Os comentaba en una entrada anterior que había pasado por un bloqueo lector.
Pues bien, hoy os traigo uno de los causantes del parón.
El ángel del olvido (Periférica, 2019), llegó a mi estante tras acudir a una librería. No conocía nada ni del libro ni de la autora y tampoco tenía ninguna referencia de ellos. Decidí colarlo entre mis lecturas animada al saber que se trata de una novela corta, que apenas llega a las 300 páginas.
La acción se sitúa en Austria, en la frontera con la antigua Yugoslavia. Nuestra protagonista es una pequeña que, desde sus ojos de niña narra la vida con su familia en una época en la que las heridas de la Segunda Guerra Mundial no han llegado a cicatrizar. La historia pintaba bien, parecía perfecta para empatizar con los personajes y acabar a lágrima viva.
El estilo, lleno de lirismo, ponía una nota de color que se contraponía con la evidente tristeza de las anécdotas y situaciones de los personajes.
He caído dentro del carcaj de la muerte, he oído su respiración, he palpado sus fauces.
Página 69
Sin embargo, nada de lo anterior conseguía que leyera 30 o 50 páginas de golpe. Imposible. Escogía este título, apenas leía 10 páginas y acaba postergando su lectura. Decidía empezar otro libro, y trataba de convencer de que cuando terminara este nuevo, esta vez sí, iba a seguir con El ángel del olvido hasta por fin terminarlo. Pero nunca ocurría. Pasaron los días y las semanas hasta que por fin acepté que el denominador común era este libro.
Así que, siguiendo mis propios consejos para superar un bloqueo lector, acepté que este libro no es para mí. Que esta lectura no conecta con mis gustos o que simplemente, no la he pillado en buen momento.
Aceptemos que no siempre se acierta, que no todas las lecturas del año son fantásticas y maravillosas y que muchas acaban relegadas a, precisamente, lo que adelanta el título: el olvido.
Que sean pocas, que sepamos escoger es también parte del éxito del año lector. Ser capaz de huir de modas, reconocer voces o temas que no nos interesan, saber qué es lo que nos conviene y nos gusta leer, huir de determinadas novedades. No es fácil. De todo se aprende. Y si no se acierta, como en este caso, pues a otra cosa. ¡Será por libros!
Namaste.
Sí, yo lo hago, como vea que un libro no es para mi, la verdad es que lo dejo sin muchos remordimientos.
Me gustaMe gusta
Lo mismo me ocurrió hace pocos meses con A contrapelo (Huysmans) y… Rayuela. En el caso de aquella, creo que entra en la categoría de las que no conecta con mis gustos, y ésta, de las que no escogí en el momento adecuado. Ojalá encontremos novelas más adecuadas este año.
Me gustaMe gusta
hasta hace unos años yo misma me imponía acabar los libros aunque no me gustasen y se convirtiesen casi en una losa. Pero ya no, hay tanto por leer… que si no conecto con un libro, lo dejo sin acabar, aunque a veces pasado un tiempo les doy otra oportunidad. Porque a veces lo mismo no era el momento adecuado.
El que comentas me parece que trata un tema interesante.
Un abrazo
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en Mujtaba Blog.
Me gustaMe gusta