras, frustrantes, inexplicables, injustas.

El estilo que expone McDaniel es directo y lírico a la vez. Abundan los diálogos y las descripciones son someras y directas. Recuerda a Toni Morrison por muchos detalles, como escoger una protagonista niña que vive en un ambiente caracterizado por la pobreza y el racismo.

La autora se centra en la visión femenina, rompe estereotipos y presenta mujeres fuertes, duras, que tratan de sobrellevar la carga que les ha tocado, con más o menos éxito. El texto se plaga de ideas feministas, de mujeres que luchan día a día.

Betty es sorprendente. En primer lugar, darse cuenta de que McDaniel tenía tan sólo 18 años cuando la escribió es algo que apabulla.

Betty primero embriaga. Después perfora. Luego hipnotiza y nos tumba. Nos camela y después nos hunde. Betty te impide pensar en otra cosa, prestar atención a otra novela, puesto que el resto son inocuas comparadas con esta historia.

No perdáis el tiempo leyendo mi opinión sobre Betty. Leedla, regaladla, vividla y después me contáis qué os parece.

FICHA:

Te gustará si te gustó Ojos azules, Toni Morrison.
La canción de los vivos y los muertos, Jesmyn Ward.
Pros – Poético, ilusionante, lleno de ternura y amor.
– Las historias de Landon.
Contras – Triste, doloroso, frustrante.

Namaste.