Tras leer Crimen y castigo y Los hermanos Karamazov (esto es, hundida hasta la médula en el universo de Dostoievski) una no puede sino quedarse con ganas de más. De ahí que, junto con Bartleby, compañero infatigable de lecturas y recomendaciones y autor además de un magnífico libro de relatos llamado El rayo que nos parta, decidimos seleccionar una de sus novelas para leerla conjuntamente. La duda se mantuvo entre El jugador (200 páginas) y El idiota (800). Ganó la segunda. Quizá por su longitud, quizá por la curiosidad de Jesús, o quizá porque Pedro ya me había alabado en demasía este título.
Manos a la obra pues. Escogimos la edición Debolsillo. Qué queréis que os diga, me ganaron desde que compré La piedra lunar de Wilkie Collins y me gusta ver sus cantos marrones en mis estanterías.
Comenzamos a leer escollando la primera dificultad: la abundancia de nombres, sobrenombres y apodos rusos que aparecen en las primeras páginas. Secundarios que se relacionan con los que ya son mencionados, apodos que no se parecen al nombre original, profesiones de unos y otros. Nada nuevo, vamos. Personalmente me ayudó mucho un pequeño esquema con los principales.
El príncipe Mishkin es nuestro protagonista, un noble que regresa a San Petersburgo tras haber pasado muchos años en Suiza. Un rico heredero que quiere contactar con una familiar que reside en la capital de Rusia. Un pobre ignorante que no sabe lo que se la que se le viene encima. Mishkin, el arquetipo de la bondad y la amabilidad, el rico heredero que conoce a pocas personas. Un tonto.
¿Qué más podía desear? Un aristócrata, millonario, idiota: todo junto, un marido como ese no se encuentra ni con candil, ni hecho de encargo…
Y es que desde el primer momento cada uno de los personajes quiere al príncipe Mishkin con ellos, ya sea para conseguir un título por medio del matrimonio, para conseguir algo de dinero o para ganar estatus social. Una maraña de intereses rodean a un inocente que se deja llevar por los acontecimientos.
Precisamente en El idiota cabe de todo: desde reflexiones sobre la muerte y la compasión hasta el amor a primera vista, la envidia o la rabia. Una novela compleja, con personajes muy definidos, pero en la que destaca uno: su protagonista. Un personaje claro y meridiano, bueno en demasía pero no por ello irreal, presionado por una sociedad, por un juego en el que no sabe que está metido. Y claro, un triángulo amoroso, una mujer de la que enamorarse a primera vista, otra de la que enamorarse de a poco. Un competidor.
Me ha sorprendido, si lo comparo con las otras dos obras del autor, lo social de esta novela. Esto es, el análisis de la sociedad decadente rusa, saber que se encuentran en un mundo que llama a su fin, la importancia de las apariencias, es decir, muchos de los aspectos que encontramos en Jane Austen. No he podido evitar imaginarme una conversación entre el príncipe y nuestra querida Catherine.
Pero además, la sensación de que se trata una novela mucho más personal que las otras, que el autor se dejó algo de sí en ella, como si al leer página tras página abandonara algo de la racionalidad y la filosofía que le caracteriza y pasara a algo más íntimo, más humano. No sé si me explico, pero en ocasiones me parecía que añadía capítulos porque quería que estuvieran allí, no como en Crimen y castigo, donde todo parece medido y valorado, donde el ritmo está más estudiado.
Precisamente por eso se me ha hecho lento en algunas partes, me he atascado un poco en ocasiones. Otras fluía mucho más. Pero, en definitiva, leer a un grande es una delicia. Aunque eso sí, si nunca le habéis leído, comenzad por Crimen y castigo.
Un muerto no suele tener edad, ya sabe usted.
FICHA:
Te gustará si te gustó |
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Pros |
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Contras |
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Namaste.
¿Por qué dices que en esta novela se deja algo más personal que en otras? me has dejado de lo más intrigada.
Ando detrás de El idiota desde que de pequeña vi una serie española interpretada por Emilio Gutiérrez Caba. Hace como un año compré el libro. Así que no puedo tardar en leerlo, aunque ya tengo claro que desde el minuto 1 me voy a proveer de papel y lápiz para ir confeccionando el mapa de personajes.
Qué pena, podríais haberlo propuesto en el Café Literario, me hubiera apuntado de cabeza.
Me leí los Hermanos Karamazov hace muuuuchos años, y me queda el recuerdo de lo mucho que me gustó e interesó. Me vendría bien releerlo.
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El idiota fue uno de los primeros libros que incluí en el kindle… Y ahí sigue… Me da una pereza enoooormeee ponerme con él. No sé, como que me da respeto. Creo que te haré caso y empezaré por Crimen y Castigo, que la verdad es que no quiero dejar pasar a Dostoiesvki sin haberlo leído.
¡Besotes!
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