Fue mi amiga Dani la que me hizo anotar este título hace ya un par de décadas. Como esos libros que tienen mala suerte, se quedó en la lista sin leer de forma casi permanente.
El cero y el infinito (Debolsillo, 2011) cuenta la historia de Rubachof, antiguo hombre de poder en el Partido pero caído en desgracia de un tiempo a esta parte, detenido y dispuesto para la interrogación por sus actividades antirrevolucionarias.
A través de los interrogatorios conocemos el pasado de Rubachof y los motivos por los que se encuentra encerrado, además de seguir el hilos de los procesos de purgas estalinistas, donde los antiguos venerados líderes iban cayendo en desgracia y desapareciendo de las fotografías como si jamás hubiesen existido. Él era uno más, o al menos estaba al lado de los más grandes, y la oscura sombra de la traición le ha llegado, como tantos otros antes y tantos otros después.
¿Dónde y cuándo encontraba la Historia santos tan enfermos? ¿Había tenido alguna buena causa tan malos representantes? Si el Partido encarnaba la voluntad de la Historia, entonces era que la Historia misma estaba enferma.
Página 83
Llega el momento de su interrogatorio, y aunque al principio no piensa más que decir toda la verdad, exponiendo las incongruencias de un Partido con ideas cambiantes, según pasan los días el protagonista se autoconvence que lo mejor para todos es que confiese y se autoinculpe y acepte lo que sea que el Partido decida por él.
Koestler lo articula de una forma muy natural, justificando dicho cambio por varios motivos: la tortura por un lado, pero lo que es más sorprendente y deja atónito al lector, el autoconvencimiento que ha de seguir los designios del Partido aunque éste exija sangre y muerte. Un Partido que sabe y conoce qué es mejor para todos, hasta para el propio individuo, y que consigue que éste acepte renunciar a su vida porque así se ha decidido. Sorprendente, incomprensible y frustrante, más aún sabiendo que todo eso ocurrió realmente.
Todo lo que él había creído y predicado, todo aquello por lo que había luchado durante cuarenta años le inundó el alma en marejada irresistible. El individuo no era nada, el Partido lo era todo.
Página 108
En este sentido, más que una novela al uso es un ensayo novelado, donde se parte de personajes de ficción para contar la verdad de un aparato opresor que sembró el terror durante décadas en su población: exilios, marginación, hambre y pobreza que desembocan en tristeza y muerte.
He marcado multitud de fragmentos destacados, páginas enteras que nos acercan a una realidad cruel y frecuente de la URSS, de cómo lo que estaba bien ya no estaba tanto y cómo iban modificando el discurso y las proclamas de los que uno día eran relevantes pero que ya no eran.
Una verdad definitiva parece siempre falsa antes. El que tendrá razón al final parece equivocado y peligroso antes de ese final.
Página 125
Literariamente no destaca por su brillantez, pero como en otros títulos, Un mundo aparte, Gustaw Herling-Grudzinski o en Relatos de Kolimá de Varlam Shalámov, se me vienen a la cabeza, es la cruda verdad sin artificios.
Y al igual que los anteriores, es un libro que hay que leer. Aunque te deje mal cuerpo, aunque tengas que parar a leer otro tipo de novela, aunque hoy no sea el momento. Hay que leerlo. Hay que conocer los detalles de las condiciones de un preso, el proceso psicológico del interrogado o las tétricas maniobras que se tenían por normales en la URSS.
No recomiendo leerlo de corrido, creo que lo mejor es alternar las 3 partes con otros títulos más amables, pero sin duda alguna, es un título indispensable que además es bastante más corto y por tanto más fácil de leer.
Tenía razón Dani. Anotadlo y me contáis.
FICHA:
| Te gustará si te gustó | – Relatos de Kolimá Varlam Shalámov. – Un mundo aparte, Gustaw Herling-Grudzinski. |
| Pros | – Los procesos psicológicos del preso.- |
| Contras | – Libro duro, triste y complejo. |
Namaste.

