En el café de la juventud perdida es una pequeña novela ambientada en el París de los años 60.

El lugar: un café en el que se reúnen un grupo de bohemios: estudiantes, escritores y artistas de distinto pelaje. De ellos destaca una mujer, que está presente pero de la que se sabe poco.
Modiano nos presenta una novela muy bien ambientada, donde la melancolía es la protagonista. En un entorno gris, se plantea el misterio de esa extraña mujer, que está pero que apenas se relaciona con las demás personas del café.
Para desarrollar la novela, el autor crea una historia a cuatro voces, donde cada uno nos cuenta qué sabe de la mujer. Ya en el final será ella la que nos desvelará algo sobre sí misma.
La sensación que me queda es agridulce. Por un lado me ha gustado: Modiano consigue engatusar al lector, llevarle por donde él quiere, que le interese la historia y que quiera saber más. Por otro, parece que al final no nos encamina del todo bien, como si no supiera rematar el relato, como si perdiera algo indispensable por el camino.
No sé si me habéis entendido, porque la verdad es que me resulta difícil explicar lo que me ha aportado esta novela.
Así que para ejemplificar mi reseña, os dejo un par de fragmentos:
– Uno intenta crearse vínculos, ya me entiende…
Sí, claro que lo entendía. En esa vida que, a veces, nos parece como una gran solar sin postes indicadores, en medio de todas las líneas de fuga y de los horizontes perdidos, nos gustaría dar con puntos de referencia, hacer algo así como un catastro para no tener ya esa impresión de navegar a la aventura. Y entonces creamos vínculos, intentamos que sean más estables los encuentros azarosos.
No hay mejor sistema para que se desvanezcan los fantasmas que mirarles a los ojos.
En cualquier caso, es tan diferente a otras, te embriaga tanto del París de la época, que merece la pena leerla y además aporta la curiosidad necesaria como para saber que en el futuro leeré algo más de este autor.
FICHA:
Te gustará si te gustó |
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Pros |
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Contras |
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Namaste.
A este libro no le saqué mucho partido. No sé si es que lo leí con prisas, pero me pareció que se desinflaba con el transcurso de las páginas y no tuve mucho interés en saber qué pasaría después, así que coincido con lo que comentas en los contras. Es extraño, porque al comienzo me gustó y tenía la impresión de que iba a disfrutar bastante con ese libro. Pero vamos, no descarto leer algo más de Modiano.
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Pues este no me lo apunto, si dices que no te ha terminado de convencer del todo, te ha dejado un sabor agridulce, prefiero dejarlo pasar que hay mucho para leer y muy poco tiempo. Besos.
Cuéntate la vida http://cuentatelavida.blogspot.com
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Había oído hablar del excéntrico Modiano, más que nada porque me recomendaron, en su día, «Dora Bruder», una historia que nace de una obsesión real del autor (buscando pistas de una chica que no conoce) mostrándonos un París de ensueño. Al final no leí ningún libro suyo, en parte porque me pilló en una época ajetreada. La verdad es que casi me interesaba más las curiosidades del autor que su obra…
Viendo tu crítica, y sabiendo que la novela va de más a menos, creo que no voy a apuntármela… eso sí, sigo sin descartar al autor, como hice en su día…
Abrazos!
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A pesar de lo ambigua que es tu valoración, sí pero no, me atrae, no conozco nada del autor y me ha picado la curiosidad. Bsos!
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Pues yo, como la gran mayoría de los comentaristas, creo que no me lo voy a apuntar.
Besos.
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Bartleby: yo creo que este autor tiene que tener libros mejores que éste, por lo menos algunos que no dejen una sensación agridulce. A mitad de la novela decrece la trama… ese es el problema.
Goizeder: al final hay que ser selectivos, ¡no queda más remedio!
JL: apúntate al autor. Quizá nos vendría bien leer por ahí qué libros recomienda la gente.
Carol: ¡eso está bien! ¡Espero que te guste y que nos lo cuentes! 🙂
Ascen: creo que no lo he vendido muy bien, ¿no?
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Jajajaja! ¡Va a ser que no!
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Intentaré vender bien el próximo libro que reseñe. Ahora que lo pienso, va a ser que no, que creo que reseñaré «Lolita»!!
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Jajajja!!! Tampoco la has puesto muy mal… 🙂 ¿Vas a despellejar a Lolita? Nooo!! Respira hondo y cuenta hasta tres, que no salga la furia que hay en ti… jajajaja!!!
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No me llega a llamar demasiado la atención, Lahier, aunque desde luego el párrafo que has seleccionado es más que ilustrativo. Esa necesidad de tener algo fijo en nuestra vida, algo que sepamos que no cambia, a lo que agarrarnos. Te parecerá una tontería igual, pero creo que la curiosidad que tenemos los lectores nos da en cierta medida ese algo fijo, porque pase lo que pase, siempre habrán cosas que te hace ilusión descubrir, ese libro que has elegido leer, por ejemplo.
Besos
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JL: No, no, tranquilo que despellejar no es la palabra. Simplemente daré mi opinión, lo cual no significa que anime a comprar el libro. Además ya sabes que yo lo de la furia no me lo quedo dentro… jajaja
Icíar: qué bonito comentario. En el libro de Modiano hay varios fragmentos del estilo del que he puesto en la entrada. Simplemente he seleccionado uno.
Estoy de acuerdo contigo, hay que tener cosas en las que agarrarse, ya sean personas o actividades en concreto. Soy de las que creen que es la curiosidad una de las más valiosas cualidades, prácticamente la que nos distingue de los animales. Sin curiosidad no hay cosas nuevas, ni aprendizaje. La ilusión, que también la mencionas, es otra gran cualidad. Pero para cuando falla, mejor tener algo a lo que agarrarse…
Besos.
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¡Ay Mari Flor! ¿entronces qué hago? el título me ha gustado mucho (¿me habré sentido identificada??? NO, seguro) `pero tu reseña no me acaba de convencer. AYUDA!!!!
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