Cuando la editorial Sans Soleil se puso en contacto conmigo para enviarme este libro, desconocía totalmente tanto el título como al autor.
Indagando por Internet, me entero que Nückel publicó esta historia en 1926, siendo una de las primeras novelas en imágenes, precursoras, por tanto de las novelas gráficas. El medio que utilizó fueron los grabados en plomo, hasta llegar a los doscientos.
Nückel era un artista de pies a la cabeza. Tanto, que además de ilustrar para novelas de Mann o de Hoffmann decidió lanzarse a la loca idea de publicar una novela exclusiva de dibujos. Sin una sola letra. Una tarea de locos, de intrépidos y valientes.
No es nada fácil meter al lector en la historia de una forma tan potente utilizando tan solo el trazo en blanco y negro. El uso de las luces y sombras, las posturas de las figuras, y sus fotos fijas que inician el movimiento, las muecas de las caras, todos y cada uno de los detalles consiguen no sólo que nos metamos en la vida de una mujer, su día a día y sus situaciones de pobreza y miseria, sino que sea necesario volver a empezarlo para captar todos y cada uno de los aspectos que se nos muestran.
La sordidez, la tristeza, la grisura y la desazón forman también parte de la historia, la sensación de soledad y abandono, la desesperanza que trasmite en cada grabado, en cada página. Aunque parezca mentira, ahí están. Lo que muchos no consiguen con una profusión de colores y técnicas, con diálogos y acción, Nückel lo consigue con su mano firme.
Ante una demostración tan clara del talento uno no puede más que quitarse el sombrero.
FICHA:
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Namaste.
Vengo a darte las gracias. Conocí aquí en tu blog esta novela muda, que ya tengo y me ha encantado.
bsos!
… ¡y feliz entrada de año!
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